Mire a SeHun, tan brillante y guapo. Dios, si realmente existes... no me quites a SeHun, déjalo que viva por muchísimo tiempo más, déjalo que conozca Noruega, deja que forme una familia y sea muy muy feliz. Se merece el mundo. No apagues su sonrisa ni su brillo por una enfermedad, una tristeza, una molestia o una decepción.

SeHun merece seguir repartiendo ese brillo tan especial, un brillo que yo no tengo.

— ¿por eso lo intentaste? — incluso su mirada denotaba brillo.

—creí que... debería ahorrarme tantos problemas si solo desaparecía.

— ¿creíste que nadie te extrañaría? ¿Qué así terminaría todo? — me tomo de las manos y me hizo que lo mirara cuando asentí. —yo te extrañaría.

Levante la mirada con sorpresa. — ¿eh? ¿p-por qué?

Su sonrisa de verdad que es hermosa. —no creas que jamás te note. Empecé a mirarte cuando te reconocí en las exhibiciones de baile del grupo.

Juro que enrojecí hasta las orejas. — ¡¿me viste?!

—es difícil no hacerlo cuando eres el que más me animaba y se emocionaba en mis bailes. — dios, la forma en la que me sonreía era igual a la forma en la que le sonrió al chico de sonrisa cuadrada. —siempre me animaba ver tu emoción, me daban más ganas de bailar.

No podía decir nada por la vergüenza, así que me quede callado.

—con el tiempo empecé a buscarte entre la gente y tenía la leve sospecha de que eras tú quien me dejaba regalos pero no entendía porque no me hablabas. — metió la mano a su mochila y saco un pequeño folder con los cd que le había dado y una flor disecada. —cuando escuche tus canciones, llore.

Levante de nuevo la mirada con consternación. — ¿te hice llorar?

El asintió sin dejar de sonreír. —fueron sentimientos hermosos que jamás había sentido en esa forma. Fue como si tu voz se llevara toda mi tristeza y me dejara algo muy lindo en todo mi cuerpo.

Mis ojos se cristalizaron al escucharle hablar de una manera tan linda de mí. —las escribí pensando en ti.

—lo sé. Después de escucharte, empecé a buscarte entre la gente, porque quería mirar a la persona que curaba mi corazón.

Y con eso me hizo llorar. Esta vez no porque tuviera dolor o miedo o estuviera desesperado... sino porque estaba realmente feliz. Muy, muy feliz.

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Siguiente capítulo: FINAL.