¿AHORA QUÉ HACEMO?
CΔPITULΩ3
Me levanté temprano pues no podemos seguir aquí porque la familia tal vez no fuere mucho tiempo lejos y además con esto no quiero meter a Thomas en mas problemas de lo que ya esta metido. Como sea, hice la cama y prepare el desayuno con la comida que encontré.
—Hola, buenos días—dice adormilado. Aún parece un niño pequeño.
—hola— conteste mientras servía el desayuno—¿cómo amaneciste?—.
—bien— contestó junto con bostezo. Se sienta en la silla del comedor—Mmm se ve delicioso—.
—y lo esta— me senté enfrente de él—Merida se fue temprano.
—Si escuché—se mete un bocado en la boca—no sabía que cocinabas—.
—Tuve que aprender, era un requisito en familia de porquería—. No estaba muy contenta de mi buen sazón.
—Jamás me has contado tu historia—. Lo veo con una ceja levantada. Aprieto mis labios.
—Luego la sabrás por ahora come—. Lo sé, parezco una madre, pero realidad me preocupo por él.
—¿De verdad fue tan malo vivir con tu familia?— me pregunta con tristeza.
—Si se puede decir que lo que hicieron fue lastimarme pues si, si lo hicieron—sin palabra alguna.
—Tenemos que irnos antes de que llegue la familia de esta casa—. Levante mis trastes para empezarlo a lavar y dejarlos en su lugar.
—¿Tendiste la cama?— expresé guardando todo.
—Si—.
—Bien cuando termines por favor lava tus trastes y los pones en su lugar.
—Bien—expresó mientras seguía comiendo, subí a reglarme un poco y empecé a ver lo que podía usar. Me cambie la ropa interior robada y me puse una de la chica, me probé unos vans de ella y si me quedaban muy bien, eran negros, mejor para mi. Una blusa de Batman y unos short rotos.
—No creo que los necesite—hecho todo en una bolsa de plástico y baje las escaleras.
—Ya hay que irnos Thomas—.
—deberías llevarte otras cosas si quieres que no nos descubran—. Expresó sarcásticamente.
—Esta bien— y hecho otras cosas y un perfume. Lo veo con seriedad.
—Listo y tu también—.
—No llevare cosas de chica— ruedo los ojos— y no pienso tomar cosas que no son mías.— Ya no sé si deba sorprenderme su respuesta.
—eres muy nene—al parecer vivía una pareja muy joven. Hecho un par de tenis para Thomas juntó con ropa, muy poca para que no se den cuenta.
—Bueno hay que irnos—.
—Bien—salimos de la casa lo más rápido posible y nos dirigimos a nuestras motocicletas, el asiento se podía levanta para meter cosas (como una cajuela) ahí llevaba poca ropa mía y de Thomas cosas esenciales y estas que acabó de robar. Cerré mi asiento y en eso vi a Alex, Astrid, Mery,Elsa, Abran y a Toño.
—Bien—dijo Abran—ya es hora de irnos.
—Bien— Contestamos todos al unísono.
—Oye Zel—. Volteo a ver a Mery— Linda ropa. Sonrió ampliamente.
—Gracias, igual que la tuya— También había tomado topa de la chica.
—No dejaste la tuya cierto—cheque mi maletero y ...........no, me puse mi chaqueta y subí a mi motocicleta.
—No no la olvidé—siempre soy precavida. Ella ríe y se pone el casco.
—Bien—. Arranca su motocicleta.
—Bien familia nos dirigiremos a Nueva York.
—Si Nueva York—Grifa Anna feliz subiendo a la moto de su hermana—Espero ver la dama libertad.
—No iremos de excursión, Anna—. La regaña su hermana.
—Elsa no seas así, tal vez nos de tiempo —.
—Elsa tiene razón mocosa—le contesta Toño—sería muy arriesgado.
—me vuelve a a decir mocosa y te juro que te dejo sin bolas—.
—Ya dejen de pelear—dijo Abran encendiendo su motocicleta.
—Ah —dijo poniéndose el casco.
—bien aquí vamos—. Hay ocasiones en que digo que esta bien y que esta mal, pero no me anima mucho ir a Nueva York. Simplemente nose porqué, pero de ahí eran unos tíos y sinceramente quiero evitar esa ciudad a toda costa.
Es inevitable que las cosas salgan como uno quiere. Salimos de Dallas y no pasó mucho cuando empezamos a escuchar las patrullas. ¿Jamás nos dejarán vivir en libertad? Supongo que la gente que no está controlada desean hacer que sigan sus reglas porque muchos empezarán acopiarnos y realmente se probará la verdadera libertad.
—Deténganse—.
—Demonios— expresa Abran enojado.
—hay que perderlos—grita Astrid.
—Chicos hay que...—abran se cayó porque vio patrullas enfrente.
—ay no—exprese con temor—Thomas ponte enfrente de mi y de Mérida— volteo a verlo con desesperación—AHORA— Grite y eso hizo.
—ABRAN HAY QUE SALIR DE AQUÍ AHORA!—expresé molesta
—Sepárense. salgan de la carretera—.
—Thomas tu sígueme!— Grite y nos separamos y las patrullas también lo hicieron era un caos total de persecución. Estaba asustada.
—Deténganse ahora—decían con sus asqueroso micrófono.
—Thomas detente—grite.
—pero...
—Has lo que te digo—nos detuvimos, pero quedamos frente a frente y arrancamos enseguida para dirigirnos de nuevo a la carretera.
—Allá— señale— hay una dunas tal vez...—Thomas no pudo terminar porque le dispararon a su llanta trasera y perdió el control.
—¡THOMAS!—pare la moto y me acerque a él—¿estás bien?— expresé preocupada.
—si— expresó quejándose. Espero salir de esta con rapidez. —Sube a la motocicleta—expresé, pero ya habían llegado las demás patrullas.
—arriba las manos y no se muevan—.esto no puede estar pasando.
—has...has lo que dicen—decía con mucho dolor lo recosté y empecé a checarlo.
—que no oyeron —.
—TIENE ROTO EL PIE INVECIL—grite enojada y con lágrimas. Estaba preparándola. Unos policías se ha cercaron a mi para tomar mis manos.
—suéltenme hijos de perra—dije jalándome—ERIC— era el nombre que habías acordado para poder protegerlo en caso de que esto pasara.
—el ira con la chica—dijo un oficial— Tal vez así no se jale tanto—me solté de su agarre y corrí para ayudarlo .
—ven Eric—-paso un brazo al rededor de mi cuello—todo estará bien—subimos a la patrulla.
—iremos a Washington, ahí los interrogara a cada uno, vagos—no conteste nada porque sólo abrazaba a Thomas y acariciaba su cabello como una madre a su hijo—¿son familiares?—.
—Todos lo somos—dije entre dientes, vi como un remolque se llevaba nuestras motocicletas,hacíamos muchas paradas, y Thomas solo tuvo moretones y un tendón lastimado nada grave gracias al cielo.
—Oigan hay que salir de aquí—.
—¿como? nuestras motocicletas ya están en Washington—.
—Abran ¿que vamos hacer sin las motocicletas?, y ¿sin nuestros objetos de robo?— pregunta Astrid con preocupación.
—Todos tranquilos—Nos ve a cada uno de nosotros—estamos unidos pase lo que pase. No hablen mucho con ellos, no les den información, nada.
—ok—dijeron todos.
—ya es hora de irnos—dijeron molestos.
—Ey tu—Thomas y yo volteamos a ver al conductor de la patrulla donde veníamos—ya puedes irte en otra patrulla—.
—y tu deberías irte con tu suegra ha ver si ella si te soporta—dije metiéndome con Thomas a la patrulla.
—Escuchaste Bob, nadie te soporta—le dijo un policía.
—oh ya cállate. Te toca conducir—.
—Rapunzel que pasa si me mandan a casa—lo abrace con más fuerza.
—sólo sigue el consejo de Abran no digas nada, menos tu nombre y apellido—dije en un susurro.
—Ey—dijo uno—no se permiten susurros.
—y no se permite estúpidos en la policía—dije entre dientes.
—que—dijo molesto.
—si no alcanzo a oír lo lamento porque no pienso repetirlo—. Conteste con enojo.
—vez Jo nadie quiere repetirte las cosas—decía con venganza.
—ni tu esposa—susurre.
—para que lo sepan mi esposa está conmigo por...—lo interrumpe Thomas.
—por lástima—. Rueda los ojos.
—vez no soy el único que te lo dice—.
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