16 años.

Hoy es San Valentín y en honor a eso, decidí romper la regla de ya no mandarte nada y hace unas dos horas puse en tu correo un CD y una corona. Quizás para navidad también te mande una, quizás para año nuevo también. Estoy seguro que después de terminar este año, no enviare nada más. Te sigo queriendo pero ya no lo sabrás, sigo roto y no mereces que alguien así te quiera.

Te juro que no soy un acosador y de ninguna manera puedo volver a verte después de que salí corriendo de esa manera, pensarían que estoy loco. De todos modos, me da más seguridad ser el chico que te escribe canciones y te deja coronas de flores blancas.

Mirar lo único bonito que tengo en mi y dártelo es más que suficiente. Quiero que seas feliz y que siempre sonrías.

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Ya no he llorado y creo que es un avance aunque siga teniendo problemas.

Después de darte ese regalo, regrese a casa y encontré a mi madre llorando en su habitación. Me alarme pero subí en silencio, intentando explicarme porque lloraba. Ella me vio cuando me pare en la puerta y de verdad quise acercarme pero ella empezó a negar con la cabeza.

—siento tanto todo lo que hice. Me arrepiento tanto de haber dudado, si no lo hubiera hecho no estarías aquí y mi vida habría sido normal, hubiera vivido feliz, me divertiría y ¡me hubiera casado con quien quisiera! Yo no quería hijos nunca...

—Debiste haberme abortado...— no lo pensé, solo lo dije y ella asintió muchas veces.

—dude y ahora estoy pagando una vida que no quise. Por ti.

Siguió llorando aun cuando me di la vuelta y me marche. Es increíble pero a pesar del dolor en mi pecho, no pude llorar. Incluso cuando tome una mochila, mi guitarra y me vi al espejo, solo me encontré sin ninguna expresión.

Mire mi celular y después de borrar todo en él, lo deje sobre mi cama. Tome mi cartera y baje las escaleras. Mi madre no reparo en mi ni cuando salí de casa. La gente tampoco lo hizo, me veía bastante normal a los ojos de todos y no había razón por la que pensaran en lo que iba a hacer.

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Ya me canse. Quiero desaparecer.

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En un día feliz, ¡viva la depresión! *inserte risa de stich malo*