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—Me alegra verte un poco más feliz. — comento Yui, sentándose junto a KyungSoo. La chica le arregló el cabello y le dio su bebida de fresa. —Pero hoy no lo estas mucho así que supongo que no viste a tu músico.

El chico negó, apartando la libreta en la que apuntaba sus canciones. —Tiene ensayo con sus compañeros.

— ¿Lo estas esperando y nos usas como distracción? —pregunto ChulSam, trenzando el cabello de Yui.

—Si. — respondió sin dudar.

—Eres cruel ¡debiste decir que no! — se quejó la chica, causando que el menor le jalara por accidente el cabello. —Auch.

—No te muevas. —contesto el chico, concentrado en decorar el largo cabello con flores rosas.

—No miento.

Yui lo miro enfurruñada pero sin estar realmente enojada, adoraba a esa macita de maldad brutalmente sincera. Ella había estado preocupada cuando KyungSoo le mando un mensaje pidiéndole verse junto a ChulSam en la plaza. Sabía que Kyung había estado buscando trabajo de nuevo, que la mochila en el suelo tenía sus solicitudes, que le había ido mal y que estaba del lado contrario de donde esperaba a BaekHyun para que no viera su dolor.

Su amigo era así, y le dolía que creyera que no merecía ser escuchado. Ella tampoco era buena para consolar o hablar con tacto, así que fue directa.

— ¿Hubo suerte? —la negativa la hizo suspirar. — ¿Te dijeron por qué?

—Estoy enfermo de que me comparen con los demás y de que no quieran darme una oportunidad. — susurro con los puños apretados. —Yo también soy útil...

ChulSam le dio uno de esos abrazos súper fuertes, aplaudiendo con suavidad para que lo mirara. —Sé que lo eres, siempre lo he creído. La gente es cruel y tonta, como tú crees, pero también está llena de amor y vida. No dejes que te dejen en el suelo.

— ¿De dónde aprendiste eso, niño? —gruño sonriendo, apretando una de esas mejillas rosadas. El menor soltó una risa corta, apartando su mano.

—Hey, leer fanfics de Marvel y boys band si ayuda.

— ¡Claro que sí! —secundo Yui, mirando su peinado en el espejo con una sonrisa enorme.

—Dime que no lees Thorki, IronFrost o algo de esos Exodiaticos o BTZ. —pidió KyungSoo, casi riendo cuando vio que su amigo se mordió el labio, gesto que había copiado de Yui cuando era atrapada en una travesura.

ChulSam volvió a reírse, más escandalosamente. — ¡Son fantásticos! —exclamo sacando su móvil con carcaza de Park ChanYeol, su llavero de Tae chibi y su cartera de Thor. —y se llaman EXO y BTS.

— ¿Cuándo compraste todo eso? —elevo una ceja al ver los curiosos artículos, riendo cuando su amigo presumió su elegante botón de Day6.

—YiFan gege lo compro por mi recital. — respondió con emoción, sin notar que su rostro se iluminaba con la mención del alto y canadiense chino. KyungSoo se preguntó si podría haber un rostro más bonito que el de ChulSam al hablar de Wu YiFan.

Entonces obtuvo su respuesta al mirar hacia la derecha de su amigo, como si algo le dijera que volteara. BaekHyun iba corriendo hacia ellos, el estuche del violín en su espalda y la sonrisa más bonita de todas. El rostro más etéreo y bello de todos, definitivamente.

<< ¡KyungSoo ah! >> Oh, y la sonrisa más bonita de todas era para él. ¿Está permitido gritar?

¿Puede desmayarse como SeHun cuando YiXing salió de su pastel de cumpleaños número 19? Aunque en esa ocasión se desmayó después de gritar: ¡Igual que mi sueño!, avergonzando al chino y causando que quisiera golpear a JongDae por sugerirle eso, quien lo había escuchado del festejado.

Bueno, ahí no había un pastel y Baek no tenia 19.

—Pss, míralo, hemos dejado de existir para él. —susurro Yui a ChulSam, sonriendo y saludando con la mano a Baek.

—Esto es amor, turu ruruuu~— el chico tomo del brazo a Yui después de decir: <<Por favor, te lo encargamos. >> al músico, que le contesto con algo que hizo gritar bajito a los dos escuderos de KyungSoo.

Se marcharon aun entre su nube de gritos de fan, acordando que se irían a comer un helado gigante y dos marquesitas súper dulces. Dejando al escritor y al músico.

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