Maya.

1 de Junio.

Miro a mi al rededor empezando a estar nerviosa. Samantha simplemente aprovecha el pequeño catering que nos han dejado en el camerino.

-¿De verdad que no se me ve nada?-le pregunto y ella asiente intentando que cuando coma no se le valla el maquillaje.

Estamos apunto de salir a cantar una nueva canción en el concierto que están dando Jesús y Dani ahora mismo y no sé si lo voy a conseguir.
Me da miedo.

-Tranquilízate.-me pide y resoplo mirándome al espejo.

Hoy hemos optado por disfrazarnos muy parecidas, casi como en el videoclip que gravemos y es mejor así. Nadie puede desenmascararnos.

-Salís en cinco.-nos avisa un chaval de seguridad y asiento saliendo detrás de él.

Veo como los gemelos acaban de cantar la canción de "No hay nadie como tú" y como las miles de personas que hay ahí dentro empiezan a gritar.

-Bueno, bueno.-les pide silencio Jesús.-Os hemos traído una sorpresa.

-Me apuesto el cuello a que habéis oído hablar de unas chicas...-intenta hablar entre los gritos.-Algo incomprendidas.

-Y bueno...-prosigue Jesús consiguiendo que al final se callen de golpe.-Creíamos que no lo conseguiríamos pero aquí están.

-¡Incomprendidas!-grita Dani y me sorprendo cuando todas comienzan a gritar.

Salgo intentando no tropezarme y sonrío con torpeza cuando las veo a todas ahí aclamándonos.

-Hola.-me río mientras saludo al micro.

-¿Cómo estáis?-pregunta Sam divertida.-Espero que bien.

-¿Estáis preparadas para que os canten una nueva canción en primicia?-oigo a Dani.-Pues venga, veamos cómo nos sorprenden esta vez.

Ambos gemelos van hacia un lateral del escenario y se sientan junto a la orilla, muy cerca de sus chicas y dejándonos el escenario a nosotras.

Esto es la bomba.

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Samantha.

5 de Junio.

-Venga, venga.-hablo nerviosa, tirando de mi pequeña maleta hacia la estación.-Como perdamos en tren...

-Sale en diez minutos, doña perfeccionista.-se queja la rubia bostezando.-Menuda hostia me has dado tu.

-Me dijiste que lo hiciera si te dormidas.-sonrío sarcástica y vuelvo a andar rápidamente hacia donde están todos ya.

-Las organizadoras  y las ultimas en llegar.-sonríe Jesús.-Que novedad.

-La culpa es de Maya, que duerme más que nadie.-ruedo los ojos sentándome en un banco.

-Lo importante es que hemos llegado a tiempo.-sonríe de lado.-Además, vamos a estar el fin de entero cojamos un tren u otro.

-Ahí tiene razón.-se muestra de acuerdo Dani, que también da un bostezo.-Lo de dormir es sagrado.

-Mira por dónde, estamos empezando a entendernos.-habla Maya sentándose a su lado.-Sí quieres te ayudo con lo de esta noche.

-¡Eh!-me quejo haciéndoles reír a ambos.

El tren llega y todos sacamos los billetes para dárselos al joven chaval que esta recogiéndolos.
No sé cómo, pero acabó sin asiento ya que todo está demasiado lleno y por ello miro a todos con rencor.

-Puedes...-hablo dirigiéndome a mi hermana pero noto como unas manos tiran de mi cintura hasta sentarme en las piernas de alguien.
Veo como Maya le guiña un ojo y no me hace falta girarme para darme cuenta de que es Dani.

-Estos acaban juntos.-oigo como le susurra Carmen a la rubia y las asesino a las dos con la mirada.

-Os odio.-les digo sacando mi móvil dudosa.-De verdad.

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Jesús.

Entro en la pequeña cocina del apartamento donde estamos y me sobresalto al ver a Maya sonándose los mocos.

-¿Estás llorando?-dudo acercándome a ella.-¿Qué te pasa?

-No, es alergia.-contesta dudosa.

-¿Alergia a que?-frunzo el ceño sin creérmelo.

-A tu cara, a tu puta cara, déjame en paz.-gruñe sin mirarme y trago saliva dudoso.

Parece que quiere que la dejen sola, pero yo lo que quiero es enamorarla y que me quiera, por lo que no le hago caso y la acerco a mi débilmente.

-Hemos acordado ser amigos.-le digo poniendo voz dulce.-Y los amigos se ayudan.

-Estoy bien.-suspira al fin.-Solo ha sido el típico bajón.

-¿Y puedo saber porque es?-dudo arriesgándome a otra de sus bruscas contestaciones.

-Esto...-coge aire.-Se supone que hoy sería el cumpleaños de mi abuelo.

-Oh.-susurro.-Lo pillo.

-Si, pero ya hace tiempo, no pasa nada.

-Estaría orgullosa de ti.-le digo sincero y sonríe de lado.

-No me conoces casi nada.-observa divertida.

-Lo suficiente para saber que lo estaría.-le hago volver a sonreír.-Y venga, no puedes estar así un día antes de los diecisiete, que son muy importantes.

-Te he dicho que sólo era un bajón, nada más.-suspira.-Voy a ponerme el bikini y nos vamos a la playa.

-¿Tú y yo?-sonrío pícaro.

-Tu y todos.-se ríe saliendo de su habitación y dejándome solo ahí.

Me fijo en que se ha dejado el móvil y me acerco un poco dándome cuenta de lo cotilla que soy.
En cuanto lo toco se enciende y ante mí se muestra la imagen que estaba viendo minutos antes.
Ella con su abuelo, es una foto preciosa.

Me muerdo el labio y saco mi móvil para entrar en Twitter y escribir algo con lo que pueda sentirse identificada.

@_Jesus_OM: Los abuelos deberían ser eternos, si, pero recordad que estén donde estén siempre estarán con nosotros, siempre presentes en nuestros corazones.

Lo envío asintiendo y vuelvo a coger su móvil para ver sus diversas fotos, hasta que topo con una que me hace estar furioso y celoso a la vez.

-¿Qué haces con mi móvil?-oigo una voz desde atrás, sobresaltándome por  completo.

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Siento la tardanza, pero estoy hasta arriba de exámenes y también estoy más centrada en las otras novelas.