6

Aunque mis ánimos estén por los suelos, hoy es un gran día para todos, así que me esfuerzo al máximo por parecer feliz. Realmente me alegro de que el padre de Alice haya accedido a darles la custodia de Noah —aunque no me fío ni un pelo de ese hombre, parece todo demasiado fácil—, pero los sentimientos negativos me superan y simplemente no me siento bien.

He estado jugando a la Wii con Noah un buen rato en casa de los gemelos, pero todavía no le he dirigido la palabra a Louis. El muy idiota, hace unas horas, me ha preguntado si le había echado de menos cuando había ido a buscar a Noah. Ya está otra vez con sus bromas de mierda, y de verdad que me hace daño. Antes me daba igual, pero desde que me besó todo ha cambiado. Ahora es como si él estuviera decidido a que todo vuelva a la normalidad, pero yo no puedo hacerlo.

—¡Deena está haciendo tampas! —exclama el pequeño, tirando el mando de la Wii al suelo y cruzándose de brazos.

—Eso, tú rompe el mando —se queja Nate, cogiendo el mando del suelo.

—Ya no quelo jugar —dice, y se sienta en el sofá.

Ruedo los ojos y me siento al lado de Noah. Cada vez que ve que va perdiendo se enfada y dice que estoy haciendo trampas, tampoco se le puede culpar, tiene cuatro años.

En ese momento, suena el tono de la alarma de mi móvil, y como ya sé de qué es, inmediatamente me levanto y voy a la cocina. Saco el paquete de pastillas anticonceptivas del bolso y me sirvo un vaso de agua para tomarme una de ellas.

—¡Deena! —grita Noah—. ¡Quelo jugar!

—¿Ahora sí? —digo de vuelta, elevando mi tono de voz para que me oiga.

—¡Shi, quelo la bancha! —contesta.

—Se dice "revancha" —oigo que le dice Louis.

Así que vuelvo a guardar las pastillas en mi bolso y vuelvo al salón para ponerme a jugar a la Wii con Noah otra vez. Nate anima al pequeño mientras que Louis se dedica simplemente a observar, en el sofá. Al poco rato le cedo mi puesto a Nate y me siento en el sofá de nuevo, al otro lado de donde Louis está sentado. Se crea otro tenso silencio entre nosotros, pero no voy a forzar palabras ni risas incómodas, así que voy animando a Noah y ayudándolo a ganar a su hermano.

Una hora más tarde, Noah está completamente dormido en el sofá, agotado, y Liam y Alice deciden llevarlo ya a su casa. Es bastante tarde, y me da mucha pereza ir al hotel, pero decido ir ahora.

—¿Seguro que estás bien cogiendo un taxi? —me pregunta Alice.

—Sí, tranquila, sino iré caminando, no está tan lejos —asiento. La verdad es que tengo ganas de caminar un rato con los auriculares puestos, me ayuda a despejarme.

—Como quieras —dice, y tras despedirse de sus hermanos, se va junto con Liam y el pequeño Noah, que sigue durmiendo en brazos del tatuado.

—Puedo acompañarte al hotel en mi coche, si quieres —me dice Louis, rompiendo éste silencio no pactado que se había formado entre nosotros desde que me ha hecho la broma de si le había echado de menos.

—Puedo ir sola, gracias —contesto, rechazando su oferta.

—¿Estás segura? —insiste.

—Lo estoy —finjo una sonrisa antes de despedirme de Nate y salir por la puerta del apartamento.

Bajo a pie por las escaleras y, cuando llego a la calle, saco mi móvil y mis auriculares del bolsillo de mi chaqueta para empezar mi camino hacia el hotel.

El cielo está completamente oscuro, a pesar de que las luces de la ciudad no dejan que se vea fácilmente. Distingo la luna varias veces, antes de que sea engullida por otro de los enormes edificios. Pienso mucho mientras camino, pero mis pensamientos van mucho más allá de mis preocupaciones actuales. A veces pienso que le doy demasiadas vueltas a las cosas, que uso demasiado la cabeza. Seguramente si pensara mucho menos, sería más feliz.


— o —


A la mañana siguiente, me despierta el sonido de mi teléfono. Abro los ojos y me incorporo pesadamente, odiando en silencio a la persona a la que se le ha ocurrido llamarme a las... vaya, ya son las diez de la mañana.

Miro a mi móvil y veo que es Alice. Frunzo el ceño y contesto a la llamada.

¿Als? —pregunto.

Por fin ha despertado la bella durmiente —su voz sale en forma de gruñido al otro lado de la línea—. Llevo como cinco minutos llamando a tu puerta.

¿Cómo pretendes que escuche unos golpes de mierda en la puerta? —digo, levantándome de la cama, y finalizo la llamada.

Abro la puerta, encontrándome a la peliazul con una expresión de fastidio, y entra en mi habitación sin decir nada para tirarse en la cama.

—¿Y Liam? —le pregunto, extrañada de que no esté con él.

—Durmiendo —contesta, encogiéndose de hombros—. Venga, vístete, que nos vamos a desayunar.

—Sí, señora —digo, haciendo el saludo militar, y ella sonríe.

Quince minutos más tarde, estamos desayunando un montón de cosas que hemos cogido en el buffet libre de la cafetería. Alice no es de comer mucho, pero hoy se está luciendo entre los pancakes, los huevos revueltos y los cereales. ¿Quién coño se come todo eso junto? Está adoptando la costumbre de Liam de comer todo lo que pilla, al final terminará enfermando. Aunque yo tampoco puedo decir nada porque no me he quedado corta en cuanto a cantidad de comida, es lo que tienen los buffets libres.

—Podríamos ir a dar una vuelta por la ciudad cuando terminemos —sugiero—. Llevamos aquí tres días ya, y todavía no he visto nada.

—Me parece bien —asiente ella antes de darle un trago a su té verde.

Así que, cuando terminamos de comer, pasamos por la habitación a coger bolsos y chaquetas, y salimos a la calle. Liam sigue durmiendo —al parecer siempre duerme tanto—, así que decidimos dejarlo en paz e irnos nosotras dos.

En cierto modo, echaba de menos estar con Alice a solas. Sí que nos hemos visto bastante desde que ha empezado con Liam, y él me cae bien, me gusta pasar el rato con ellos dos, pero me cuesta acostumbrarme a que Alice esté con alguien y ya no tenga tanto tiempo para mí. Me siento un poco sola a veces, pero me alegro por ella.

Durante lo que queda de mañana, Alice y yo visitamos Hollywood. Caminamos por el Paseo de la Fama, visitamos el Dolby Theatre, comemos en un restaurante por ahí, y finalmente visitamos el observatorio Griffith, donde Liam se nos une, ya que ha despertado hace media hora.

—Hey, hola chicas —nos saluda el tatuado—. ¿A qué hora os habéis ido?

—A las once o así —contesta Alice—. Parecías un oso hibernando.

—¿Y qué hago? Si no duermo mis horas no funciono al día siguiente —se queja él, y Als rueda los ojos.

—¿A dónde vamos ahora? —pregunto, mirando un mapa que nos han dado en una de las oficinas de turismo.

—¿Algún museo interesante? —pregunta Alice.

—Varios, sí —asiento, y al poco rato nos dirigimos ahí.

Visitamos varios museos durante la tarde, y tras pasar por un aparentemente famoso estudio de tatuajes por el que Alice y Liam morían de ganas de ir, volvemos al hotel.

—Esta noche Liam y yo saldremos a cenar fuera —me informa Alice mientras caminamos por el pasillo del hotel, y yo asiento con la cabeza, concentrada en un mensaje de mi madre.

Contesto rápidamente a mi madre y, tras despedirme de la pareja, me meto en mi habitación.

Bueno, parece que tengo varias horas libres por delante.

Me dedico a mirar una película bastante interesante que hacen en televisión hasta que acaba, y entonces me quedo sin nada que hacer. Así que decido salir y, tras comprarme una pizza para mí sola, me acerco al supermercado más cercano para comprar una botella de vodka. Ni siquiera sé a qué viene este impulso, pero tengo ganas de beber hoy.

Me meto en la habitación de nuevo cuando el sol ya ha desaparecido del cielo, pero todavía no está del todo oscuro. Me siento en la silla que hay en el balcón y, mirando al cielo, abro la botella.

Le doy un trago, pero me echo a toser y escupo el líquido que queda en mi boca tan pronto como lo hago. ¿Cómo se me ocurre beberme el vodka sin nada? Está malísimo. Alguna vez he bebido tequila solo con Frank y Alice, hace tiempo, pero el vodka está mucho peor. Voy al minibar de la habitación y saco un refresco de cola para mezclarlo con la bebida en un vaso, y cuando doy un trago me alivio al ver que sabe mucho mejor.

Cuando quiero darme cuenta, me he terminado el primer vaso, y me entran unas ganas horribles de fumar, cosa que no entiendo. Sí, he fumado alguna vez estando de fiesta, pero yo no soy una adicta a los cigarrillos como Alice o Frank, ni siquiera soy una fumadora habitual.

Cada vez me entiendo menos a mí misma pero, ¿qué le voy a hacer? No todos nos conocemos a nosotros mismos.

Estoy planteándome seriamente ir a por unos cigarros —un día es un día— cuando mi móvil vibra encima de la mesa que hay a mi lado. Miro a la pantalla, que se ha iluminado, y veo las palabras "Mensaje de Frank" en ella. Antes simplemente tenía una F con un corazón, estupideces que se hacen cuando tienes pareja, pero ahora ha vuelto a ser Frank. Uh, ¿por qué estoy siquiera pensando en eso?

Frank: hey, dee, ¿cómo va por LA?

Sonrío al leer su mensaje. Me gusta que Frank y yo seamos amigos pese a todo, aunque las cosas han estado un poco tensas, cada vez estamos mejor. Lleno otro vaso con una mano mientras contesto a su mensaje con la otra.

Deena: bien, ian le dará la custodia del peque a als!

Frank: lo sé, ahora falta que el viejo cumpla con su palabra

Deena: pues también es verdad... espero que no sea un truco de esos suyos. y, ¿qué haces?

Frank: pues estoy en el arkham con kathy y chris. te mandan saludos, dicen que a ver cuando te dignas a aparecer.

Deena: diles que en cuanto vuelva nos vemos :)

Frank: guay

Frank: oye, te dejo, que nos han traído los chupitos

Deena: okay, que vaya bien!

Frank: :)

Doy otro trago a mi segundo vaso antes de dejar el móvil sobre la mesa del balcón otra vez. Es entonces cuando escucho unos golpes en la puerta, alguien está llamando. Miro al móvil de nuevo y veo que son las diez de la noche, dudo que Alice y Liam hayan vuelto ya, ¿quién será?

Me levanto de la silla y entro de nuevo a la habitación, aliviándome al ver que todavía no noto los efectos del alcohol al caminar, aunque me siento bastante mejor que antes. Voy hasta la puerta y, justo cuando voy a abrir, vuelven a llamar. Qué impaciente es la gente.

—Ya voy —gruño, y abro la puerta encontrándome con una sorpresa sobre la cual no sé como sentirme—. ¿Louis?


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Uohoii, ¿qué pasará? jejeje

He creado un grupo en Facebook para que podamos hablar, compartir fotos y cosas sobre mis novelas, y todo eso. Se llama "Novelas de Claire (sirendreams)", podéis encontrarlo también en mi Facebook personal, Claire Deneau, y además está el link publicado en mi perfil de Wattpad.

Y eso, queso. Hasta el miércoles que viene :D

Claire

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