XI
Unos golpes en la puerta me sacaron de mi sueño. Abrí los ojos mientras suspiraba de una forma cansada , estaba enredada entre las sabanas de un grueso algodón y varias colchas. Jamás había dormido tan bien en mi vida.
Vi como la puerta se abría y del umbral se asomaba Jazmín. Tenía el cabello suelto, era de un color castaño cobrizo rubio y sus ojos miel. Traía puesta sobre los hombros una bata rosa con la imagen de "Hello Kitty "a un lado. Camino hacia mí de una forma lenta como si pensara que la echaría fuera. Mire la hora del reloj que estaba en la pequeña cómoda a un lado de la cama: 08:11 am
Era temprano pero con el cielo nublado y aun nevando ya de una forma más lenta parecía como si aún estuviese de noche. Me senté en la cama mientras sentía como la pequeña se subía del lado desocupado de la cama matrimonial y bostezaba
-¿Qué sucede, Jazmín?
-Es que...tuve una pesadilla y quise ir con mi hermano, pero no despierta, como siempre - hizo una pausa, su voz cansada y apagada -y luego fui donde mis padres pero estaban dormidos muy cómodamente y siempre los despierto a esta hora, no quise molestarlos - la pequeña parecía apenada y avergonzada por el hecho de que me haya despertado solo a mí, aunque no me importaba demasiado.
Abrió su pequeña boca para continuar pero yo la interrumpí.
-¿Quieres dormir conmigo hasta que amanezca por completo? - le pregunte
Asintió, mientras un leve rubor se pasaba sobre sus mejillas... sonreí, era tan inocente.
Abrí las colchas y ella se metió dentro de la cama a mi lado, la cubrí como mmi madre solía hacerlo conmigo para luego acurrucarme yo. Ella acerco su pequeño cuerpo para abrazarme, de inmediato me tense un poco ¿Me golpearía? Me reí yo misma por esa tonta pregunta. Era muy pequeña y necesitaba compañía.
La abrace también y acomode mi cabeza en la almohada de limas para luego cerrar los ojos y dormirme, al igual que Jazmín.
(...)
-Adam... despierta cariño
Escuche decir a mi madre, abrí mis ojos con pereza para encontrarme con su rostro adornado con una gran sonrisa. Me senté en la cama mientras se pasaba mis manos por mi rostro para intentar saciar el sueño, despeine mi cabello y mire a mi madre.
-¿Qué sucede, madre?
-Ven conmigo, cariño. Quiero que veas algo - sonrió y se levantó, caminando hacia la puerta. Me limite a suspirar y fui tras de ella.
Solo dormía con unos pantalones de franela y nada arriba. Acostumbraba a pasearme así en las mañanas antes de comenzar la rutina.
Al salir de la habitación vi a mi madre frente a la habitación en la que Rebeca se había quedado, la mire extrañado y me acerque. La puerta estaba abierta lo que dejaba a la vista la habitación por completo. Entramos y logre ver a Rebeca abrazada de una forma realmente cariñosa a Jazmín quien también la abrazaba. Ambos durmiendo profundamente.
-De seguro Jazmín tuvo pesadillas y vino con Rebeca ¿No es tierno? - dijo con una leve y silenciosa risa mi madre
Me quede en silencio observando aquella tierna escena, la cual me produjo una sonrisa.
Jazmín y Rebeca durmiendo abrazadas.
Mire la hora de la mesa que se encontraba a un lado de la cama: 10:59 am
-¿Cómo que deberíamos despertarlas, no? - pregunte sin dejar de mirarlas
-Sí, iba a despertar a Rebeca cuando me encontré con esta hermosa escena - susurro mi madre y se acercó del lado de Jazmín, sentados a su lado. Le acaricio el hombro y comenzó a susurrar su nombre hasta que la pequeña abrió sus ojos lentamente con pereza. Miro a Mama y se separó de los brazos de Rebeca provocando que esta rápidamente despertara. Se sentó en la cama mientras miraba como mi madre cargaba a mi pequeña hermana y salía de la habitación, no sin antes decir un "Buen día "dirigido a Rebeca.
Me acerque y me senté donde antes había estado acostada mi hermanita.
-¿Cómo amaneciste? - pregunte
-Bien, supongo... - murmuro la castaña mirándome y se encogió de hombros para luego desviar la mirada, avergonzada.
-No importa que yo haya dormido con Jazmín ¿Cierto? - me pregunto.
Fruncí el ceño mirándola extrañado y confundido, negué sonriendo
-No claro que no Rebeca ¿Por qué lo preguntas?
-Uhm yo... curiosidad - mintió y logre nuevamente ver su miedo a través de sus ojos y por más extraño que sonara necesitaba salir de dudas.
-¿Te puedo preguntar algo, Beca?
- Uhm... sí, claro
-¿Por qué Aarón ayer en el almuerzo te toco así? - pregunte-
Detrás de todo, sentía un enojo inmenso al verla tan indefensa mientras intentaba alejarse de ese imbécil. Cuando él le apretó la mejilla pude ver la mueca de dolor en el rostro de Rebeca, por lo que él no había sido nada cuidadoso con ella como para deducir que eran algo.
Espere, expectante la respuesta de Rebeca.
-Y-yo... Uhm... El... - cayo, bajo la cabeza y se abrazó a sí misma.
La mire sin saber que decir o hacer. Necesitaba respuestas y por alguna extraña razón sentía la necesidad de protegerla, a ella que por casualidad llego cuando más la necesitaba. Tome con delicadeza su mentón para así obligarla a mirarme, sonreí cálidamente mientras negaba levemente con la cabeza
-No importa - susurre- déjame preguntarte algo más fácil ¿Alguien más te hace eso en la escuela?
Ella me miro por unos leves segundos antes de volver a desviar la mirada y bajar con sus manos, las mías. Algo apenada asintió débilmente.
La mire por unos segundos, el enojo se reflejaba en mis ojos ¿Quién lastimaría a esta pobre chica? Bufe molesto, aunque cuando ella me había mencionado eso de "Espera hasta mañana en la escuela para golpearme si quieres" cuando la vi camino a casa. Le había visto su moretón y había entendido todo pero necesitaba aclararme; no quería, por una extraña razón, no quería que le hicieran daño a Rebeca.
Sabía lo que se sentía, ya que yo mismo había pasado por aquello.
Tenía doce años cuando mis compañeros y las personas que llamaba "amigos" comenzaron a molestarme, golpearme, encerrarme en los baños e insultárme. Jamás logre saber el porqué de aquella situación. Uno de aquellos chicos que disfrutaba golpeándome era Aarón Wells y luego 6 años más tarde volví a encontrarlo, disfrutando nuevamente el molestar a otras personas.
Mi madre al enterarse, me había cambiado de escuela y puesto una demanda al director por falta de atención a sus alumnos. Jamás pensé volver a encontrarme a Aarón en alguna parte pero aquí estaba, yendo a la misma escuela, otra vez.
Sabía que no me reconocería, en mi niñez mi cabello era de un castaño levemente oscuro pero con el pasar del tiempo fue aclarando hasta quedar dorado. Además, mi cuerpo ya no era el mismo. Cuando tenía 12 años mi rostro era ovalado y rellenito, una de las muchas razones por la que me molestaban. Fue un cambio realmente notorio y llego de golpe al entrar a la pubertad a mis 14 años, donde ya me encontraba yendo al Forest School . allí sucedieron cambios en mi cuerpo y mente, lo que cambio ppor completo mi forma de vida.
A mediados de año, me uni a la banda actual. Para ese entonces solo estaba Michael, Jared y Kyle.
Allí consnumia drogras y bebia hasta no poder ponerme de pie , todos los fines de semana. Luego de un año, llegarin Jason y Nick . supimos por ellos que estábamos siendo perseguidos por lo que Michael nos compro un arma a cada uno y asi nos enseño a como usarla. Al cabo de una semana ya había matado por primera vez.
Los recuerdos invadían de una forma perturbante mi mente,y aun seguía con la mirada fija en Rebeca, sentado a un lado de ella.
(...)
Adam no quitaba su mirada fija de mi y yo no dejaba de mirarlo con el ceño fruncido, se le veía realmente hundido en sus pensamiento que decidi mejor no decir nada al respecto.
Sus ojos mieles estaban perdidos mirando detrás de mi pero al voltearme note que no había nada interesante allí aparte de una pared.
Estba pensando en algo... ¿Qué? No lo se, pero de inmediato comencé a sacar conclusiones.
"Quizas este pensado lo divertido que seria golperarme "o " Quizás en las muchas aneras de hacer para que a mi me duela"
Me encogi en mi lugar, mientras disimuladamente intentaba echarme haia atrás, alejando mi cuerpo del de Adam.
El me miro de repente, sus ojos clavados en los mios. Se acerco peligrosamente a mi,haciendo que mi cuerpo se fuera hacia atras para que mi espalda tocara la suave almohada de plumas, impidiéndome seguir retrocediendo. El continuo acercándosepara luego sentarse mas cerca de mi y ...
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