Inés.

Trago saliva mientras bajo del gran descapotable de mi padre.
No puedo hacerlo, no después de tanto tiempo.

-¿A qué esperas?-me pregunta quitándose las gafas de sol para verme mejor.

-Oh, a nada.-suspiro y comienzo a andar hasta la puerta. Me giro para despedirme de él y me sonríe ampliamente antes de volver a arrancar el coche.-Allá vamos.-me doy fuerzas en un susurro, comenzando a andar hasta el interior.

Nada más verme, Selena, mi mejor e única amiga, se acerca animada para abrazarme con todas sus fuerzas.

-Cuánto te he echado de menos.-me dice haciéndome sonreír.-Eso de que pases todo el verano en PuntaCana no mola nada, y joder, que guapa estás.

-Antes que estar aquí.-suspiro apartándome el pelo de la cara.-Por cierto, ¿alguna novedad?

-Nada nuevo, salvo que...-me mira unos segundos y levanto las cejas insistente.-Dani está con Marina, dicen que está súper enamorado.

-Pues bien por él.-resoplo abriendo la puerta del edificio y buscando mi clase.

-¿Aún le odias?-me pregunta y levanto las cejas bastante divertida.

-No es odio.-suspiro.-Simplemente no tengo ganas de que exista, nada más.

-Pero Jesús...-susurra y asiento rodando los ojos.

-Se que te gusta y no tengo nada en contra de él, pero es que es igual que Dani y no puedo soportarlo.

-Ojalá lo arregléis algún día.-susurra y la miro mal unos segundos.-Venga, sé que aún sigues queriéndolo.

-¿Sabes?-susurro.-Ojalá que el día en que vuelva a mi, sea yo la que pase de su culo.

-No lo harás.-sonríe segura.-Venga, Inés, te encanta, haga lo que haga.

-No lo hace.-niego y señala con la cabeza hacia un grupo de chicos.

-No lo hace pero ahora mismo estás babeando.-se ríe y le doy un pequeño empujón.-Ha estado yendo al gimnasio este verano y parece que le ha dado resultado.

-¿Por qué me hace esto?-me echo las manos a la cara haciéndola reír.-La madre que lo parió.

-A ver, relaja la raja maja.-se coloca bien la mochila.-Tiene que ver que no te importa una mierda, lo que conlleva insultarlo, dejarlo mal, y sobretodo no comértelo con la mirada,¿entendido?-asiento.-Pues bien, vayamos a clase.

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Dani.

Comienzo a reírme por una de las muchas tonterías que suelta Marina por su boca hasta que veo entrar a Inés, una de mis ex, por la puerta.

La veo reírse de algo que le dice su amiga y me quedo mirándola fijamente porque es, sin duda alguna, la chica más guapa que he visto en toda mi vida.
No debería haberla dejado, porque si hubiera sabido que iba a pegar tal cambio aún estaría con ella.
Cuando la conocí simplemente era una chica del montón, y lo seguía siendo antes de verano, con sus gafitas y su aparato, mona, pero normal. Pero ahora, joder, que guapa está.

-¿Dani?-me llama Marina pero no puedo girarme, ahora no.

Me doy cuenta de que todo el mundo la mira sorprendido y que por alguna razón, unos celos raros se muestran en mi interior.

-¿Esa es Inés Calmaestra?-me preguntan mis colegas haciéndome asentir dudoso.

-¿La fea?-se interesa mi novia y me giro para mirarlo extrañado.

-Si que ha cambiado, valla.-susurra Jesús a mi lado, comenzando a mirarme y a sonreír.-Madre mía, se lo que estás pensando y... tío, que coño hiciste con tu vida.

-Voy a saludarla.-aviso comenzando a caminar mientras me peino mi bonito tupé.

Cuando estoy apunto de tocarle el brazo para que se gira hacia mi, el tío al que más odio del mundo, se me adelanta y hace que centre su bonita mirada en él.

-¿Inés, verdad?-se hace el tonto.-No sé si sabrás quién soy.

-Si, el tonto polla del instituto, créeme que te conozco.-suelta haciendo que me ría en toda su cara, llamando, accidentalmente, la atención de ambos.

Se queda mirándome sorprendida, supongo que no se imaginaba para nada que fuera capaz de ir a verla pero no me conoce nada.

-¿Y tú qué quieres ahora?-dice borde, haciéndome sonreír ampliamente.

-Solo venía a saludar, y a ver cómo estabas.

-Pues bien, pero no gracias a ti.-me hace ver sería, para luego acabar por sonreírme.-¿Algo más?

-Eh, no.-digo algo frustrado, sin dejar de mirarla.-Me alegro de verte, bicho.

Parece sorprendida ante mis últimas palabras, pero luego gira la cabeza orgullosa, sin hacerle caso omiso a mis pequeñas indirectas.

Vuelvo junto a mis amigos y a mi chica algo, bastante, sorprendido.
Inés jamás había dejado mal a nadie, de echo, siempre ha sido un pedazo de pan, lo más bueno que podía existir. Y quizás por eso me enamoré, pero no puedo negar que está Inés aún me gusta más.

-Deberías hacerle caso a Marina.-me dice Carlos seguro.-Esta algo molesta.

Me da igual, quiero decirle, porque ahora que Inés está aquí solo tengo ojos para ella. Y puede que Marina me de todo lo que pida y desee, pero me falta algo, y quizás ese algo ha vuelto a aparecer después de todo el verano.

-Se que la has echado de menos, pero céntrate en no romper otro corazón.-me pide mi hermano en un susurro.

Me giro hacia la rubia sabiendo que Jesús tiene razón y trago saliva cuando me mira tan fijamente que intimida.

-¿Qué pasa?-me apoyo en sus piernas para intentar robarle un beso.

-Me cae mal.-señala a Inés.-¿Qué hacías con ella?

-Nada, saludar.-comento haciéndole ver que no me importa absolutamente nada, aunque muy en el fondo lo hace.-¿No estarás celosa de ella?

-¿Debería estarlo?-levanta las cejas y niego con la cabeza cuando mi respuesta principal es un sí.

-No te preocupes, nena, yo soy sólo tuyo.

-Te he dicho mil veces que no me llames nena.-sonríe.-Que me llames por ejemplo... bicho.

-No.-niego al segundo, sabiendo que no puedo llamar así a nadie que no sea ella.-Mejor te llamo...-me hago el pensativo.-Fea.

-¿Fea?-levanta las cejas.-¿Me estás llamando fea?

-No, tonta.-sonrío para besarla.-Solo es un apelativo cariñoso.

-Buenos días chicos.-habla el profesor entrando.-Sentaros como lo pone en la lista del final, y sin rechistar.

Asentimos cansados, este año el tutor no es que sea lo más majo del mundo y eso nos va a perjudicar el resto del curso.
Ando hasta el tablón del corcho y busco mi nombre, y para saber quién será el afortunado que comparta sitio conmigo, sigo la flecha hasta dar con su nombre. Parpadeo varias veces notando como, sin quererlo, estoy comenzando a ponerme nervioso.

Inés Calmaestra.