Cuando llegué a su apartamento, toqué su puerta varías veces antes de notar que habían varias cartas en la puerta de esta. Tomé una para ver que decía, era una carta roja y decía en letras mayúsculas "Para Marcos García" que era su primer apellido. La nota decía: "Debido a su deuda, solo le permitimos usar nuestro apartamento hasta el 27 de septiembre de este mes. Esperamos su comprensión".

En ese momento Marcos abrió la puerta mientras decía:

-¿Quien es hasta esta hora?

En ese momento, Marcos vió que tenía algo entre mis manos. Era la carta roja que le habían mandado. Tenía mis ojos y mis mejillas cubiertas de lagrimas y el pelo despeinado. Para ese momento no le sorprendió para nada mi estado, sabía que había descubierto su secreto.

-Ash, yo... De verdad, lo sien... 

Abracé a Marcos con todas mis fuerzas mientras ponía mi frente en su pecho.

-Quiero... Quiero quedarme contigo -era todo lo que me importaba

Marcos me invitó a pasar a su apartamento, no era demasiado grande desde luego. Solo tenía una cama, una pequeña mesa de escritorio y un baño. Sin embargo no sé por qué me sentía tan segura en ese sitio con tan pocas cosas que en mi casa con todos los lujos que alguien como Marcos pudiera desear.

-Ashley..., ¿Que te pasó en el rostro?

-Fue mi padre, él... le molestó un comentario que dije y me golpeó

-¿Necesitas algo de hielo o...?

-No, estoy bien. Gracias -dije mientras entrecerraba los ojos y hacía una pequeña sonrisa

-Entonces..., ¿Quieres fugarte? -Marcos se empezó a rascar la parte de atrás de su cabeza mientras miraba hacía un costado

-Algo así..., mi padre, él..., no quiere que estemos juntos -me costaba encontrar las palabras para expresar como me sentía

-Ashley yo... No lo sé. No tendremos donde quedarnos, no sabemos que comeremos o como viviremos.

-Lo sé pero... de seguro algo se nos ocurrirá -dije mientras miraba hacía la pared, al igual que él estaba algo angustiada pero no sé podía hacer nada al respecto

-Creo que... no deberías desperdiciar tu vida solo para estar conmigo -en ese momento me levanté de la cama y le dí una bofetada a Marcos

-¡NO TE ATREVAS A ABANDONARME! ¿Me oíste? Si te atreves a hacerlo yo... Me suicidaré 

Marcos mas hallá de estar enojado por el golpe. Se sorprendió por las palabras que dije. Por una vez en mi vida decía algo enserio y desde el interior de mi ser. Marcos sabía que no podía argumentar nada contra eso.

-Al igual que tú, yo también quiero que tú seas feliz, ¿Sabes? Por mucho que digas que no tienes problemas y te esfuerces por hacer las cosas bien sigues sufriendo y no quiero que me mientas porque se que es verdad -mis palabras salieron como unas dagas que se impregnaron en la cabeza de Marcos. Sabía que sin quererlo, me había hecho daño sabiendo todo lo que él significaba para mí

Marcos se quitó su mano de la mejilla y me hizo una sonrisa.

-Tienes razón Ash, de verdad lo siento

No pude contenerme más y le volví a dar un abrazo. Uno que de seguro tanto él como yo lo habiamos necesitado.