(Liu)

Mientras que estaba con Emma en la biblioteca, no pude dejar de mirarla. No por lo linda que era sino por lo que me habia dicho Mark hace algunos días. Por un lado quería que mejoraran su relación pero por otro lado no quería meterme en donde no me invitaban. Quizás mi yo del pasado abria elegido la segunda opción pero después de lo amables que fueron ellos dos conmigo quise hacer algo bueno para variar. O al menos eso creia.

-¿Que miras? -me dijo Emma un poco enojada mientras permanecia con su vista puesta en el libro

-Lo siento, es que estaba pensando en algo -coloqué mi brazo detras de mi cabeza mientras comenzaba a acariciar mi parte parietal suavemente

-¿Y eso es motivo para el que me mires? -el tono de Emma se mantenia neutral y su mirada seguia sobre las paginas del libro que estaba leyendo

-Es que muchas personas dicen que ven el futuro en los ojos del otro pero cuando te veo a ti, veo al pasado

En ese momento como si de una rafaga se tratase Emma me tiró el libro que estaba leyendo impactando directo en mi nariz.

-Tienes suerte que no te apunté al otro ojo -el rostro de Emma se puso serio, seguro que no le habia agradado tanto mi chiste

-Lo siento -le dije levantando el libro que me habia arrojado y extendiendo mi mano para entregarselo -Es solo que, me recuerdas a una amiga de la infancia que tuve

Emma se sorprendio un poco al escuchar eso.

-¿Amiga de la infancia? -las mejillas de Emma se ponian un poco roja. "¿Estaba celosa? Nah, quien estaria celoso de alguien como yo" Eran algunos de los pensamientos que fluctuaban por mi cabeza en ese momento

-Si, es que antes de que mi madre se mudara para acá. A mi me gustaba una chica llamada Leila. No hablabamos demasiado pero nos llevabamos bien -mis ojos miraron al piso mientras continuaba hablando -ellos se veian tan bien juntos, ¿Como se supone que iba a encajar en ese lugar? -miré a Emma mientras entrecerraba los ojos y hacia una pequeña sonrisa 

A pesar de sonreir mi mirada evocaba cierto aire de tristeza y melancolia. Emma me miraba atentamente mientras continuaba mi discurso. No estaba sorprendida pero se la veia un poco seria, quizas demasiado. Baje la mirada nuevamente, pero esta vez en vez de apartarla la dirigí hacia el centro de la mesa en que Emma y yo estabamos .

-Era martes y ella me contó que se le iba a declarar el viernes, que era el dia que ibamos a salir. Por esa epoca era otoño y las hojas caian un poco mas de lo habitual. Le dije que tenia algo importante que decirle el jueves por la tarde. Ella se le notaba un poco su cara de preocupación. Cuando llego el momento ella nunca llegó. Traté de hablar con ella al dia siguiente pero no apareció. Le escribí por telefono pero nunca respondió. Al año siguiente me enteré por unos rumores que ella habia sido transferida de escuela. Nunca le pude decir cuando la queria.