Capítulo 4

Era una de esas tantas noches en las que no lograba conciliar el sueño. Él. Era justamente por él, a quien no lograba sacar de mi cabeza.

Por más que intentaba dormir una y otra vez, simplemente no podía. Su imagen aparecía en mi mente y era imposible sacarla. Se estaba apoderando de mí, lo que en realidad no me molestaba tanto como en un inicio lo hacía, aunque lo odiaba justamente por ese hecho.

Últimamente me sentía como un vampiro, por mi continua actividad nocturna.

Ahora conocía mi habitación más de lo que creía. Sacaba algún objeto, lo veía y lo dejaba nuevamente en su lugar. Ordenaba constantemente mi habitación, moviéndome de un lado a otro.

Si lograba dormir tres horas al día era muchísimo.

Sentía una terrible ansiedad, sin tener la más mínima idea de cómo tranquilizarme. Conforme pasaban los días, incrementaba. Estaba a punto de enloquecer.

Saqué el viejo álbum de fotografías y lo coloqué sobre la cama. Había pasado bastante tiempo desde la última vez que lo abrí.

Abrí la portada e inmediatamente me encontré con una foto en la que aparecía junto a Jin. Lo extrañaba muchísimo, lo necesitaba.

Si tan solo pudiese devolver el tiempo...

En poco tiempo las lágrimas comenzaron a deslizarse por mis mejillas. Últimamente me comportaba como una completa estúpida, ni siquiera con Jin había sido así, cuando llegué a amarlo tanto; pero lo hacía con un completo idiota y patán que no valía la pena en lo más mínimo.

Limpié mis lágrimas y continué pasando las hojas, sintiendo mi corazón encogerse.

¿Por qué te fuiste? ¿Por qué no te detuve? Solo debí escucharte.

Si tan solo no lo hubiese hecho, ahora estaríamos juntos y no estaría a punto de perder la cordura.

Coloqué nuevamente el álbum en su lugar y me acosté.

Me sentía atormentaba, pero en el fondo sabía que solo podía tranquilizarme si lo observaba.

Sería rápido, todo se calmaría después de hacerlo. Probablemente estaría en el mismo sitio.

Era una completa estupidez, algo descabellado y absurdo. Pero sé que es en lo que me he transformado, incluso sentía vergüenza de mí misma.

Lo necesitaba.

Temía no lograr controlarme al verlo, porque terminaba con mi mente nublada, siguiendo unos impulsos que por más intentaba frenar no tenía el control para hacerlo.

Solo su voz ronca lograba enviar una corriente eléctrica por todo mi cuerpo, me excitaba.

Comencé a tirar la ropa por toda mi habitación, sin importar que luego tendría que recoger todo el desastre. Tomé una falda negra de cuero sintético junto a un crop top color vino.

Me cambié a la velocidad de la luz y me arreglé un poco. Caminé a la entrada de la casa con mis tacones en mano, los cuales logré ponerme entre tambaleos.

—¿So Hee? ¿Qué diablos haces? Son las dos de la madrugada —una de mis amigas me vio con incredulidad.

—Yo, yo... ¡Maldición! En serio necesito verlo.

Se acercó a mí e intentó llevarme a mi habitación, pero me solté de su agarre y salí.

—¡So Hee! Regresa antes de que cometas una estupidez —me persiguió.

—Es inútil, en serio no puedo controlarlo. Fue una estupidez haberle hablado la primera vez.

Parecía que quería decirme algo más, pero no lograba hacerlo.

Decidí ignorarla y continuar con mi recorrido. Mis tacones eran los únicos que hacían ruido, pero en ese momento me importaba más verlo a que alguien intentara hacerme daño.

No tenía idea de cómo llegar, el sitio no era tan cercano y no me creía capaz de caminar hasta allí en tacones.

Talvez era suerte o desgracia, pero a lo lejos logré divisar un taxi y no dudé en hacerle señas.

En todo el recorrido no logré dejar de mover mi pie, incluso cuando pagué le dije al taxista que se dejara el cambio.

En cuanto entré, lo busqué como una loca, pero cuando lo encontré no fue una grata sorpresa, más bien sentí que la rabia se apoderaba de mí; sin embargo, en cuanto él me vio sonrió con malicia, acariciando descaradamente la pierna de la chica que tenía en sus regazos, hasta el punto de introducir su mano por debajo de su vestido.

Ambos se observaron cómplices y se pusieron de pie, pero él nunca alejó su mirada de mí, más bien permanecía expectante por mi reacción.

Debes controlarte So Hee, es por tu bien. Te lo mereces, eso te pasa por involucrarte con un chico que conociste en un bar como este.

Él pasó por mi lado y se rió, lo que me hizo sentir todavía más tonta. Pensé que me ignoraría por completo, pero se volteó e hizo un sonido con la lengua.

—Me parece que llegaste demasiado tarde, pequeña So Hee. Sé que querías sexo, pero no podré dártelo esta noche, alguien esperaba desde antes —dijo con descaro y sin pudor alguno.

Observé como bajaba su mano por la espalda de la chica, tocándola con frescura. Quería provocarme, lo estaba logrando.

Ella lo tomó del cuello y comenzó a besarlo con desesperación; él correspondió el beso y apretó su trasero para acercarla más a él.

—¡Perra! —me lancé sobre la chica y le di un puñetazo en su pómulo derecho, pero antes de golpearla nuevamente él la protegió entre sus brazos.

Hubiese deseado ser yo a quien tuviese de ese modo.

—¿Por qué? ¿Porque estará conmigo primero?

No le respondí y él asintió.

—Claro, como lo imaginé; sin embargo, la única desesperada aquí eres tú. ¿Eso en qué te convierte?

Le di una bofetada e inmediatamente me vio completamente furioso. De su labio se deslizaba un poco de sangre, pero la limpió con su lengua. Las venas de su cuello y brazos se marcaron, incluso, sus ojos se oscurecieron y la burla que había en ellos se desapareció.

—Eres igual de salvaje a él, So Hee. Podrás creer que soy un idiota, pero jamás llegaría a los golpes —escupió con enojo, mientras su pecho subía y bajaba por su respiración pesada —. Al no ser que te guste el sexo violento y me lo pidas.

—¿Él?

—Tu novio... bueno, talvez debería decirle ex —la burla regresó a él.

—Eres un maldito infeliz... —intenté golpearlo nuevamente, pero tomó mi muñeca, posteriormente alguien me sujetó por la espalda, impidiéndome cualquier movimiento —. No hables de él.

—Él era eso que dices, quien te golpeaba, pero parecía gustarte, ¿no?

—¡Cierra la boca!

—No volverás a tocarme, cariño, al no ser que yo te lo pida —me hizo un guiño y salió junto a la chica.

Intenté deshacerme del agarre de quien me sostenía, pero era demasiado fuerte y se me hizo imposible.

—No vale la pena, bonita. Ese chico es un patán, no te merece —su voz era tan tranquila y dulce.

Cerré mis ojos e intenté regular mi respiración.

—Ven —me tomó de la muñeca, llevándome hasta la barra —. Un vaso con agua, por favor.

El barman en poco tiempo regresó con su pedido, pero él puso el vaso frente a mí. Lo tomé con mi mano temblorosa y bebí un poco. En cuanto terminé, lo dejé nuevamente en su lugar.

—Espero que estés me... —ni siquiera lo terminé dejar de hablar cuando comencé a llorar.

—Lo odio, en serio lo hago —dije entre lágrimas.

—No lo dudo —me dio algunas palmadas en la espalda en un intento de reconfortarme, pero terminé abrazándolo y llorando en su pecho —Vaya... llora todo lo que quieras. Desahógate.

Sentir que alguien estaba junto a mí me hizo sentir tan reconfortada, era justamente lo que necesitaba. Su calidez trajo la calma que necesitaba, generando que después de tantos días mis párpados comenzaran a pesar.

—¿Te dormiste? Creo que eso es un sí —lo escuché decir —. No comprendo cómo diablos acabé aquí, seguro fue porque me sentía desanimado; sin embargo, nunca esperé terminar ser el héroe de una linda chica —me acomodó entre sus brazos para alzarme y se levantó.

Sé que caminaba, pero simplemente no me interesaba a donde me llevaba, cualquier sitio era mejor que ese. Sentí que me colocó sobre un asiento.

—Sé que estás dormida, pero te llevaré a mi casa, estarás segura. Lo siento, olvidé presentarme, mi nombre Jungkook. Me siento tan tonto hablando solo —lo escuché reír nervioso y cerró la puerta del auto.

*****

Hola, sé que me tardé un poco, pero haré el intento de actualizar los miércoles.

Espero que les haya gustado el capítulo.

Hasta ahora pude añadir lo que faltaba. No he terminado de escribir el capítulo 5 porque he estado haciendo varios trabajos de la universidad, pero seguramente lo subiré en el transcurso de la próxima semana.


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top