39
—¡Cumpleaños feliz, cumpleaños feliz, os deseamos todos, cumpleaños feliz! —cantamos al unísono y cuando acabamos, Noah empieza a chillar y aplaudir.
Louis y Nate soplan cada uno las velas de su pastel. Noah ha hecho para cada uno de ellos, con la ayuda de Liam, una corona de cartón con pegatinas brillantes y el número 27 escrito en rotulador en cada una de ellas.
—Bien, ¡ahora toca el pastel de Deena! —exclama Nate, y aparece mi madre por la puerta del jardín con un pastel.
—¿Qué? —pregunto, confundida, y noto a alguien tirando de mi vestido.
Bajo la mirada y veo a Noah saltando con otra corona de cartón entre las manos. Sonrío y me agacho para que me ponga la corona, con el número 22 en ella.
Hace algo más de una semana que fue mi cumpleaños, el quince de julio, pero no lo celebramos porque no teníamos un lugar en el que hacerlo, y estábamos muy ocupados con la mudanza. Igualmente comí con mis padres y salí a cenar con Louis, que me regaló un libro que llevaba tiempo queriendo leer. Hoy, día veinticinco, es el cumpleaños de los gemelos y, aprovechando que ayer terminamos toda la mudanza a la casa de Hastings, hemos hecho una comida familiar para celebrar sus cumpleaños, y al parecer también el mío.
Me cantan el "cumpleaños feliz" y soplo las velas del pastel de chocolate que seguro que ha preparado mi padre, ya que huele y tiene el mismo aspecto que esos que hace él y que tanto me gustan.
Llega la hora de los regalos y recibo una chaqueta preciosa de parte de Alice y Liam, que justo le mencioné que me gustaba cuando paseábamos por el centro de Londres hace varios días. Mis padres ya me regalaron unos zapatos el día de mi cumpleaños. Yo le regalo a Louis toda la colección de libros de la saga de El Señor de los Anillos, ya que adora las películas y le gusta leer. Su hermana le regala una bufanda de Gryffindor a Louis y una de Slytherin a Nate. Ellos tres fueron a ver el estreno de todas las películas juntos desde que eran pequeños, así que les hace mucha ilusión. Todos recibimos regalos de parte de nuestras familias. Están aquí Alice, Noah, Liam, mis padres, Sarah y Milana.
—Esta casa es preciosa, cariño —me dice mamá pasando un brazo por mis hombros cuando estamos tomando un té juntas, dentro de la casa, mientras los demás siguen fuera—. Siempre he querido que vivieras en un lugar tranquilo y con alguien que te hiciera feliz.
Asiento y suspiro. La verdad es que yo quiero a Louis, y estoy bastante segura de que él a mí también, pero nunca nos lo hemos dicho. A lo mejor ni siquiera hace falta decirlo, estamos mudándonos juntos, y nos lo demostramos a diario.
—Bueno, ¡ahora tienes que ver todo lo que he tu padre y yo hemos comprado para William! —exclama mamá, entusiasmada.
—Mamá, te dije que no hacía falta... —empiezo, pero ella me manda callar con un gesto.
—Deena Farah Torres, este será nuestro primer nieto, así que vamos a comprarle un montón de cosas y a mimarlo mucho, acostúmbrate.
—Vale, vale —levanto las manos en señal de que me rindo, y ella sonríe antes de salir de la casa, seguramente para ir a su coche.
Pongo las manos en el sofá en el que estoy sentada, para levantarme, pero entonces Louis se sienta a mi lado.
—¿He escuchado algo sobre ropa de bebé? —pregunta.
—Mi madre seguramente ha vaciado la tienda de ropa para bebés —contesto, y él ríe.
En menos de un minuto mamá vuelve a aparecer por la puerta de la casa llevando una bolsa enorme y confirmando así mis sospechas.
—Oh, perfecto, Louis está aquí. —Sonríe al verlo— ¡Aniel, ven!
Papá llega en unos segundos y se pone con mi madre.
—Ha comprado media tienda, no había forma de pararla —dice, y Louis y yo nos echamos a reír.
Nos enseña primero un abrigo verde, ya que la fecha prevista para el parto es en noviembre y hará frío. Luego saca un jersey rosa, unos zapatos blancos, calcetines, pantalones, varios baberos, ropa interior... Pero no solo ha comprado ropa para cuando nazca, también ha ido comprando para cuando vaya creciendo.
—Vale, decididamente no tendremos que comprarle nada de ropa —murmuro, impresionada.
Les damos las gracias a mis padres y en ese momento entra Nate con otra bolsa.
—Yo también he comprado ropa para mi sobrino favorito —dice, sentándose en el sofá.
Le da la bolsa a su hermano y él la abre para sacar una prenda de color gris, doblada. La desdobla y nos encontramos con un graciosísimo body en el que pone "Jedi in training" con varias espadas láser.
—Un body de Star Wars, un padre con una bufanda de Gryffindor, la casa llena de libros de fantasía... Está destinado a ser todo un friki —bromea Louis.
—Y no lo querría de otra manera —añado, y Louis sonríe.
—Lo vi en Los Ángeles y supe que tenía que ver a Will con él puesto sí o sí —explica Nate.
Me sorprende porque es la primera vez que nos cuenta algo de su viaje a Los Ángeles. Volvió ayer tras estar dos semanas y todavía no nos ha dicho qué había ido a hacer. En fin, supongo que cuando se sienta cómodo ya nos lo contará, aunque a lo mejor no es nada importante.
Salimos al jardín, me siento con Alice un rato y charlo con ella, aunque sigue sin hablar demasiado. Ha pasado más de un mes desde lo de Frank, pero todavía es difícil aceptar que no está. Se me hace raro celebrar un cumpleaños sin él, y seguro que a Alice también. Ella está levantándose poco a poco, Liam y Sarah la están ayudando mucho. Desde que volvió a su vida, Sarah ha estado mucho por ella —pero sin llegar al punto de agobiarla—, están pasando tiempo juntas y creo que a Alice le hace bien. Ella sigue trabajando en el estudio de tatuajes, de hecho hace más horas de lo normal, seguramente para mantenerse ocupada y no pensar demasiado.
—Ali, ¿podemos ir a la playa? —le pregunta Noah a su hermana.
El pequeño ha estado jugando con Liam y Milana un buen rato, luego se ha puesto a dibujar y ahora mismo tiene la cara y los brazos llenos de pintadas de rotulador.
—Está nublado, lloverá —contesta Alice, señalando al cielo, y Noah mira hacia arriba para luego hacer un puchero.
—Yo quiero ir a la playa...
—Mañana se supone que hará buen día, ¿quieres quedarte a dormir y vamos mañana por la mañana? —le propongo.
Noah sonríe, emocionado.
—¡Vale! —exclama, pero luego mira a Alice—. ¿Puedo?
—Claro —contesta, sonriendo un poco.
Bueno, ya sonríe más a menudo, eso es un avance. Aunque Noah hace feliz a todo el mundo, tampoco es tan raro.
Pronto Sarah viene a hablar con nosotras. Teniendo en cuenta que será la abuela de mi hijo y que, de alguna manera, yo podría considerarla mi suegra, estamos pasando bastante tiempo juntas. Ella también está recuperando la relación con los gemelos y, aunque Nate está haciéndose de rogar, Louis parece esforzarse por volver a tener relación con ella.
—Entonces, ¿iréis a clases de preparación para el parto? —me pregunta.
—Oh, no creo. —Niego con la cabeza— No creemos que sea necesario.
—Y hacéis bien, yo fui a un par de clases cuando estaba embarazada de los gemelos y no me sirvieron para nada, así que dejé de ir —explica, y no puedo evitar sonreír.
Hace poco estuve viendo fotos de Louis de pequeño, y era la cosa más adorable del mundo. Se me hace difícil imaginar cómo será William, si se parecerá más a su padre o a mí, de qué color serán sus ojos, su pelo... Estoy muy emocionada y quiero que nazca ya, pero aún quedan tres meses para que eso ocurra.
Ojalá se le pudieran hacer fotos a los niños antes de que nazcan para saber cómo serán... Aunque, bien pensado, eso rompería la sorpresa.
Pocas horas más tarde ya se han ido todos, y Noah se ha quedado con nosotros. Alice le había traído un bañador y ropa de recambio por si hoy hacía día de playa, así que no debemos preocuparnos por eso mañana.
Vemos dos películas, Turbo y la película de Bob Esponja. Cenamos unos espaguetis al pesto que cocina Louis, y pronto Noah empieza a sentirse cansado.
Mientras Louis friega los platos, acuesto al pequeño en la cama de la habitación que justo habíamos preparado por si Noah, Nate o alguien de la familia se quedaba a dormir algún día, y el pequeño no tarda en quedarse dormido. Sonrío al verlo dormir, dejo un beso en su frente y me levanto para ir hacia nuestra nueva habitación.
Es la más grande de la casa, aunque tampoco es enorme. Tenemos una cama doble con una mesilla a cada lado, un armario y una estantería en la que ya hemos colocado varios libros. La habitación es sencilla y aún no hemos podido decorarla mucho porque justo terminamos de mudarnos ayer, pero yo ya empiezo a sentirla como si fuera mía.
—¿Ya está dormido? —me pregunta Louis, cambiándose de ropa.
Asiento con la cabeza mientras él se quita la camiseta, quedando solo en bóxers ya que antes se había quitado los pantalones. No puedo evitar quedarme mirando su cuerpo. Aunque lo haya visto muchas veces, creo que nunca podré dejar de admirar su cuerpo desnudo. Es algo que nunca pensé que vería, y ahora está aquí, conmigo, y puedo verlo todas las noches.
Sigo sin creer que este hombre tan increíble esté conmigo. Ni siquiera me juzgó por haberle ocultado algo tan importante como un hijo, se puso en mi piel y me entendió. Pero sigo teniendo miedo. Tengo miedo de que solo esté conmigo por William. Sí, sé que es una estupidez, Louis nunca haría algo así, pero todos tenemos miedos en lo más profundo de nosotros, y el mío es este. No quiero que finja algo que no siente, ni que Will crezca con unos padres que no se quieren.
Louis se da cuenta de que lo miro y sonríe pícaramente. Se sienta en la cama y palmea su regazo. Camino hacia él, mirándolo a los ojos, y me siento donde me ha indicado. Ni siquiera le doy tiempo a decir nada, mi mano acaricia su cara brevemente y lo beso. Noto cómo sonríe en mi boca, e inmediatamente corresponde a mi beso. Justo cuando nuestras lenguas se encuentran, me aparto. Dejo un par de besos húmedos en su boca y, antes de que pueda pasar a su cuello, él se me adelanta.
Arqueo la espalda al sentir sus labios dejando rastros húmedos en mi sensible piel, y justo cuando sus manos encuentran el dobladillo de mi camiseta, escuchamos unos pasos en el pasillo.
Me separo de él rápidamente, justo a tiempo para que Noah no nos vea cuando entra en la habitación.
—Deena, tengo sed —dice, mirándonos.
—Voy a buscarte un vaso de agua —dice Louis, pero al levantarse y ver la evidente erección en sus bóxers, suspira.
—Mejor voy yo. —Río y me llevo al pequeño al piso de abajo para darle un vaso de agua.
Cuando Noah ya vuelve a estar en la cama, vuelvo a nuestra habitación y me echo en la cama al lado de Louis.
—¿Crees que será siempre así cuando tengamos a Will? —pregunta, y le miro sin entender—. ¿Nos interrumpirá el sexo siempre?
—Pues es probable, así que ya nos podemos ir mentalizando —contesto con una sonrisa burlona, y él me mira fingiendo desesperación.
—Bueno, parece que habrá que ir a dormir, mañana toca playa —digo, apagando la luz de mi lamparita—. Buenas noches, Louis.
—Buenas noches, te quiero —contesta.
Mi corazón se acelera y no puedo evitar sonreír.
____________
Bad news, quedan muy poquitos capítulos para que termine la novela, unos cinco-seis mas el epílogo, pero van a pasar cosas muy intensas. La buena noticia es que el 1 de enero llega Alexandra Sullivan en "Descubriendo a Alex" ;)
POR CIERTO, Conociendo a Noah ya está disponible para eBook en Amazon Kindle. El enlace está en la descripción de mi perfil. Espero poder dar noticias pronto sobre la publicación en físico.
Capítulo dedicado a mar_jm27 , ¡feliz cumpleaños! Fue hace dos días, pero espero que pasaras un día genial y que te regalaran muchos libros :)
Os quiere,
Claire
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top