🌊៹ único.

saturni circulum:
mi persona especial.

     ¿Cómo es eso de que Adrien y Félix son sentimonstruos?

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LiliJoannie
M31_M1
tetepapi
DianaToledo8
rochyArmy25

CAPÍTULO ÚNICO, CTM.

     We've got to stick together, cause the best things come in three, want it to last for ever, all the magic and fun at sea. So come on this is our adventure, there's no telling were we'll go, and all i want is just to live amongst the H2O!

     Por el Mar de las Antillas (que también Caribe llaman), batida por olas duras y ornada de espumas blancas, bajo el sol que la persigue y el viento que la rechaza, cantando a lágrima viva, navega Cuba en su mapa; un largo lagarto verde, con ojos de piedra y agua. Es así como el Circus Saturnia les da la bienvenida a una nueva historia, con un fragmento de algún poema equis de Nicolás Guillén.

     Cambiando abruptamente de tema, los peces son vertebrados acuáticos, con respiración branquial, cubierto por escamas y apéndices en forma de aletas. ¿Ejemplos? El caballito de mar, el pargo criollo, la picuda, la cherna criolla, el tiburón jaquetón y las sirenas, que aunque sean criaturas mitológicas viven también en el agua. En fin, nada que ver.

     Según la O.C.E (Organización de Chismosos Empedernidos) es posible que ya me anden quitando unos cuantos puntos por ajuste al tema, calidad de ideas y coherencia, pero equis, la vida es una sola y yo la revivía. Bien me lo dijo Apple, Inc., que no podía darle tantas vueltas a lo mismo con lo mismo. He aquí un evidente caso de falsa moral. El burro hablando de orejas, me viene a amonestar a mí la empresa que diseña y produce equipos electrónicos, software y servicios en línea, conocida mundialmente por la marca del nunca acabar. Por fin terminaste de reunir para el iPhone 7 y de la nada te sacan el iPhone Mermaid Aqua. ¿Qué mierda es eso? Vea, les explico.

     El ser humano, desde su origen, ha vivivo en contacto con la naturaleza y poco a poco ha comenzado a conocerla y a utilizarla, en busca de cuevas donde vivir, frutos para alimentarse, agua para beber, sociedad que destruir, animales que maltratar, etc. De esta forma descubrió la sucesión de los días y las noches, el fuego y obviusly las sirenas y tritones, quienes en el fondo del mar poseían una vida tan aesthetic como la nuestra. Salían a pistear, a culear, a loquear y Apple, Inc. se las ingenió para fabricar un nuevo modelo de iPhone exclusivo, destinado a esta especie marina. El nuevo dispositivo tuvo un gran impacto en la población del fondo, convirtiéndose de forma inmediata en la furia del momento. Incluso se reportaron casos de sirenas y tritones con cuentas en Only Fans y Spotify. Nah, no me crean, nadie tenía Spotify, jaja, saludos.

     Con el pasar del tiempo, los mitad peces –envueltos en la excitación de estar a la moda con la chaviza–, forjaron una de las tradiciones más trascendentes en la historia de la humanidad: cuando las sirenitas y tritoncitos cumplían sus quince primaveras, los padres hacían lo posible, lo no posible y lo imposible para regalarles un iPhone Mermaid Aqua, con la condición de tener buen comportamiento, excelentes notas o ser el hijo preferido, en caso de tener hermanos. Era algo común ver a los adultos salir a la superficie, visitando tiendas, centros comerciales y hasta los tianguis con tal de complacer a sus retoños. Sin embargo, la familia Kim jamás hizo algo semejante con su hijo mayor.

     Kim Taehyung se llamaba y como de seguro supones, sí, quería un iPhone. A sus veinticinco poseía todo en contra: no tenía quince, tampoco una buena disciplina y representaba al típico faqboi –perdón, faqtritón– que colea y se va. Los señores Kim, en conjunto con la abuela, decidieron no obsequiarle siquiera un pendiente hasta que cambiara de actitud, la cual empeoró en vez de mejorar, revolucionando sentimientos de rebeldía en Kim que antes no estaban. Mientras tanto, Jisoo, la niña modelo y hermana menor de Tae, recibía su iPhone Mermaid Aqua incluso antes de la edad correspondiente. Taehyung burbujeó de furia y se irguió, envalentonado, listo y dispuesto a partirle la madre a cualquiera.

     — ¡Esto es muy injusto! —chilló el pelinegro volviendo sus manos puños. La cola, larga y brillante, se mecía de un lado a otro formando un pequeño remolino, soltando algunas escamas en el proceso. Auch, doble auch. Abuela, padres y hermana se giraron a mirarle con una ceja arriba, inspecionando el berrinche del hombre y encongiéndose de hombros más tarde. Siguieron en lo suyo y Kim Taehyung sólo pudo sentirse mal al ser privado de algo que la chaviza tenía, que todos los de su trabajo tenían y que para rematar, su hermana de catorce años tenía. Gritó, con la cara roja, los ojos brillantes y la mandíbula apretada. Nadie lo notó y huyó en chinga a su cuarto, derramando lágrimas de gema en el proceso.

     Pasó un buen tiempo con la cabeza enterrada entre los almohadones de algas, quejándose y gimoteando como un bebé. Negó, dando un respingo ante la actitud patética que estaba tomando y nadó hasta la pequeña ventanita en la pared, entonó una melodía, atrayendo a un pez mensajero –si hubiese tenido un celular no pasarían estas cosas– y garabateando un mensaje en una hoja verde oscuro, la colocó en la aleta dorsal del cosito y lo envió a visitar a sus besties, convocándoles a una reunión.

     Ese día algo cambió dentro de Lotso, decidiendo tomar el camino fácil no tan fácil para conseguir su iPhone Mermaid Aqua, cueste lo que cueste. Tanto así, que hizo venir a sus besties desde sus respectivas casas para charlar sobre el tema e idear un plan que por lo menos no sonara estúpido. Cuando los tres chicos restantes llegaron, pegó el grito en el cielo (bueno, en el techo de su cuarto) y sus mutis le observaron como si le hubieran salido dos piernas.

     — Taehyung, pasa contexto —exigió el príncipe Seokjin, levemente confundido. Sus labios azules esbozaron una mueca contrariada y levantó el índice para objetar—: Y no tengo por donde meterla, aviso.

     — No necesitas contexto si tienes familia —rebatió Hoseok, trenzando su cabello rosa.

     — Jaja, que gracioso, ¿te la metió un payaso?

     — ¿Cómo sabes?

     — Bueno, bueno, basta ya. Céntrense —interrumpió Taehyung con pose facha—. El contexto es que te la metes sin pretexto, pero como sé que te gustará, mejor te digo cuál es mi problema: Jisoo está a punto de cumplir los 15 años.

     Kim Seokjin, Jung Hoseok y Park Jimin –su soulmate, dato–, intercambiaron miradas interrogantes, preguntándose que quería decir Taehyung con eso—. Ajá ¿y? —corearon, provocándole.

     — Que ya es toda una chica modelo, si saben a lo que me refiero. Se comporta bien, saca buenas notas, es la mejor en su clase. ¿Captan?

     — Ajá ¿y?

     — Que ahora es la favorita de nuestros padres.

     — Ajá ¿y? —el voceo fue interrumpido por un "acaba de hablar, ctm" de parte de Seokjin, quien –harto del suspenso excesivo que inyectaba Taehyung a las circunstancias–, deseaba saber el chisme completo y rápido.

     — ¡Que le han regalado un iPhone Mermaid Aqua y yo llevo rogando uno de esos desde que tenía veinticuatro! —gritó Taehyung, sonando adolorido y de pronto constipado. Jimin pudo jurar que escuchó un sollozo de fondo.

     — ¿Qué edad tienes? —preguntó Hoseok, deteniendo su faena de desenredar los nudos.

     — Veinticinco.

     — Ah.

     Taehyung dibujó en su rostro una expresión indignada—. ¿Sólo "ah"?

     — Es que te portas terrible, Tae —se entrometió Jimin y todos los chicos asintieron con fingida comprensión—, y sólo vas al trabajo a llorar, ¿con qué cara pides un iPhone? No mames, Taehyung.

     — Sí mamo, Jimin.

     El mencionado rodó los ojos y agregó—: Hey, ¿por qué no te abres una cuenta en Only Fans para conseguir billete?

     — Sí, ajá, ¿me prestarás tu celular para hacerlo? —contraatacó de forma jocosa el menor y Jimin chasqueó la lengua.

     — No tengo esa vaina.

     — Deberíamos ir en busca de un Sugar Daddy —sugirió Hoseok y Seokjin abrió la boca, volviéndola a cerrar al cabo de dos minutos.

     — ¿El para qué cosa de quién? —ese fue Taehyung, parpadeando con tres arrugas en la frente.

     — Un Sugar Daddy —repitió Hobi, decorando su melena con unas cuantas caracolas.

     — No, esos están viejos. Mejor tírate a un humano milloneta y llévate su celular —habló Seokjin, con ese tonito de superioridad característico suyo.

     — ¿Eso no sería robar? —inquirió Taehyung, cruzándose de brazos—. Meh, aún así, no veo a ningún humano buceando por los alrededores, ya nadie se atreve.

     Los chicos se quedaron en silencio, viendo algunos pecesitos nadar de aquí para allá en el medio de su trance. Jimin suspiró, Hoseok hizo un puchero y Seokjin... Bueno, Seokjin casi se desmadra intentando acomodarse en el coral.

     — ¡Ya sé! —chilló Jimin, emocionado—. ¡Debemos conseguirnos unas piernas!

     — ¡Sí! Pero... ¿Cómo le hacemos? —Taehyung musitó, de pronto recordando—: Úrsula y Morgana hace rato que andan de tour por el más allá, no tenemos a nadie que nos haga una brujería de las buenas.

     — La media hermana de Jimin puede —comentó Hoseok y el aludido ladeó la cabeza.

     — ¿Chaeyoung?

     Los tres chicos restantes asintieron y Seokjin se puso de pie, bueno, de aleta e infló el pecho—: mañana, por la mañana nos vamos en chinga a ver a Chae.

     — ¿Y por qué hablas en plural? —Taehyung arrugó la nariz—. Me suena a manada, soy yo quien necesita el iPhone. No ustedes.

     — Nosotros vamos por otros motivos —replicó Hoseok, soltando un suspiro dramático. Taehyung no le llevó la contraria y sellaron así su plan maestro: ir a casa de Chae, pedir una pócima y conseguir unas patas. Sería sencillo si tan sólo la chica no fuera tan mezquina y difícil de tratar. Al otro día se la encontraron con rulos en la cabeza, lazos en los tentáculos y una mascarilla casera que olía a Diablo encendido.

     — ¿Qué chingados quieren? —gruñó la mujer, arqueando una ceja.

     — Patas —respondieron los cuatro hombres al unísono—. Para ir a Mako.

     Chae pareció pensar durante unos segundos y luego respondió—: Ok, pero me tienen que dar merch de mis fav a cambio. Si no logran conseguir su propósito personal en dos días serán convertidos en espuma.

     — No seas hija de tu reputísima madre Chae, vente con nosotros, también te vamos a buscar una Sugar y tendrás toda la mercancía que quieras —propuso Hoseok y Chaeyoung asintió, porque verdaderamente no quería alargar más esta historia. Les dio (mmm) patas, un cambio de outfit y en sólo cinco minutos ya andaban acercándose a la superficie, con el objetivo de arrasar con todos los millonarios de la ciudad. Mientras tanto, un chama con olor a cola expresaba –de la forma más elocuente posible–, sus ganas de coger.

     — Quiero follar, fornicar, hacer el amor, coger, tener sexo, tirar, chingar, tener relaciones sexuales, practicar el coito, cometer el acto sexual, aparearme, reproducirme, echar un polvo, jugar a la mamá y al papá, culiar, copular, parchar, empotrar, echar un palito, ir al más allá, intimar, un acostón, intercambiar fluidos, revolcarme, cachondear, rapidín, fajar, hacer el delicioso, ver pelis sin verlas, cuchiplanchear, el sin distancia, el -

     — ¡Cállate, cállate que me desesperas! —Yoongi, quien se encontraba en la misma habitación sobre la cama, gritó, tapándose los oídos y pataleando. Su compañero de cuarto, Jeon Jungkook, a veces resultaba un poco irritante, por no decir la mayoría del tiempo.

     — ¡Es que no me tienes paciencia! —se quejó Jungkook, arrojándole un cojín a la cara.

     — Eres... Insoportable.

     — Yo también te amo —se burló Jungkook lanzándole un beso, disfrutando la expresión asqueada que le proporcionaba Yoongi. En serio, era muy divertido sacarle de quicio.

     — La abstinencia te tiene mal, te propongo ir a la fiesta de esta noche. A ver si se te quita el queso ese que traes encima.

     Jungkook se inclinó hacia delante, repentinamente interesado—. ¿Dónde es?

     — En la Isla Mako.

     — ¿Hablas del volcán inactivo que algún día de estos puede explotar? ¿Esa Mako? —interrumpió Namjoon, el dueño del apartamento y lo más parecido a un Sugar Daddy que Jeon y Min pudieran tener. Los aludidos asintieron y Nam se horrorizó—. No, no, no. No vamos a ir.

     — ¡Pero papi Namjoon! —chilló Jungkook con un puchero—. ¡Me bañaré durante dos meses si nos dejas ir!

     — ¿A qué hora dijiste que era la fiesta? —Namjoon se dirigió a Yoongi y este le sonrió, mostrando sus adorables encías.

     Un sabio dijo: si hay sol hay playa, si hay playa hay alcohol, si hay alcohol hay sexo y si hay sexo caras vemos infecciones no sabemos. Min Yoongi, Jeon Jungkook y Kim Namjoon se fueron a pistear, saludando a un montón de conocidos y desconocidos que bailoteaban alrededor de una hoguera. Qué decirles, Jungkook llenó todo su organismo de alcohol, se quitó los trapos y corrió desnudo hasta llegar al Estanque de la Luna, que si eres de los que viste H2O seguro sabrás cuál es. Divisó una figura masculina, de cabello negro y ropa mamalona. Se tambaleó hacia delante y caminó, hasta juntar su cuerpo desnudo con el contrario.

     — Hola, ¿te apetece coito?

     El chico, que resultó ser Taehyung, se dio la vuelta con una ceja levantada y analizó la anatomía expuesta del chama en frente suyo.

     — Es broma, pero si quieres no es broma —volvió a intentar Jungkook, buscando alguna reacción positiva, recuerden besties, siempre positivo menos en las pruebas de embarazo, ITS y Covid.

     — Sí quiero, pero si es broma no quiero —la voz ronca llegó a sus oídos, sonando tan melodiosa como el canto de una sirena. Tan hipnótico. Nooo, Jungkook, dónde te sentaste.

     Se presentaron, se dijeron las buenas noches y juntaron ambas bocas, perdiéndose en la danza exquisita del primer beso compartido. Luego le siguieron muchos más y Taehyung –quien había venido por un iPhone–, ya andaba pensando en otras cosas, porque así es el poder del guion. Se devoraron, se envolvieron en sudor y profanaron un monumento esencial de nuestra infancia con sus chasquidos obscenos, fluidos corporales y chupetones. En resumidas cuentas, cogieron mientras los besties de Taehyung buscaban un Sugar Daddy y los besties de Jungkook.... Pues buscaban a Jungkook.

     La noche concluyó, la peda también y la resaca desmadró a Jeon al otro día, cuando se encontró a sí mismo con las nalgas llenas de arena, marcado, desnudo y solo. Aguantó su cabeza con la palma de la mano, saliendo a la costa y encontrándose con la maravillosa escena de que todos se habían ido. Al menos le dejaron una lancha para regresar, vaya, que hermoso detalle.

     — ¡¿Cómo?! ¿Por qué carajos no hay Internet?! —la voz ronca de un hombre le hizo ponerse en alerta, los recuerdos de la noche pasada disparándose. Se acercó hasta la fuente del sonido, divisando la figura esbelta –casi desconocida–, que pataleaba de forma desquiciada con el celular de... ¿Namjoon? En la mano—. ¡Se supone que debes conectarte! ¿Por qué no te conectas?

     — Porque el Mermaid Aqua no sirve en la tierra y debajo del mar no hay señal, así que, robaste el celular de exhibición de Namjoon hyung para nada —le respondió y el susodicho –que todos sabemos que es Taehyung–, pegó un brinco y se giró, consternado. Oh, era muy bonito...

     — ¡¿Qué?! ¿Viajé hasta aquí por nada? —Kim lloriqueó, lanzando contra el suelo el celular en un ataque de furia.

     — Pero el iPhone terrestre sí tiene Internet —se apresuró a explicar Jungkook, con una sonrisa sugerente. Taehyung le miró, interesado—. Te doy uno a cambio de un chape.

     — Sí a todo, papu.

     Y se besuquearon como animales prehistóricos, no por un iPhone, sino porque es el TaeKook y el TaeKook se ama sea cual sea el contexto de la historia. Ah, luego editaré esta cosa en un futuro, mientras tanto, piensen en lo bonito que se ven dos desconocidos en una isla desierta casi comiéndose la boca y lo que no es la boca, dispuestos así a comenzar una vida de pareja.

     Finalizando este o.s. nos dirigimos a años más tarde, donde Taehyung y Jungkook ya tenían su casita en la playa, cinco perros y trece gallinas, en la que justo ahora observaban el sol esconderse tras el horizonte.

     — Amor —llamó Jungkook, captando enseguida la atención de Taehyung. Este último asintió, dando a entender que le escuchaba—. ¿Por qué mierda la autora no nos desarrolló como es debido, uh?

     — No sé, yo sólo sé que no sé nada.

     — Frase sabia, muy sabia —murmuró Jungkook, pasando uno de sus brazos alrededor del chico mientras suspiraba, because si bien este no era el final que les tenía preparado como pareja, definitivamente fue el único que se me ocurrió.

FIN.

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