14 años.

Mi padre me ha golpeado. Me atreví a negarme a asistir con él a una reunión y enfureció cuando seguí diciendo que no iría. Nunca ha sido paciente y llego a su límite cuando no quise tomar la ropa que el escogió para que llevara.

—si vas a estar con esa cara, prefiero no llevarte.

No me sentí mal conmigo mismo, porque no era mi culpa. No quería juntarme con aquella gente, siempre mirándome y juzgando mi poca participación en las conversaciones, pero así era, me llevaba mucho mejor con todos menos con los padres.

Mi madre me reclamo también y me regaño, aunque no tuviera que ver con ella. Sus regaños ya no resultaban tan doloroso si bajaba la cabeza, sabía que como no iban a intentar quererme o entenderme, sería más fácil gritarme. Y para mí, sería más fácil no hacer nada ni contarle a nadie.

Digo, seria pesado a la larga que me tuvieran que consolar frecuentemente por la tristeza ¿no? Que por un tiempo estuviera bien pero luego volviera a sentirme mal y decaer. Se volvería responsabilidad darme ánimos y una rutina que no estoy dispuesto a crear. Así que prefiero cargar solo. Algún día los problemas terminaran y no necesitare cubrir mis oídos.

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SeHun es otra de las pequeñas cosas que me hacen feliz. Aunque él sea lo máximo en la lista.

Se ha puesto mucho más apuesto y alto de lo que ya era. Sigue teniendo una sonrisa corta pero hermosa y se ha metido mucho en el baile y el rap. Amo asistir a las exhibiciones del club de baile para poder verlo y suspirar por él.

LuHan se dio cuenta desde el segundo año de que me gusta y me molesta mucho con eso, diciendo que es perfecto para mí y que su sueño dorado es ser el fotógrafo en nuestra boda. Sus locas ideas consiguen sacarme una sonrisa cada día.

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