Parte 2
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—Debe ser una jodida broma de mal gusto de algún dios. —bufo SeHun, mirando al hombre en la cama.
—Broma o no, ahora esta aquí. —ChanYeol, el alto pelirrojo, le dio una mirada dura, regresando su atención al otro pelirrojo que curaba al azabache. —Y debe ser el destino, porque Lisa lo identifico como el niño que la salvo cuando estaba embarazada de JungKook.
SeHun volvió a gruñir, recibiendo una mala mirada de JongIn y un gemido lastimero por parte de YiXing, quien era atendido por BaekHyun, la pareja de ChanYeol.
—Alfa, por favor contrólese, su agresividad lo esta lastimando. — pidió el pelirrojo más delgado, recibiendo otro bajo gruñido. SeHun sabía que solo le hablaba así cuando estaba en su faceta de médico.
Gracias al pedido de JongIn y los dos cachorros, SeHun junto a cinco de sus mejores lobos partieron a la aldea Solum, dispuestos a salvar al humano.
Fue un total caos con tan solo poner una pata, literal, en el pueblo, la gente chillaba como hienas sedientas de sangre y el panorama no fue el más favorable. SeHun, junto a ChanYeol, fueron los únicos que se transformaron en humano para avanzar entre la multitud y poder lanzarse mejor contra el hombre que le había enterrado la punta de la espada al humano.
La cara de terror del que identificaron como el cazador jefe, fue lo que más disfrutaron y los gritos de terror de los aldeanos que alcanzaron a morder. El caos que dejaron fue lo mínimo que se merecían por haberle hecho tanto daño a su manada y a las otras que tuvieron la desgracia de caer en sus manos.
Desde el momento en el que toco al humano, el lobo en su interior aulló de gozo y la sensación no le gusto. El chico, cuyo rostro estaba magullado y lleno de sangre seca, lo miro por una fracción de segundos antes de desmayarse.
Joder, de verdad son grises. Aquel humano tenia los primeros ojos grises que veía desde que supo de su existencia, siendo un cachorro de muy poco años.
Su padre y anterior líder, les había enseñado que la persona que poseyera ojos grises, sería de gran ayuda para su manada y que, de ser preferible a menos que ya estuviera enlazado, debía ser la pareja del alfa.
Los ojos grises se le atribuían al poder de la luna, que era la Diosa que los protegía y les daba fuerza, y alguien que los portaba se convertía en una especie de médium que la luna enviaba para asegurarse de que sus criaturas estuvieran sanas y fuertes. No nacían en cada generación, podían pasar muchos años antes de que hubiera alguien con ojos grises y su nacimiento representaba dicha para las criaturas sobrenaturales.
Aun así, SeHun veía la existencia de aquel muchacho como peligrosa para su manada. Dicho poder otorgaba curación y fortaleza para las criaturas pero al igual que todo, inspiraba un gran sentimiento de poder y dominio. Hubo peleas entre las mismas criaturas por querer quedarse con El rayo de luna para sí solos y eso, para SeHun había bastado para agarrar repudio por los ojos grises. Que su lobo reaccionara tan placenteramente y protector con el humano, empeoraba las cosas.
—SeHun, nosotros nos retiramos— ChanYeol lo saco de sus pensamientos, mirándolo con seriedad, pidiéndole control. —. BaekHyun dice que estará bien, solo necesitara mucho reposo.
—Bien. —dejo marchar a su beta y el médico, quedándose solo con el humano.
Viéndolo bien, no tenía mucho de especial; piel pálida como la nieve, cabello oscuro como la noche y pestañas largas. Había muchos hombres y mujeres muy atractivos en su aldea pero había algo extraño en el chico en la cama que le llamaba mucho la atención y lo hacía querer lamerlo todo, aunque le molestara.
Gruño bajo al concentrarse en la herida de la mejilla, misma que había sido curada por BaekHyun y que seguramente dejaría una cicatriz. Los humanos eran tan ignorantes y estúpidos. Era culpa de esos malditos cazadores que su padre perdiera la vida en una de sus caserías.
De nuevo fue sacado de sus pensamientos, centrándose en el humano que se removía con dolor en la cama. Cuando abrió los ojos y los paseo por la habitación, el imponente alfa se acercó a la cama, sin hacer ruido, cosa que asusto al chico cuando enfoco su mirada en él.
— ¿Quién...?
—Mi nombre es SeHun, el alfa de la manada y desde ahora, tu alfa.
—Yo...— esa era poca y a la vez demasiada información.
—Lay.
— ¿Eh?
—Ese será tu nombre desde ahora.
— ¿Por qué me cambias el nombre?
—No puedes hablarme informal si no eres de mi círculo de confianza y, para proteger a mi gente de la tuya.
YiXing frunció el ceño, mirándolo. —Esa no es mi gente, jamás lo fue.
—De todos modos, si intentan rastrearte, no encontraran nadie que te conozca por YiXing.
— ¡Pero no puedes hacer eso! ¡Es mi nombre! Es lo único que ten—
El gruñido de SeHun lo hizo callar y encoger la cabeza. —Mis órdenes se obedecen sin rechistar. Desobedece y te enviare de regreso con los bastardos humanos. — sentencio, saliendo con un azote de la puerta.
YiXing se quedó mirando la puerta por un tiempo indefinido, sentándose con mucha lentitud y cuidado. La habitación era simple y con un agradable aroma a pino y flores, mismas que estaban colocadas en un jarrón en el mueble a lado de la cama.
¿Qué había pasado? ¿Dónde estaba? ¿Quiénes eran las personas con las que estaba?
Estaba preocupado y asustado.
Según lo que había dicho ese tal SeHun, lo salvaron de la gente de Solum y lo curaron. El tal SeHun era su nuevo líder y debía obedecerlo a toda costa, usando un nuevo nombre y desechando el otro, ese que era lo único que podía rescatar de su memoria infantil.
No tuvo mucho tiempo más para pensar cuando la puerta se abrió tras unos toquecitos que no escucho. Tras ella, entro un hombre de piel canela y músculos definidos, gesto serio y ojos amarillos, no dorados verdosos como los de SeHun. YiXing se regañó por quedarse contemplándolo más tiempo del normal.
Cuando el chico se acercó, pudo reconocer la cicatriz hecha por un látigo de plata en la mejilla.
—Oh, tú eres ese lobo...
El de piel canela asintió, agachándose frente a él. —Gracias a ti, los cachorros y yo estamos con vida. Estarás protegido y a salvo mientras vivamos.
— ¿Cachorros? — YiXing abrió mucho la boca, moviendo las manos hasta que la punzada de dolor lo hizo detenerse. — ¿Ellos realmente están bien?
—Y quieren verte para agradecerte, junto con su madre y su hermano mayor, a los que también salvaste hace muchos años atrás. — el lobo le sonrió, estremeciéndole el corazón otra vez.
— ¿También los salve?
—Vaya que sí, estamos muy agradecidos porque los hayas salvado. — el atractivo hombre tomo una de sus manos, mirando con pesar la cicatriz en su mejilla. —Siento tanto que tengas que portar una cicatriz tan fea en tu rostro, hubiera estado dispuesto a recibirla por ti.
YiXing dejo de sonrojarse después de escucharlo, escandalizándose. — ¡¿Estás loco?! ¡Iban a matarte! —el de ojos amarillos lo miro sorprendido. —No iba a dejar que les hicieran más daño, ¡Recibir latigazos es algo que haría por ustedes!
El lobo sonrió aliviado, llevando ambos manos de YiXing a su frente. —Juro proteger al hijo de la luna, con mi cuerpo y lealtad, hasta el fin de las noches y días.
YiXing se sonrojo, sintiendo que estaba siendo participe de algo muy importante e íntimo. — ¿Hijo de la luna?
—Solo puedo hacerte el juramento de un guerrero, llevando tus manos a mi frente. Si fuera tú pareja, besaría tus manos y te entregaría mi corazón. —el chico se levantó, bajo la atenta mirada de YiXing. —Mi nombre es JongIn y soy uno de los guerreros del círculo íntimo del alfa SeHun.
—Soy Yi... soy Lay. — murmuro con un deje de angustia.
JongIn le sonrió, intentando animar al humano que de repente se había entristecido. —Nuestro alfa nos protege como cree necesario, hemos tenido muchas bajas a causa de los humanos, más que las que tenemos al luchar con otras manadas.
YiXing lo miro con tristeza. —Lo siento... de verdad lamento que mi raza le haga tanto daño a la tuya.
—No debes disculparte por ellos, tu existencia es agradecida por nosotros. — JongIn soltó sus manos, levantándose en toda su altura. —Duerme un poco más, conocerás a la manada durante la cena.
El ojigris asintió, repentinamente demasiado cansado como para seguir despierto. Sus ojos se cerraron mientras estaba sentado, siendo sostenido por el lobo, quien lo acomodo con cuidado en la cama antes de salir.
Tan pronto levanto la mirada, se encontró con los ojos dorados verdosos de SeHun. —Si querías preguntarle como estaba, solo debías hacerlo, no esperar a que fuera yo.
SeHun chasqueo la lengua, mirando a su amigo. —Él no me interesa. —y se giró, bajando las escaleras.
—Si, claro. — y JongIn lo siguió, sonriendo de lado.
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SeHun (imaginen su cabello plata)
Lay
JongIn
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