–¡Mira Sans, la primera! ¡Corre, pide tus deseos!
Ambos cerramos los ojos, y murmuramos nuestros deseos.
–¿Qué has pedido, Sans?
–He pedido que Payrus siempre esté bien, y... El otro es un secreto. ¿Qué has pedido tú?
–Volver aquí contigo el año que viene.
–Me gusta tu deseo.
–A mi también me gustan tus deseos.
–Pero sólo te he dicho uno de los dos.
–Ya, pero seguro es igual de bonito que el otro.
–Bueno, no ayudaría a nadie en realidad.
–¿Pero de verdad lo deseas?
–Con todas mis fuerzas.
–Eso es lo importante.
–Siento no poder contartelo Frisk, pero... Si no lo cumplo por mí mismo, no te lo contaré.
–Eso me gusta. Así trabajarás duro por algo.
–Ojalá pudiera, pero...
–¿Tan difícil de cumplir es, Sans?
–Bueno. Por una parte sí y por otra no. Es algo que deseo desde hace mucho, y siento que cada vez va más marcha atrás.
–¡Pues lógralo, Sans!, -me levanté-. Da igual que no se cumpla, lo importante es luchar por ello.
–P-pero... No se cómo hacerlo.
–¡Pues yo te ayudaré!
–Ojalá pudieras, pero... No malinterpretes lo que voy a decir, pero quiero que seas la última en enterarte.
–Por mí, vale. Si te hace feliz...
Sans mostró una amable, aunque melancólica, sonrisa.
–Y dime, Sans, ¿cómo te va?
–Eh, Frisk, lo sabes perfectamente. Nos vemos todas las semanas.
–Ya, pero... Eso de que te has enamorado no me lo has contado.
–¡¿E-ehh?!
Me acerqué a Sans, bueno, más bien, casi me tiré encima suya.
–¿Quién es?
–No te lo puedo decir. Es un secreto.
–Sans, sabes que quiero lo mejor para ti. Cuenta con mi apoyo si puedo ayudarte en alguna cosa, y espero que esa chica no se atreva a hacerte daño.
–F-Frisk, gracias. Creo que me ayudado bastante hoy.
Me tumbé en la hierba, y miré la hora.
–Son casi las doce. Deberíamos volver.
–Sí, tienes razón.
Entonces volvimos. Sans se fue hacia Snowdin, y yo me quedé en Las Ruinas.
–¿Qué tal ha ido, Frisk?
–Bien, mamá. Tengo sueño, me voy a acostar.
–Vale. Adiós, mi niña.
Toriel besó mi frente, y se despidió de mí.
Al abrir la puerta de mi habitación, me lancé en mi cama. Mi cuerpo se estremecía y mi respiración se entrecortaba. No sé muy bien por qué.
Quizá fue porq-

–¡Ya he llegado del Grillby's, Frisk!
–Vale. ¡Oh, ven!
–Voy.
¿¿?? acaba de llegar. Ahora, os contará un poco de la historia según su punto de vista. (Para los que no seáis muy espabilados, recordad el Prólogo).
–Sans, (¿¿?? es Sans), cuentame tu punto de vista sobre este momento.
–Oh, ¿después de la lluvia de estrellas? Pues...

(Narra Sans)

Yo fui a mi casa después de acompañar a Frisk a ver la lluvia de estrellas. Le conté un cuento a Papyrus y me tumbé en mi cama, pensando en todo lo que había pasado últimamente.
Hace bastante tiempo que le había cogido cierto cariño especial a Frisk. Me gustaba cómo se comportaba. Su piedad parecía ser infinita.
Tiempo atrás, un día que estábamos todos sentados en la superficie, mirando el atardecer, Frisk estaba excepcionalmente sonriente. La miré, pensando en todo lo que habíamos vivido.
Ella se dio la vuelta, me miró, y se acercó a mí.
–¿Ocurre algo?
–Nah, sólo te miraba.
Frisk mostró una gran sonrisa. Esa sonrisa, de la que me enamoré...

Hasta aquí el capítulo :D. Creo que el siguiente también os lo narrará Sansy~ Os dejo aquí este sensual vídeo de Dancetale. He roto el botón de Replay, en serio :3
Posdata: Dale a la estrellita, ¡no cuesta nada ^^! (O pasarás un mal rato).