Capítulo único.
La foto es del vestido que usan las chicas y Denki en el café.
No soy buena escribiendo smut, véanlo como una práctica :'''v
Fuyuhiko-Kuzuryuu y MeiMei_Kiara_ GRACIAS POR LA IDEA CORAZONES DE AZÚCAR (≧∀≦)
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Denki Kaminari no era alguien que gustara de travestirse, bueno tal vez un poco, pero no lo hacía de a gratis. Trabajaba en un café maid siendo una de las "chicas" principales, todo porque en su familia de cinco hermanos, mamá, papá y él no alcanzaba el dinero para todos.
A sus trece años se vio obligado a buscar un trabajo para que en su hogar pudieran por lo menos subsistir, pasando por muchos lugares en donde le pedían cierta edad o habilidades, incluso algunos le pedían una licencia para usar su Quirk y sacarle provecho a la vida, pero a penas si estaba pensando en qué lugar podría seguir estudiando con su situación económica. Cuando encontró ese lugar no lo pensó dos veces antes de entrar y preguntar por el trabajo, no se acobardó cuando le dijeron que tendría que ponerse un vestido, era mejor que nada. Desde entonces ha trabajado ahí sin descanso alguno, horas extras, cubrir los turnos de las demás chicas, nada de eso importaba si con eso era capaz de llevar algo que poner en los estómagos de sus hermanos, todos menores que el.
En el momento en que hizo el examen de aceptación de U.A solo pensaba en que si lo lograba le otorgarían una beca, siendo una de las razones por las cuales optó por la academia, la otra obviamente era su deseo de ser un héroe, además que los ingresos de héroe le serían suficientes para alimentar a su familia como si fueran reyes. El momento en que lo aceptaron fue uno de los momentos más felices de su vida, el tercero dando un poco de adelanto a esta historia. La beca le fue otorgada ni bien fue aceptado, los uniformes y sus útiles escolares se le fueron dados por el director mismo.
El primer día en la U.A sintió temor de que descubrieran su humilde origen, toda su vida lo habían agredido por ello y no quería seguir con lo mismo ahora que estudiaba para ser un héroe. Llegó a su salón más temprano de lo que sabría llegaría los siguientes días solo por ser el primer día, buscó su asiento y se encontró con un pelirrojo de curioso peinado en punta en el asiento vecino, apenas lo vio dejar sus cosas en la mesa le sonrió mostrando sus afilados dientes.
-Mucho gusto, soy Eijirou Kirishima, espero nos llevemos bien- Saludó extendiéndole su mano y mirándole con sus rubíes ojos.
Estrechó su mano mientras se sentaba y sonrío se igual forma- Soy Denki Kaminari, espero lo mismo- Esas sonrisas que compartieron marcaron el inicio de una hermosa amistad que próximamente sería más que eso.
Las clases y prácticas no le dejaban tanto tiempo pero de todas formas se las manejaba para seguir trabajando y estudiando con unas notas decentes, medianamente decentes y con mucha ayuda. De día era Denki Kaminari, estudiante del departamento de héroes de la U.A, y en las tardes, noches y fines de semana era Ichika, una maid que trabaja en un café donde bailaba desde los inicios del café y era muy querida en el lugar tanto por la clientela como por los otros trabajadores. La jefa era tan amiga suya que incluso lo llevaba a su casa en su auto y le invitaba la cena para que todo el dinero que ganara fuera para su familia. Pronto se enteró que varias de sus compañeras trabajaban en el mismo lugar y se hicieron incluso más amigos que antes, claro que ellas habían prometido no decir nada sobre su trabajo. Todo iba de mil maravillas, hasta que cierto personaje le preguntó por algo complicado...
-Oye Kaminari, dime dónde trabajas, quiero trabajar contigo- Habló repentinamente el pelirrojo mientras comían en la azotea, la sorpresa le llegó tan de sopetón que se ahogó con su preciada hamburguesa.
-¿Por qué quieres trabajar? Pensé que tu familia estaba buen económicamente- Al pensar un poco pasó lo peor por su mente y temió que eso fuera verdad- ¿Acaso hay problemas en tu casa?-
-No, solo quería demostrarle a mi padre que puedo valerme por mí mismo, apenas y me deja venir aquí solo con lo sobreprotector que es- Reveló notando la preocupación de su rubio amigo y se conmovió por la misma, sonrió para asegurarle que solo era eso y le jaló las mejillas juguetonamente- Es lindo que te preocupes por mí rayito-
Cada vez que le llamaba por ese apodo sentía su cara arder y sabía muy bien el porque de eso- Deja de llamarme así, es normal que me preocupe por mí amigo...-
Vale, dolió bastante decir eso.
-Bueno, es verdad. Más normal entre mejores amigos- Su sonrisa opacó ligeramente la punzada en el pecho del ojidorado, sonriendo de vuelta golpeó con suavidad su hombro siguiéndole el anterior juego.
-¿Y a ti quién te dijo que yo trabajo?- El hecho de no haberle dicho a Eiji sobre su trabajo era primero porque no quería preocuparlo y segundo porque sabía que empezaría a preguntar por el mismo y tarde o temprano lo descubriría, tenía miedo de ser juzgado o rechazado por su mejor amigo a pesar de que no le creía capaz de eso una vida lleno de maltratos te deja a la defensiva.
-Me enteré por un pajarito... Un pajarito antigravedad- Nerviosamente admitió quien fue la persona que le dijo que el rubio trabajaba sabiendo que si no lo hacía, lo reprendían y si lo hacía, lo reprendían. Era un círculo vicioso.
-Uraraka, debí imaginármelo- Sonrió resignándose al recordar a su compañera, Sakura en el trabajo, y lo preguntona que llegaba a ser con respecto a su situación y su familia, a pesar de no tener mucho era capaz de ofrecer y eso enternecía al rubio que juró asegurarse de que la persona que la conquistara la mereciera- Si tengo trabajo pero... No creo que sea para ti-
No podía imaginarse a Eijirou en un vestido atendiendo a un montón de pubertos y ancianos reprimidos que no sabían que podrían estar hablando con un chico y ya estaban tratando de tocar donde no debían. También estaban los cargos de seguridad y asistentes de cocina y oficina pero no se arriesgaría a ser descubierto de esa forma.
-Anda, puedo hacer lo que sea. Imagino que tu trabajo debe ser tan varonil como tú- Levantó su puño cerca de su rostro y cerró sus ojos para dar más énfasis a sus palabras.
"Eiji, querido, el equivalente de nada es nada" Pensó Denki intentando no hacer una mueca.
-De todas formas, no te llevaré a trabajar conmigo, busca otro sitio- Desvió su mirada cuando el otro comenzó su táctica de ojos de perrito antes de ceder ante esos hermosos orbes rubíes que lo traían loco desde hace meses.
-Vale, entonces le preguntaré a alguien más... Como Uraraka- Lo último lo susurró tan bajo que el rubio no lo escuchó, siguieron comiendo y a la final volvieron a su salón para seguir con sus clases.
"Una travesura al mes no hace daño... Y a la semana tampoco" Pensó Eijirou al imaginar la cara que pondría Denki al verle llegar a su trabajo de repente.
De haber sabido que algo así pasaría, habría aceptado la propuesta de la castaña de ir juntos al trabajo.
Ahora estaba con su vestido puesto y andando de aquí para allá como Ichika mientras cierto pelirrojo mantenía su penetrante mirada sobre el y cada movimiento que hiciera. El pelirrojo lucía orgullosamente un gafete que decía seguridad y resplandecía igual que su sonrisa.
Básicamente pasó algo así, Ochako estaba saliendo de la escuela con Kyouka e Ibara Shiosaki de la clase B de camino al trabajo cuando Eijirou las detuvo, le rogó a las chicas que las llevarán con ellas y les explico por qué quería trabajar, agregando el hecho de querer trabajar junto al rubio eléctrico, las chicas dudaron un momento, menos Kyouka que aceptó de inmediato, y a la final lo llevaron con ellas. Al llegar lo llevaron de inmediato con la jefa sin que Denki los viera y ella le dio la vacante de seguridad, sonriendo al escuchar por las chicas que quería trabajar junto a su estrella aunque obviamente no le dirían quien era.
Y así llegamos a este punto, Denki o más bien Ichika, paseaba de mesa en mesa y de cliente en cliente con Eijirou mirándole fijamente, cabe destacar que el rubio tenía mucho miedo al inclinarse por esa mirada y el corto del vestido que de por sí ya le brindaba un montón de miradas indeseadas, aunque la mirada rubí no era tan indeseada... Borren eso. Denki agradecía que la diadema cubriera bien los rayos de su cabello o sentiría más nervios aún.
-Lo haces bien Ichika, creo que le gustas- Cierta pelimorada apareció a sus espaldas apenas vio una oportunidad para molestar al rubio, sabiendo de muy buena fuente del gusto que le tenía al pelirrojo.
-Si pues no quiero que le guste Ichika... Quiero que le guste el yo de verdad- Suspiró sintiendo celos de sí mismo, idiota pero posible. El solo pensar que al rojizo le gustara Ichika le retorcía el estomago de muchas formas que no le agradaban en nada- A la próxima me parece que traeré a Yaoyorozu, Tsuyu y Kendo para que disfruten un rato del café, les vendría bien un rato aquí, ¿no creen chicas?- Ese comentario solo apareció cuando estuvo seguro que las tres le escucharían y sonrío ampliamente cuando los pálidos rostros lo encararon- Sigan con el buen trabajo lindas-
Eijirou no podía estar más disgustado con lo que veía, un montón de idiotas admirando el trasero de su Denki cuando el apenas y podía verlo en la escuela, cada que un puberto intentaba pasar sus manos del límite entre rodilla y muslo sentía unas ganas tremendas de saltar y romperle el cuello al muy tarado pero sabía que tenía que controlarse si quería demostrarle a su padre que podía hacer esto. Volviendo al tema, solo el, Eijirou Kirishima tenía permitido admirar el hermoso trasero de Denki Kaminari en pantalon, vestido o cualquier prenda que el rubio se pusiera. Admitía que la vista de su chico con ese vestido le era muy... Provocativa pero no le parecía que un montón de gente lo hubiera visto así antes que el, que clase de ofensa es esa.
"¿Creíste que esa cosa en tu cabeza te ocultaría para siempre rayito? Me parece que creíste demás" Sonrió para sus adentros cuando sus miradas se cruzaron y el dorado se desvió casi de inmediato con un rubor en sus hermosas mejillas.
Ninguno de los dos se creía capaz de llegar al final del turno sin hacer alguna barbaridad o estupidez a causa del otro, a decir verdad no creían que llegarían a la mitad. Este sería un largo turno de trabajo y apenas empezaban la semana.
Kirishima ya había pasado un mes trabajando en ese lugar y había soportado infinidad de pendejos que anhelaban lo que era de su propiedad, ni un solo día hubo en que ese hermoso trasero se salvara de miradas peligrosas, no era que la del pelirrojo no lo fuera pero el tenía un muy buena razón para observarlo, es suyo, simple y casual. Kaminari no lo había pasado mejor, en el mes contó unos tres ancianos depravados que tuvieron que echar, seis adolescentes que querían pasarse de listos con las manos, once personas que intentaban irse sin pagar, dos que se emborracharon más de la cuenta y, como mínimo, unas veinte que se habían quedado mirando a su falda o más específicamente a su trasero. Jamás entendió el porque siempre la gente se quedaba mirando su trasero, no le parecía la gran cosa y siempre que revisaba no tenía nada pegado en el y el moño en su espalda estaba impecable.
-Ichika, aquí por favor- Una voz que siempre le molestaba una vez al mes se hizo presente desde el fondo del local, ocultando su desgano fue al encuentro con el idiota número uno del lugar- Ah mi querida Ichika es bueno verte otra vez-
-Me alegra escuchar que mi compañía le agrada pero debería pensar en las otras chicas, se sentirán solas si no las llamá, señor- "Y yo sentiré más ganas de vomitar si sigo aquí" Con toda la paciencia que tenía buscó la mejor excusa que pudo pensar en esos siete segundos antes de llegar con el imbécil este, solo consiguiendo eso.
-Oh vamos querida, eres tan modesta, solo di que te vuelves loca al estar cerca de mi, no me reiré preciosa-
Manteniendo su sonrisa que tanto trabajo le había costado conseguir en esa clase de profesión, hizo lo que siempre hace en cada mesa y estaba a punto de irse cuando una mano lo jaló bruscamente. Con dolor en su muñeca volteó otra vez a ver al idiota y tembló al ver la mórbida mirada dirigida a el.
-Anda linda, llevo como diez meses en este plan y aún no me has aceptado una sola cita, siempre te espero enfrente de aquí cuando cierran y nunca apareces. Se que tú también me quieres y yo quiero todo de ti, en especial...-
Miró aterrado como la mano libre se aproximaba a su retaguardia pero no podía soltarse del agarre que ya lo lastimaba en serio.
-¡Por favor ya suélteme, me lastima!- Alzó la voz intentando llamar la atención de alguien que le auxiliara y cerró sus ojos con fuerza al sentir la respiración del hombre cerca de su cara.
-Creo que te ha dicho que le sueltes- Abrió sus ojos impresionado al escuchar esa voz.
Eijirou estaba sujetando la mano aventurera del hombre mientras lo miraba con una sonrisa vacía y amenazante, Denki agradeció a todo lo existente que el pelirrojo nunca apartara su mirada de el. En plena lucha de miradas el ojidorado sintió un posesivo agarre en su cintura y se sonrojó cuando la cercanía entre Eiji y el se redujo a nada, se sorprendió a si mismo abrazando el cuello del mismo aún temblando un poco, cosa que enojo más al más alto.
-En este establecimiento no se da esa clase de servicio, así que le pediré amablemente que se retire antes de que llamemos a la policía porque usted acosa a una menor- Lo siguiente que vieron fue al idiota número uno salir corriendo lo más rápido que pudo del lugar mientras la jefa le gritaba su montón de cosas desde la puerta- ¿Estás bien Kaminari?-
-Si, estoy bien, muchas gracias Kiri... Mierda- Se sintió tan pendejo al darse cuenta de que le había confirmado que era el que quiso golpearse la cabeza con la pared hasta quedar más inconsciente que Midoriya en el examen de ingreso- ¿Como lo supiste?-
-No puedes esconderme nada rayito- Acarició ligeramente los vuelos de la diadema que cubrían discretamente los rayos azabaches en su rubia cabellera- Es imposible que no te reconozca, solo es un vestido, maquillaje y otro peinado, aunque si te ves un tanto diferente- "Podría reconocer tu trasero a verlos kilómetros de distancia"
-Muchachos, siguen en público- La voz de Shiozaki los tomó por sorpresa y solo entonces se dieron cuenta que seguían abrazados, se separaron tan rápido como pudieron y evitaron sus miradas- Enserio lamento interrumpir pero ya tenemos que cerrar y necesitamos más manos-
-Ah Denki, perdóname por dejarte a que salgas de ultimo pero enserio tengo que irme antes, pasare a buscar las llaves a tu casa mañana, adiós lindura. Por cierto, puedes hablar con Kirishima en los vestidores luego de que todos se vayan, aprovechen- La jefa, senda morenaza, se acerco a la puerta y antes de salir volteó con una enorme sonrisa- ¡Usen protección niños!- Y entonces corrió hasta su auto lo más rápido que pudo con sus esbeltas piernas de amazona.
Luego de bastantes sonrojos, bromas, bullying en general y minutos más tarde ya solo quedaban ellos dos en los vestidores y estaban dispuestos a hablar, Denki ni siquiera se había cambiado por los nervios y solo se había quitado el maquillaje. Eijirou no se movía un ápice de la puerta solo por si acaso el mayor intentaba correr, lo creía capaz con lo nervioso que se veía, tampoco se había cambiado y solo se había quitado el chaleco del simple traje.
-¿Así que... Te va ser un trap?- Lo más inteligente que se le ocurrió decir fue eso, en serio no era bueno en situaciones así.
-¿Y a ti te van los traps?- Susurró tan bajo que el pelirrojo no lo escuchó y desvió su mirada antes de volver a hablar- No me gustaba al inicio, necesito el trabajo-
-¿Por eso nunca me respondes cuando te pregunto cómo están en tu casa? Si no querías que me preocupara podrías habérmelo dicho tú mismo en lugar de tener que enterarme en el trabajo... Aunque igual me preocuparía- Dio dos pasos más cerca pero se detuvo al ver cómo Denki se encogía en su lugar tratando de escapar, recordando porque se había quedado en la puerta en un principio- Kaminari puedes decirme si algo te molesta, no pienso obligarte a hablar pero me haría muy feliz si me dijeras las cosas-
-Yo...- El único problema que tenía era el hecho de que su corazón estuviera a punto de salir de su pecho por estar solo con el chico que lo volvía loco en los vestidores con un vestido de maid puesto, obviamente no lo diría- Te diré lo que quieras saber pero hoy no, estoy cansado y quiero irme a casa- Hubiera seguido inventando excusas de no ser porque el pelirrojo acortó la distancia restante y lo acorraló contra los casilleros detrás de él, acercando peligrosamente su rostro al suyo.
"¡Me está haciendo un Kabedon, Eijirou Kirishima me está haciendo un puto Kabedon!" En su mente estaba gritando a frecuencias que solo los perros oyen mientras su rostro se encendía más que antes en un rojo brillante como el cabello del más alto.
-No saldrás de aquí hasta que yo lo diga, en serio necesitamos hablar y no te dejaré ir, ¿o acaso planeas irte a casa vestido así? Estamos en los camerinos ¿recuerdas?- Siendo completamente consciente de lo que causaba en el contrario se acercó más hasta que sus cuerpos se rozaban sutilmente- No pienso dejar que más idiotas vean tu trasero, me tienen hasta la madre-
-¿Y por qué te molesta tanto que la gente vea mi trasero? Es el mío no el tuyo- Dijo buscando algo con lo que defenderse a las palabras ajenas.
-¡Porque eres mío joder...!- Gritó al borde del colapso emocional, sujetando firmemente el trasero del rubio inconscientemente, y lo siguiente fue un silencio tan incomodo que ni los murmullos de Izuku podrían llenar- Eh... Yo no...- Su cabello hacía parecer que no estaba tan rojo pero sinceramente estaba lo más rojo que su organismo le permitía. Denki no estaba en mejores condiciones.
-Kiri... Eijirou- Deslizó sus manos al cuello del contrario olvidando por completo lo nervioso que estaba segundos antes, la ilusión que despertaron esas palabras era única en su especie- ¿A ti te... gusta solo mi trasero o...?-
-¡No solo tu trasero... A mí me...!- Las palabras atoradas en su garganta fueron captadas por el contrario pero a su vez hacían que las ganas de oírlas fuesen mayores, enloqueciéndolos a ambos en ese bucle en el cual habían caído- Kami... Denki, yo amo todo de ti, este mes de trabajo me he dado cuenta y estos celos me hacen daño, me vuelve loco que alguien más te mire de formas que solo yo debería hacer, adoro tus fallas, tus aciertos, tus idioteces y todo lo que implique que seas tú. ¡Te amo rayito!-
Se sintió desfallecer por la emoción que floreció en su pecho con esas palabras, no recordaba un solo momento antes en el que haya sentido algo parecido. Buscó valor en lo más recóndito de su ser y habló con sus ojos cerrados fuertemente- Eijirou Kirishima, escucha y escucha muy bien porque esto no es fácil de decir y no lo repetiré, eres la persona más noble y gentil que he conocido en toda mi vida, no me juzgas ni me rechazas a pesar de todos mis errores y eso lo aprecio mucho, no creo encontrar a nadie más como tú en toda mi vida ni en la siguiente. Yo... También te amo, te amo, te amo y quiero gritárselo al mundo si es necesario- Abrió sus ojos para observar el rostro de su amado y no supo como sentirse ante las lágrimas que se deslizaban por las mejillas de Eiji y que pronto lo contagiaron a el. Susurraron palabras de amor hasta que las lágrimas se secaron y sus voces empezaban a sonar roncas, no se separaron en todo ese tiempo ignorando los calambres en sus músculos, se olvidaron del tiempo y de todo lo que no fueran ellos dos.
-Kirishima... ¿Puedes quitar tus manos de mi trasero?- Finalmente se dio cuenta de la sugerente posición en la que estaban, recuperando toda su vergüenza de golpe. El susodicho se quedó helado al notarlo también pero antes de poder hacer otro movimiento un impulso que no supo de donde vino apareció. Apretó los glúteos entre sus dedos dándole un escalofrío al rubio- ¿¡Qué estás...!?-
-No lo sé pero no quiero parar- Deslizó sus dedos mientras seguía ejerciendo presión sobre los suaves glúteos, acercándose peligrosamente al agujero oculto entre ambos. Denki cubrió su boca con una mano para contener sus suspiros, su cuerpo comenzaba a temblar y temía que pronto cierta parte de su anatomía reaccionaría a los estímulos.
La mano libre del rubio se aferraba fuertemente al cuello de la camisa de Eijirou quien estaba embobado por la sensación de esas nalgas entre sus dedos, notando un poco después como los temblores se hacían presentes en el cuerpo frente si. Sintió sus manos temblar también cuando las bajó y volvió a subir ahora debajo de la falda, sintiendo el tacto de lo que identificó como unas pantys, se descubrió a si mismo deseando arrancarlas de su lugar. Denki sentía que en cualquier momento sus piernas le jugarían una mala y caería sentado al frío suelo, la sola idea lo hizo aferrarse con más fuerzas al contrario, se estaba desesperando por ser el único que se sentía así y buscó los ojos rubíes para comunicarle su disconformidad pero gran sorpresa se llevó al ver el brillo de la lujuria centelleando en ellos, junto a una acelerada respiración y la fina capa de sudor más sexy que jamás hubiera visto.
-Kirishima- Ansioso por conocer el sabor que tendrían, se abalanzó a devorar los labios que anhelaba desde hace meses, sintiéndose en el cielo al probarlos por fin. Ninguno antes había besado a alguien pero la experiencia que no tenían fue reemplazada por el fuerte sentimiento que intercambiaban en ese contacto, miles de palabras que no necesitan ser dichas y jamás lo serían. La mirada que compartieron al separarse estaba más encendida en deseo que antes y le pedían permiso al otro para llegar a más...
El cual fue dado.
Ahora las manos del ojidorado también exploraban el cuerpo ajeno, llegando a zonas en las que nadie más había tocado antes, los botones eran abiertos, los cinturones se aflojaban, la ropa estaba dando sus señas de desaparecer y no volver en un buen rato. Eijirou le quitó la diadema en un rápido movimiento y admiró lo bien que el rayo azabache en su cabello complementaba al rubio, era su yo verdadero, el que amaba. Cuando el vestido bajó hasta su cintura no tuvo tiempo para contener el grito que le provocó la lamida a su pezon izquierdo por parte del pelirrojo, arqueando su espalda en el proceso, lamía, mordisqueaba y succionaba mientras sus manos seguían de aventureras en todas las secciones de piel descubierta que encontraba y en las cubiertas también. Sus manos llegaron hasta su entrepierna pero antes de poder hacer nada más el rubio colapsó sobre el.
-¿Estás bien Kaminari?- Sujetó su mentón con delicadeza y lo hizo mirarle a los ojos, completamente nublados por el placer. Tragó grueso ante la imagen que le ofrecía sintiendo un jalón en sus pantalones.
-Si, solo... Vamos a las bancas- Antes de dar un paso ya estaba en los brazos del más alto y fue depositado suavemente sobre la madera pulida de la banca, se recostó por reflejo y le dio al pelirrojo una de las mejores imágenes que jamás creyó llegaría a ver. Denki tenía las piernas abiertas, su piel se veía rojiza por la excitación, sus ojos estaban cristalizados y reflejaban el revoltijo de emociones dentro suyo, sus labios rosas humedecidos, su cabello alborotado y la marca de mordedura alrededor de su duro pezón- Kirishima quiero... Quiero hacer el amor contigo- Obviamente la vergüenza se había ido a este punto, su mente ya no pensaba correctamente ahora. El poco raciocinio que todavía tenía desapareció en menos que nada.
Se posicionó entre las delgadas piernas de su amado y lo besó hasta que ambos necesitaron separarse por oxígeno, le quitó la ropa interior y se apegó lo más que pudo, quedándose pensando en un asunto muy importante que habían olvidado en todo este tramo...
No sabía cómo se hace entre hombres.
-Kaminari... Esto, verás...- No sabía cómo decirle después de que ambos estaban tan emocionados que no sabía nada sobre el tema, eso no era nada varonil. El rubio lo abrazó con ternura y le susurró al oído.
-Yo tampoco se muy bien cómo se hace esto pero... ¿Quieres seguir?- Apretó ligeramente el bulto que sobresalía de los pantalones del pelirrojo y ocultó su rostro en su cuello, respirando su aroma como si fuera una droga.
-Maldición si- Volvió a invadir la boca que lo llamaba desesperado y se bajó los pantalones hasta las rodillas.
Ahora aquí empieza lo divertido.
Denki brincaba sobre la entrepierna de Eiji con una sonrisa delirante y este lo guiaba para que bajara con fuerza sobre su miembro. Ya habían pasado una hora y media desde que habían empezado su ardiente sesión de sexo y apenas mostraban señales de querer parar.
El rubio sentía sus muslos pegajosos por el semen y el sudor, sentía un ligero dolor igual que en su entrada por los constantes golpeteos contra la pelvis del más alto. De un solo jalón cambiaron de posición con Eijirou encima penetrando con más fuerza al rubio que gemía como loco.
-¡Eiji... Más!- Rogaba enrollando sus brazos a su cuello y atrayéndolo para besarlo, su pecho subía y bajaba aceleradamente al compás de su respiración.
-Denki te amo... Te amo- Lo sujeto por la cadera con fuerza y aumento la velocidad de sus estocadas, encontrando el punto que los llevaba a ambos a la locura extrema- Voy a...-
-Hazlo, solo... Hazlo~- Le abrazó con sus piernas para intentar acércalo más, cosa físicamente imposible. Se besaron una ultima vez antes de llegar al orgasmo, acallando sus gritos en medio del contacto y solo separándose cuando se sintieron exhaustos hasta para respirar, solo manteniendo manos entrelazadas al romper la unión de sus cuerpos- ¿Sabes...? Si fuera una mujer, ya estaría embarazada hace rato-
Como si eso fuera una especia de interruptor en su cabeza, lo miró a los ojos con un nuevo brillo en ellos- Tomaré responsabilidad de ello, lo prometo- Se acurrucó en el pecho del rubio como si fuera un cachorro y le causó cosquillas con su cabello.
"Dije que si fuera una chica... Oh bueno, no importa" Acarició su cabeza con resignación, nunca podría hacerle cambiar de opinión aunque le explicara que no podía quedar embarazado... No al menos por ahora.
-Te amo roquita-
-Yo también te amo rayito-
El amor es una magia~
El atardecer iluminaba con sus últimos rayos el andar de ambos jóvenes, pintando todo de colores ocres y rojizos que acentuaban a ambos chicos respectivamente. Por primera vez iban juntos después de el cruce en el que sus caminos se separaban a diario, rumbo a la casa del rubio para algo de suma importancia y que debían hacer hoy mismo, pueden imaginarse que era después de lo qué pasó.
-Ya llegamos- Pararon frente a un lugar que más que causarle repulsión al pelirrojo le dio pena. Ventanas rotas, grafittis por todos lados, vidrios por todo el suelo, ratas, muchas cosas que dejaban en claro los bajos recursos de la gente qué ahí habita- Si no quieres entrar lo entiendo-
-¡No es eso! Es que... Prometo que te ayudare y a ti y a tu familia a salir de aquí, te lo juro por mi honor de hombre- Con una mano en su pecho y la otra sujetando firmemente la del rubio hablo sin duda alguna en sus palabras, conmoviendo y enamorando aún más a Denki.
-Eres increíble- Caminaron hasta entrar al humilde edificio y subieron las escaleras hasta la tercera planta, no iban a usar el ascensor nunca así como estaba, llegaron hasta la quinta puerta y Denki sacó unas llaves de su mochila, llevándolas a la cerradura- Ya llegué-
-¡Hermano!- Tres niñas y dos niños llegaron corriendo apenas el joven aviso su llegada, aferrándose a sus piernas y cintura en un abrazo apretado. Las similitudes se notaban bastante pero solo el más pequeño de 2 años tenía el mismo rayo en el cabello que su hermano mayor- Tardaste mucho, ¿que estabas haciendo?-
-Ah bueno... Me quede cerrando el café y Kiri... Mh, Eijoruo me ayudó- El hecho de que corrigiera al último segundo apenó un poco al pelirrojo, sabía que tardarían en acostumbrarse pero no pensaba que el lo aplicaría tan de inmediato- ¿Donde están mama y papa, pequeños monstruos?-
-Aquí estamos y deja de llamar a tus hermanos monstruos, batería andante- Un hombre de unos 30 años apareció de lo que el pelirrojo identificó como la cocina con un delantal que decía "I'm your Queen" puesto, no se parecía mucho a Denki así que concluyó que el rubio era parecido a su madre- ¿Quién es el, tu novio?-
-Primero deja que mamá este aquí, quiero hablar con un adulto responsable- Guió al más alto a la cocina pasando olímpicamente de su padre que estaba dispuesto a asesinarlo si no fuera su sangre. Encontraron sentada frente a la tabla de cortar a una mujer que pareciera apenas estar en sus 30, rubia con la característica marca negra aunque la de ella era más delgada, ojos dorados, exactamente igual a Denki pero con tetas- Hola mamá-
-Hola querido, vaya no esperaba que trajeras un invitado. Debe ser tu novio- Sonriente se levantó y se acercó a tomar la mano del pelirrojo que no sabía si sentirse feliz o avergonzado- Soy Denryu Kaminari, mucho gusto corazón-
-¿Porque demonios piensan que la primera persona que traeré aquí será mi pareja?- Su expresión de fastidio era muy evidente.
-Pues tu mismo lo dijiste, juraste que la primera persona que traerías aquí sería el amor de tu vida y nadie más, y yo que esperaba que tuvieras mis gustos aunque no está mal- Su padre aprovechó para burlarse de su primogénito apenas vio la oportunidad, típico de padres.
-Por sus expresiones asumo que lo son- Sus rostros estaban tan rojos que los pequeños empezaron a burlarse de ellos, la señora los calmo y prosiguió hablando- Bueno cariño, ya te habrás dado cuenta pero en esta familia somos muy unidos, no permitiremos que juegues con Denki ni mucho menos que lo lastimes, antes de eso deberán llevarnos a todos a la carcel por homicidio. En otras palabras, más te vale no estar con nuestro hijo por motivos oscuros, ¿te quedó claro?- Por un segundo Eijirou sintió que todas las miradas estaban fijas en el, esperando por una respuesta o una declaración de guerra.
Tomó aire para relajarse y su mirada se volvió más seria de lo normal- No quiero que piensen que vine aquí solo para burlarme, tal vez no entienda lo que es pasar hambre o apenas tener para compartir pero si se lo que es ser una familia dispuesta a todo por su bienestar, se lo difícil que será que ustedes me acepten completamente. Si vine aquí es porque estoy dispuesto a todo por Denki y no planeo echarme para atrás ahora, seré responsable y le brindará todo el amo y apoyo que pueda, así que...- Miró de reojo a su amando y vio el brillo especial que se reflejaba en sus orbes dorados, transmitiéndole la confianza y amor que le faltaban- Por favor, permítanme estar con su hijo, yo lo amo-
-Se te olvidó decir que te gusta su trasero- Los niños salieron huyendo antes de las represalias que sabían que vendrían después, riendo ante las nuevas travesuras que podrían hacer con un nuevo miembro en la familia.
"Bueno, empezamos por eso y no voy a dejar que nadie más lo tenga de la forma en que yo lo hago" Sonrió inconscientemente al ver cómo su rubio perseguía a sus hermanos con el rostro encendido en rojo, gritándoles cuánta barbaridad se les viniera en mente.
Les esperaba una divertida experiencia de vida ahora que ambos formaban parte de la familia del otro, claro que aún faltaba anunciarle las cosas a los andrea de Eijirou pero eso era lo de menos, solo se concentrarían en ser lo más felices que sus vidas estudiantiles les permitieran.
La familia crece al igual que el cielo, igual que el amor y no deja de avanzar como el tiempo.
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No se el por qué de la frase en el final pero ahí se queda :v
El smut está horrible, i know -se suicida-
Típico que cuando tengo la idea perfecta para terminar tenga que darle el teléfono a mi madre y no me lo vuelva a prestar hasta el día siguiente que ya se me olvido toda la idea :'v (no really la idea jamás volvió o volverá)
Ya para los que me lo pedían, con todo mi cariño y sufrimiento (^ω^)
Llenaré Wattpad con mi hijo hasta que no quede un solo rincón sin un Denki trap nyacanyaca(?)
Me gustó la idea de Denki con tantos hermanos, ¿qué tal? ;v obvio que en otras historias el sería el hermano mayor irresponsable que le da fósforos a sus hermanitos ;)
Weno ya, voy a escribir más cosas de estos dos bebes -3-
Tatty
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