Capítulo 7: Ayuda III

Lo habían conseguido, la habían encontrado, habían podido hablar con ella y reírse juntos, al menos durante un rato, antes de que pusiesen en marcha el plan de recuperación del reino. Le resistance, el grupo de supervivientes que habían conformado en contra de Ludo, atacó en conjunto, y todo acabó bastante mal: el rey River perdido en el cielo, una torre derrumbada, tres miembros heridos y otros dos perdidos. Ahora mismo Marco y Janna se ocultaban detrás de unos escombros gracias a la ayuda de Buff Frog y la reina Moon, quienes habían aparecido de imprevisto. Algo de lo que Marco estuvo agradecido.

Se asomó por el borde de uno de los escombros y vio a Ludo y Star frente a frente.

—¡Star! —dijo Marco en voz baja. Al oírlo, Janna también se asomó y miró al dúo.

—¿Qué está haciendo? —preguntó Janna.

—No lo sé.

Mewmana y monstruo se dieron la mano, algo que sorprendió a Marco. Pero lo peor fue lo siguiente. Un lazo mágico envolvió las manos de Star y Ludo, y esta última desapareció. Y lo peor de todo no fue eso, sino que una masa de carne comenzó a envolver a Ludo hasta adoptar la forma de Toffee, y luego expulsar por la boca al anterior monstruo, recuperando su cuerpo natural.

Marco no supo cómo reaccionar. ¿Qué acababa de ocurrir? ¿Dónde se había ido Star? ¿Qué demonios estaba pasando?

—No, espera —oyó decir a Buff Frog.

Se giró para comprobar lo que ocurría, solo para ver a Moon correr hacia Toffee. La reina se detuvo justo delante de él, mientras el monstruo se examinaba las manos, comprobando que su cuerpo hubiese vuelto a la normalidad.

—¿Dónde está mi hija, monstruo? —preguntó la reina, su voz al borde del llanto.

Toffee levantó su mano derecha, aquella en la que estaba la media estrella de la varita. Antes su luz era tenue, pero ahora estaba oscura como el carbón. La misma se partió en decenas de trozos cuando Toffee cerró su puño.

—Se ha ido —se limitó a responder con una indiferencia que helaba la sangre.

Moon se quedó paralizada por un segundo, luego pegó la varita con la otra mitad de estrella en el pecho del monstruo y recitó un conjuro. Marco esperó que ocurriera algo, pero no fue así.

Toffee le dio una fuerte patada a Moon, enviándola a ella y a su armadura lejos, hasta estamparse con unos escombros.

—Acéptalo. Se acabó —soltó de forma terminante—. Yo gané.

Un estallido de llamas salió de los escombros a lo lejos. Tom se elevó por los cielos con los ojos fundidos en un profundo carmesí. Se fijó en Toffee y cayó sobre él como un meteorito.

Toffee lo vio venir. Tomó uno de los escombros del suelo y se lo lanzó. Tom ni siquiera intentó esquivarlo, lo atravesó e hizo añicos la roca. Marco pensó que Tom destruiría a Toffee con un solo ataque, pero para su sorpresa, lo interceptó con ambos brazos. Era inaudito, Toffee estaba soportando, eso sí, a duras penas, la potencia y las llamas de Tom con sus manos desnudas. Marco tenía que actuar.

—Janna, ve a ayudar a la reina, yo ayudaré a Tom.

Janna dio un rápido vistazo a la mujer y luego se volvió hacia Marco y asintió.

—Más te vale no morir. No quiero ser yo quien le de las malas noticias a Jackie.

Janna y Buff Frog fueron corriendo hacia la reina y dejaron solo a Marco. Este dio unos cuantos pasos hacia atrás y luego corrió hacia la roca tras de la que se estaba escondiendo y la utilizó como plataforma para dar un salto. Se colocó por encima de su enemigo, cayó sobre él como un ave rapaz sobre su presa y le dio una patada. El golpe desestabilizó a Toffee y lo hizo caer, hacia atrás, estampándose de espaldas en el suelo. Sin embargo, aprovechó su posición para inclinarse hacia atrás y empujar a Tom con su pie, para quitárselo de encima.

Sabía luchar. Marco no había tenido la oportunidad de verlo luchar como en aquella ocasión. De seguro no tendría un cinturón rojo en karate, ni la experiencia que da dieciséis años persiguiendo a los clones de la dama de cabellos carmesí, pero no podía confiarse.

No quiso darle tiempo a respirar. Se lanzó a la carga cuando Toffee se estaba poniendo en pie, dio un salto, giró en el aire y le propinó una fuerte patada que iba a la cabeza. Toffee bloqueó el ataque y aprovechó una ventana de tiempo en la que Marco no pudo defenderse por estar suspendido en el aire. Toffee se lanzó y Marco se intentó cubrir con sus brazos, pero, para su desgracia, aquel era el plan del enemigo. De un segundo a otro, los dientes del lagarto se hundieron en su antebrazo izquierdo y le hicieron chillar.

Marco intentó liberarse con sacudidas desesperadas, pero era inútiles. Toffee le colocó una mano en el rostro para evitar que se escape. Desprovisto de ideas, intentó morderle la mano al lagarto, pero a este parecía darle igual. Había soportado las llamas del príncipe del inframundo, unos dientes no le harían ni cosquillas.

Tom apareció por la izquierda y le dio una patada potenciada por las llamas en las costillas a Toffee. El golpe fue lo suficientemente fuerte como para que soltase aire y liberase a Marco de su agarre. Este aprovechó ese momento para darle una patada en la cara y alejarlo.

—¿Estás bien? —preguntó Tom.

Tirado en el suelo, Marco se miró el brazo herido. Tenía marcas de las cuales manaba sangre a borbotones.

—No es nada —se forzó a decir.

Había soportado cosas peores. Sería capaz de sobrellevar la herida por un rato, pero, cuando se enfiase, el dolor sería insoportable.

Se puso en pie y se preparó para seguir. Tom lo miró, preocupado. No estaba convencido de que estuviera en condiciones para luchar, se le notaba en la cara, pero, llegados a ese punto, no había motivo para ocultarse o intentar huir.

Tom se lanzó a la cabeza y comenzó a hostigar a Toffee con una ráfaga de golpes envueltos en llamas. Sus puños eran rápidos y potentes, pero carecían de técnica y precisión. Toffee, en cambio, esquivaba y atacaba con calma, aprovechando los huecos entre los golpes de Tom para propinarle un puñetazo en el rostro.

Tenían que atacar en conjunto.

Marco apareció por la derecha, justo cuando Toffee aprovechaba una obertura para atacar a Tom. No fue capaz de cubrirse del derechazo de Marco, el cual lo desestabilizó. En ese momento Tom le propinó un rodillazo en el estómago que hizo que Toffee se encogiera y retrocediera. Demonio y humano comenzaron a atacar en conjunto, intentando no estorbarse el uno al otro. No resultaba sencillo, pero menos sencillo le resultaba a Toffee defenderse de ambos. Cuando bloqueaba el ataque de uno recibía el del otro, y eso le daba al anterior la oportunidad de volver a conectar su golpe.

Lo estaban haciendo retroceder. Lo estaban consiguiendo. O eso pensó Marco.

Toffee detuvo uno de los ataques de Tom y lo sostuvo del puño. Aprovechó para darle un puñetazo en el estómago y soportar el golpe en la cara que Marco le había dado. El chico notó la cola de Toffee enroscándose en su pierna, y para cuando quiso darse cuenta, el mundo a su alrededor se giró de golpe y luego dio una vuelta entera para acabar siendo lanzado contra Tom, hasta que ambos chocaron contra los escombros.

Tom estaba tosiendo por el golpe, y Marco ya estaba notando el cansancio del esfuerzo y el mareo por la pérdida de sangre. Tenía que ponerse en pie, Toffee estaba caminando hacia ellos. Tenían que...

Una luz amarilla proveniente de atrás iluminó el terreno y provocó que Toffee alzase la mirada. Movido por la curiosidad, Marco se giró hacia atrás y también alzó la mirada. Tom hizo lo mismo. Ninguno de los dos cabía en sí de la sorpresa que se llevaron al ver a Star transformada en una especie de guerrera mariposa de seis brazos.

—Toffee —pronunció la chica con voz imponente, apuntando hacia él con una nueva varita entre sus manos—, muere.

Un rayo de luz azotó al lagarto como si fuese una cascada de energía ardiente. Cuando el rayo se extinguió, solo quedó una marca negra en el suelo, y ningún rastro del monstruo.

Star descendió de los cielos y Tom y Marco corrieron hacia ella, sin embargo, este último notó como todo a su alrededor se difuminaba en una imagen similar a las pinturas de acuarelas. Sintió el impacto del suelo en su pecho y cabeza. Y luego: la nada.

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Hasta aquí la batalla de Mewni. Próximo capítulo comenzamos todo nuevo. Los espero.

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