.Capítulo 13.

Virgil no pudo ir al entierro de Thomas, simplemente no pudo, verlo en el ataúd lo destrozaría más de lo que ya estaba. Nunca creyó que un Rey tan amable y amistoso podría ser asesinado sin piedad.

Aquí estaba, sentando en una de las ramas de uno de los árboles algo lejanos al entierro, viendo a toda esa gente millonaria dándole un falso apoyo al príncipe, Logan y Patton a un lado. Lo que le llamó la atención fue que Logan era el único que no lloraba. Considerando todo lo que debió haber sufrido era normal no sentir tristeza.

Tragó saliva, cerrando los ojos y respirando con tranquilidad lo mejor que podía. Odiaba saber que uno de sus supuestos amigos guardaba secretos y no quería contárselos. ¿Acaso no confiaba lo suficiente en él?. Dejó de pensar, no era momento de ser negativo.

- lo sentimos, mi príncipe -. Una de las mujeres dijo, Roman la miró -. Cualquier cosa que necesite puede contar con nosotros

- gracias, señorita Adams -. Roman le agradeció, tristeza en su rostro y una sonrisa falsa. Recordaba que él asesinó a Thomas

- interesada -. Logan agregó, anotando, cómo siempre, cosas en su libreta

Roman y Patton lo miraron, igual que la mujer y su marido. Pareció que todo se congeló. Virgil intentó no reír, cubriendo su sonrisa con la manga de su túnica.

- ¿disculpa, genio? -. Wow, que buen insulto -, nadie aquí pidió tu opinión, Einstein

- estoy seguro de que Roman no necesita de su falsa piedad, señora Adams -. Continuó escribiendo -. Es un príncipe y tiene todo lo que le conviene a su favor. Será mejor que guarde silencio

- oh, claro, ahora el cerebrito cree que porque es inteligente puede ser mejor que los demás. Escúchame un momento, científico, tus ideas y opiniones no valen aquí -. Señaló a Logan con su abaníco -. Otra cosa, sé lo que tu familia hizo, y no es lindo que digamos

- genial, traer el pasado al presente, buena jugada, señora -. Dejó de escribir para mirarla -. Mejor guarde silencio antes de que le cierre la boca hablándole de la realidad, o mejor, ¿por qué no le va a rezar a ese tal Dios inexistente del que tanto hablan?

Roman lo calló cuando la mujer abrió la boca por la indignación. Virgil esperó no se haya oído su risa a lo lejos.

Cuando el marido de la mujer iba a golpear a Logan, Patton se paró en frente y lo protegió con su magia. Oh no. Todos los presentes estaban sorprendidos ahora. Patton hizo desaparecer su magia, pidió perdón a todo el mundo, en especial a Roman, y se alejó completamente de ellos.

- además tienes de tu lado a uno de esos brujos inservibles que sólo sirven para seguir órdenes de nosotros que si valemos la pena -. Patton bajó la cabeza cuando vio la mirada de desprecio de las personas sobre él -. Indignante, ¡completamente indignante!

Roman no sabía que hacer en realidad. Prácticamente eran personas de su ciudad contra un científico y un mago. La diferencia era enorme. Patton intentó disculparse de nuevo por sus malos actos, pero Logan agarró su muñeca y se enfrentó a la mujer.

- puede decirme lo que quiera, incluso insultar a mi familia, pero a mis amigos no les va a faltar el respeto -. Aclaró, guardando en su bolsillo la libreta y el lápiz -. Tal vez la inservible es usted, todos ustedes. Si de verdad traen algo productivo a este mundo no necesitarían de la asombrosa ayuda de las personas de la sociedad magica

- ellos no son personas, son monstruos -. Logan rió entre dientes -. Juntarse con ellos solo trae problemas

- falso -. Su seriedad volvió, mezclándose con una ira asesina -. Juntarse con ellos puede traer alegría, amistad y sobre todo respeto. Ellos siempre están ahí. Ustedes los ven cómo sus esclavos, yo los veo cómo protectores. Demonios, Patton me maquilló ayer para hacerme sentir mejor. Creo que ustedes no saben lo que es tener una amistad verdadera

Logan salió de ahí, llevándose a Patton. Odiaba a esa gente con toda su alma. Virgil los vio irse, sonriendo, sintiéndose orgulloso de Logan.

Eran las diez de la noche y Logan estaba trabajando desde el accidente en el funeral de Thomas, que fue a las nueve de la mañana. Claramente se estaba estresando de nuevo. Largó un largo suspiro, su mano derecha recorriendo su cabello para mantenerlo en su lugar por más despeinado que esté. Pareciera que lo único que su cuerpo sentía es ira.

Alguien golpeó a su puerta, sacándolo de sus pensamientos inmediatamente. Perfecto, ahora debía levantárse, bajar las escaleras, abrir la puerta y perder más tiempo de lo esperado. Simplemente perfecto.

Abrió la puerta y sus ojos captaron a Patton, sonriendo igual que siempre. ¿Qué demonios hacía aquí a las diez de la noche?.

- ¡buenas noches, Logan! -. Exclamó, elevando los brazos

- Patton, ¿qué haces aquí tan tarde? -. Preguntó, cruzándose de brazos y elevando una ceja, importándole muy poco su apariencia

- quería darte las gracias por las lindas palabras sobre mi sociedad hoy a la mañana -. Su adorable risa se escuchó por todo el pasillo -. Eres un gran amigo, Logan, y por eso te llevaré a uno de mis lugares preferidos

- ¿ahora? -. Patton asintió -. Lo siento, estoy ocupado. Tal vez otro día...

Logan dejó de hablar cuando Patton le hizo cara de perrito bebé. No pudo decir que no.

Patton lo llevó a un bosque, Logan viendo todo alrededor: el pequeño río, las luciérnagas, las flores. Era todo tan pacífico. Ambos se detuvieron cuando Patton se recostó en el suelo, invitando a Logan a hacer lo mismo.

- me gusta estar aquí por las noches y ver el cielo estrellado, me relaja cuando lo necesito

Logan miró arriba y sonrió cuando las miles de estrellas lo iluminaron con su magia y misterio. Patton no se equivocaba cuando en el camino dijo que no se iba a arrepentir.

- las estrellas me recuerdan a ti, Logan -. Patton lo miró, su sonrisa aún plasmada en su rostro -. Llenas de misterio y silencio. Es interesante saber que clase de magia poseen

- oh -. Logan se quedó sin palabras. Demonios, su cara estaba ardiendo. Odiaba los cumplidos ya que nunca sabía que hacer con ellos una vez llegaban a él -, gracias, Patton. Debo decir que también posees misterios interesantes

Patton rió y se levantó del suelo, extendiéndole la mano a Logan para ayudarlo a ponerse de pie.

Una vez se levantaron, Patton lo obligó con su gran ternura a bailar bajo la brillante luna, Logan no era de bailar mucho, casi nunca, por eso muchas veces se tropezaba, logrando que Patton se ría.

- ¡gracias de nuevo, Logy!

Patton se puso de puntitas de pie, ya que era más bajo de altura, agarró a Logan de la corbata y rozó su nariz con la de él de la forma más dulce posible.

Demonios.

El rostro de Logan ardía, parecía el mismísimo infierno. Patton se cubrió la adorable sonrisa que adornaba su rostro cuando vio a Logan acomodándose su corbata y anteojos. Esto no podía ser posible.

- lo siento, no podía evitarlo, Logan -. Se cubrió el rostro con sus manos

- uh, yo, no hay problema -. Aclaró su garganta, mirando todo menos a Patton -, no fue algo tan... drástico

Volvieron al apartamento, Patton seguía sonriendo y Logan intentando procesar que demonios había pasado. No se sentía bien en lo absoluto. Se dio la vuelta, su seriedad no cambió nada la felicidad que Patton sentía todos los días.

- de acuerdo, gracias por distraerme de mi trabajo unos minutos

- ¡no hay de qué, Logy-Bear!

Logan largó un suspiro irritante que le causó gracia a Patton. También odia los sobrenombres inútiles y sin sentido.

Patton lo abrazó por la cintura y Logan le devolvió el abrazo, cerró la puerta y el silencio se hizo presente de nuevo. La sonrisa de Patton se fue desvaneciendo poco a poco.

- no le importas lo suficiente...

Patton sintió unas manos frías agarrarlo de los hombros.

- ya sabes que hacer...

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