El pueblo ahora era muy rico, era demasiado bello, despertando la avaricia de otros pueblos. La guerra inició pues así como hubo codicia en ese reino, había muchos más que codiciaban aquellas riquezas, queriéndose aprovechar de todo.

El rey en una mañana no encontraba a su esposa, lo que se le hizo un poco extraño. Debido a la fuerte guerra debía de estar con protección. El rey se preocupó tanto de que la hubieran raptado.

—Señor— expresó un soldado— el enemigo persigue al ciervo de oro—. El rey protegía a los seres vivos por lo que tuvo que emprender ese viaje para poder hacer entender a su enemigo que no estaba permitido casar ningún animal.

Al llegar pudieron presenciar aquella escena, el rey valientemente cabalgó y enfrente de todos el venado de transformó en la Reyna. El rey quedó asombrado, pero comprendió que estaba en peligro. Cabalgo lo más rápido que pudo pero fue demasiado tarde, una flecha le había atravesado el pecho a su amada. Al ver esto la ira lo cegó por completo. Bajo de aquel caballo para poder abrazar a su esposa

—¿por qué?—. Expresó el rey en llantos. La Reyna acarició su mejilla.

—Tenia que ir al bosque avisar lo que pasaba, ellos tenían que unir y...tuve que distraerlos de algún modo—. Expresó con trabajos, el rey se agacho para besarla entre lágrimas—. Eres buena persona mi amado rey...no dejes que...—. El alma del sol se había ido.

El rey lleno de ira acumuló demasiada energía, tanto que se transformó en un venado blanco. Corrió hasta llegar con el enemigo matando a todos con sus astas. No quedó nadie vivo, el rey regresó con el cuerpo de su amada al castillo. Entendieron luces en todo el pueblo, pues su reina, la que había salvado al pueblo, había muerto para protegerlos a todos. El rey sufría por completo y durante la ser emojis fue traicionado.
Uno de sus guardas lo asesino, cayendo enfrente de todos y aún lado de su amada. La victoria resultó una tragedia y aquel pueblo fue envuelto en desgracias, nuevamente.