La frialdad del ambiente me despierta, dejando solamente farolas de lo que parece ser un antiguo lugar, reconozco las casas, recuerdo el olor a óxido de esta. El ambiente no cambia a pesar del tiempo, dejando a la deriva solo esencias del pasado, la calle tan helada solo está acompañada con ofrendas de día de muertos lo cual es irónico, este lugar fue tan apático como un desierto. Cada ofrenda está llena de vida, y las veladoras traen consigo una tranquilidad inmensa, quisiera saber que hago ahí. Por lo pronto, me acerco a cada una de ellas, buscando no sé qué para esta sensación. Las fotografías están simplemente en blanco o negro, dejándome extrañeza de esto ¿quién le podría ofrendas a la nada? Una mano me detiene de seguir hurgando en aquel lugar. Sus rasgos son tan idéntico a los míos que por un momento pienso en la posibilidad de pensar en quién creo que es.

La rudeza de su mirada me deja perpleja. Como si juzgará todos mis secretos, poco a poco me lleva a una de las ofrendas, las flores que derivan de las tradicionales están acompañadas de pequeño ramo de Orquídeas junto con lavanda. La fotografía central también está en negro, por lo que aquel chico sonríe mientras la toma, para darme cuenta que es aquella última noche que me sentí yo misma. La fecha es la misma 14 de octubre 2013.

Donde los dolores eran cosa mía, donde aún sabía quién era, un desastre a diestra y siniestra, donde sé que fui la única responsable del mismo fin, el ambiente tan denso se vuelve cálido al darme cuenta de las fotografías llenándose de recuerdos, cada persona que se fue por toda causa sonriendo, cuando aún respiraba.

-Cada latido cuenta-- dice una voz familiar - Y pensar que aquí nos vemos tan pequeños-

Los nervios se apoderan de mí, al ver a quien en algún momento fue mi mejor amigo a mi lado, su sonrisa me deja inquieta ¿por qué regresar? El anillo en común se queda brillando a su manera. Mientras que por su parte el chico de cabello cenizo me sonríe con ternura - Saluda a mamá y a papá, estoy seguro que nadie espero lo que paso y no los culpo... Solo paso—sus palabras quedan al aire.

-Si estuvieras aquí iríamos a la universidad juntos este año- digo sin pensar, solo me abraza y se va, dejando un perfume que no puedo describirlo.

-La línea entre la vida y la muerte es cosa de nada hoy- dice mi mejor amigo - nosotros no deberíamos de estar aquí, pero por alguna razón no me incomoda--

Quisiera saber más sobre esto, este lugar debe de ser solo cuestión mía, cosa de mi mente llena de ansiedad, pero cada olor, cada tacto y sabor... Fue más que real. Quisiera estar segura de que ese lugar no fue cosa de mi imaginación llena de cafeína y nicotina. me siento mejor allí que en cualquier otro lugar.