7.

Nicky.

Me ato bien los cordones de las zapatilla y suspiro mirando el campo. Se de sobra que en cuanto les diga que quiero jugar, se reirán y me mandarán a la mierda, pero bueno, me da igual.

Saco el móvil para matar los cinco minutos que faltan para que llegue el entrenador y me meto en WhatsApp dándome cuenta de que no tengo ningún mensaje de Dani y que la última vez que hablé con él fue antes de marcharme.
Me muerdo el labio durante unos segundos hasta que me decido por hablarle tal y como le prometí.

"Hola Dani, ayer no puse el móvil a cargar y murió, espero que no te hayas enfadado."

Veo que lo lee enseguida y no contesta, por lo que bloqueo el móvil dándome por vencida. Si no quiere hablar, pues que no hable, yo no le voy a insistir.

Oigo la grave voz del entrenador y salgo de mis pensamientos para andar hacia él, que parece no verme.

–Perdón.–digo pero no me hace caso.–Perdón.–repito más alto hasta conseguir que se gire para mirarme.

–Nicky, te estás perdiendo una clase.

–He venido a hacer las pruebas.–le digo con miedo provocando unas risas al rededor.–¿De qué os reís vosotros?–los miro con algo de rencor.–Las chicas también podemos jugar.

–Pero no sabéis.–dice uno de ellos.

–Parece que tenemos por aquí a un machista.–lo miro mal para luego mirar al entrenador.–¿Usted también lo es?

–No.–sonríe.–Chicos, veamos de lo que es capaz.

En menos de dos minutos ya estoy delante de la pelota enfrentándome a  tres chicos de mi curso. Los miro fijamente viendo burla y prepotencia en sus miradas, pero por poco tiempo. Antes de que se dan cuenta le doy al balón y salgo corriendo consiguiendo que me persigan, uno de ellos se me pone delante y le sonrío sarcástica antes de darle al balón y colarlo entre sus piernas para seguir corriendo detrás de él y meter un golazo digno de ver.

–Pare que las chicas si saben jugar al fútbol, ¿no?–le digo al de antes consiguiendo que acabe por sonreírme de lado.

–Nicky, estás dentro.–habla seguro el entrenador.–¿Dónde has aprendido a jugar así?

–En la calle, es increíble todo lo que se aprende.

–Y parecías callada.–se coloca a mi lado un chico de mi clase, Guille, creo que se llama.–Enhorabuena.

–Gracias.–le digo poniéndome el peto de color amarillo que me ha dado el profesor para entrenar.

–Venga chicos, empezamos.

Dani.

No puedo evitar sonreír triunfante cuando Nicky me manda un mensaje. Pensaba que jamás lo haría y quería ver si ella tenía algo de interés en mi, y bueno, ahí está la respuesta.

–Daniel, deja el móvil.–me pide el entrenador y asiento guardándolo en mi bolsa. Ya le contestaré.–Como ya sabéis, tenemos que ganar este pequeño campeonato, será bueno para nosotros.

–Pero el premio es para donarlo a la lucha contra el cáncer, ¿no?–duda Jesús confundido.

–Claro, pero no podemos perder contra ellos, sería algo humillante, ¿no?–sonríe sarcástico y me encojo de hombros colocándome en mi posición.–Daniel, ¿seguro que llevas bien el pie?

–Perfectamente.–le sonrío mientras me llega el balón.–No te preocupes, les daremos una paliza.

–Confiamos en ti, capitán.–se muestra de acuerdo y asiento sonriendo.

–Bien, pues empecemos.

[...]

Camino de vuelta a casa escuchando como Jesús tararea una canción muy pegadiza y saco rápidamente el móvil al acordarme de algo.

"Ves preparándote para mí cita, hemos estado entrenando y no hay quien nos gane."

–No te hagas muchas ilusiones.–me dice Jesús leyendo el mensaje.–Amy me ha dicho que nadie le ha ganado nunca.

–¿A quién?–dudo y frunce el ceño.

–A Nicky.–me informa.–Ella juega, ¿no lo sabias?

–No me lo ha dicho.

"Bueno, seremos los primeros, así que ves buscando un lugar donde hagan algodón."

–Como te gane, se van a reír de ti toda la vida.

–No me va a ganar.–digo seguro de mí mismo.–Soy el mejor futbolista de Madrid, seguro que seré un Cristiano Ronaldo pero algo más guapo, así que no te preocupes.

–Tío, tienes el ego muy arriba.–me sonríe pillo y ruedo los ojos dispuesto a contestarle.

"Ya se verá, listilla."

La veo escribir y dejar de hacerlo varias veces. Jamás había pensado en qué estaría así de nervioso por algo, y menos por una chica. Pero ella ha logrado en dos días sacar a un antiguo Dani que hacía tiempo había perdido.

"Acabaré sorprendiéndote."

¿Más? Me sorprende cada vez que leo algo nuevo, que la oigo hablar o que simplemente la miro. Con cada segundo que la tengo en mi vida descubro un poquito más de ella y eso acabará por volverme loco. Me encanta.

"Ya lo estás haciendo."

********

Nicky.

Miro si la dirección es correcta y busco con la mirada una casa que parezca de un millonario. Pero nada, solo son simple fincas que no tienen nada de especial.

En ese momento un Mercedes sale de un garaje y me fijo que lo conduce un señor ya mayor y algo trajeado.
En cuando desaparece, corro hasta colarme antes de que las puertas se cierren.
Camino rápidamente hasta lo que parece ser una escalera y la subo en silencio alumbrándome con mi móvil. Llego hasta un ascensor y le doy al piso de arriba, los ricos suelen tener los áticos.
Tardos unos segundos en llegar y cuando las puertas se abren me doy cuenta de que he tenido mucha suerte, solo hay un apartamento.

Apoyo mi oreja para asegurarme de que no hay nadie y me aseguro de llevar la cara bien tapada.
Saco uno de mis ganchos de pelo y lo meto en la cerradura dispuesta a abrir la puerta. Lo consigo al primer intento y el siguiente paso es sacar mi caja de polvos. La echo en el aire y suspiro al ver que hay rayos láser en forma de alarma. Abuelo listo, pero no más que yo.

Los traspaso sin ninguna dificultad usando mi flexibilidad y los desactivo rápidamente. Me paseo por el salón observando cada detalle y sonrío de lado al ver el jarrón a lo alto de una gran estantería. Doy un salto y lo agarro con fuerza orgullosa de mi increíble agilidad. Cuando apoyo los pies en el suelo y centro mi vista al frente entreabro la boca bastante sorprendida. No puede ser. Un gran marco con una foto de Jesús y Dani se encuentra en la estantería y por unos momentos me siento culpable.
¿De todos los viejos millonarios que hay en Madrid tenía que dar con el abuelo de mis dos nuevos amigos?
En fin, que todo sea por mi familia.

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