Capítulo 47

Florencia me lleva a dentro de su hogar y me conduce hasta el baño. Escucho el agua de la llave de la lava manos caer, miro hacia abajo sin comprender cuando una de sus manos toma mi muñeca temblorosa hasta el vital líquido.

—Esto relaja Melina —mete mis manos bajo el agua —. Esto te ayudará a calmarte.

—No me puedo calmar cuando me acaban de romper en mil pedazos — el agua tibia corría por mis manos y no sentía ningún alivio, no me estaba ayudando en nada.

—Pero necesitas hacerlo porque estas en un estado que puedes cometer una locura.

—Quiero morir Florencia, yo solo quiero desaparecer de este mundo de mierda.

—¡No digas eso por favor!— suplica y nuestros sollozos hacen eco en el baño.

—Prefiero estar muerta que estar viviendo esto — sus brazos me envuelven y me arrastran a su pecho.

—No Melina, no pienses así por favor.

—Yo jamás debí nacer— me aferro a su delgado su cuerpo —. Jamás debí haber existido.

—No hables así —besa mi cabeza—. Ven vamos a seguir, tienes que calmarte.

—No Florencia —suplico entre sollozos.

—Ven Melina —me lleva de nuevo las manos debajo del agua.

****

El agua no me calmó no sé qué pretendía hacer Florencia con eso, pero no funcionó, tuve que fingir para que me dejara salir del baño, porque sentía que me estaba allí adentro. Me condujo hasta su cama y me pidió que me acostara, acomodo las almohadas detrás de mi espalda y me arropo hasta la mitad de mi cuerpo. Se quedó conmigo unos segundos, limpio mis mejillas y me dio un largo abrazo antes de marcharse a la cocina. Iba a prepararme un té relajante. Cuando quedo sola los recuerdos regresan a mi mente y en la silenciosa habitación de Florencia, rompo a llorar.

"Júrame que no soy una apuesta"

"Te juro que no eres una maldita apuesta"

"Yo si me fijaría en alguien como tú"

Suelto un profundo sollozo y me llevo las manos a la boca los recuerdos no dejan de perforar mi mente y lo único que deseo es desaparecer de este planeta, acabar con mi vida y no volver a sufrir más nunca otra decepción. Yo sabía que él me estaba apostando, maldición yo lo sabía y me da rabia conmigo misma por haberle creído, por haber confiado en su palabra sabiendo que esto ya lo había vivido.

Soy una estúpida, una ingenua, ¿En qué cabeza cabía que él podía fijarse en mí? soy una imbécil, ningún hombre se fijaría en mí, no soy suficiente para ninguno, ni lo seré. Ellos no se van a enamorar nunca de alguien como yo nunca ¿Cómo es que fui tan ingenua en creerlo? mil veces pendeja.

¿Acaso no me quedó claro la primera vez? no creo que no, porque si no, no hubiese caído como la propia estúpida.

—Ten cariño —las manos de Florencia sostenían una humeante taza de color verde.

—Gracias.

—¿Has comido?

—En el avión —miento.

—Si te da hambre me avisas. Cuando te sientas mejor me explicas bien que pasó ¿Cómo es eso que te apostaron?

Dejo la taza sobre la mesa que estaba al costado de la cama y me vuelvo hacia ella.

—Steven y compañía armaron un plan—pauso para pasar el nudo atascado en mi garganta —. Su idea era humillarme públicamente.  Apostaron quién de ellos me llevaría a la cama y Jack... se ofreció.

—Espera —se lleva una mano al pecho por la falta de aire —. ¿Dijiste, Jack?

—Si —sollozo

—¡¿Cómo Jack pudo prestarse?!—exclamo abrumada —. ¿Por qué querían hacer algo así?

—Envidia —respondo y su ceño se frunce—. Ellos tenían celos que fuera una de las mejores alumnas de la facultad. También querían dañarme porque no soportaban que fuera una chica sana.

—¡Esos unos malditos todos!

—¿Tú también eras parte de esto? —pregunto con temor mirando sus ojos llorosos.

—Por supuesto que no—reacciona de inmediato —. Jamás me prestaría para algo así. Tú eres mi amiga y aunque no lo fueras, no haría parte de algo tan siniestro.

La miro aliviada y me lanzo abrazarla.

Lloro en sus brazos como lo hice en los brazos de mi mamá esa vez hace cinco años.

Había dentro de mí las mismas emociones que no me dejaron respirar, el mismo dolor de pecho que me desgarró por dentro.

—Gracias flor, no tienes idea lo que me alegra escucharte. Tú has sido lo más transparente y lindo que he conocido en la vida—me aparto, sus ojos claros y sus mejillas estaban sonrojados.

Ella acaricia mi cabello y mi rostro con cariño. Limpia también mis lágrimas.

—Tú también—dice y sonrío en medio de mi tristeza—.Eres lo más limpio y bonito en medio de toda esa porquería.

—¿A pesar de haber sido tan fría y cortante contigo?

—Tendrías tus motivos —acierta y muerdo mi labio inferior.

—Si los hay Flor —digo después de meditarlo.

Ella debe saberlo, era la única que en verdad lo merecía, la única persona buena que he conocido.

—Esta no es la primera vez que alguien me apuesta —enfatizo y sus ojos orbes se exaltan —. Hace cinco años mi mejor amiga y los alumnos de mi salón apostaron quitarme la virginidad.

Se lleva ambas manos a la boca.

—Me...— hago una pausa para respirar—Hicieron creer que el chico de intercambio se enamoró de mí. Cuando estuvimos juntos, él me grabó y organizaron una fiesta—tomo otro descanso, me duele tanto recordarlo—. Y en esa fiesta me humillaron, reprodujeron el video delante de todos y me confesaron que todo había sido una apuesta. Axel gritó como habían sido esos meses de noviazgo, el asco que le producía y un montón de palabras hirientes.

—¿Y tu mejor amiga también fue partícipe? —flor no se lo podía creer, es exactamente como me sentí yo cuando me enteré.

Decepcionada y traicionada, así me sentí.

—Desgraciadamente.

—¡Es una hija de puta! — niega impotente—. ¿Cómo mierda te pudo hacer eso? ¿Qué clase de amiga es esa? ¿Ah?

—Ella jamás fue mi amiga Flor, solo me utilizó —niega —. Fingía serlo para tener buenas notas y le cubriera cuando salía con sus novios a escondidas de sus papás.

—Que malditos, enserio que malditos ¡Todos! —sus ojos se cristalizan—. Ellos no te merecían amiga.

—Yo...— paso saliva, su mano envuelve la mía para consolarme —Yo no pude continuar yendo a la escuela debido al maltrato que estaba sufriendo después que ese video fuera expuesto. Me gritaban zorra a donde quiera que iba. No había lugar donde pudiera esconderme— respiro profundo y aprieto su mano para darme fuerzas—. Lo que contaré es algo que yo nunca le he dicho a nadie, ni siquiera mi mamá lo sabe. Quería contárselo al maldito de Jack, pero lo omití, porque no quería hacerlo sufrir más con mi tragedia.

Yo creo que, si le hubiese contado, le daría igual de todas formas.

—Una tarde después de mi última clase yo esperaba a mi mamá fuera de la escuela cuando tres chicos se me acercaron, me rodearon y me preguntaron cuando cobraba por una mamada e internaron... abusar de mi  —cierra los ojos con dolor —. Caí en una depresión la cual me costó mucho salir. Intenté quitarme la vida en varias ocasiones por la presión que sentía todos los días al llegar a la escuela— subo la manga de mi suéter y enseño las cicatrices de mis muñecas.

—Dios mío Melina —me abraza —. Ahora entiendo todo amiga, no sigas más por favor, no hace falta.

—Ya no puedo confiar en nadie.

—En mi si amiga —me aferra fuerte hacia su pecho, le creo —. Yo nunca te traicionaría.

Florencia me acompañó hasta mi hogar, me ayudó a llevar mis cosas hasta mi habitación y nos despedimos bajo el umbral de la puerta principal. Mis padres no estaban y la casa la sentía más sola que de costumbre.

Arrastro mi cuerpo cansado hasta mi dormitorio y me sumergí entre las sabanas, Benji quien había crecido un poco más  colocó las patitas sobre el borde de la cama y llora para que lo suba. Lo subo y él ladeo la cabeza como si comprendiera que estaba pasándome, se acerca llorando bajito y apoyo su cabecita sobre mi mejilla.

El ruido del auto me despierta. Las voces de mis padres se escuchaban cerca. Tomo el maquillaje de la peinadora y me encierro en el baño para cubrir mi rostro hinchado lo mas que puedo.

—Nena —saludo como si nada saliendo del baño y no me acerco, me voy directo a la cama.

—¿Cuál-cuando llegaste mi vida? —pregunta mi padre curioso.

Aclaro mi garganta.

—Hace poco.

—¿Y dónde está Jack?

Paso con dificultad.

—En...su casa.

—¿Y cómo les fue en el viaje?

—Bien —finjo una sonrisa —. Canadá es hermosa.

—Me alegro mi amor bello —papá se acerca y me da un beso en la frente y lucho por no desplomarme contra mis emociones que están al borde—. ¿Mañana vas a ir a la universidad?

—Si —casi flaqueo, dios mío necesito que se vayan.

—¿Comiste? —pregunta —. ¿Será mal que pidamos esta tarde pizza? una vez no hace daño.

Mi madre me observaba en silencio.

—Está bien papá.

—Perfecto mi vida —besa mi mejilla—. La pediré como tanto te gusta.

—Gracias.

—Me hiciste mucha falta.

Rio solamente.

—Admiro la ingenuidad de tu padre —menciona cuando mi padre abandona mi habitación —. Aunque a veces la detesto, nunca se da cuenta de nada. Sin embargo, en estos casos prefiero que sea así.

—¿Por qué?

—¿Qué pasó? —se sienta delante de mí.

—N-nada.

—Melina.

Sonrío con falsedad.

—En serio no pasó nada.

—Tus ojos hablan Melina —reprimo las ganas de llorar—. ¿Qué pasó con Jack? ¿Pelearon?

—Al-algo así.

—¿Qué pasó?—presiona.

—Una tontería.

Enarca una ceja.

—¿Tontería y tus ojos están rojos? — evado su mirada —No sé cómo tu padre no se dio cuenta—sus manos toman las mías —. Cuéntame mi amor, puedes confiar en mí.

—Jack...—chisto los dientes y bajo la cabeza.

No quiero contarle porque sé que esto le afectará muchísimo, más cuando ella fue quién me indujo que confiara en él, pero ellos se preguntaran dónde estará cuando haga falta su presencia.

—¿Cuál fue la pelea?

Se me escapa una risita sin gracia.

—Ojalá hubiese sido una pelea —levanto la vista hacia ella.

—¿Entonces qué pasó?

—Me la hizo —su cabeza se ladea incomprendida —. Jack jugó conmigo. Mis compañeros de clases apostaron y él era parte de la apuesta.

—¿E-estas seguras?

—Él mismo me lo confirmó esta mañana.

—No —sus ojos se humedecieron—. ¿Será que entendiste mal?

Niego abrazando mis piernas y no retengo más mis lágrimas.

—Te lo dije mamá, te dije que él nunca iba a fijarse en alguien como yo —no quería recriminar nada, sé que en parte también es mi culpa, pero ella tiene más por insistirme tanto.

—¿Y-y como te enteraste?

—Un compañero me llamó y me lo dijo todo —mi pecho se hunde —. Enfrenté a Jack y.... no lo negó nunca.

—¿Cómo pudo? ¿Cómo pudo aceptar algo así? —pregunta decepcionada, sus ojos me miran avergonzados —. Perdóname, por favor perdóname hija, todo esto es mi culpa.

—Yo también tengo...

Niega.

—Tú lo sabias y yo aun así te insistí— reconoce—. Me lo repetiste y no te escuché, me cegué y no presté atención. Por favor discúlpame mi amor por haberte metido en esto.

Respiro profundo, no tenía fuerzas para nada, solo quería dormir y no despertar nunca más.

—Nos equivocamos mamá —digo para concluir y me acoplo entre las almohadas, Benji lame mis lágrimas y se acomoda sobre mí —. Quiero estar sola.

—Melina mi amor—no contesto y cierro mis ojos— Discúlpame mi vida por favor— besa mi mejilla y acaricia mi cabello —. Te amo mi cielo —Susurra y sale de mi dormitorio cerrando la puerta con cuidado.

"Yo si me fijaría en alguien como tú"

"Y no te atrevas a besarme" "¿Escuchaste?"

"He avanzado mucho contigo como para estropear todo, no quiero que te alejes, eres importante para mí"

Limpio las lágrimas que bajan por mi rostro e intento quedarme dormida.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top