Sipnosis+BoockTrailer.

Y de repente, me despierto.
Noto como el corazón me va a mil por hora, como estoy empapada en sudor y siento un nudo enorme en la garganta que amenaza con deshacerse y obligarme a romper a llorar.
Me incorporo en la cama y me siento en el borde de ésta mientras apoyo mis codos encima de mis piernas y escondo mi cara entre mis manos.
Otra vez la misma pesadilla de siempre, otra vez él en mi mente.

Camino lentamente hasta el baño y me lavo la cara intentando calmar mis miedos, pero las fuertes pulsaciones no ceden y tengo que sentarme en el suelo para relajarme un poco.

Destrozada, rota, sola, perdida o sin él, que en ocasiones viene siendo lo mismo. Pero el adjetivo que me describe a la perfección es fría, y es que ya no es solo mi cuerpo el que pasa frío, sino también mi corazón y eso es muy jodido.
No puedo creerme que después de cinco meses aún siga en mi cabeza, como un tatuaje sin tinta pero que se ha clavado en lo más profundo de mi piel y que ya no se puede borrar, que no quiero borrar.

Levanto la cabeza y miro al techo unos segundos, su nombre y los millones de recuerdos que tengo junto a él aparecen de nuevo en mi mente torturándome y recordándome que me enamoré del amor más imposible que ha existido y que un chico así, jamás se fijaría en un huracán como yo.

Decido levantarme y volver a mi habitación para intentar dormirme pero ya es costumbre que no pueda pegar ojo.
Cierro los ojos, y ahí está él, los abro, y también.
Me vuelve loca y me quita el sueño con tanta felicidad que me asusta.
Pero joder, ¿a quién no asustarían esos increíbles ojos marrones que esconden tantísimas cosas?

Lo peor de todo es que él había prometido no buscarme de nuevo, de hecho a todos sus colegas le decía que ya había pasado página o al menos eso parecía mientras besaba a otra chica.
Y yo tenía que soportar ver como se enamoraba de otra mientras seguía queriéndole como nunca antes había querido a nadie y como jamás volveré a querer.
Me pasé noches enteras llorando por haberme dejado tan rota y ahí aprendí que me destruyó de la forma más bonita, y entonces entendí porque los huracanes tienen nombre de personas.
Daniel Oviedo era mi huracán.

Y aún así sigo deseando que vuelva y que todo siga como antes, él en mi vida y yo en la suya, queriéndonos sin pausas y perdiéndonos juntos sin miedo a nada sabiendo que teniéndonos el uno al otro éramos felices, que con eso nos bastaba.

Derramo la primera lágrima al no soportar más este dolor de amar sin ser amada, sabiendo que algún día lo fui o eso decía, o eso quiero pensar.

Doy un suspiro mentalizándome de que esto tiene que acabar, de que mañana iré al instituto y que voy a pasar página me cueste lo que me cueste, aunque muy dentro de mí no quiera, o no me atreva.

El verano ya ha acabado y ya no puedo esconderme en ningún lugar para no cruzarme con él. Y eso me aterra aún más.

-Inés, ¿eres tú?-oigo la dulce voz de mi madre, encendiendo la luz del largo pasillo.

-Si.-susurro para no preocuparla.-He ido al baño.

-Esta bien, pero duérmete que mañana madrugas.-me ordena volviendo a apagar la luz.

Cierro los ojos de nuevo, pero sigo sin pegar ojo por el miedo a que él aparezca de nuevo.
Si soy sincera, hace días que no salgo de casa, también por el miedo.
Pero, ¿para qué salir? No le encuentro ninguna utilidad, no creo que haga que me sienta mejor.
No estoy bien, pues claro que no joder. Pero salir no me haría sentir mejor, o eso creo.
Hace meses que se fue y me odio porque yo sigo aquí. Y no sólo se fue él, también mis anhelos, mis deseos, mi alegría, mis ganas, ganas de vivir. Se llevó parte de mí con él, porque éramos uno, y supongo que yo era suya. Estaba a su merced, podía  hacer lo que quisiese conmigo y lo hizo. Y yo no podía dejar de seguirle. Como perro callejero que no conoce otra vida que esa, como fiel abeja que sigue haciendo lo que le han enseñado sin cuestionarlo.
Nunca he sido buena organizando mis sentimientos, ni tampoco en describirlos, pero supongo que ahora que se fue es más simple.
Muchas veces siento como si tuviese un hoyo negro en el pecho, y entre lo que entre, nada me hace reaccionar. Creo que se podría definir como que una parte de mí ha muerto, aún estando viva, y lo peor es que no puedo trasplantarme nada, no hay nada que hacer.
No le veo la salida.
Estoy en un túnel con las malditas salidas bloqueadas y de ahí nada ni nadie me saca.
Ademas, a nadie de mi alrededor parece importarle. Mi familia siempre ha pasado de mí, mis amigas no se dan cuenta, y no se darán jamás.
Para ellas el amor es conocer a alguien, estar unos meses juntos, tirárselo y adiós.
Quiero salir de aquí, que mi vida recobre el sentido que tenía, joder, lo necesito.
Pero nunca lo superaré.
Nunca le superaré.

********

Bueno, estoy aquí de nuevo.
Me ha dado un maldito arrebato y me apetecía publicarlo. Sé que no va a ser fácil porque ya tengo dos novelas en marcha, pero oye, a la aventura.

También deciros que es el primer booktrailer que hago, ósea caca, pero bueno.
Espero que os guste.🤗

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