Capítulo 36: Time
- Técnicamente solo me podéis escuchar vosotros y David.
- ¿Cómo que David? –Me sorprendo.
- Porque David es príncipe de los demonios.
- ¿Qué es qué? –Exclamo.
- Deberías saberlo eras su novia.
- ¿Cómo que eras? ¿Qué ha pasado? –Me pregunta esta vez Carlos a mí.
- Ni una palabra más, Algodón. Cosas nuestras.
Llaman a la puerta.
- Adelante.
Se abre la puerta y asoma la cabeza Blas.
- ¿Vamos a cenar?
- Vamos. Tú y yo tenemos una charla pendiente.
Salimos los tres de la habitación y nos encontramos en el ascensor con Dani. El silencio invade el habitáculo. Un silencio incomodo solo roto por nuestras respiraciones. El ascensor se detiene y nos bajamos todos. Sigo a Blas y Carlos pero Dani me agarra de la muñeca acercándome a él.
- Aaroa, siento como me comporté antes. Tendría que haberme puesto en tu lugar. –Dice mirando sus pies. Agarro con suavidad su barbilla y hago que me mire a los ojos.
- No pasa nada, yo también me pasé tres pueblos. No tendría que haberte gritado.
- ¿Todo olvidado?
- Todo olvidado.
Le abrazo y después de unos segundos me rodea con sus brazos pegándome a él. Apoya la barbilla en mi cabeza y yo, mi cabeza en su pecho. Noto su pulso acelerado. Poco a poco nos separamos pero nos quedamos mirándonos a los ojos.
Perdemos el contacto visual cuando alguien me empuja. Entramo en el comedor y entre tantas cabezas rubias consigo distinguir donde están Carlos y Blas, por el pelo de este último.
- ¿Por qué aquí todo el mundo es rubio? –Pienso en voz alta.
- ¿Has leído Harry Potter? –Me pregunta Dani.
- Si, ¿pero qué tiene eso que ver?
- Digamos que los "sangre limpia" entre los ángeles son siempre rubio y los "sangre mestiza" pueden ser rubios o no.
- ¿Y tú eres "sangre limpia" o "sangre mestiza"?
- Eso no importa. –Responde encogiéndose de hombros.
Nos sentamos con Blas y Carlos y está con ellos un chico rubio.
- Miguel, ella es Aaroa. –Me presento Carlos al chico rubio que tiene unos bonitos ojos marrones.
- Encantada. –Le doy dos besos
- Igualmente. –Se fija en Dani.– ¿Fernández? Que de tiempo sin verte.
Ambos se abrazan y comemos los cinco juntos. Después de cenar me voy directamente a mi habitación. No me apetece hacer nada. Me meto en la cama a leer un libro hasta que me entre el sueño. Algodón se tumba encima de mi barriga.
- Le estás cogiendo el gusto a dormir sobre mi barriga.
- Es que así no me siento solo.
- Estás conmigo, no estás solo.
- Es diferente.
- No hay quien te entienda.
Dejo el libro en la mesilla y me tumbo de lado. Algodón vuelve a acurrucarse junto a mi barriga.
- Buenas noches, cosita.
- Buenas noches, humana.
Cierro los ojos pero no puedo dormir. Me doy media vuelta y tampoco. Me pongo bocarriba. El mismo resultado. Oigo las risas de Blas y Carlos. Tampoco están dormidos. Miro la hora y son las dos de la mañana. Me levanto de la cama.
- ¿Dónde vas? –Me pregunta Algodón.
- A ver a Carlos y Blas, tal vez así pueda conseguir dormirme.
- ¿Puedo ir contigo?
- Está bien, pero no digas ni una palabra.
- Pero si Blas no puede escucharme.
- Precisamente por eso.
- Vale. –Dice alargando mucho la a.
Abro la puerta de mi habitación y me asomo un poco. El pasillo está completamente desierto. Llamo a la puerta y me abre Carlos en pijama. Me mira en silencio unos segundos. Me abraza y yo rompo a llorar sobre su hombro.
Él solo acaricia mi espalda en silencio. Poco a poco voy dejando de llorar. Carlos me hace entrar en su habitación y que me siente en el sofá.
- ¿Qué pasa? –Me pregunta Blas sentado en el brazo del sofá.
- Que soy la peor persona del mundo.
- No eres mala persona.
- Si, lo soy.
Entre lágrimas, les cuento mis besos con Dani, mis dudas sobre si le quiero más o menos que a David, todo lo que me ha pasado durante estos últimos días.
- ¿Y si intentas alejarte un poco de los dos? Tal vez, veas todo con más claridad.
- ¿Cómo lo hago si tengo que ver todos los días a Dani? –Le reprocho.
- No te digo que lo evites sino que pongas un poco de distancia.
- Deberías hacerles caso.
- Tal vez, mañana hablo con ellos. –Digo medio adormilada.
Cierro los ojos y Morfeo me acoge en sus brazos.
Estoy en un bosque bastante oscuro. Sentada sobre el lecho Todo está completamente en silencio. Ni siquiera los pájaros cantan. Un lobo blanco con claros ojos se acerca mí.
Alargo la mano para acariciarlo y convierte en una figura luminosa andromorfa. La luz poco a poco va desapareciendo y veo antes mí a Dani. Me estrecha entre sus brazos pero se separa al oír el ruido de una rama al romperse. Vuelve a convertirse en lobo.
Otro lobo, esta vez negro como el tizón y de ojos todavía más oscuros. Se convierte en una forma muy oscura para dar paso a la imagen de David. Él se acerca al claro donde yo estoy. Al ver al otro canino, se vuelve a convertir en lobo y abalanza sobre él.
Me despierto y estoy en la cama con alguien más. En el sofá que está enfrente de la cama, duerme Blas. Miro la hora y son las 9:30. A las diez tengo entrenamiento. Me levanto de la cama y dejo un beso en la frente de Carlos.
Hago lo mismo con Blas. Salgo de su habitación y entro en la mía. Me visto con unas mayas y una camiseta de tirantes. Me pongo encima una sudadera y las zapatillas de deporte. Por ultimo me lavo los dientes.
Voy hasta la sala de entrenamiento. Pasando antes por el comedor para coger una manzana y desayunar algo. Oigo llegar a Dani no mucho después que yo.
- Hola, pequeña. –Dice abrazándome y dándome un corto beso en los labios.
- Dani, no podemos seguir haciendo esto. Por favor –Le miro a los ojos–, dame un poco de tiempo. Estoy hecha un lio entre tú y David.
- Dame una noche, esta noche, y te daré todo tiempo del mundo. –Sus ojos brillan como dos estrellas.
- Está bien.
- A las ocho paso a por ti.
- Tengo que irme, ¿te importa que por hoy me pierdas los entrenamientos?
- Por ser tú pero que nadie se entere.
Vuelve a abrazarme y me da un sonoro beso en la mejilla.
- Te recojo a las ochos. –Grita antes de que yo salga de la sala.
En cuanto estoy en un lugar donde nadie pueda verme, me transporto hasta el piso que David comparte con Blas. Ayer me dijo que se volvía aquí. El salón está vacío. Miro en la habitación de David y le veo dormido sobre la cama todavía hecha.
Me tumbo junto a él y acaricio su cara para que se despierte. Le veo sonreír todavía con los ojos cerrados.
- Buenos días.
- Todavía no son buenos. –Pone su mano en mi nuca y me besa en los labios. – Ahora sí lo son.
- David.
- ¿Qué pasa, pastelita? –Se sienta en la cama.
- Tenemos que darnos un tiempo.
- ¿Por qué? ¿Qué pasa?
- Me duele a mí más que a ti pero es lo mejor para los dos.
Noto una lagrima bajar por su mejilla.
- Dame al menos una razón.
- No puedo.
Me levanto de la cama. Le lanzo un beso antes de desaparecer.
_________
Hola, Lunáticos. Sí, lunáticos, he decidido llamaros así. ¿Por qué creéis que Dani querrá una noche con Aaroa? Hagan sus apuestas. ¿Con quien creéis/queréis que acabe?
Pd: He empezado una nueva novela, se llama Buy a pink a heart.
Votar
Comentar
EAT PASTELITOS
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top