Capítulo 85: ¿Enemigos o aliados? III

Su madre los llevó a todos a la habitación de reuniones de guerra, una en la que Star nunca había estado. Los miembros de la Alta Comisión de Magia ya estaban allí, esperándolos.

Una vez sentados, Veros y Lara lo explicaron todo, más el primero que la segunda. Fueron surgiendo dudas a lo largo de la conversación, preguntas y aclaración. Shawn, relegado a una esquina, como siempre, tomaba nota de todo sin intervenir. Una vez resueltas todas las cuestiones, todos se tomaron un momento para asimilar la situación.

—Bueno, si no queremos que nos ataquen, solo tenemos que olvidarnos de los monstruos, como hemos hecho hasta ahora —sugirió Rhombulus.

—Como se nota que no has estado prestando atención, cabeza de cristal —dijo Hekapoo, dirigiéndole una mirada de reproche—. Los solaris de primera generación están mal de la cabeza. No dudaron en matar a sus propios hijos porque no les servían. Aunque nos aseguremos de que lo que hizo la princesa no vuelva a ocurrir y quede enterrado en el pasado, no hay garantías de que, en algún momento, dejen de ver a la gente como personas a las que hay que proteger, y los vean solo como seres inferiores a ellos.

—Sin duda es un riesgo que no podemos correr —dijo Omnitraxus desde su bola de cristal—. El precio es demasiado alto si algo sale mal. Tenemos que prepararnos para tomar las medidas que sean necesarias.

—Y lo haremos —aseguró su madre—. Hemos defendido este reino antes, una y otra vez, y esta no será la excepción. Aun así, hay una cosa que me sigue inquietando —miró a Veros y Lara—, explicarnos todo esto es claramente una traición a los suyos, y por lo que nos han contado, las traiciones no es algo que los de primera generación se tomen bien. ¿Por qué lo han hecho?

Veros y Lara compartieron una mirada antes de dirigirse hacia su madre.

—Nosotros luchábamos por los solaris porque creíamos en sus convicciones, porque creímos que querían proteger a los mewmanos y a los suyos, pero el tiempo nos mostró la verdad —dijo Veros, agachando la cabeza, mirando al centro de la mesa, como si recuerdos vinieran a su mente al pensar en lo que decía—. Los de primera generación son unos genocidas. Muchos de los de tercera los siguen, pero están dudosos. No se les puede culpar. Tienen miedo a sus superiores, a sus padres. Por eso Lara y yo decidimos escaparnos, porque no estábamos dispuestos a formar parte de eso. No es aquello en lo que viví creyendo, y no es eso lo que voy a apoyar.

—¿Eso significa que nos van a ayudar a resolver esto? —intervino Star.

Los solaris volvieron a compartir una mirada cómplice. Estaba claro que no se habían planteado la cuestión. Después de unos segundos, parecían haber llegado a alguna conclusión.

—¿Estás segura? —preguntó Veros a Lara. Esta sonrió de la forma más convincente que Star hubiese visto en su vida. Veros sonrió y luego se giró hacia Star—. Ayudaremos.

—No tan rápido —intervino su madre—. Todo esto es muy repentino, y su historia los deja a ustedes en muy buena posición para aceptarlos como aliados. Puedo creerme que los solaris sobrevivieran y procrearan después de lo que me mostraron, pero hasta que no esté segura del resto, no puedo confiar en ustedes. Por el momento, permanecerán encarcelados en una prisión de cristal, una que no serán capaces de romper. Y una vez esté segura de que son gente en la que puedo confiar, los liberaré.

—¿Qué? —se puso de pie Lara de golpe, provocando que Hekapoo alzase sus tijeras como si fuesen dos dagas, Rhombulus preparase sus serpientes y Omnitraxus abriese un portal por el cual surgió su brazo derecho, tan grande que no rozaba el techo de milagro. Eso sorprendió a Lara, pero conservó la compostura—. ¿Después de toda la información que les dimos siguen sin confiar en nosotros?

—Lara... —le dijo Veros, colocándole una mano en el hombro.

La chica se giró hacia él y ambos se miraron por un momento.

—Veros, no es justo —se quejó.

—Respetemos sus normas.

—Mamá, Lara tiene razón, nos han dado mucha información —dijo Star.

—Sí, pero no tenemos ninguna garantía de que sea información fiable. Movilizar todo el reino y prepararlo para algo que no es verdad, representa muchas perdidas en tiempo y recursos. No podemos solo hacerles caso sin más. No cuando tu decisión afecta a todo el reino.

—Está bien, aceptaremos esta penitencia —aseguró Veros, colocando las manos delante.

Rhombulus aprisionó las manos de este usando su rayo cristalizador. Luego Lara imitó a su compañero, y Rhombulus repitió el mismo ejercicio. Entre él y Hekapoo se prepararon para escoltar a ambos solaris hasta los calabozos. Antes de que se fueran, Star se acercó a ellos.

—Haré lo posible para que los saquen de aquí cuanto antes.

Veros se giró hacia ella.

—Ten cuidado, princesa. De entre todos los mewmanos, es a ti a quien los solaris buscarán para descargar su rabia. Prepárate para todo.

Un empujón en el hombro del muchacho indicó que siguiera caminando, y así lo hizo, hasta que Star los vio perderse a ambos en el umbral.

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Si bien la reina se toma en serio las palabras de los allegados, también toma en cuenta la posible amenaza que representan. Star, por su lado, no lo ve así.

La clara diferencia de perspectivas entre ambas las llevará a tomar decisiones diferentes. ¿Qué pasará?

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