Dorado.
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Cuando SeHun lo vio por primera vez, creyó que el sol había bajado para verlo arder después de cincuenta años. Pero el sol le sonrió, le pidió disculpas por haber chocado con él y le acomodo la corbata antes de intentar seguir su camino, porque SeHun lo detuvo de la muñeca.
Llevaba setenta y cinco años viviendo, 25 como se mandaba y cincuenta con el mismo aspecto pero en todos esos años, no había conocido a alguien que hiciera saltar su corazón frio.
Le pidió su nombre al chico con sonrisa de sol y de ahí, vivió un año más con el mismo aspecto pero feliz por primera vez.
SeHun no sobresalía por mera lógica de supervivencia así que tampoco tenía un trabajo importante o donde lo reconocían, a pesar de sus dotes. El chico del que se enamoró venia de una familia de clase media que quería obtener reconocimiento y poder con su hijo, específicamente mediante un matrimonio.
Cuando los amantes se enteraron, planearon huir, pues su sol no había podido convencer a sus padres de no entregarlo a un adinerado soldado.
Era un plan muy arriesgado pero les daría felicidad. Tristemente, fueron cazados como criminales y encontrados un par de semanas después.
SeHun se vio obligado a usar esos dotes que lo hacían diferente del resto para defender a su sol pero, el soldado ya había notado su singularidad y reunió a una horda de gente asustada que rodeo la pequeña cabaña donde habían estado viviendo. SeHun no quería pelear pero lo obligaron a hacerlo y su sol, su preciado sol, recibió una flecha por él, una que el soldado cobarde había planeado clavarle por la espalda.
La mayoría debió de haber creído que vengaría a su amante lleno de una furia dolorosa pero no, le lloro y se lamentó pero estaba tan cegado por el dolor de perder a su sol, que no se resistió a ser encadenado y enterrado en un ataúd bajo la tierra.
Paso tanto tiempo llorándole a su amor, que al final durmió de cansancio... por muchos años.
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Aquella voz lo trajo de vuelta a la realidad después de un muy largo sueño. Era un canto dulce y lleno de dolor, hermoso y destructivo, tanto... que le hizo abrir los ojos y escalar hasta romper su prisión y salir.
Lo primero que vio, fueron los ojos más oscuros que jamás había visto. Ojos tan preciosos y brillantes por las lágrimas que no supo en qué momento se estiro para acariciar el borde de estos. La piel era pálida y el enrojecimiento en las mejillas y la punta de la nariz que probaba el llanto, le fascinaron pero lo que lo hizo recuperar la cordura fueron los muy familiares rasgos.
— ¿Lay?
El bello muchacho era casi idéntico a su antiguo amor con excepción de los ojos oscuros, el corto cabello azabache, la piel pálida y un cuerpo más delgado y fuerte. Pero NO era su sol.
— ¿Cómo es que saliste de la tierra? —jadeo el chico, rebotando su asustada mirada del suelo a su figura, que seguía encima de él.
SeHun se separó como si quemara, mirando al hermoso chico frente a él. — ¿En qué año estamos?
—2020. —respondió el chico de ojos oscuros, mirándolo aun con sorpresa.
—He dormido dos mil años. —susurro mirando a su alrededor, el bosque donde lo habían enterrado había crecido inmensamente, en ese momento recordó su humilde cabaña y se levantó con rapidez, resintiendo los años inmovilizado por un corto tramo.
— ¡Hey! ¿A dónde vas? —el chico salió de su impresión y lo siguió, corriendo a toda la velocidad que podía para alcanzar al pálido hombre.
SeHun se detuvo a pocos metros de distancia, contemplando la casa de sus memorias que, curiosamente, estaba en buen estado y brillando con una pintura del mismo color que recordaba.
—Parece mejor que en mis memorias...
—Yo... yo la restaure desde que la encontré hace unos años. Me pareció preciosa como para dejarla perder. —respondió el chico a su espalda, caminando hacia la puerta. Ingreso una llave que estaba unida a un llavero con un unicornio colgando y abrió la puerta, haciéndose a un lado para que el más alto pasara. —Umm, no entiendo muy bien pero conoces mi casa y saliste de la tierra pero puedes pasar.
El hombre lo miro con sus brillantes ojos dorados, confundido. — ¿Tu casa?
—Bueno, encontré esta cabaña cuando huía de una paliza de mi padre a los diez y ahorre para poder restaurarla y bueno, me mude. —el chico que se parecía a su sol, le tomo de la muñeca y lo condujo por los cuartitos que el recordaba más desgastados y simples. — ¿Sabes? Desde el momento en que la vi me pareció extraño que no se hubiera caído a pedazos después de mucho tiempo pero creo que estaba esperando a que volvieras.
SeHun se separó del humano, caminando y explorando la cabaña; brillaba y el ambiente dentro de ella era acogedor y cálido, muy diferente al que recordaba junto a su sol.
—Debes estar sediento, traeré un poco de agua, espérame aquí. —aquella oración hizo que el más alto girara velozmente la cabeza y le tomara de la muñeca con más fuerza de lo usual.
—Tienes razón, estoy muy sediento...—la impresión lo había hecho ignorar el vacío en su estómago y el ardor en su garganta. Jalo al joven con más fuerza de lo usual pero estaba hambriento y el aroma del azabache era irresistible.
— ¿Qué...?—el chico no pudo terminar su pregunta cuando vio el resplandor de los colmillos que se acercaron a él cuando el más pálido lo agarro del cabello y le echo la cabeza hacia atrás. Lo último que sintió fue un agudo pinchazo en el cuello.
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Joder, joder, joder. Había mordido a un humano y bebió tanto de él que casi lo mato.
Tan pronto lo sintió cual muñeco de trapo en sus brazos, se detuvo y la culpa lo inundo. Por un momento vio a Lay antes de que notara que no era su sol y que era el chico casi idéntico. Corrió escaleras arriba junto al muchacho y lo recostó en la cama para verificar su estado.
Para su fortuna, el humano estaba vivo pero muy débil y lo estaría por muchos días. SeHun no iba a dejar al chico solo al menos hasta que estuviera seguro de que viviría.
El desconocido tardo dos días en despertar, con una jaqueca horrible y ojeras marcadas. SeHun estaba preparado para que le gritara pero no para una sonrisa que se le antojo más bonita que la de su sol.
— ¿Ya soy un vampiro? —pregunto con la voz ronca.
— ¿Qué?
— ¿Aun podre bañarme en la mañana?
—No. No eres un vampiro. —el de ojos dorados se atoro los largos mechones rubios detrás de las orejas, frunciéndole el ceño. — ¿Por qué no estas asustado y gritando?
—Hey, no estamos en la vieja era y aunque gritara, no podría huir de ti. —respondió el humano, sobando su cabeza. —Me duele la cabeza, de verdad tenías mucha sed.
—Lo siento, paso demasiado tiempo.
— ¿Quién es Lay? —su pregunta lo descoloco pero debió esperarla. —Me llamaste Lay cuando saliste de la tierra.
—Eres igual a él. —respondió a la defensiva.
—Pero no lo soy. Soy YiXing, un placer. —el azabache estiro su temblorosa mano para que SeHun la estrechara. — ¿Cómo se llama, señor vampiro?
—SeHun. —respondió estrechándole la mano, que era muy suave.
— ¿Qué vas a hacer ahora, SeHun? Digo, eres un vampiro muy viejo y seguro que súper fuerte pero estos son otros tiempos.
—No lo sé, creo que buscare algo que hacer. ¿De qué vives?
YiXing se sentó con cuidado, llevando su mano al vendaje de su cuello. —Soy un escritor muy bueno. Mis libros se venden como pan caliente y los traducen a otros idiomas. Viviré bien el resto de mi vida.
SeHun asintió, pasándole la charola con fruta picada y té. —Entonces recupérate. Me quedare aquí por el momento.
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SeHun ayudo a YiXing a buscar ideas para sus próximos libros durante los siguientes tres años. El vampiro lo cuidaba de los peligros del bosque y las mismas personas que solían acosarlo. Descubrió que la ciudad que quedaba a unas cuantas horas de distancia, era el lugar donde YiXing había nacido y las pocas veces que lo había acompañado, había entendido que el padre del humano lo despreciaba y solía asistir a los eventos donde YiXing estaba para hablar mal de él e intentar agredirlo. Para el resto del mundo, SeHun era el guardaespaldas de YiXing que siempre usaba cubrebocas y lentes oscuros.
Durante uno de esos eventos, SeHun se encontró de nuevo con su creador y se separó de YiXing, quien había sido paciente al respecto a su historia. El humano ni siquiera sabía cómo había llegado a esa vida o como término bajo tierra.
Su creador le advirtió de su hermano, que se había enterado de la existencia de SeHun y que estaba empeñado en cazarlo. Para sorpresa de SeHun, HoSeok había encontrado a un humano al que convirtió para hacerlo su pareja y YoonGi estaba más que enamorado de su creador.
HoSeok se enteró de todo lo que había pasado y se mostró extrañamente amigable con YiXing, al igual que YoonGi. El poderoso vampiro de cabello oscuro y ojos color vino lo busco tan pronto sintió el dolor de su perdida y lo dejo reposarla hasta que tuviera la fuerza para volver a salir. Tan considerado como siempre, aunque la aparición de YoonGi pareció ablandar su corazón y hacerlo más flexible hacia su alumno.
Su creador y su pareja se marcharon al cabo de unos días, con la promesa de que seguirían manteniendo un ojo en SeHun, esperando que no volvieran a enterrarlo bajo tierra.
Esa misma noche, YiXing le pidió que le contara su historia mientras ambos miraban por el balcón de la cabaña. El azabache amaba la noche y gracias a él, había recordado que tan hermosa podía ser a pesar de haber perdido su sol.
—Tenía veinticinco cuando mis padres y yo naufragamos. Salí con varias costillas rotas y una de ellas perforo mi pulmón. Iba a morir, obviamente, pero él apareció y me salvo y condeno.
>>Era el hombre más intimidante que había visto, ni siquiera recordaba que el mismo general del pueblo luciera tan poderoso y atemorizante. Él me enseño como vivir alimentándome de la fuerza vital de otros seres vivos y me enseñó a base de torturas y golpes a como dominar los inmensos poderes que me había pasado, porque al ser un vampiro muy viejo, la fuerza de su sangre y su poder era algo demasiado grande para alguien más.
Perdí la cuenta de todas las noches que acabe con los huesos rotos y la piel hecha jirones después de su entrenamiento, solo para esperar a que mi cuerpo sanara con una abismal rapidez para volver a empezar. No me dejo en paz hasta que pude demostrarle que ya no lo necesitaba, que podría alimentarme sin levantar sospechas, que podía caminar bajo el más fuerte sol sin quemarme, que podía controlar mi brutal fuerza y que ya no me detenían sentimientos tan lamentables como el amor.
Él fue un maestro cruel pero gracias a su instrucción, me volví poderoso. Se marchó después de diez años juntos pero me aseguro que siempre mantendría un ojo en mí, porque era su segundo hijo. Jamás me conto como creo al primero pero me advirtió que mi hermano mayor era un monstruo en el total sentido de la palabra porque no pudo coexistir con sus poderes. No me lo dijo pero estoy seguro que me dejo para buscarlo y matarlo, porque era su responsabilidad acabar con la muerte que traía.
Después de viajar por treinta años, me asenté en un pueblo grande y viví ahí intentando no sobresalir ni relacionarme demasiado con nadie. Pasaron cinco años y me fui a otro pueblo, donde conocí a Lay y donde me quede seis años.
Después de perderlo y ser encerrado en un maldito ataúd por dos mil años, lo que me despierta es una canción y lo primero que veo es a un hombre igual a Lay, maldita sea.
—No es agradable que te miren recordando a otra persona, sabes. —el humano le despeino el corto cabello rubio y le dio una palmadita. —Quizás debías encontrarte conmigo muchos años después.
SeHun se encogió de hombros, mirando la copa de sangre en sus manos. Desde que noto que bebía demasiado de YiXing, decidió alimentarse de donaciones de sangre que robaba de los bancos de sangre o de los delincuentes que atrapaba en los bosques o en las ciudades que pisaban. No entendía porque pero no quería lastimar a YiXing, mucho menos verlo tan pálido por no poder resistirse a su sangre.
Con el pasar de los meses, el vampiro noto que sus sentimientos hacia el humano habían cambiado y se asustó. Gracias a eso, planeo marcharse y volver a su vida de viajero y cuando se lo planteo a YiXing, este estallo. Ambos discutieron porque el azabache no quería que se marchara y entre las razones que le dio para irse, salió Lay. Su pelea culminante fue después de que ambos decidieran visitar la ciudad de las luces para descansar.
—No. No, SeHun, mírame. —YiXing le tomo las mejillas, obligándolo a mirar. —YO soy YiXing, no Lay. Soy YiXing y como YiXing te digo que me enamore de ti.
El vampiro negó, soltándose de su agarre. —No puedo amarte, no quiero.
— ¿Ni siquiera vas a intentarlo?
—Soy un vampiro, tú eres un humano, no hay futuro.
— ¡Entonces conviérteme!
— ¡No! No puedo estar contigo. —SeHun esquivo de nuevo el contacto del azabache, mirando el suelo. —Tal vez si enfermas o envejeces, podre estar contigo en tus últimos momentos. Solo debes esperar.
— ¿Qué? —todo rastro de emoción abandono a YiXing para dejar paso a la ira. —Me fui de casa para no soportar palizas y cuando quiero estar a tu lado, sabiendo lo que eres y de lo que eres capaz, me pisoteas porque tienes miedo.
—Yo no tengo miedo.
— ¡Oh, pero claro que sí! —YiXing le golpeo el pecho con el puño, justo a la altura del corazón. —Temes amarme más de lo que amaste a Lay y tienes miedo de mi vida corta. Por eso vas a dejarme.
—No es cierto. —SeHun cuadro los hombros, fallando en intimidar al humano. —No sabes de lo que hablas.
—Hemos estado juntos por cinco años y creo que fue suficiente tiempo para pensar en esto. —el azabache dejo caer los brazos, viéndose derrotado. —Intente que me abrieras tu corazón pero solo termine enamorándome y siendo rechazado. No quiero vivir así.
—YiXing...—al ver que se alejaba, intento tomar su muñeca.
—No, SeHun. Al menos déjame irme con un poco de dignidad. —YiXing le beso los labios y le arreglo la bufanda. —Espero encuentres la felicidad que quieres. —con una muda petición de dejarlo marchar, se dio la vuelta y subió al primer taxi que paso, dejando a SeHun en la calle de las luces.
SeHun no lo busco, sabiendo que volvería a su cabaña. Era lo mejor, se dijo.
No volvió a saber de YiXing hasta que HoSeok apareció en la puerta del departamento que había alquilado, hechizando al dueño. La postura de HoSeok fue de todo menos reconfortante.
—Changmin encontró a YiXing. —y eso basto para que usara gran parte de sus poderes para llegar a la cabaña.
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Cuando volvió a la cabaña, estaba llorando y lo siguió haciendo por al menos un buen par de horas. Estaba triste y frustrado, por distintas razones.
Después del llanto, vino la inspiración dolorosa y no paro de escribir hasta que logro la mitad de lo que sería su primer libro de vampiros. Espera que cuando el muriera, SeHun tuviera su libro.
Pasaron días para que empezara a sentirse observado y cazado por algo que no podía ver pero que le erizaba los vellos del cuerpo. Era como si un peligroso depredador lo hubiera elegido para comer. Intento atribuirlo al estrés pero cuando un alto hombre de músculos fuertes y piel tostada apareció sentado en su sillón de la sala, todo su miedo volvió.
—Escuche que mi hermanito estaba viviendo con un humano muy lindo. —el hombre de ojos escarlata y afilados colmillos, no tardo en estamparlo con brusquedad al suelo. —Pero, por alguna razón, te abandono.
— ¿Quién eres?...
—Oh, querido, cuando termine contigo... ni siquiera recordaras tu nombre. —y como un deja vu, lo último que sintió fue un dolor lacerante en el cuello.
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SeHun sintió su corazón quebrarse cuando se encontró a YoonGi con un muy pálido YiXing en sus brazos. La fuerte pareja de su creador había llegado primero para intentar detener a Changmin, mismo que le había dado pelea después de atacar al humano y quien estaba clavado al suelo con una gruesa estaca de metal.
—Lo lamento, SeHun. No pude llegar a tiempo. —el vampiro de cabello oscuro le paso al azabache con delicadeza, dejando que el alumno de su pareja lo abrazara entre temblores.
—Si no me hubiera ido, él estaría bien...— gimió, acariciando la fría mejilla del chico. —Se va a morir por mi culpa...
—No si lo conviertes. —dijo HoSeok, llegando a ellos con la cabeza de Changmin en la mano. —Si quieres que viva, muérdelo o déjalo morir. No tienes tiempo. —el dolor de SeHun no lo dejo prestar atención a como su maestro acomodaba los miembros descuartizados de su primer alumno en el patio para que al llegar el amanecer, el sol lo quemara. Porque un vampiro moribundo podía morir con el sol.
—No podrá volver con su gente...— gimió, odiándose por eso. —, pero lo quiero conmigo.
La transformación era dolorosa y dependiendo del vampiro creador y sus años, peligrosa. YiXing estaba con medio cuerpo en la muerte y para SeHun fue trabajo de tres días para lograr traerlo de vuelta y ayudarlo a soportar la aceptación de sus poderes, mismos que derivaban de HoSeok.
Creyendo que había perdido a su luna, SeHun se negó a separarse de su lado y morir junto al cuerpo de YiXing.
HoSeok y YoonGi no podían hacer nada si SeHun no quería vivir.
Por suerte, YiXing abrió los ojos la mañana del cuarto día y con eso, les mostro un par de profundos ojos dorados.
— ¿Soy un vampiro ahora? —pregunto con la misma voz ronca de cinco años atrás.
SeHun volvió a llorar después de más de dos mil años. —Lo eres. Y eres mío.
—Ya te habías tardado. —el ahora vampiro, aun con su debilidad, correspondió el beso de SeHun.
YiXing dejo sus manuscritos con el único amigo humano que tenía y después, fingió haber muerto en un lamentable accidente. Su luto duro unas cuantas semanas, mismas que usaron para viajar junto a HoSeok y YoonGi hasta que los mayores decidieron separarse.
Y YiXing cumplió sus deseos porque SeHun estaba a su lado, amándolo y porque también tenía su libro, ese que había escrito contando su historia.
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FIN
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[PRÓXIMAMENTE]
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