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Examino atentamente la estantería de los tés e infusiones, buscando a ver cuáles me convencen. Me gusta ir cambiando de vez en cuando, a veces descubro nuevos que me gustan mucho. Normalmente los compro en tiendas especializadas, pero aquí en Hastings no sé dónde hay, así que iré tirando con lo que compre ahora.
Noto un movimiento extraño a mi lado, y desvío un poco la mirada de uno de los paquetes de té para encontrarme con Noah intentando meter una tableta de chocolate disimuladamente en el carrito de la compra. En cuanto ya la ha dejado sin hacer ruido, vuelvo mi mirada al té y él vuelve a alejarse como si nada, pensando que nadie le ha visto.
Sonrío para mí misma. Este niño es un caso.
—¡Listo! He conseguido encontrar el pan —dice Louis, dejando una bolsa de pan de molde en el carrito—. ¿Qué más hay que buscar?
—Esto no es la búsqueda del tesoro, hombre —le recuerdo al ver su entusiasmo—. Por cierto, ¿tú no ibas con Noah?
—¿Noah no estaba contigo? —pregunta.
—No, en teoría estaba contigo, pero ha venido aquí hace nada y hace menos de un minuto ha vuelto a irse.
—Bueno, no creo que haya ido muy lejos —dice—. Falta nata, ¿no?
—Sí, si quieres hacer pasta a la carbonara lo necesitaremos —contesto, y él asiente con la cabeza antes de volver a irse.
Decido coger una infusión de rooibos con piña y la meto en el carrito antes de ir a por varios paquetes de pasta. Pronto vienen Louis y Noah con dos envases de nata y unas galletas. Noah mira la tableta de chocolate, que sigue en el mismo sitio en que la ha dejado, y luego me mira a mí para ver si me he dado cuenta. Hago como si nada y, tras comprobar que lo llevamos todo, nos dirigimos a la caja.
La cajera empieza a pasar los productos mientras Louis va poniéndolos en la cinta, y cuando saca el chocolate hago cara de sorprendida.
—Vaya, ¿y este chocolate? —pregunto—. No recuerdo haberlo puesto en el carro.
Louis me mira, extrañado, y Noah desvía la mirada hacia el suelo.
—Pues yo tampoco lo he puesto —comenta Louis.
—¿Quién habrá sido? —pregunto.
Louis, al ver el tono con el que hago la pregunta, sonríe, adivinando mis intenciones.
—No lo sé, ¿quién más podría haberlo metido? —pregunta, siguiéndome el juego.
—¡Faltan manzanas! —exclama Noah de repente, y sale corriendo.
Louis y yo nos echamos a reír, y la cajera nos mira con una sonrisa
—Eso sí que no me lo esperaba —digo.
—Está loco, se nota que vive con Alice, y la influencia de Nate tampoco le ha ayudado —dice Louis.
—Claro, porque tú eres el más cuerdo de tu familia.
Noah vuelve con una manzana en la mano y la deja en la cinta, forzando una sonrisa que, al ser tan forzada, parece que tenga cara de psicópata.
—Noah, no pasa nada si has puesto tú el chocolate, era una broma —le aclaro, y él relaja la expresión.
—Ah, ¿sí?
—Claro, hombre. —Río al ver su cara de alivio.
—Pero bueno, la manzana también nos sirve, eh —bromea Louis.
***
Noah se come la manzana como postre después de haber comido unos macarrones a la carbonara.
Alice ha comido mucho, algo raro en ella y más últimamente, desde que pasó lo de Frank. Lleva sus manos a su barriga, acariciándola.
—Voy a explotar —se queja.
—Nadie te ha obligado a comerte dos platos de pasta, comilona —contesta Liam, y ella solo le da una mala mirada, pero luego sonríe.
—Por una cosa que Louis hace bien habrá que aprovecharla. —Se encoge de hombros y su hermano mayor, sentado a mi lado, abre la boca en señal de indignación fingida.
—No te vuelvo a invitar a cenar —dice, cruzándose de brazos.
Alice solo sonríe con una diversión que parece evaporarse de golpe, y vuelve esa mirada triste que ha caracterizado su rostro últimamente. Suspiro sin poder evitarlo, pero estoy contenta de que al menos haya estado bromeando, hacía tiempo que no lo hacía.
—Deena —me llama Noah, y giro mi cabeza en su dirección—. ¿Cómo ha llegado William a tu barriga?
En ese momento se forma un silencio tenso en la mesa, que termina rompiéndose por una sonora carcajada de Liam que precede a su ataque de risa. Yo acabo riendo también, y Louis igual. Incluso Alice no puede reprimir una sonrisa.
Noah nos mira con confusión, seguramente no entiende qué hacen los locos de sus familiares riéndose de una pregunta tan aparentemente inocente.
—¿Qué pasa? —pregunta el pequeño, agobiado.
—Nada, nada —dice Liam, que es el único que ha conseguido calmarse un poco.
—¿De qué os estáis riendo? —insiste.
—Es que nos hemos acordado de un chiste —se inventa Louis, y Alice rueda los ojos.
—Madre mía —dice Alice—. Se te da fatal mentir.
—Contéstale tú, lista —contraataca su hermano.
—Se me da fatal esto —dice, negando con la cabeza—. Que se lo explique Deena, que se le da mejor.
—¿Desde cuándo se me da bien? —pregunto, frunciendo el ceño—. Además, ¿por qué no se lo puedes explicar tú?
—Si quieres le explico todas las posiciones en las que lo hago con Liam —contesta, y Liam sonríe con picardía—. No sabría explicarlo de una forma "bonita". —Hace comillas con los dedos.
—Tienes razón, mejor se lo explico yo. —Suspiro— Noah, cariño, ven.
Me levanto de la silla y lo llevo al sofá.
—¿Qué dice Ali sobre posidones? —pregunta, mirándome con intriga.
—Posiciones —lo corrijo—, y no le hagas caso.
—Vale —asiente, sentándose en el sofá.
—Verás, Noah —empiezo—. Cuando dos personas mayores se quieren mucho, hacen el amor.
—¿Hacen el amor?
—Sí. Se desnudan y se dan besitos —intento explicárselo para que lo entienda—. Y después de hacer el amor, a veces la mujer se queda embarazada.
—Pero Ali y Liam también se desnudan y se dan besitos, y Ali no va a tener un bebé.
—Porque también pueden hacer el amor sin querer tener un bebé —digo—.Solo deberías tener un bebé si realmente quieres tenerlo.
—¿Tú querías tener a William? —pregunta.
—Claro —asiento.
No, no es verdad. Mi embarazo fue accidental y, aunque igualmente ahora ame la idea de tener a William, Noah aún es pequeño para entender todo eso.
—Y, ¿mis papis querían tenerme a mí? —cuestiona.
—Claro que sí, Noah, ellos estaban deseando tenerte.
Él sonríe con ilusión, y suspiro de alivio al haber podido salir del paso.
***
—Suerte que has sido tú la que le ha explicado eso a Noah —me comenta Louis una hora después, cuando Liam, Alice y Noah ya se han ido, y estamos fregando los utensilios de la cocina—. No me quiero ni imaginar cómo se lo habría explicado Alice. Sería como un relato porno, Noah se habría traumatizado.
—Seguramente. —Río— Pero bueno, tampoco hay que mentirle, debía saber cómo se hacen los bebés, no quiero que crezca pensando que el sexo es un acto horrible y prohibido como les pasa a muchos niños.
—Y lo has hecho muy bien. —Deja un beso en mi cabeza antes de pasarme la olla que acaba de enjabonar.
Le paso agua al cacharro y lo dejo en el trapo que hemos dejado como secadero improvisado. Falta tanto por comprar, deberíamos ir pronto.
—Mañana podríamos ir a mirar muebles para la habitación de Will —comento.
—Yo había quedado con el chico que reformará la caseta del jardín para construirme el estudio —contesta él—. Pero podemos ir por la tarde a lo de Will, el chico vendrá por la mañana, temprano.
—Genial.
Terminamos de recogerlo todo y subimos a la habitación. Empezamos a ponernos el pijama casi a la vez, pero la cosa acaba con ambos completamente desnudos y yo sentada encima de Louis.
Sus manos acarician mi espalda mientras su boca se centra en mis pechos. Están hinchados y sensibles, lo que hace todavía más placentera la sensación de su lengua saboreándolos. Gimo y presiono mi monte de venus contra su erección.
Se separa unos instantes y pone su mano en mi nuca para besarme, un buen beso con lengua que hace que me humedezca aún más, si es que eso es posible.
—Te quiero, Deena —dice en cuanto rompe el beso, a centímetros de mis labios—. Joder si lo hago.
Sonrío en su boca cuando sus labios vuelven a presionarse contra los míos, y al volver a separarnos aprovecho para hablar.
—Te quiero, Louis —confieso por primera vez, aunque nos lo hayamos dicho mil veces sin palabras.
—Quiero... realmente estoy ansioso por formar una familia contigo, quiero que nazca Will, y... Joder, me daba tanto miedo que te sintieras forzada a estar conmigo por William, no querría—
Interrumpo sus palabras besándolo otra vez, pero esta vez más brevemente.
—Tenía miedo de exactamente lo mismo —digo, aliviada, y Louis sonríe—. Somos tan idiotas.
—Mucho, al parecer —contesta, y se echa para atrás, apoyando su espalda en la cama.
Acepto su invitación sin palabras y me levanto un poco para poder introducirlo bien dentro de mí. Gemimos, y empiezo a moverme. Louis se vuelve loco debajo de mí, su respiración está agitada y sus manos están por todo mi cuerpo.
Caricias, sudor, besos descoordinados cada vez que me inclino hacia él, y llego al orgasmo dos veces con sus dedos haciendo magia en mi botón más sensible hasta que él también se libera dentro de mí.
Me acuesto a su lado, con su brazo rodeando mis hombros y apretándome contra él. Deja un beso en mi frente y poco después su respiración se tranquiliza.
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¡Aloha!
Estamos en la recta final, quedan solo 4 capítulos mas el epílogo. Descubriendo a Alex ya ha arrancado con su segundo capítulo, y la sinopsis de Desarmando a Nate ya está disponible. ¡Ya tenemos todos los libros de la saga publicados en Wattpad! Yay
Mi respuesta a la pregunta de ayer:
Mi libro favorito es (bueno, son) la saga "Crónica del asesino de reyes", de Patrick Rothfuss. Leedla, os prometo que no os arrepentiréis.
Pregunta de hoy:
¿Cuál es vuestra palabra favorita en inglés?
La mía es chocolate, la pronunciación de los ingleses es genial. Sí, la canción "Chocolate" de The 1975 influyó en esta decisión jajaja
Os quiere,
Claire
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