Guerra
Un ente miraba con detenimiento.
Golden se empezó a sentir incómodo.
Eso de sentirse observado pero al ver a tu alrededor y no encontrar a nadie le daba un poco de miedo, aunque ya estaba acostumbrado.
El rubio empezó a caminar, era común de su día que las personas pararan un poco al verle el rostro, esas marcas no eran comunes ni como tatuajes. Pero todos ya le habían visto al menos una vez, igual era un pueblo algo pequeño.
-Pero miren a quien tenemos aquí- se escuchó una voz femenina.
Fred puso una cara de total disgusto.
Mientras que Golden puso una expresión de molestia.
-Leyla, creí que estarías en el Sur...- hablo el de ojos grises.
-Si pero se canceló eso, asi que aprovecho de pasar tiempo con mi raro favorito- dijo con burla apuntándole las marcas de su cara.
El más alto inconscientemente tapo sus mejillas con sus manos, avergonzado consigo mismo.
-Déjame en paz- pidió haciendo un puchero.
-Ja, pero si mi trabajo es hacerte la vida imposible- rió la mestiza mitad furia.
El trabajo de las furias es atormentar a aquellos que han cometido un gran pecado, castigarles de distintas maneras hasta que estos mueran de locura.
Sin embargo, Leyla solo era mitad furia, asi que su trabajo también era a medias. Ella prefería solo molestar a sus víctimas para que tuvieran un mal día continuamente, y aparte... ni ella sabía cuál era el pecado del rubio. Solo le habían dado la orden de que ese chico era su próxima víctima, pero nunca le dijeron el porqué.
Igual, ordenes son órdenes.
-Escucha, necesito entregar un ensayo en tres días. No puedo perder tiempo-.
-Y yo debo hacer mi trabajo, fenómeno-.
-No me llames asi...-.
-Es lo que eres querido. El chico humano que nació maldecido, un total fenómeno, deberían aborrecerte-.
-Ella tiene razoooon~-
El de ojos grises se sobresaltó.
Los espíritus, ellos siempre están de acuerdo con la de cabellos rosas.
-Ustedes cállense- susurro para que la chica no le escuchara, pero falló.
-¿De nuevo hablando solo? Admítelo, eres una abominación de la querida naturaleza. Estas maldecido, los de tu alrededor mueren, hablas solo como si vieras a los espíritus. Lo cual es imposible porque eso es algo que solo los dementores, parcas, seres oscuros y magos pueden hacer, no un humano como tú-.
El chico miro al suelo apretando sus puños.
-Yo no soy ni un fenómeno, ni una abominación-.
La mestiza rio.
-Disculpa ¿Qué dijiste?-.
-¡Que no soy ni un fenómeno, ni una abominación!-.
-Ja... si claro. Sigue pensando en esa estupidez-.
-¡Mis padres me dijeron que yo soy un milagro de Dios! Que... sin mi sus vidas serian miserables, que soy un ángel...- hablo entrecortadamente.
-Pues... por algo los dos están muertos ¿No crees?-.
A Golden le salieron lágrimas y empezó a correr empujando a Leyla para escapar.
La mestiza al ver como este huía rio alegremente.
-Bueno, creo que mi trabajo por hoy esta resuelto- reía ella caminando al lado contrario.
Mientras tanto, el de ojos grises llego a su departamento el cual torpemente abrió la puerta cerrándola a sus espaldas. Al ya estar dentro apoyado en la pared estallo en llanto, deslizándose por la pared hasta quedar en el suelo mientras tapaba sus ojos.
Los espíritus que eran invisibles ante todos. Estaban riendo.
Pero Fred sentía ganas de llorar.
Como ente no podía hacer nada a parte de observar, y eso le daba impotencia.
Aun así acaricio los cabellos de su amado levemente, viendo como estos se movían casi nada por su tacto.
-¿Por qué el mundo te trata así?- pregunto al aire el pelinegro.
Golden obviamente no pudo escuchar nada, solo abrazando sus rodillas mientras seguía llorando.
-Mamá... Papá... los extraño- murmuro con la voz rota.
Fred sintió que se le rompió el corazón.
Y en su forma inmaterial abrazo al rubio, era lo único que podía hacer, después de todo el único cuerpo que podía poseer no estaba cerca.
...
Ahora en otro lado~
James iba caminando con su serpiente enrollada en él por el bosque, en la zona Noroeste.
Iba tranquilo, hasta que de la nada le llego una fuerte brisa provocando que se tape los ojos y al poder ver de nuevo los vio.
La élite de monstruos, al frente suyo.
-Chicos...-.
-James- respondió Bonnie por parte de todos –Tenemos que hablar-.
-Entendido-.
Felix parecía entretenido por algo, pero ninguno de los presentes sabía por qué.
Fox se mostraba molesto, y todos sabían por qué.
Y Bonnie... bueno, es Bonnie.
Rodearon al líder de los cazadores empezándolo a guiarle a un lugar, el de cabellos turquesa oscuro miraba todo analíticamente.
Caminaron unos diez minutos hasta llegar al lugar de reuniones donde se hacían tratados humano/monstruo pacíficamente.
Todos se sentaron, había un ambiente muy tenso.
En eso Fox inicia la conversación.
-¿Dónde está tu... compañero? La última reunión que tuvimos alguien te acompañaba-.
-Eso fue hace más de 4 años. Esta muerto- respondió el moreno restando importancia al asunto.
Ahora Felix hablo.
-Como sea, volviendo a lo que veníamos. Queremos hacer un trato-.
-Lo se, me llego el mensaje- comento James sacando de su chaqueta una esfera oscura –Por favor, que la próxima vez no contenga magia negra-.
-Culpa mía- rio el pelimorado –Me sorprende que hubieras sobrevivido-.
-Te lo devuelvo-.
El humano le lanzo la esfera la cual el de sombrero atrapo sin problemas pero a penas tener el tacto de esta le empezaron a arder las manos haciendo que la botara rapidamente. Sus manos quedaron marcadas.
-¿¡Que rayos tenia esa cosa!?- grito Bonnie algo perplejo.
-Magia de purificación, deberías probarla de vez en cuando-.
Los monstruos voladores aguantaron la risa al ver la cara malhumorada del de ropas oscuras.
-Jodete, agradece que estas bendecido por Eak para ser capaz de hacer estas cosas- gruño Bonnie.
-Beneficios de ser líder cazador, ser bendecido por el Dios del Comercio y de la Guerra es un privilegio-.
De repente se escucho un gran golpe.
Fox había golpeado la mesa fuertemente, dejando una marca en ella.
-No hablen de ese traidor- dijo fríamente.
Todos se callaron, sabia como al pelirrojo le enfurecía mucho el tema del Dios Maya por... cosas del pasado. Cuando este aun pertenecía a los monstruos.
-Ahora SI VOLVIENDO AL TEMA- recalco Felix.
-¿Entonces que quieren?- pregunto el líder cazador mientras acariciaba su serpiente aún sin nombre.
-Un trueque- dijo el dragón blanco.
-¿De que exactamente?-.
Los de la elite se miraron entre ellos.
-¿No sabes? Uno de tus chicos capturo a Deuz- aclaro Fox ya mas tranquilo.
-¿Qué?-.
-Uuups, no lo sabía~- canturreo Bonnie.
-¿Quién hizo eso?- pregunto serio.
-¿Quién más? Océano- nombro el fénix.
El de cabello turquesa quedo en silencio, mirando para abajo.
-Imposible... él me hubiera dicho-.
-Parece que no es así- decía el pelirosa cruzando sus brazos.
James quedo pensativo... se sentía... mal de alguna forma.
-Bueno, pero aun así necesito saber ¿Cuál es el trueque?-.
-Si nos devolvías a Deuz... prometíamos no hacer nada en contra de tu familia. También hablamos por parte de los defensores de monstruos, Puppet y Mai no volverían a atacar a tu hijo~- informo el de cabellos morados.
El humano miro detenidamente.
-¿En serio?-.
-Si, pero como vemos que no es el caso...-.
El líder cazador empezó a morder su mano como índice de nerviosismo, pero luego dio un largo suspiro.
-No lo hare...-.
La élite le miro incrédula.
-¿Por qué?- pregunto el ser de fuego.
-Quizás mi cazador estrella no me informo de aquello pero... de seguro tiene sus razones. Y yo confió en los míos, no como ustedes- dijo lo último despectivamente.
Bonnie se levanto golpeando la mesa.
-¡O haces esto, o matamos a toda tu familia!- amenazo.
Pero eso no sirvió mucho en el humano.
-Te metes con mi familia... habrá guerra- gruño James.
-¿Oh así que quieres guerra?- inicio el pelimorado formando una masa oscura en su mano.
-Bonnie calma- pidió Felix.
-¡No me calmare Felix! ¡Necesitamos que vuelva Deuz!-.
-¿Necesitamos? Mejor dicho, tú necesitas- le contradijo el dragón.
El de apariencia humana miro al de pelo rosa con furia, aun así, este no se sintió intimidado.
-Wowwow tranquilos todos- hablo James, la elite lo miro –Quizas esta es la mejor manera de resolver todas nuestras disputas-.
-¿Cuál manera?- pregunto Fox.
-Guerra-.
Todos quedaron sorprendidos.
-Ese es un método muy precario, aunque viviendo de un humano... no me sorprende- hablo con desprecio el fénix.
-¿Qué hay con eso? Nuestras especies han estado en tensión por siglos, eso iba a pasar algún día. Y el ganador obtendrá muchos beneficios- argumento el moreno.
-¿Qué pasaría si los monstruos ganamos?- decía con duda el de alas blancas.
-Se les devolverá Deuz, se les ampliara la zona de hábitat a los monstruos o quien sabe... quizás el país queda como lugar de vida de monstruos-.
Los de la elite se miraron, pero el fénix hablo.
-¿Qué pasa con Eak?-.
El humano se encogió un poco.
-¿Qué con Eak?- se hizo el desentendido el cazador.
-Ya sabes... quiero que vuelva donde pertenece. Con los monstruos-.
-No voy a hacer eso... Eak es parte de los cazadores ahora, somos su familia y él es nuestra familia-.
Ahora el ser de llamas se levantó.
-Pararíamos esta estúpida guerra si hubieran devuelto ese traidor hace tiempo-.
-No puedo, y no quiero hacer eso-.
El pelirrojo exploto en llamas mostrando su figura de fenix. James no se movio pero hizo que su serpiente se pusiera detrás de él para no salir lastimada.
El dragón blanco suspiro desganado ¿Por qué sus compañeros eran tan explosivos? Vio como Bonnie nuevamente se metía en su aura oscura y como Fox intensificaba su fuego.
-¡SUFICIENTE!- grito empezando a congelar su alrededor. El suelo se volvía hielo y el cielo se oscureció.
En eso Fox dejo de arder en llamas y Bonnie disolvió su aura mirando con sorpresa al dragón.
El de cabellos turquesa oscuro dejo que su pitón se resguardara del frio dentro de su abrigo, después de todo, era un reptil de climas cálidos.
-Felix. Si quieres tu decides que se hará- menciono el ser de fuego.
Bonnie al escuchar esto miro feo al fénix, pero se aguantó las ganas de pegarle sentándose nuevamente entre gruñidos. Dándole en cierto modo la razón.
-Bueno, dare esto como veredicto y me vale mierda si están de acuerdo o no, se hará asi- espeto el de cabellos rosa. Los otros miembros de la elite se tragaron sus insultos.
-¿Entonces que deciden?-.
-Se hará guerra-.
Fox y Bonnie sonrieron.
-Entendido ¿Y que obtiene el ganador?- pregunto el líder cazador.
-Por parte de los cazadores, haremos que se disuelva la organización que nos defiende porque... los asesinaremos a todos. Así todos generaran un odio contra nosotros y nadie mas querrá defendernos y ustedes dejaran de ser perseguidos-.
-Me parece... ¿Y por parte de los monstruos?-.
-Si nosotros ganamos. Aumentara nuestra zona de hábitat y nos devolverán a todos los monstruos que tengan capturados, incluso lo de los experimentos. Todos menos Eak ¿De acuerdo?-.
Fox maldijo en silencio.
-Me parece perfecto ¿Cuándo comenzamos la guerra?-.
-Ahora- a penas Bonnie dijo eso ataco a James, pero este esquivo con gran velocidad.
El peli morado iba a hacer otro ataque pero se sorprendió al ver como el dragón blanco agarraba al humano desprevenidamente y se lo llevaba volando bien lejos.
Felix voló a gran velocidad hasta llegar a las fronteras del bosque. Donde dejo bruscamente al líder cazador. James a penas levantarse miro al dragón con sorpresa.
-¿...Porque me sacaste de ahí?-.
-Si murieras ahora ¿Quién avisaría que hay guerra?-.
Y sin decir nada mas el pelirosa se devolvió con la misma velocidad.
James rápidamente abre su chaqueta mirando su pitón birmana que parecía asustada.
-Oh pequeño, ya paso. Perdón por haberte traído a tan peligroso lugar- se disculpo dándole un besito en la frente.
La serpiente se enrollo amorosamente en su amo.
-Aun estoy gritando internamente por el dragón blanco ¿¡NO ES INCREIBLE!?- fanboyleo James empezando a caminar.
...
Mientras tanto en otra parte del mundo.
-Fede... no me acostumbro a este nuevo ambiente- dijo apenado el medio wendigo sentado en un sofá con la chimenea prendida.
-¿Por qué?-.
-¿Realmente esta es tu casa?-.
-Claro, esta prohibida la caza de magos en todo Reino Unido, así que podemos tener cualquier tipo de casa- informo el de ojos azules.
-Incluso... ¿Una mansión como esta?-.
-Claro-.
-¿Y donde esta tu familia?-.
-Escondida supongo, no creo que esperaban mi regreso luego que me dejaron arriba de un barco inconsciente para deshacerse de mi-.
A Oxy le salió una gotita de sudor.
En eso tocan la puerta.
El mago se levanto para ir a abrirla encontrándose con una joven de cabellos cenizo, quien al verlo quedo sorprendida.
-Asi que de verdad... has vuelto-.
-Si, me quedare aquí por un laaargo tiempo. Dile a mi familia que es una pena que no me recibieron-.
-Los mataste-.
-Exacto-.
Y con un rápido movimiento de manos, la maga se había evaporado, dejando un mal olor a azufre en el aire.
-¿Fede?- llamo el de cabellos naranjas- ¿Paso algo?-.
-Nada, absolutamente nada- canturreo volviendo con su compañero. Se sentó a su lado e hizo un ademan con las manos para que el menor apoyara su cabeza en sus piernas. Algo que obedeció sin problemas.
-¿Cuándo iremos de visita?-.
-Oxy, ¿acabamos de llegar y ya quieres irte?-.
-Perdón...-.
-Tranquilo, sé que es difícil cambiar de vida tan de repente. Yo igual me siento algo raro con todo esto-.
-¿Enserio?-.
-Si... pero ya verás cómo saldremos adelante. Juntos- dijo sonriendo.
El de ojos naranja le sonrió de vuelta.
Y le abrazo en la posición en que estaban, sonrojando un poco al mago. Pero que después devolvió el abrazo.
...
Regresando con Freddy finalmente.
El cazador se encontraba abrazando sus piernas mientras ocultaba su rostro en ellas. Mientras se escuchaban grandes golpes contra la puerta.
-¡FREDDY! ¡Abre de una maldita vez!- gritaba Joy golpeando la puerta.
Llevaban como 10 minutos así.
El castaño solo cada vez se encogía mas en si mismo mientras lloraba.
La causa de su tristeza era por motivos personales, aunque admitía que ver a su compañera con tal rabia le daba mucho miedo.
La rubia se cansó, y con un fuerte golpe derribo la puerta. Sobresaltando a su compañero que al escuchar el impacto levanto la cabeza mostrando toda su cara mojada por las lágrimas y con los ojos rojos a causa de estas.
-¡Joy! ¿¡Que te he dicho sobre la privacidad!? – le regaño entre lágrimas.
-¡Me importa un comino eso! ¿¡Que pasa!? ¿Estas bien?- le dijo acercándose a su amigo hasta agacharse al frente suyo.
-Nada.. estoy bien.-.
-No me vengas con esa mierda ahora Freddy ¿Por qué lloras?-.
-Yo solo...- antes de decir de algo estallo en llanto.
La menor con preocupación delicadamente abrazo a su amigo.
-Tranquilízate... estoy aquí. Estoy aquí- le murmuraba mientras le acariciaba el cabello.
-No quiero morir Joy, no quiero- decía entrecortadamente.
La joven estaba confundida, pero lo importante era calmar a su amigo ahora mismo.
Ella no sabía que hacer exactamente, nunca había visto al mayor de esa manera por lo que era la primera vez que hacía algo así con su amigo.
-Shh... no vas a morir. No ahora ni pronto-.
-Ojala yo también pudiera decir eso-.
-Si no quieres morir... ¿Por qué no te sales del mundo de la caza?-.
-No puedo, dejaría a Bon... no tengo los estudios para conseguir un buen trabajo. Solo seria un mayor fracaso de lo que ya soy- explico abrazando a la rubia, pero siempre manteniendo su mirada gacha.
Joy lo abrazo más fuerte, salir del mundo de la caza era muy complicado. Significaba dejar a personas, dejar el dinero, dejar la acción, dejar la competencia amistosa, dejas una vida interesante y que no era rutinaria.
-Freddy, no se porque de repente estas así. Y tampoco preguntare, pero... sea lo que sea, jamás te dejare-.
-...Gracias Joy-.
Agarro delicadamente la cabeza de su amiga e hizo que chocaran frentes, se miraron directamente a los ojos y sonrieron juntos.
-¿Quieres que pida pizza para animarte?- propuso la de ojos celestes.
-Por favor-.
La joven se levantó y ayudo a su amigo levantarse también. Y al estar ambos de pie se dieron otro abrazo.
-Joy-.
-¿Si Freddy?-.
-Cazare a un dementor...-.
-Pero cuando cazaste a la parca casi te matas ¿Es cómo lo mismo no?-.
-Si... parecido-.
-No quiero que lo hagas-.
-Lo hare igual-.
La rubia dio un suspiro desalentador.
-Como te he dicho todo este tiempo, de todas maneras, siempre estaré aquí-.
-Gracias-.
Se separaron del abrazo y se sonrieron nuevamente, aunque la chica con algo de pena.
Por otro lado.
James había llegado a su oficina cansado. Dejando su querida serpiente rosa en el suelo al momento de sentarse en su gran silla.
Se quedó unos minutos mirando a la nada y luego se tiro encima de la mesa.
-Tonto James, tonto tonto tonto James- se regaño a si mismo -¡Una guerra! ¿No se te pudo ocurrir algo mejor?-
Se levanto para sentarse en su gran silla y meditar al respecto.
-Ya no queda de otra, debo mantener la cabeza en alto y pensar con claridad. No me pusieron como líder por ser un miedoso-.
Dio un largo suspiro viendo una imagen que tenia en su escritorio, tristemente la agarro viéndola.
-George... ¿Qué hubieras hecho tú?- pregunto a la imagen viendo como en esta aparecia él cuando mas joven y el que solía ser su patrocinador...
Pero que se fue del mundo de la caza al tener a su hijo Golden.
A pesar de eso, siguieron siendo amigos, hasta que aquello ocurrió...
James puso boca abajo la imagen hundiendo su cabeza en el escritorio.
En este momento no quería ver a nadie.
Por sus impulsos, una guerra comenzaría.
Y muy pronto.
...
...
...
...
...
...
...
...
...
...
Parte 16!!
Denme un premio por subir dos caps en un día por favor(?) Pasa una vez cada 84 años xd
Inicia lo bélico!!
Preparen sus pañuelos porque abra MUERTE
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Bai <3
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