16 años.

SeHun, adopte un gatito. Creo que podría ayudarme a no estar tan triste. Ya no quiero estar continuamente lastimado. Empezare a forjarme una nueva felicidad.

JongDae me ayuda esto y me ha animado bastante. Se la pasado cantando una canción muy pegajosa llamada boombayah. Creo que su compañía es lo que más me ha ayudado a no caer de nuevo.

Ya conté lo feliz pero no he dicho que también me ha ido muy mal.

Vivir con mi padre no ha sido mejor ni por asomo. Se la pasa trabajando y yo me encargo de limpiar la casa y cocinar algunas cosas, no suelo comer mucho últimamente. Cuando llega siempre me interroga sobre si estuve en la calle o si mi madre hablo, odia que hable con ella. Sin mi madre y sabiendo que solo estamos él y yo, he podido responderle en más de una ocasión y siempre, siempre, termino con un agrio sabor de boca.

Nunca le ha gustado beber mucho pero de vez en cuando lo hace, nunca lo he visto borracho y parece que no lo hare. Odia a los borrachos.

Dice que esta no es la vida que él esperaba a pesar de tener dinero, yo tampoco esperaba esta vida. Creo que nada sería justo si pudieras elegir cada cosa en nuestra vida. Pero podía elegir hasta donde me seguirían lastimando.

—me iré tan pronto tenga más dinero. ¡No volverán a lastimarme! —grite en cuanto intento golpearme.

Siguió gritando a pesar de que ya me había encerrado en mi habitación.

— ¡todo esto es tu culpa! ¡Si tu madre te hubiera abortado como acordamos entonces no tendría por qué soportar esto!

Después de varios días donde sus palabras no me dolían, volvieron a hacerlo. Supongo que necesitaba un poco más de tiempo para recuperarme y aun así, creo que quedaría fragmentado.

SeHun, ¿te acuerdas de mí?

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