12.

Inés.

Siento como un cosquilleo recorre mi estómago y suspiro cuando Dani me mira asombrado y aterrado. Parece que he llegado antes de lo que él creía que lo haría.

-Oh, Inés...-susurra y lo miro fijamente sin poder creérmelo.

-Medio año jodida por ti y nos has tenido los suficientes cojones para decirme el porqué.-le miro incrédula y comenzando a cabrearme.

-He venido para decírtelo.-asegura y noto como Lincee y Rubén se miran unos segundos.

Me doy la vuelta sin decir nada y con ayuda de las mesas logro llegar hasta la puerta, pero como no, Dani viene detrás de mí y me agarra el brazo dudoso.

-Escúchame, por favor.-me pide y cojo airé dudosa.

-Un minuto.-lo miro sentándome en la mesa más cercana.-Tic, tac, tic, tac.

-Esta bien, está bien.-coge aire sentándose delante de mí.-Recuerdo que había sentimientos cero hasta que me hablaste por primera vez. Pienso en esa tarde como si fuese una tarde normal de ayer.-susurra y no puedo evitar el cosquilleo que tengo por dentro.-Yo estaba intentando hacer de las mías para relacionarme con aquellas personas que aún no conocía, y sonó ese timbre que acompañaba mi atención.-explica y sonrío porque recuerdo ese día en casa de Selena.-Me habían hablado de ti y quería conocerte. Recuerdo perfectamente cuando entraste con tus trenzas despeinadas, un regalo de cumpleaños y una sonrisa que alegraba más de una cara.-me mira sincero.-La tarde transcurría, y entonces fue cuando algo pasó, y realmente no sé si fueron imaginaciones mías o una verdadera complicidad entre nosotros, pero no pude evitar sentir un rápido latir y una conexión que no sabría describir, aunque realmente, me gustó.-me dice y me muerdo el carrillo dispuesta a recordar la etapa más bonita y más desastrosa de mi vida.-Puedo decirte lo que pasó, pero no lo que sentí, porque mis frases se limitarían a un "y mi corazón se aceleraba".-vuelvo a reír.-Y es que aun no te quería, no. Pero tenías  algo, algo que me cautivaba, algo que me hacia y hace pensar en ti, constantemente.-me agarra la mano inconscientemente.-Y todavía no he descubierto que es, pero estás en mi mente, y no sé...

-Treinta segundos.-susurro sabiendo que le voy a dar más tiempo.

-¿Sabes?-traga saliva.-Asusta que hayas entrado así, de golpe, desordenándome las ideas, sin ni siquiera avisar.-me muerdo el labio nerviosa.-Quizás fue esa confianza que tus ojos me regalaron cuando me miraste, y antes de sentir que te ibas, lejos, estuve toda la noche anterior pensando en ti, y estaba nervioso porque no sabía que cojones me pasaba.-suspira y me muerdo la lengua para no decirle que yo no pensaba irme, que él me tiro, pero me callo y lo dejo seguir.-Ahora que ha pasado un tiempo, pensando que dejaría de pasarme esto, de vez en cuando, muy a menudo desde que te he vuelto a ver, te recuerdo y siguen acelerándose mis latidos, y pienso en ti sin que a penas notes que existo, y buf.-sonrío.-Es que cuando pienso en ti, es cuando todo desaparece y no sé donde esconderme, me siento vulnerable, es como si pudieses leer mis ojos, y da igual si miro para otro lado, porque mis ojos se han quedado en ti, siguen mirándote aunque no te miren.-lo veo agachar la mirada y le acarició la mano por inercia.-Y luego, y luego viene...no sé que viene.-me sonríe torpe.-Todavía no viene nada, no viene más allá de unas palabras, de esos cruces de ojos. No viene nada.
Pero, hace mucho que busco algo que haga reaccionar a mi corazón. Otro corazón sincero. Y aunque mi cabeza me diga que espere, o que no me atreva a hacer nada de nuevo, es este sentimiento que no me deja dormir por las noches el que me arranca la valentía en forma y empujándome he acabado aquí, intentando decirte que te quiero para mí. Y ahora solo me sentiré como aquella moneda que se lanza al aire esperando que salga cara, y quizás salga cruz, pero es entonces cuando me imagino de nuevo tu sonrisa, y sonrío, y entonces es cuando se me ponen los ojos brillantes, y digo, quizás sea el momento...-se chupa los labios.-¿Por qué no?

Cuando acaba, no puedo evitar soltar una carcajada, y después me siento mal, pero es gracioso ver cómo el chico mal del instituto se abre de tal manera.

-Lo siento.-susurro sonriendo.-Pero se me hace raro oírte hablar así.

-Si, suelo dejar a un lado el orgullo por la gente que me importa.

-Ya.-me muerdo el labio.-El caso es que...aún no me has dicho lo que realmente quiero saber, porque eso Dani, eso yo ya lo sabia, ¿por algo te he querido, no?

-Te dejé porque...-susurra y noto como le vibra la voz.-Te dejé porque no era suficiente valiente para tener s una chica como tú, porque eras mucho más de lo que podía imaginar y estaba acojonado por si te perdía, y al final lo hice.-cierra los ojos.-Fui un gilipollas intentando no enamorarse, pensando en sí mismo para no joderse por si salía mal, pero no me di cuenta de que...-le agarro la mano segura.-De que era demasiado tarde para pensar eso, porque ya te quería, ya lo hacía desde hace mucho.

-Oh.-susurro y frunce el ceño.-Y yo poniéndote a parir con todo el mundo cuando en realidad solo...tenías miedo.

-¿Ahora te cambia un poco la visión de mi?-me pregunta y asiento segura.

-Claro Dani, pero ya te dije una vez que las palabras solo son eso, palabras.-susurro dolida.-Ahora que ya lo sé, toca demostrarlo.-le doy un suave golpe.-¿Que me dices, empezamos de cero?

-Claro.-me agarra la mano con fuerza.-Oh, y tranquila, te aseguro que en menos de una semana volverás a ser mía.

-¿Eso es lo que crees?-levanto una ceja.

-Es lo que se.

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