15 años.

He peleado con LuHan y estoy muy triste. Me siento tan abatido y desganado que ni siquiera puedo escribir una canción.

Primero, mis padres dijeron que van a separarse por fin y ahora sus peleas son sobre quién se queda con que y conmigo, al igual que otro objeto material. Lo peor es que sé que no se pelean porque le importa más a uno, sino porque quien se queda conmigo hará quedar al otro como el malvado. Sus exageradas intenciones por comprarme lo que deseare solo me hacían sentir peor.

Y LuHan, el amigo que conozco desde que aprendí a gatear, resulto ser como una más de las personas que el tanto criticaba: alguien que deja de lado a sus amigos por el novio y novia.

Tras intentar hablar con él aquel día, me evito lo más que pudo. JongIn estaba igual pero cada vez que lograba atrapar su mirada, la desviaba con rapidez... como si no soportara mirarme. Se sentía terrible que el único apoyo que tenía me estuviera dando la espalda de esa manera. Tal vez era mi culpa.

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No había visto a SeHun en aquella semana, me había sentido tan mal que ya no lo buscaba como antes. Sabía que seguía asistiendo y muy de vez en cuando aún iba a verlo al club de baile, sintiéndome más triste porque LuHan me seguía evitando y ya me había cansado de intentar acercarme.

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Mis padres entraron estrepitosamente a la casa, en medio de gritos y empujones. Los mire caminar hacia las escaleras mientras seguían discutiendo, pronto su mirada cayo en mí y respingue, entendiendo que de nuevo peleaban por mí y que esta vez me iban a hacer participar en su pelea.

Mi padre llego más rápido a mí y me jalo del brazo, haciéndome soltar la manzana que estaba comiéndome.

—te vienes conmigo. — gruño jalándome hasta las escaleras. ¿De nuevo me iba a llevar? ¿Ahora por cuánto tiempo?

— ¡ya te dije que no te lo llevas! —mi madre nos alcanzó en el pasillo del segundo piso y empujo la maleta que mi padre me había aventado para juntar mis cosas.

—el juez me va a dar su custodia y te vas a quedar con la casa, ¿Qué más carajo quieres?

— ¡no te lo llevas porque te importe! ¡Solo lo haces para hacerme quedar mal! —respondió mi madre, roja de furia.

— ¡a ti tampoco te importa! ¡Solo quieres quedar como la pobre mujer a la que dejo con un hijo!

— ¡a mí me van a dar su custodia por ser mujer! ¡Yo lo he tenido que cuidar más que tú!

— ¿Quién crees que puso la casa que te voy a dar? ¿Quién paga tus estúpidos días de spa?

— ¡tú no te viste gorda y ridícula por nueve meses!

— ¡porque tu quisiste! Te dije que abortaras y hasta te di el maldito dinero ¿y qué hiciste? Fuiste tan estúpida de dejar que tu amiga viera la prueba.

— ¡tú no usaste condón! Si no fuera por tu culpa no estaría aquí ¡soportándote a ti y a ese niño!

— ¡yo soy al que le arruinaron la vida! ¡Tú y un maldito hijo!

— ¡YO NO PEDI NACER, MALDICION! — grite, explotando en lágrimas de rabia y dolor. — ¡dejen de pelear que ya no lo soporto!

Mi padre agarro varios puñados de ropa al azar y lo metió a la maleta sobre el piso, la cerro y me jalo del brazo. Ninguno dijo nada a pesar de que iba sollozando de rabia e indignación. Mi padre me hizo meterme a su coche y arranco tan rápido que apenas pude voltear hacia atrás y mirar como mi madre pateaba las macetas de la entrada y se jalaba el pelo.

Dentro de mí, anhele que ella hubiera corrido detrás del coche o hubiera hecho el esfuerzo de evitar que mi padre me llevara. Aunque sea, que hubiera aparentado que le dolía. Pero ninguno de ellos reparo en el daño que me habían hecho ni lo que me estaban causando.

SeHun, rogare para que nunca tengas que soportar esta clase de dolor.

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NT de advertencia (para que se preparen para odiarme): Se vendrá la hora sad.

Muchísimas gracias por leer <3