Cosas de amigas (InuTakeFuyuFem)
Los estudiantes se voltearon en automático, tal y como haría una polilla atraída por la luz y es que como no hacerlo cuando la hermosa Inupi Seishu caminaba de forma tan elegante como siempre contoneando sus finas caderas y expresión seria al lado de la linda Takemichi quien le sonreía resplandecientemente a la par que hipnotizaba a quien mirase su travieso caminar lleno de gracia. Ambas mirando la misma escena.
Chifuyu, su preciosa compañera rechazando al capitán de fútbol Ryusei quien ese día la sorprendió con un ramo de rosas y caramelos. Pero eso no era suficiente para conquistarla y eso lo sabia la mitad del instituto, pues ya unos cuantos mas habían intentado lo mismo en el pasado sin éxito alguno.
Y aunque Ryusei sabia el resultado, aun así quería y necesitaba intentarlo, el solo pensar en poder tomar la delgada y pequeña manita de Yuyu era toda una fantasía. La muchachita en si era un autentico encanto con su marcada cintura, muslos ejercitados, melena sedosa y rasgos elegantemente sensuales era la fantasía de mas de uno y una.
Las otras dos rubias quedaron hipnotizadas por el atrayente baile de caderas que Fuyu hacia al caminar en su dirección con las flores y dulces en manos. _Buenos días!_ Las saludo con un beso en la mejilla colocándose en medio y caminando ahora en dirección al instituto.
_Que te regalaron esta vez?_ Pregunto Michi empezando a abrir la caja de caramelos, no era la primera vez que Fuyu le regalaba los dulces que le daban, pero Inui la regañaba por comer tanta azúcar. _Son de miel, que ricos_ Se respondió sola, haciendo que la mayor de todas rodara los ojos.
_No deberías comer tanta azúcar tan temprano, son muchas calorías_ Explico con calma acomodando su elegante trenza de cola de sirena de lado, las rubias mas bajas siempre le decían que con ese peinado parecía Elza.
_Así es Michi y podrías engordar_ Continuo Fuyu con una suave sonrisa llevando ambas manitas a su pomposa boquita. _Y si engordas ya no le gustaras a los hombres_ Inui sonrió despeinandola por lo dicho.
_Que mal_ Se lamento dramáticamente Michi sin dejar de comer. _Pero a mi NO me gustan los hombres!_ Expreso con voz alta recargándose sobre el hombro de Fuyu. _A mi me gustan las rubias de ojos claros_ Sentencio colocando un caramelo entre sus labios para besarla y compartir el dulce con la menor.
Fuyu continuo el beso encantada y en cuanto termino se volteo a ver a Inui con el caramelo ahora entre sus femeninos labios. _Que coincidencia, a mi también me gustan las mujeres_ Respondió besando a Inui quien pronto la tomo de la cintura para arrebatarle el caramelo con su propia lengua.
Las tres rubias rieron mientras continuaban caminando. _Pense que no te gustaba lo dulce Inui_ Continuo Michi extrañada porque al final quien se termino por comer el caramelo fue la mayor.
_Si no me gustara lo dulce no estaría con ustedes dos_ Comento con una fina sonrisa en sus delgados labios.
...
Y es que el trió de mejores amigas rubias era famoso por siempre estar juntas, lo que pocos sabían era que no eran exactamente amigas, no a menos que las amigas se meritan las manos y labios en los pechos ajenos o que las amigas exploraran debajo de sus faldas entre clase y clase.
Inui era la casi dos años mayor, por ende era la mas madura y racional... Cuando no estaban en la cama porque ahí se olvidaba de los buenos modales de señorita que tanto la caracterizaban. Domando con relativa facilidad a Fuyu y Michi pues era mucho mas alta que ambas y también mas experimentada, aunque gustosa les enseñaba poco a poco todo lo que sabia.
Michi era la segunda mayor, ganándole a Fuyu solo por unos cuantos meces, sin embargo era la mas bajita de ellas, aunque eso no le impedía ser la de las curvas mas marcadas con sus anchas caderas y senos prominentes. Senos donde Fuyu normalmente tomaba siestas y caderas donde Inui normalmente acunaba con violencia. Antes de estar con sus sensuales actuales novias estuvo en una relación con Mikey y Draken, dos candentes rubias un año mayor por lo que ya tenia algo de practica con los tríos.
Fuyu era la mas joven de las tres, con un cuerpo no tan delgado como el de Inui ni tan curvo como el de Michi, eso a veces le desataba un par de inseguridades, pues no poseía las largas piernas de Inui ni los redondos senos de Michi. Sin embargo las mayores no veían el problema, si no todo lo contrario se sentían encantadas e hipnotizadas por la figura fina y femenina de su Fuyu. Michi constantemente le alagaba la cintura y la besaba en esa área mientras la ojiverde algo mas atrevida, le exploraba constantemente el interior de los muslos con su boca o largos dedos diciéndole lo sexys que eran.
Esta ultima solo tuvo un noviazgo pasado con Baji Keisuke y aunque este era bueno con la lengua y manos... No se comparaba en lo mas mínimo con sus actuales novias.
...
Ya en el salón de clases de Fuyu y Michi, donde ambas se sentaban en las bancas traseras una al lado de la otra. Hanagaki tomaba apuntes prestando atención a la pizarra mientras Fuyu, fuyu se mordía la mano para evitar emitir algún ruido vergonzoso.
_Pasa algo pequeña?_ Pregunto Michi son una sonrisa gatuna sin mirla, pero aun con su juguetona mano metida en la pequeña falda de Fuyu, acariciándola suavemente sobre sus braguitas azules. _Te ve tensa_ Continuo susurrando tocándole el clítoris suavemente.
Fuyu se mordió mas fuerte la manita moviendo sus piernas, excitada ante las atenciones de su traviesa novia, a la cual le encantaba tocarle la vagina en lugares públicos, mas que nada el salón de clases, por lo que normalmente llevaba pequeñas faldas facilitándole la tarea a Michi.
Hanagaki estaba ya mojada únicamente con ver la infantil carita de su novia rojita. Aun así no descuido sus movimientos, delinenadole los labios vaginales con cuidado, sobando el área de arriba a abajo notando lo mojadita que estaba. Finalmente saco sus dedos del interior de la falda de Fuyu y los llevo a su propia boca.
_Sabes tan rico Fuyu, mejor que todos esos dulces que siempre te regalan_ Recito chupando con gula los dedos mojados con la esencia de la menor.
Matsuno estaba por replicar ya que la dejo a medias pero el timbre dio sonó distrayendola. Ambas salieron en busca de Inui quien estaba junto a sus amigos Koko y Taiju.
Las rubias menores se acercaron llamando la atención de algunos de los compañeros de Inui quienes sin disimulo alguno las miraban con lasciva.
Inupi como la dama que era, se despidió de Koko y Taiju dirigiéndose a sus novias, recibiendo a Michi con un apretón en sus senos y a Fuyu con una sonora nalgada, dejando pasmados a los presentes, no era propio de la señorita Seishu ese comportamiento atrevido, o a menos era lo que creía la mayoría.
_Vamonos princesas_
Ordeno tomando ambas finas cinturas de forma posesiva mirando con amenaza a sus compañeros, como diciéndoles; son mías. Y es que al ser la mayor, también era la menos ingenua, tenia amigos hombres y sabia como pensaba la mayoría, por lo que reconocía las intenciones de estos con solo mirarlos, haciéndola enfurecer cuando esas miradas lascivas iban dirigidas a cualquiera de sus bobas pero hermosas novias, quienes no parecían reconocer las malas intenciones del resto.
Fuyu se sonrojo bajando la mirada dejándose llevar, mientras Michi se sobaba sus propios senos para calmar un poco el dolor que los dedos de la mayor le dejaron.
_Me los apretaste muy fuerte Inupi!_ Reclamo la ojiazul con un puchero.
_Llegando a casa te los besare para que se te pase el dolor_ Susurro sobre el oído de Michi seductoramente. Después se dirigió a la orejita roja de Fuyu. _También te duele el culito bonita?_ Pregunto apretando la zona de la ojician con gula.
_No-no_
Inupi sonrió sin alejar sus largos dedos de los glúteos ajenos, por el contrario los metió por debajo de la falda sin importar si las veían o no. _Aun así te lo llenare de besos_ Sentencio acunando su culito.
De las tres Inui era la menos impulsiva, pero no por eso la menos celosa o posesiva, por el contrario le gustaba dejar marcas en los suaves cuerpos ajenos, así como tocarlas con lujuria en publico para marcar su territorio. Alejando a las ex de Michi y a los pretendientes de Fuyu.
...
Al llegar a la desolada casa de Inui, Michi se apresuro a quitarse el sostén, al tener los senos mas grandes era quien mas sufría por esa ajustada e incomoda prenda. _Al fin! soy libre_ Grito ondeando el sostén verde aun con la blanca camisa del uniforme puesta. Esas grandes y redondas protuberancias siempre dejaba embobadas a las otras dos rubias. _Ya no lo aguantaba_
Inui se desabrocho su propia blusa revelando su propio sostén color lila con encaje, sus senos eran los mas pequeños de las tres pero sus rosados pezones eran enormes, un atributo que encantaba a las menores. Inui a veces sentía que era como amamantar a dos bebes. _Te ves mejor sin brasier Michi_ Alago mirando sin disimulo la enorme zona con una mirada traviesa. _Yo apenas tengo pecho, creo que Taiju tiene mas que yo_ Comento con honestidad retirándose la blusa por completo.
Las menores rieron mientras Fuyu se quitaba su enorme suéter color crema, esa prenda odiada por tantos pues no los dejaba apreciar con tranquilidad su atrayente cuerpo. _Creen que en un futuro nos vuelvan a crecer?_ Pregunto contorneando el tamaño de sus propios senos frente al enorme espejos que Inui tiene en su habitación. _AHH!_
Matsuno grito al sentir las traviesas manos de Inupi sobre las propias, delineandole los senos y desabrochandole la camisa blanca. _Tus pechos son perfectos pequeña_ Alago cuando el tierno sostén azul con encaje blanco salio a la vista. _Toda tu eres perfecta_ Continuo quitandole completamente la blusa dejándola casi desnuda del torso.
Michi miro a sus novias levantando su falda tocando su palpitante clítoris sentada desde la cama.
_mMMM_ Gemía Fuyu al sentir los largos dedos de Inui sobre su cintura y pechos. _Inui_ La aludía sin dejar de sonreír le desabrocho el sostén revelando esas gloriosas bolitas de carne con el centro rosa casi rojo brillando fuertemente. Eran como pequeñas cerezas según las palabras de sus novias.
_Van a empezar sin mi?_ Dijo Michi ya sin sus bragas y la falda mal acomodada. _Que egoístas_ Gimio mostrando sus enormes pechos ya desnudos.
Las tres miraron el espejo compartiendo una sonrisa traviesa al verse casi desnudas, presumiendo sus diferentes pero hermosos cuerpos sin pudor alguno, con los dedos picando por poder tocar la carne ajena.
Si, tal ves no eran el prototipo de amigas tradicionales. A menos que las amigas se encerraran en su habitación para que nadie las mirase explorarse el cuerpo mutuamente.
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