Thomas tenía invitados hoy y no podía esperar o siquiera ocultar su felicidad, han pasado años desde la última reunión que tuvo con los otros Reyes de las diferentes sociedades. Todos ellos eran tan amables con él que no se aguantaba las ganas de abrazarlos a todos.

Se preparó en su cuarto, viendo a la sirvienta sonreír cuando le preguntaba cómo se veía. Ella siempre diciendo que se veía espectacular y negando los comentarios negativos que Thomas decía de si mismo sobre su apariencia. Ella es de gran ayuda en el castillo y, sobre todo, en la vida de Thomas.

Puso la corona sobre su cabeza, jamás creyéndose superior a nadie pero jugando su papel cuando lo necesitaba, sonrió y salió por la puerta después de su sirvienta.

Hoy va a ser un gran día.

Ya en el gran jardín del castillo, Thomas corrió hacia los invitados, seguido por sus guardias reales diciéndole que tenga cuidado, y los abrazó con fuerza. Con solo escucharlos reír era suficiente.

- ¿cómo se encuentra, Thomas?

- perfecto, ahora que estás aquí, Michael -. Respondió sinceramente, dándole la bienvenida para luego saludar a las Reinas

- por cierto, Thomas -. Una de las Reinas preguntó, una copa de vino en su mano derecha mientras agarraba a Thomas del brazo -, ¿dónde está la dulzura de Roman?

- oh, debe de estar llegando, es muy estricto con su apariencia

Roman se miró en el espejo, sus ojos marrones brillando de un color amarillo intenso cuando se lo proponía. Arregló su cabello, su traje y su corona, viéndose de arriba a bajo, ignorando al guardia en la puerta. Se puso sus guantes blancos, sonrió y salió por la puerta.

Antes de llegar al jardín, agarró al guardia que lo acompañaba.

- necesito decirte algo importante -. El guardia asintió con la cabeza, dispuesto a obedecer -. He oído cosas malas sobre Thomas, siendo siempre el que lo acompaña he de admitir que son ciertas

- ¿qué clase de cosas, mi príncipe?, si me permite preguntar

- es un mal Rey -. Mintió, siendo su especialidad -. Digamos que no tiene buenos planes para el futuro y, por supuesto, para conseguir sus planes, debe de tomar ciertas medidas

- ¿c-cómo qué, mi príncipe?

- la guillotina es una de ellas -. Hizo ese asqueroso gesto, pasando su pulgar por su cuello, simulando una cabeza siendo cortada -. Piensa acabar con todos ustedes

El guardia tragó saliva, no pensaba que Thomas podía ser tan cruel, ellos siempre estuvieron ahí para protegerlo. Roman sonrió, agarrándolo del hombro para llamar su atención.

- no te preocupes, tengo un plan para acabar con él y que nada de esto ocurra -. Su acompañante asintió, queriendo escuchar el plan -. Hay que matarlo

No tardó en correrse la mentira por todo el grupo de los guardias, Roman sonrió de nuevo cuando supo que ahora tenía a los tontos guardias de su lado y que podía hacer lo que se le plasca. Salió al jardín, saludó a varios Reyes y Reinas y, cuando vio a Thomas hablando felizmente con uno de los invitados, le hizo un gesto a uno de los guardias.

- agarralo, ahora -. Sus ojos amarillos brillaron y su sonrisa se incrementó

Thomas dejó de hablar para prestarle atención a su guardia, quien le dijo que lo necesitaba de inmediato. Thomas, pensando que era algo grave, lo siguió hasta que ambos se apartaron lo suficiente de los demás.

El guardia le señaló la fuente rápidamente, Thomas se acercó muy preocupado y se detuvo cuando vio a todos sus guardias parados ahí. ¿Era una emergencia tan grave o era algo más?.

- ¿chicos, sucede algo? -. Thomas preguntó con cierto miedo en su voz

Un guardia lo agarró por detrás, obviamente Thomas se iba a defender, por eso otros guardias lo agarraron de sus costados. En ese mar de confusión, Thomas sintió sus manos atadas, siendo levantado del suelo cuando se vio cayéndose debido a sus intentos fallidos de escapar. ¿Qué demonios estaba pasando?.

- ¡R-Roman! -. Exclamó cuando vio a su príncipe ahí, caminando hacia ellos -, ¡diles que me dejen ir, no me escuchan!

Roman se remangó las mangas de su traje, mirada penetrante sobre Thomas, quien comenzó a sudar cuando los guardias lo arrastraron más hacia la fuente.

Oh no.

- ¡R-Roman! -. Thomas dijo por última vez -, ¡no te atrevas!, ¡soy tu Rey y te ordeno que te detengas!

Roman se detuvo, agarró a Thomas del mentón y sonrió, sus ojos amarillos ahora. Thomas se dio cuenta y no dudó en entrar en pánico.

- nos vemos, mi Rey

Pasó un segundo y Roman ya tenía sus manos alrededor del cuello de Thomas, metiéndole la cabeza en el agua de la fuente.

Los guardias se alejaron, viendo al Rey luchando por su vida, intentando liberarse de la soga que ataba fuertemente sus muñecas y de Roman, quién sonreía, cerrando los ojos cuando algunas gotas de agua chocaban contra su rostro.

Comenzó a reír, sin saber porque, pero lo hacía. La adrenalina corriendo por sus venas, el placer de sentir la vida de alguien desvanecerse en sus manos y la alegría de saber que pronto conseguiría lo que quería.

Thomas dejó de moverse, pero el príncipe no terminó, apretando el cuello de su victima con fuerza, sonriendo de oreja a oreja, hasta que decidió que fue suficiente y lo soltó.

- bien, perfecto -. Suspiró, quitándose los guantes -. Que uno de ustedes le avise a los invitados, ahora. Los demás, quiten la soga de sus muñecas y esperen aquí conmigo

Varios guardias corrieron hacia el jardín principal y otros se quedaron junto al príncipe, viendo a sus compañeros remover la soga y que los brazos sin vida del Rey caigan en el agua.

Los invitados llegaron y varios de ellos gritaron, corriendo hacia el Rey para ver si seguía con vida. Era el momento de actuar. Una de las Reinas vio al príncipe llorar, la tristeza comiéndola viva.

- p-pensé que seguía vivo -. Tartamudeó, viendo sus manos y ropas mojadas -, pero no lo estaba, se fue, así sin más...

- Roman, ven aquí, muchacho

La Reina lo abrazó, escuchándolo llorar en sus brazos. Los invitados diciendo que estaba muerto, muchos comenzaron a llorar y otros a sacar teorías. Era una gran pena la muerte del Rey, era uno de los más amables y felices que hayan conocido.

Roman sonrió, sus ojos amarillos mirando a la Reina mientras la agarraba con fuerza.

El Rey ha muerto.