interlude 1k
La primera vez que Maze se dio cuenta que había renacido fue cuando tenía seis años y al ver al ebrio de su Padre intentar golpear a su Madre un pulso de magia lo golpeó.
Una niñez de abusos y miedo llegó a su memoria, pero también una vida de amor familiar y valentía llegó.
Severus jamás dejaría que ese hombre tocará a su Madre de nuevo.
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Su madre estaba en el trabajo y no volvería hasta un par de horas, su Padre llegó temprano tan solo para comenzar a tomar, y finalmente luego de semanas estudiando cada letra de libros de magia al que su madre le dio acceso - después de ser desheredada por casarse con un Muggle no tenía mucho pero si tuvo el adecuado - y de meses practicando la maldición una y otra vez hasta que la varita no fue necesaria, Severus estaba listo.
- Padre. - Llamo al adulto que estaba por sentarse en el sofá para tomar una cerveza viendo algún partido.
- ¿Que quieres? Dilo rápido el partido está por comenzar. - Dijo haciéndolo a un lado pero Severus se mantuvo firme en su lugar.
- Quiero que dejes de actuar como un patético alcohólico y seas el esposo que Madre merece. - contesto de forma sería causando una reacción del mayor.
- Tu pequeña mierda, como te atre- gruñó haciendo un intento de tomarlo y Severus retrocedió un paso antes de conjurar.
- Crucio. - Maldijo y enseguida su Papá cayó al piso gritando de dolor. - Está es la única advertencia que te daré, puedes cambiar o puedes morir. - Dijo sentándose en el suelo para verle de cerca.
- T-Tu no pued-
- Crucio. - Hechizo de nuevo y está vez su padre comenzó a llorar a causa del dolor. - Si alguna vez piensas en golpear a mamá de nuevo, o en huir, o decirle de esto a alguien te mataré. - Habló con toda la frialdad y seriedad del mundo y soltó la maldición para que su padre pudiera entenderle mejor. - No hoy, no mañana, pero te mataré, lento y de forma dolorosa, no me importa si termino pudriéndome en una cárcel, te mataré. - enfatizó viéndole directo a los ojos notando la forma en que su Padre se estremeció al notar que no era solo una amenaza, era una promesa.
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Por supuesto su Padre no cambio de inmediato pero si comenzó a dejar la bebida de a poco, y ser más atento con su Madre, claro Severus tuvo que maldecir lo un par de veces cuando intento atacarlo en la noche o cuando quiso huir, pero eso estaba dentro de sus cálculos por lo que no dio mucho problema, siempre tuvo el sueño ligero de todas formas.
A medida que los meses fueron pasando su Padre comenzó a ir a alcohólicos anónimos, y ser mucho mejor con su Mamá - probablemente porque era lo suficientemente inteligente como para saber que si estaba junto a la mujer Severus no le haría nada - la relación con Severus no mejoro mucho y cuando estaban en la misma habitación su Padre parecía tenerle miedo hasta a su Sombra pero bueno, Severus ya tuvo dos maravillosos padres, no necesitaba un tercero, aunque tener una Mamá si era cómodo...
Si extrañaba tocar el piano, pero pronto tendría tiempo para eso, si su Madre no mentía Hogwarts tenía una sinfónica, y una sala de música donde Severus estaría seguro pasaría la gran mayoría de sus días escolares.
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Para su sorpresa hizo una amiga ¿Quien lo diría? Siempre vio a los niños como... Pequeñas mierdas por lo que solía evitar a los niños de su edad, pero cuando vio a una niña pelirroja siendo acosada por su hermana, llamándola fenómeno.
Bueno, Severus no pudo solo quedarse callado.
La niña se llamaba Lily y al parecer la acosadora era su hermana, quien por lo que podía notar Severus estaba celosa de la atención que Lily recibía por tener magia.
Lily... Ella era una de las personas más amables que hubiera conocida, tan pura e inocente, le recordaba a su hermano... Severus lo extrañaba terriblemente - a toda su familia de hecho - y aunque Lily no le reemplazaría jamás, Severus juro proteger a Lily cómo su hermana menor.
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Gracias a que su Padre dejo el alcohol y se volvió capaz de mantener un empleó el dinero ya no era tan escaso y pudieron comprar todo en su lista de útiles. Severus se estaba preguntando si debería hacer alguna amenaza, por si su Padre volvía a las andanzas mientras él no estaba, pero en realidad ahora sus Padres parecían una pareja normal y enamorada, su Mamá estaba feliz y su Papá también lo parecía... De todas formas enviaría cartas lo más seguido posible, solo por si acaso.
Aunque por supuesto Severus hizo varios comentarios en las comidas sobre lo ansioso que estaba por aprender todo tipo de magia en Hogwarts, las artes oscuras en especial - Su Padre se tenso y su Madre celebró ya que su familia también tenía una inclinación por ellas -, no estaba de mas dejar un seguro.
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Severus vio a Lily ir a la mesa de los leones donde estaban algunos de los niños del tren, no quería dejarla sola con ellos, no creía que fueran malos, pero los niños a su edad pocas veces sabían la diferencia entre hacer bromitas y ser bullys.
- Severus Snape. - Llamo al profesora y al sombrero le tomo menos de un segundo ver en su cabeza, de seguro notando enseguida lo que hizo con su Papá.
- ¡Slytherin! - Grito el sombrero ligeramente nervioso, puede o no puede que Severus lo haya amenazado en el caso de que abriera su boca de cuero antiguo.
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La primera semana de clases las serpientes - pura sangre - y los cachorros de León - Potter, Black y el que parecía un ratón, Lupín no, el solo miraba lo que Severus encontraba peor - intentaron intimidar lo, "colocarlo en su lugar", énfasis en "intentaron".
Ahora usualmente a Severus poco le importaba que se metieran con él, y usualmente les habría dejado que se salieran con la suya, pero con una guerra Mágica y prejuicio contra los nacidos de Muggles, Severus tenía que destacar, sobresalir, para dejar claro que meterse con él no era algo que pudieran hacer sin rasguños, ya que de esa forma todos lo pensarían dos veces antes de meterse con su linda Lily.
Así que Severus dejo en claro que tentar su ira no era algo bueno para la salud.
A las serpientes las maldijo con hechizos no verbales - debía agradecer a su Padre por eso, y en cierta medida a Petunia - que los dejaron de piedra - literalmente en algunos casos - logrando que la sala común se volviera silenciosa cada vez que entraba, y Severus debía admitir que le gustaba la tranquilidad que eso le daba.
Con los leones fue más directo, les pateo el trasero usando sus manos, los niños mágicos eran demasiado ingenuos como para imaginarse que Severus usaría sus puños en lugar de su varita. Claro no les hizo mucho daño, eran niños después de todo, y Severus tuvo entrenamiento que podría considerarse militar en su otra vida - Gracias a su Papá y sus tíos - por lo que no los hirió de gravedad y gracias a la excusa de crecer con Muggles, ninguno de los profesores dudo de su historia donde contó que solo se estaba defendiendo - técnicamente fue la verdad, ellos atacaron primero, y no tenía nada que ver el hecho de que Severus los estaba esperando - sin mencionar las lágrimas para cerrar al trato, todos tuvieron detención, pero Severus solo tuvo una semana con el profesor Flitwick quien era el encargado de la sinfónica así que difícilmente fue un castigo.
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Severus estaba yendo a buscar a Lily a su sala común cuando se topó con unos Slytherin mayores molestando a un león... Ahora Severus no era alguien que se metería en asuntos de otros pero ciertas circunstancias en su vida anterior le volvían imposible el solo ignorar cuando alguien estaba siendo molestado
- ¿Donde estas tus amigos Traidor de sangre? - Preguntó uno de los mayores burlándose y el más joven apretó sus puños.
- No los necesito para defenderme de ustedes. - Murmuró con la mirada gacha y uno de los mayores puso la punta de su varita contra su cuello
- ¿Seguro de eso, Traidor? - Contesto otra serpiente y el menor trago duro.
- Malfoy. - Alguien llamo por detrás y el grupo se giró.
- Snape. - Respondió el mayor que hasta ahora solo veía a sus compañeros molestar al Black en silencio.
- Pensé que estabas por sobre esto. - Comento y el rubio apretó los labios.
- Lo estoy. - Suspiro haciendo un gesto y las serpientes soltaron al niño. - ¿Volverás a la sala común con nosotros?
- Vine por Lily. - Informo mientras las serpientes se retiraban.
- Como gustes. - Se despidio yéndose con sus compañeros.
Malfoy era... Inteligente, era uno de los pocos pura sangre que sabían que el poder era más importante que el estatus de sangre - aunque no lo dijera en voz alta - y por lo tanto usualmente dejaba a Severus ser reconociendo que el más joven tenía cierto potencial y era mejor estar en su lado bueno. A Severus no le agradaba especialmente, pero era lo más cercano que tenía a un amigo en su casa así que no pedía más de lo que Malfoy podía darle sin arriesgar demasiado de su orgullo o lugar en la cadena alimenticia.
- No necesitaba tu ayuda. - Mascullo Sirius.
- No te estaba ayudando, solo hice un comentario. - Dijo claramente no esperando que el pequeño bastardo le demostrará algo tan simple como gratitud.
- Lily no esta. - Murmuró Sirius por lo bajo y Severus elevó una ceja. - La vi en la biblioteca antes de venir. - explico.
- Gracias. - Respondió dándose la vuelta dando el asunto por terminado.
- Con eso estamos a mano. - Susurro por lo bajo y Severus no vio el punto en seguir con la conversación.
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La primera vez que pudo colocar sus manos sobre un piano Severus casi llora de la felicidad, lo había extraño tanto... No perdió ni un segundo y comenzó a tocar hasta que sus dedos se acalambraron y el profesor Flitwick lo mando a su sala común antes del toque de queda.
Y Severus no podía recordar la última vez que se sintió tan ligero.
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Con el paso del tiempo Severus noto que tenía más amistades con adultos que con niños de su edad. Primero estaba el encargado de limpieza el señor Flich quien a pesar de su apariencia tosca no era tan malo una vez lo conocías - tratándolo con respeto por supuesto, ya que al parecer su base de odio a los niños estaba en la falta de respeto de estos al enterarse de que no tenía magia - y con quién compartía una taza de vez en cuando y al notar lo solo que estaba Severus hizo la nota mental de regalarle alguna clase de mascota. También estaba el gigante Hagrid quien era un rollo de canela y no dudaba en mostrarle sus mascotas y los animales de los alrededores - su favorito hasta la fecha era el calamar gigante al que podía ver a la orilla del lago y en el calabozo - aunque claramente le faltaba talento en la cocina, después de varios intentos fallidos de enseñarle a cocinar se decidió que sería Severus quien cocinaria durante sus visitas. Lo que lo llevaba con los elfos domésticos de quienes Severus amaba aprender nuevas recetas y trucos al cocinar y hacer los quehaceres.
Por supuesto el profesor Flitwick estaba en su lista, quien amaba la música tanto como el y podían tener discusiones eternas sobre el tema e incluso el profesor se pociones estaba en la lista. Siendo honestos no era su ramo favorito - debido a lo inexacto de las pociones - pero el profesor podía notar cuanto Severus se esforzaba y como almacenaba cada pequeño pedazo de información que le daba para mejorar sus pociones.
Y de alguna forma Malfoy paso de incierto aliado a un amigo de verdad, a ser Lucius...
Considerando todo, Hogwarts no era tan malo, Severus estaría esperando ligeramente ansioso su segundo año.
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Severus dejo de leer el libro que estaba leyendo cuando la puerta fue abierta y elevó una ceja al ver a Lucius entrar con una chica a su lado.
- Severus. - Le saludo su amigo y sabiendo que no era una persona de muchas palabras solo entro. - Está es mi prometida Narcissa de la noble casa de los Black. - Presentó a la chica quien le dio una ligera sonrisa.
- Es un gusto y felicidades por su compromiso. - Contesto con cortesía, el semestre pasado Lucius hizo su cruzada personal enseñarle modales y etiqueta.
- Muchas gracias, es un placer conocer a uno de los amigos se Lucius. - Respondió con la misma sonrisa amable y debía admitirlo, la chica tenía agallas, la mayoría de las serpientes se la pensaría dos veces en sonreírle luego de la reputación que se hizo. - Este es mi primo Regulus, espero que no sea una molestia que se nos una. - Menciono al entrar sentándose con Lucius y Severus no recordaba en que momento dejo que se sentarán con él pero ahora no parecía tener opción, bueno, de todas formas Lily estaba con los leones.
- Por supuesto que no. - Negó y vio entrar a un niño muy parecido a Sirius y esperen... Oh.
- Es un gusto. - Saludo con una sonrisa tímida y Severus considero el tener un nuevo Black favorito, aunque nunca tuvo uno para comenzar.
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Regulus era adorable. Sin importar a donde fuera - fuera de clases - seguiría a Severus por todo Hogwarts causando a más de uno tener algo de que hablar, pero Severus hizo dejar ver qué su presencia era grata, por lo igual que con Lily nadie se atrevió a tocar al más joven Black por temor de hacer enojar a Severus.
Solo había un pequeño problema que volvía la compañía del de primer año molesta a veces.
- Ya te dije que dejaras de seguirlo como un cachorro detrás de su dueño. - Espetó Sirius asesinando con la mirada a su hermano menor.
- No tengo porqué hacer lo que me dices, y además el único que está siendo patético aquí eres tu. - Contesto su hermano y Severus tan solo acarició su sien.
- ¡¿Yo?! - Exclamó parecíendo escandalizado.
- ¡Siempre actuabas así cuando- Severus se aburrido y dejó de escuchar los.
Aprovecharía para ir a visitar al calamar gigante, Regulus siempre se asustaba cuando iban juntos.
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Durante su tercer año a Severus se le permitió participar de varias competencias de música, tanto mágicas como Muggles, y todos en la escuela estaban seguros que jamás vieron a la serpiente tan feliz, lo que era raro... Severus no parecía el tipo de persona hecho para ser feliz -algunos creían que le causaba dolor físico sonreír de forma amplia o por más de un minuto - no que fuera emo o algo por el estilo es solo que Severus parecía siempre tener un gran control sobre sus emociones y nunca demostrar más de lo estrictamente necesario.
Fueron tiempos pacíficos en Hogwarts,tanto que por un segundo olvidó que fuera de las paredes del castillo en silencio se llevaba a cabo una guerra Mágica entre la luz y la oscuridad - lo que sonaba malditamente cliché si le preguntaban - pero Severus sabía que siempre había una guerra, un conflicto, algo por lo que las personas pelearían. En algún punto de su vida pasada su abuelo le dijo que la paz y tranquilidad eran un regalo, pero que la verdadera naturaleza humana yacía en el conflicto, en el caos, y que por esos los tiempos de calma estaban destinados a terminar, con algo de suerte lo verías venir y si no... Bueno, tan solo quedaba levantarte con tus propias dos piernas y seguir adelante.
Fue al final de su tercer año cuando la guerra llegó a sus pies.
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Severus no quería irse, le gustaba Francia y siempre lo recordaba con cariño de sus noches de música, y libertinaje con una hermosa chica parisina que conoció después de uno de sus recitales, pero ahora las calles que una vez le llenaban de una dulce nostalgia le parecían tristes y desprovistas de calidez y colores.
Todavía recordaba a Lucius a mitad de la noche llegando a su casa - lo que enseguida levantó señales de alarma en su cabeza ya que Lucius podía ser su mejor amigo pero era un pura sangre que prefería comer uno de los pasteles de piedra de Hagrid antes de ir a un barrio Muggle - parecíendo que había visto un fantasma.
Severus sabía que Lucius se había unido a las filas de los mortifagos en algún punto durante el segundo año en que se conocieron, aún no tomaba la marca pero era una cuestión de tiempo, y era un acuerdo silencioso entre ambos de no hablar del tema. Severus lo entendía aunque Lucius quisiera no podría negar a Voldi, no con su Padre presionando lo y con el resto de sus familias y cercanos, de negarse en el mejor de los casos sería una paria social en sus círculos y sería desheredado, en el peor de los casos ... Así que sip, Severus no le juzgaba.
Volviendo al tema, Severus podía contar con su mano las veces que vio a Lucius tan alterado, pero noto en su mirada que por el bien de ambos hacer preguntas no era algo aconsejable así que solo le ofreció un vaso de agua para luego esperar con calma a que dijera lo que vino a decir.
- Tus padres tienen que firmar esto. - Dijo una vez termino el vaso de agua entregándole unos papeles.
Severus elevó una ceja, una beca completa para terminar su educación en la prestigiosa academia de magia Beauxbatons, la cual estaba en Francia.
- No dejaré a Lily. - Respondió de forma automática.
- ¿Confías en mí? - Preguntó con una seriedad que nunca antes había usado con él y Severus miro el papel de nuevo.
- ¿Cuanto tiempo? - Murmuró apretando sus labios.
- Lo siento amigo, esto es lo único que puedo hacer. - Dijo de una forma tan derrotada y final que Severus a pesar de su mejor juicio le abrazo.
- Está bien, lo sé. - Contesto deseando pasar un tiempo más en los brazos de su amigo donde el mundo no era tan mierda y si la forma por como Lucius devolvía el abrazo era algún indicio, el creía lo mismo.
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Una vez en Francia en una carta que después quemó Narcissa le hizo saber la razón de su cambio de escuela.
Al parecer Lord Voldi, disfrutaba de la música, la clásica por supuesto era de sus favoritas y luego de escuchar a Severus en un evento fortuito quedó prendado con su técnica al tocar el piano tomando cierto interés en él.
Lamentablemente su fama en Hogwarts no le ayudo mucho, un mestizo con un talento para las maldiciones, el mejor de su generación, considerablemente atractivo - Severus sabía cómo cuidar su persona para atraer la atención que quería y a veces la que no quería también - y un prodigio musical, hizo que Voldi lo quisiera en sus filas - y por la forma en que Narcissa lo escribió para algo más también - .
Así que Lucius en cuanto se enteró y antes de que su señor le pidiera hacer algo mando a Severus a Francia lejos de sus garras. Severus no era tan inocente como para creer que el señor oscuro aceptaría un no como respuesta, conocía a los de su tipo y de seguro no dudaría en usar a sus cercanos para atraparlo, por lo que su única opción fue huir.
Se sentía como un cobarde.
Lo odiaba.
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Para su sorpresa no fue el único estudiante de intercambio y Severus no estaba seguro cuando fue la última vez que se sintió tan feliz al abrazar un amigo.
- Me alegra que mi compañía sea grata. - Comento Regulus devolviéndole el abrazo con igual de fuerza y rayos, sabía que solo habían pasado unas semanas desde la última vez que se vieron pero Severus le extraño, extrañaba a todos de hecho. A sus padres, a sus profesores, a Lily, Lucius y Narcissa, ja, incluso extrañaba a los estupidos de Potter y Sirius.
Pero ahora al menos tenía un pedazo de su hogar con él.
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De alguna forma el resto de su tiempo en la academia pasó volando, Beauxbatons tenía incluso un mejor programa de artes y música que Hogwarts así que pronto su mente fue distraída con nada más que sinfonías, pianos y música, era hermoso y Severus realmente comenzó a disfrutar su estadía.
Por supuesto las cartas con sus amigos y conocidos nunca cesaron, aunque Severus no volvió a Inglaterra - Regulus o su familia mejor dicho tenía una propiedad en Francia en la cual pasaban el verano, porque era mejor no arriesgarse - su falta se volvió cada vez más soportable, y se acostumbro a la distancia, por lo cual en cuanto termino su educación sin pensarlo mucho hizo sus maletas y tomo todas las becas y oportunidades que le aparecieron adelante, y tal como en su primera vida un lugar nunca lo mantenía atado por mucho tiempo.
En algún punto se volvió un juego encontrar las pequeñas diferencias en los lugares a los que iba, de cómo eran en sus memorias, y como eran en este mundo, en algunas eran sutiles, en otras partes eran abismales y en algunas raras ocasiones eran como dos gotas de agua, idénticos.
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Severus miro la hora en su reloj, se suponía que alguien debió venir por el hace media hora, su primera vez en Inglaterra después de años de falta y su primera hora en el lugar no prometía mucho, a veces Severus deseaba haber se enamorado de un instrumento que fuera más fácil de cargar con él, así al menos ahora podría estar tocando algo en lugar de estar aburrido.
Paso una mano por su cabello haciéndolo hacia atrás y levantó la mirada chocando con la de alguien que parecía atento a su persona.
Cabello rubio fresa, una pequeña barba en forma de candado, ojos azules, brazos de leñador, tal vez Escoses, definitivamente el tipo de Severus.
Al parecer si tenía algo -o mejor dicho alguien - que hacer durante su espera. De repente su viaje a Inglaterra prometía más.
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Sirius no entendía porque tenía que ser él quien recogiera a Snape, era la boda de Lily y James así que perfectamente ellos podían venir por él, pero al parecer ninguno de los dos tenía tiempo con los preparativos así que a Sirius le tiraron la toalla de ir por la serpiente.
Y para mejorar la situación ¡El bastardo no estaba! Sabía que técnicamente era su culpa probablemente pero de todas formas era culpa de la serpiente ¡Solo le tomo hora y media! Era poco tiempo, con el tráfico y todo consid-
Pestañeo dos veces al ver un rostro familiar salir del baño de hombres ligeramente desarreglado y con el cabello desordenado, lo que era raro ya que el idiota siempre fue muy atento con su apariencia personal ¿Quizás tuvo un mal viaje...?
Su respuesta fue contestada cuando un pelirrojo que le sacaba una cabeza al de cabello negro apareció detrás también arreglando su ropa, mirando alrededor para asegurarse de que nadie estaba mirando y luego de estar positivo de que no les prestaban atención, beso los labios de Severus de forma corta, susurro algo a su oído, y junto sus manos entregándole algo para irse con una sonrisa en su estupido rostro.
Sirius se quedó de piedra en su lugar viendo a Severus ver el papel en su mano pareciendo pensarlo un poco antes de tirarlo al bote de basura más cercano y hacer su camino hasta el una vez lo vio.
- Vamos Black, no quiero llegar tarde con Lily. - Dijo pasando a su lado y Sirius pudo ver algunos chupetones en su cuello.
¿Que acababa de pasar?
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- Oh ahora que lo mencionas Lily si dijo al respecto. - Comento James en el pub donde estaban pasando la despedida de soltero antes de la boda que sería mañana. - Estaba preocupada por que creía que estaba siendo demasiado... "Libertino".
- Así que me estás diciendo que el sujeto es algo como una ¿Zorra? - Elevó una ceja confundido ante la nueva información.
- Según Lily la última vez que le pregunto por su vida amorosa, le dio unos diez nombres distintos, los llamo "su rotación mensual", por lo que entendimos son las personas con las que sale con más frecuencia, pero como el nombre lo dice no se quedan por mucho tiempo. - Murmuró divertido tomando de su copa.
- Bien por el. - Sonrió Remus pareciendo honestamente feliz por él y Sirius no lo podía entender.
Se suponía que Snape fuera un nerd de la música que apenas salía de su pequeña casa y no sabía nada del mundo exterior, no que fuera está persona totalmente ... Diferente e interesante con un amante en cada puerto y de seguro mil historias interesantes.
Esto no le gustaba para nada.
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Después de la boda de Lily Severus decidió que quizás necesitaba tener los pies en la tierra por un tiempo así que volvió a Francia donde Regulus le estaba esperando y se estableció con el durante un tiempo.
Severus no era tan inocente como para creer que amistad era todo lo que Regulus quería de él, y debía admitir que el niño tímido que conoció alguna vez creció para ser un adulto joven atractivo y encantador con quién de seguro de haberse topado en un pub no habría dudado en comerle la boca en su regazo toda la noche, pero Regulus no era un extraño, era alguien importante en su vida y de alguna forma se sentía más... Definitivo.
No sabía si eso era lo que sentían sus padres por el otro, pero creía que era lo más parecido que llegaría a experimentar, así que una noche en lugar de besarlo cuando todo parecía perfecto para hacerlo tan solo susurró.
Hoy no.
Sobre sus labios, y Regulus pareció entender ya que no lo presionó y tampoco volvió a mencionar el tema, Severus quería disfrutar su juventud un poco más y luego...
Luego sería todo de Regulus.
Pero antes de que eso pudiera pasar, nuevamente la guerra llegó a su puerta.
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Severus miro la tumba de Lily pero aún no se sentía real, nada de esto se sentía real, todo era como un mal sueño o una pesadilla, y despertaría con una carta de Lily diciéndole cosas sobre Harry, su primera palabra o sus primeros pasos o como James peleaba para hacer que un juguete de ciervo fuera su favorito.
Pero la tumba seguía ahí como burlándose de él, puso su mano sobre la lapida, fría y real, concreta.
Había fallado, se confío, pensó que James la mantendría a salvó pero claramente fue un error, ambas tumbas eran la prueba. Solo faltaba un miembro de la pequeña familia.
Y Severus juro de forma solemne en la tumba de su mejor amiga y hermana, esta vez no fallaría, protegería a Harry con su vida de ser necesario.
Cuidaría el último pedazo de Lily que le quedaba.
A su familia.
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Sirius apenas entendía lo que estaba pasando, en un momento estaba llorando sobre los cuerpos de sus mejores amigos, luego estaba siendo procesado para finalmente terminar en Azkaban, y ahora estaba en el mundo exterior de nuevo.
Alguien afuera se esforzó en probar su inocencia llegando hasta invadir una casa a mitad de la noche para atrapar al verdadero culpable, Peter.
Habían sido traicionados por su amigo, pero eso no era importante, estaba libre y James y Lily estaban muertos.
- Te ves horrible. - Alguien comento y al levantar la cabeza se encontró con Severus viéndole más cansado que nunca, y si no supiera mejor pensaría que el fue quien estuvo en la cárcel, y luego le pegó.
El perdió a Lily, la mujer a la que amaba como una hermana, quien por mucho tiempo protegió como un perro guardián. Sirius no estaba seguro de cómo era capaz de levantarse de la cama, pero había algo más.
- ¿Tu me sacaste? - Preguntó ligeramente estupefacto por qué nunca espero que el de todas formas fuera el único en creer su inocencia y pelear con uñas y dientes para sacarlo de la cárcel.
- Eres demasiado leal como para hacer algo asi. - Comento sacando algo de su bolsillo. - Además te necesitaba para algo.
- ¿Algo?
- Harry, Dumbledore lo envío con Petunia y ya que no estoy relacionado por sangre no me lo darán a mi. - Respondió pareciendo molesto y bueno,eso tenía sentido.
- ¿Y crees que me lo darán a mi? - Elevó una ceja, si era el padrino de Harry, pero acababa de salir de la cárcel por ser acusado de participar en el homicidio de sus padres y su reputación antes de eso no era la mejor
- No solo a ti. - Finalmente le entrego los papeles que andaba cargando y al leerlo una risa incrédula salió de sus labios.
Quiso pensar que estaba bromeando pero ambos sabían que no lo estaba haciendo, está era la única forma de sacar a Harry de la casa de Petunia, Sirius le debía esto y más a James.
- ¿Tienes una pluma? - Preguntó y pronto ambos se estaban acercando a una pared para que se afirmara algo mientras firmaba convirtiéndolos a ambos para todos los efectos legales en...
Sirius y Severus Black.
¿Quien de los dos debería tirar el ramo?
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Narcissa vio a Draco jugar con Harry con una leve sonrisa. A pesar de sus primeras reservas al escuchar de labios de Severus de que se haría cargo de Harry con Sirius, su amigo estaba haciendo un estupendo trabajo con el joven Potter, y estaba creciendo espléndidamente, siendo un compañero de juegos fantástico para Draco quien parecía feliz de tener un nuevo amigo.
- Lamento por dejarte tanto rato sola, ¿Hizo algo interesante mientras no estaba? - Preguntó Severus sentándose a su lado y Narcissa le sirvió una taza de té con un movimiento de su varita.
- No hay problema y Harry es todo un angel. - Contesto con una leve sonrisa para ver a su amigo quien parecía considerablemente más tranquilo luego de usar la biblioteca familiar. - Asumo que encontraste lo que buscabas.
- Fue difícil... Pero lo hice, muchas gracias por su ayuda. - Respondió tomando de su taza.
- Incluso si haces esto por motivos mezquinos, estoy segura de que todos nos beneficiaremos de ellos en el futuro, en el especial las futuras generaciónes. - Dijo mirando a los infantes compartir unos juguetes entre pequeñas risas.
- Espero lo mismo. - Murmuró mirando la misma escena que la mujer.
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Harry estaba comenzando a recorrer toda la casa y Sirius sabía exactamente qué estaba buscando. Desde la primera vez que Severus lo sostuvo en sus brazos Harry fue increíblemente dependiente del Músico y no podía pasar mucho tiempo sin querer su compañía. Sirius escucho en alguna parte que los niños y animales eran más sensibles a los demas y podían juzgar mejor el carácter y estaba convencido de que Harry sabía que Severus le amaba de forma sincera y haría lo que fuera por él.
- Cuidado campeón, Papi no se va a ir a ninguna parte. - comento ayudándole a bajar las escaleras y el menor hizo un puchero, el ya era un niño grande ¡Podía bajar las escaleras por su cuenta!
- Papi prometió que iríamos a jugar con Dray. - Murmuró y esa era otra cosa de la que Sirius no estaba seguro como se sentía, desde la primera cita de juegos Harry parecía fascinado con su nuevo amigo, y a veces era ligeramente posesivo... Razón por la que más citas de juegos con más niños no habían podido ser arregladas, según Cissa era normal en niños de su edad y pasaría con el tiempo, pero Sirius dudaba que ese fuera el caso aquí.
Sirius sabía que era muy joven para comparar pero James supo que quería estar con Lily desde la primera vez que la vio, y nunca tuvo ojos para alguien más. Si Harry tenía algo de su Padre, algo le decía que Lucius tendría más de un dolor de cabeza en el futuro.
- Lo se, pero Papi volvió tarde ayer y está cansado. - Respondió tomando al brazo al niño de cuatro años y juntos fueron al sofá donde Severus estaba durmiendo con partituras alrededor de él.
Para ser honestos Sirius no estaba seguro de que era lo que Severus hacia cuando no estaba con Harry. Incluso luego de años viviendo juntos Severus era alguien reservado, y Sirius estaba seguro que tenía que ver con cierto señor oscuro pero no podía preguntar, la única vez que lo hizo Severus se quedó con Cissa llevándose a Harry con él, y Sirius casi se desmoronó ante la soledad que lo abrumaba, desde entonces respetaba sus secretos aunque se moría de ganas por saber que estaba maquinando y saber que como ayudar, James fue su amigo y Sirius quería venganza tanto como Severus.
- Papi está cansado ¿Que tal si yo te llevo? - Preguntó y el pequeño pareció pensarlo antes de asentir.
- ¿Podemos traerle helado a Papi? Para que sea feliz cuando despierte. - Dijo de forma inocente y Sirius sonrió.
- Por supuesto. - Acarició su cabello y dejaron al de cabello negro dormir un rato más.
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Severus termino de firmar los papeles y luego miro la pared del lugar, soltando un suspiró.
Le tomo años, varios favores y más esfuerzo de lo que espero, pero finalmente lo había logrado.
Por fin hizo justicia para Lily y de paso aseguró el futuro de Harry.
- ¿Todo listo? - Preguntó la enfermera con un acento Ruso pesado.
- Por favor cuiden de él. - Contesto de forma automática pasando el formulario junto al lápiz.
- Haremos nuestros mejor esfuerzo.- Dijo sin mucho ánimo, y Severus evitó sonreír.
- Muchas gracias. - Se despido dándole una última mirada al hospital o mejor dicho institución psiquiátrica.
La más barata y prácticamente un agujero del infierno peor que cualquier cárcel en la tierra, según sus investigaciones. Donde acababa de internar a su "tío" catatónico luego de un derrame cerebral.
Severus pudo haber matado a Voldemort, pero eso no le devolvería a la Lily ni tampoco haría que el dolor se iría, ahora, quitarle su magia, hacerle una lobotomía y hacer que pasará el resto de su vida en una institución de mala muerte en Rusia.
Bueno... Eso tenía su belleza, nadie se metía con su familia sin pagar las consecuencias.
Salió del lugar revisando su reloj, aún quedaban un par de horas para su vuelo, debería comprarles regalos de recuerdo a Harry y Draco.
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Sirius jamás lo admitiría en voz alta, pero tenía miedo de que Harry fuera a Hogwarts, no por que el lugar fuera peligroso o algo por estilo, sino porque hasta ahora se había acostumbrado a su vida con Severus y Harry.
Era cierto que al principio eran más que nada viejos conocidos cuidando a un niño, pero con el tiempo Severus y el llegaron a un acuerdo mutuo, e incluso con el paso de los años y probablemente debido a que cuidar a Harry evitaba que pudiera salir y conocer gente como normalmente haría, Severus comenzó a compartir más con él... Físicamente hablando. Al principio fueron pequeños toques, abrazos, y besos en la mejilla de afecto.
Con el paso de los años, y llegando a la conclusión de que el celibato no era lo suyo, Severus empezó a buscar lo en las noches. Cuando iniciaron no hablaban de eso en la mañana o nunca y eso no cambio, pero Sev Si comenzó a buscar su compañía fuera del dormitorio, a darle besos fugaces y en general a ser todo lo que Sirius imagino que el amor de su vida sería.
Y no quería perder eso, no quería perder a su familia.
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Severus vio a Harry enseguida correr al encuentro de Draco en lugar de despedirse de él, pequeño bastardo, años cuidando al desgraciado para ser reemplazado por una cara bonita. La paternidad era una porquería y a pesar de eso Severus estaba sonriendo como un tonto, porque su estupido hijo estaba creciendo como un niño feliz y normal, tal y como a Lily le hubiera gustado.
- Prometo escribir muchas cartas, y contarles todo, los amo. - Se despidió el mocoso apenas soltando a su mejor amigo quien se despedía de sus padres de igual forma, y Sev quizas debería hablar de los planes de boda con Cissa, oh la expresión de Lucius la última vez que bromeó al respecto, Sev definitivamente iba a tener esa conversación de nuevo.
Estaba por darse la vuelta para irse cuando alguien le tomo de la mano y al girarse se dio la vuelta viendo a Sirius con una rodilla en el piso... ¿Que mierda?
- Mira. - Dijo pareciendo tragar saliva. - Se que no soy el Black con el que querías terminar, o que si no fuera por Harry nunca hubiera sido una opción, pero la cosa es que estos años contigo y con Harry han sido los mejores de mi vida, y no quiero que terminen, quiero seguir a tu lado por tanto tiempo como tú quieras también. - Declaró sacando algo de su bolsillo y Sev escucho algunos murmullos pero decidió ignorarlos. - ¿Te casarias conmigo? - Preguntó claramente nervioso mostrando el anillo en la caja terciopelo, una simple unión de boda de plata con una piedra onix en el centro.
- Pero querido, ya estamos casados. - Negó ligeramente divertido ante la mueca de Sirius.
- Sabes a lo que me refiero. - Respondió pareciendo cada segundo más nervioso.
Y Sev tan solo Tomo el anillo y siguió caminando, dejando a todos los presentes estupefactos.
Sirius se merecía esto por hacer que Severus fuera quien diera todos los primeros pasos en su relación y hacerlo sentir constantemente inseguro al respecto.
- ¡¿Eso es un si?! - Grito levantándose del suelo mientras Sev se probaba su anillo con una sonrisa satisfecha.
- Ven y averigua lo. - Contesto dándose la vuelta para verle coqueto y volver a caminar no teniendo que darse la vuelta para saber qué Sirius estaba corriendo detrás y sonriendo como un bobo.
Esto definitivamente se sentía como lo que sus padres tenían.
Un estupido amor sin causa o motivo sin el cual el mundo perdía sus colores, y con el cual mundo brillaba como nunca antes.
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Nota: Esto salió mucho más largo de lo esperado y aclaraciones.
Severus no recordó el juego, porque sinceramente incluso con su memoria se le pasó algo tan pequeño como eso, recién cuando Harry empezó a hablar de la escuela se dio cuenta de las similitudes.
Severus es Papi, Sirius es Papá y James es Padre para Harry, así no los confunde al llamarlos, Severus le enseñó eso, y Harry creció escuchando historias de sus padres y viendo sus fotos - Tanto para Sirius como Severus era importante que Harry creciera sabiendo quienes eran sus padres-
Regulus se convirtió en el maestro de pociones y aunque es mejor que el canon Severus Si tiende a ser más duro con los leones - más que nada por resentimiento contra su hermano que se robo a su futuro esposo - y no pierde la oportunidad para intentar robar a Sev, y Harry cuando quiere molestar a Sirius bromea con que Regulus es su profesor favorito mientras que Sev cuando se enoja con Sirius dice que lo dejara por Regulus y se llevará a Harry - para el martirio de Sirius Harry quien apoya a su Papi empieza empacar en cuanto escucha la amenaza, y más de una vez cuando Sirius fue un idiota empaco las cosas de Sev también -
Los padres de Sev están vivos y viven felices, su padre agradece en cierta medida lo que Sev hizo ya que ahora es feliz pero aún así le tiene miedo a su hijo.
Severus estaba cómodo con Regulus, y pensó que esa comodidad era amor, pero siempre fue Sirius.
Originalmente iba a quedar con Regulus pero quería que naciera Teddy Lupín así que Moony tenía que estar fuera de la ecuación y de alguna forma pensé en que la adopción no es tan fácil y sería difícil que le dieran a Harry solo por ser amigo de Lily.
Sev uso a Dumbledore para saber de los pedazos de alma de Voldi y saber cómo mejor acabar con él, pero luego de eso corto sus lazos con el director - en especial al saber sus planes para Harry -
Harry es súper posesivo de su mejor amigo/futuro esposo, y por eso por supuesto termino como una serpiente por qué Merlín no permita que alguien intente quitárselo - Tiene peleas semanales con Theodore sobre eso -
Con Harry en Hogwarts Sev y Sirius Se fueron de luna de miel por el mundo,y si los músicos no ganan mucho, pero Sev es bueno administrando su dinero y el de Harry así que el dinero no es un problema en su casa.
Sev Se enamoró de Sirius desde la primera vez que lo acompañó a visitar la tumba de Lily y le hizo sentir que no estaba solo, pero es malo expresando sus sentimientos y bueno seduciendo a la gente así que antes de decir lo que sentía se metió a su cama y luego tenía miedo de que decir lo que sentía cambiaría las cosas y haría que Sirius le dejara.
Sirius se enamoró de Sev desde la primera vez que le vio tocar el piano, y lo vio sonreír, pero era demasiado orgulloso como para admitirlo.
Si, los dos estaban enamorados pero no tenían las agallas de decirlo, son idiotas, pero idiotas enamorados.
Gracias por leer, los amo
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