Preludio al final
—la zona segura... — empezó JongIn mirando por la ventana. —donde el antiguo los dejo antes de ir a pelear ¿cierto?
—supongo, sigo sin creerme que YiXing, es decir, Lay, sea otro antiguo. — hablo SeHun mirando al chico de cabello negro en medio de ambos.
—ni siquiera él lo sabía, el otro antiguo lo obligo a olvidarlo. — continuo JongIn mirando la esquina del hombro de JongDae, quien manejaba la camioneta donde iban.
—maestro, ¿Qué hay acerca de los lupinos? ¿Nos van a alcanzar o se quedaran? —el rubio inclino un poco su cabeza, buscando la mirada ámbar de LuHan.
—ellos se quedaran un par de días, son nuestros ojos y oídos en el consejo. Si pasa algo malo nos avisaran. — respondió el cobrizo cruzado de brazos.
— ¿Pero cómo? Estamos muy lejos. —Kai intercambio miradas con SeHun, como pidiéndole permiso para hablarle a LuHan, el vampiro de cabello cobrizo imponía.
—tenemos nuestra propia forma de comunicarnos a pesar de nuestra especie. —LuHan saco un paquete de goma de mascar y estiro su mano hacia atrás. Los más jóvenes miraron el chicle con confusión.
—n-no, así esta bien. —empezó JongIn.
—no quiero, gracias. — siguió SeHun, negando con su mano al igual que el moreno.
—no es para ustedes, mocosos. —gruño el cobrizo, rodando los ojos.
Los menores estaban por hablar de nuevo cuando una pálida mano se abrió paso y tomo dos tabletas de menta, introduciendo una y media en su boca. Lay soltó un gemido de gusto y cerró los ojos para saborear la goma.
—veo que siguen gustándote los dulces y esas cosas. — LuHan sonrió autosuficiente, mirando a YiXing.
—los dulces de estos tiempos son muy buenos, ¿Cómo puedo resistirme? — el ojiazul se estiro y le tendió la mitad sobrante a JongDae, quien abrió la boca y le sonrió, para sorpresa de los menores.
—SuHo. — LuHan arrojo un pedazo de pan hacia atrás y el lupino lo atrapo con agilidad, desapareciéndolo en segundos.
— ¿Falta mucho? — pregunto SeHun mirando los arboles llenos de ramas y hojas. —jamás había visto este tipo de vegetación.
—es porque ya cruzamos la zona permitida a los humanos. — respondió Lay, balanceando sus pies con una sonrisa. —después del primer límite, solo los sobrenaturales pueden entrar.
— ¿Qué pasa con el segundo? — pregunto JongIn.
—solo Lay y yo podemos entrar. — contesto JongDae mirándolos por el retrovisor, intimidándolos. —a menos que entren de nuestra mano.
— ¿Entraremos todos? — pregunto SeHun.
—JunMyeon no puede pasar. — respondió LuHan sin mirar el nombrado. —TaeYong solo dejara pasar a un solo lupino y él no lo sabe.
— ¿Quién es? — pregunto JongIn, encogiéndose en su lugar un segundo después tan pronto se sintió la pesadez de la energía de JongDae.
—basta de charla, quédense callados. — ordeno apretando el volante, enterrando sus dedos.
Nadie dijo nada más hasta que el terreno volvió a cambiar y los árboles se volvieron más altos y llenos de hojas. Pasando aquel cambio, la camioneta se detuvo y JunMyeon abrió la cajuela y se bajó, no sin antes acariciar la mejilla de YiXing y dejarle un beso en el dorso de la mano.
—jamás hubiera querido que pasaran por esto, de verdad lo lamento. — le susurro en medio del beso antes de comenzar a correr en dirección contraria a la que iban.
SeHun y JongIn sacaron la cabeza por la ventana, mirando con desconcierto al lupino que ya había desaparecido de su rango de visión. LuHan pasaba una pluma por entre sus dedos, intentando canalizar su tensión; JongDae dejo de mirar por el espejo lateral desde el momento en el que el lobo salió de la zona; YiXing miraba al suelo, sosteniendo la mano que SuHo había besado contra su corazón.
—ninguno lo quería. — después, volvió a mirar a JongDae y los ojos de ambos brillaron por un instante con un sentimiento que solo les pertenecía a ambos.
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La zona segura era muy diferente a como se la habían imaginado, aun con la escasa información que se les dio. Esperaban un espacio completamente lleno de árboles y cielos oscuros, nada que ver con las coloridas flores y la laguna de agua verde cristalina, sin contar el ambiente que lo mantenía con un clima cálido y radiante.
YiXing, tan pronto como les tomo de la mano y los ingreso al terreno, soltó sus manos y echo a correr, perdiéndose entre las altas flores y el agua que pareció recibirlo con gusto. El vampiro de cabello azabache no salió del agua ni cuando las luciérnagas se unieron a su danza, mejor prefirió estirar sus brazos hacia ellos. Ambos se tensaron, mirándose entre sí con un deje de rivalidad hasta que un aura intimidante y pesada los hizo a un lado, casi haciendo que se encogieran en su lugar. JongDae los paso y acepto los brazos del otro ojiazul, uniéndose en un abrazo que pareció mucho más significativo e íntimo por ser en su lugar de origen.
—de alguna manera... me siento como un intruso. — hablo SeHun desviando la mirada de la escena.
—no eres el único. Parece que este lugar no nos acepta. — afirmo JongIn mirando como las flores se encogían cuando las tocaban.
—JungSoo... Nos va a encontrar ¿cierto?
El moreno asintió, apretando los labios. —no creo que tarde demasiado, al menos no el suficiente como para que puedan recuperar el tiempo perdido.
—pero no vamos a dejar que le ponga un dedo encima. — la firmeza de SeHun y el fuego en su mirada llamo la atención del otro que compartía su idea.
—sobre nuestro cadáver de ceniza.
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—señor, el rastro desapareció. — el vampiro de labios gruesos miro con temor a Leeteuk, este mordisqueaba sus dedos cada vez más seguido.
—no, no, no, busca bien. — el castaño negó caminando errático de un lado a otro. — ¡¿Qué no eres el mejor de tu familia?! ¡¿Qué no son leales a mí?!
El vampiro retrocedió junto a los otros dos que estaban ahí, temerosos de la actitud obsesiva y loca del que creían era el vástago más maduro ahí, temerosos de la actitud obsesiva y loca del que creían era el vástago más maduro y tranquilo. Los tres ya empezaban a dudar del motivo que se les dio para acompañar al líder Park hasta esa desconocida zona.
—s-señor, mis habilidades están bloqueadas por esta niebla extraña. — respondió bajando la cabeza. —jamás había sentido algo así de fuerte.
—es lógico, solo él puede hacer un escudo tan fuerte. —JungSoo sonrió igual que un maniaco, pasando sus dedos por la corteza de los árboles, rayándolas en el proceso. El vampiro de labios gruesos lo miro ahora menos convencido. —en ese caso, seguiré a mi instinto.
Los otros dos respingaron y se acercaron. — ¡Pero señor! No sabemos quién o que está causando esto, es peligroso.
—él debe estar cerca, no parare hasta encontrarlo de nuevo. — Leeteuk siguió caminando hasta que se volvió invisible con la niebla.
— ¡Señor! — exclamaron los tres vampiros para después seguirlo.
No tardaron en sentirse aturdidos, somnolientos y con la garganta pesada, estados tan desconocidos para su raza. Leeteuk siguió avanzando a pesar de que la niebla empezó a carcomer la piel de los otros dos vástagos de bajo nivel que lo acompañaban; el de pelo negro jadeaba conforme avanzaba pero su linaje era fuerte, manteniéndolo firme.
—KyungSoo, no me defraudes. — le hablo Park sin mirarle. —cuando volvamos serás recibido con honores, incluso podría integrarte al consejo.
El chico anhelaba pertenecer al consejo y ser un orgullo para su familia pero hacerlo de aquella manera donde seguía a su líder a una "misión" no conocida y obviamente personal, lo llenaba de vergüenza. JungSoo solo había tomado a tres discípulos que estaba seguro de que lo obedecerían en todo y los convenció de ayudarlo a deshacerse de la máxima amenaza de las tres razas y traer de regreso la gloria de los vampiros. Sonaba muy bien y parecía resultar hasta que, con cada barrera encontrada y más distancia recorrida, el supremo líder de los vampiros enloquecía y se desesperaba por hallar algo o más bien, a alguien.
Pasado otro largo rato donde JungSoo no dejaba de balbucear que encontraría a su mina de oro rojo y que solo podía ser él, KyungSoo desistió y comenzó a retroceder en la espera de la preocupación que todo líder debía mostrar cuando uno de los suyos estaba en mal estado, cosa que no sucedió. No volvió por los otros dos que perecieron en la barrera, porque debía de serlo, así que su esperanza de que volviera por él, era poca.
Leeteuk no se giró ni una vez hasta que lo vio desaparecer en la niebla. Solo le quedo sonreír con decepción y correr fuera. Debía alertar al consejo, al resto del mismo.
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YiXing elevo la cabeza al cielo, abriendo los ojos después de unos largos minutos. JongDae se acercó a él, consternado por el extraño cambio en el aura a su alrededor, mismo que empezó a cambiar cuando Lay se paró en el agua y cerró los ojos.
—la barrera está desapareciendo a nuestras espaldas. — menciono el menor acariciando la mejilla de Dae. —debes reforzarla mientras yo lo hago de este lado, llévate a los niños para que ayuden.
El antiguo torció los labios, mirando a SeHun y JongIn con evidente molestia. —no los necesito.
—sabes que sí, nunca fue tu fuerte y ese lado es mucho mas vulnerable. — Lay le acomodo un mechón de pelo detrás de la oreja y le beso la frente. —anda, Lu me ayudara con este lado.
—bien, no tardare. — el mayor se levantó y movió el índice para que los otros dos lo siguieran.
—Kai, SeHun. — llamo YiXing, deteniéndolos. —no he podido agradecerles por lo que han hecho, asegúrense de regresar para hacerlo. — menciono con una sonrisa gentil. Los nombrados asintieron con efusividad, comenzando a correr cuando JongDae les grito.
LuHan se acercó una vez desaparecieron entre los árboles. —ya está, la barrera los detendrá por muy poco tiempo, sabes que no podre retener a Chen cuando JungSoo aparezca.
—es suficiente, gracias Lu. — YiXing pasó a LuHan, dejando una suave caricia en su mejilla. Este descompuso su rostro en una mueca dolorosa y siguió caminando hasta pasar una delgada línea que separaba un cambio de color en el verde del pasto, volviéndolo más sepia, la barrera recién hecha. —ahora solo debe entrar.
No paso más de quince minutos cuando un cuerpo tembloroso atravesó el umbral de la barrera, mismo que hizo a LuHan aferrar sus manos ala hierva del suelo para no saltar fuera de la barrera y despedazar al bastardo.
—tardaste más de lo esperado, JungSoo. —Lay, en cambio, parecía tan tranquilo y sin el peso del odio y rencor que sabía LuHan que profesaba hacia la escoria que se acercaba.
—tu... hueles igual que él, ¿Quién eres? —Leeteuk empezaba a perderse en el aroma adictivo del otro vampiro. —tu sangre... tu sangre es su... ¡Tienes su sangre! — exclamo perdiendo el control, lanzándose hasta el azabache.
—Soy el que te va a mandar al infierno, imbécil, — gruño YiXing sin cambiar la expresión en su rostro.
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JongDae se arqueo por la horrible punzada, cayendo de rodillas poco después. Los menores se giraron con sorpresa y consternación, acercándose al antiguo. Este les aparto la mano y empezó a correr de regreso, preocupándolos más.
"¡Lay!" "¡Lay!" gritaba Chen en su mente, lleno de pavor y odio.
El corazón que no debía latir, pareció cristalizarse y romperse cuando llegaron junto a los otros dos antiguos. LuHan temblaba contra el suelo, sometido por la barrera que también los detenía a ellos.
Leeteuk succionaba con fiereza del cuello de Lay, causando que el azabache apretara la camisa del vampiro con fuerza, jadeando del dolor. JongDae había vuelto a caer al suelo debido a una nueva oleada de dolor, sometiéndolo al suelo.
YiXing aferro su mano al cabello de JungSoo y acerco sus labios a su oído, susurrando algo que tenso al bastardo, logrando que volviera en sí para que lo soltara y lo dejara caer al suelo. En aquel lapso impactante, JongDae grito su dolor al sentir como la vida de su tesoro se apagaba.
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Después de 84 años, les traigo el preludio del final.... Quedan dos más y nos despediremos de esta historia.
¡Muchísimas gracias a esas personitas que siguen la historia a pesar de mi impuntualidad! *cries*
Aviso que tanto EM como esta serán actualizadas hasta finalizarlas en este mes y principios del próximo para dejar las nuevas empezare a subir <3 (no me dedique solo a la vagancia mientras estaba ausente eh)
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