21
Jesús
Me siento en el bordillo del local que hay enfrente del colegio de Amanda junto a Dani, que está pensativo mirando al frente. Algo le preocupa, y por más que le pregunte no dice ni pío. Tampoco me ha querido decir que pasó ayer con él y con Nicky, probablemente se haya olvidado y no quiera admitirlo.
La mayoría de las chicas que van saliendo, nos sonríen coquetas y nos echan unas cuantas miraditas que intentamos evitar. Que duro es ser guapo.
–En mi instituto estáis echos unos reyes.–habla divertida Amy, que acaba de colocarse a mi lado después de darme un fuerte abrazo.
La miro con una sonrisa escondida, sin duda alguna, ella le pone luz a mi vida. Es una de esas chicas que tienen magia, que llega cuando menos te lo esperas y te deja con esa sonrisa
tonto que abraza la vida de forma permanente. Y eso me encanta.
–¿Nos vamos?–susurra cerca de mi dándose cuenta de el silencio incómodo que están manteniendo mi hermano y su amiga.–Tengo un hambre terrible.
–Y yo.–murmuro.–Hasta luego.
Caminamos en silencio hasta que estamos lo suficiente alejados para que no se corten. Sería divertido ver su conversación, pero no quiero privarles de un rato a solas.
–Nicky estaba preocupada.–habla de repente.–No sabía si se acordaría de lo que pasó ayer.
–El dice que si, pero no sé.–me encojo de hombros.–Ayer...consiguió sacar a Dani de ese lugar cuando yo jamás lo he conseguido.
–Nicky tiene un poder de convicción increíble.
–Pues como tú.–le sonrío.–Sin ti jamás le habría contestado ni un solo mensaje a Dani.
–Puede que sea la única cosa que tenemos en común.–se encoge de hombros.–Ella y yo...somos totalmente opuestas.
–Losé.–suspiro.–Y por eso sois tan amigas.
–Al principio...no nos soportábamos.–admite de repente con una sonrisa.–Bueno, ella no me soportaba a mi.
–Es que para soportarte a ti, hay que tener un buen par.–bromeo abriendo la puerta de un restaurante.
–Bueno, tu me soportas y no tienes un buen par.–contesta tranquilamente mientras se sienta en la primera mesa que ve.
–¿Qué estás insinuando?–alzo las cejas bastante divertido.
Me mira con una sonrisa escondida y se tapa la cara con el gran folleto dónde está escrita la clase de comida que es. Es tan mona que...dios, jamás me había dado tan fuerte por una chica.
–¿Qué miras con esa carita?–asoma un ojo pillándome con esa cara de tonto que siempre tengo cuando pienso en ella.
–Lo fea que eres.–le saco la lengua consiguiendo que aparte la carta decidida.–Y lo jodidamente enganchando que estoy a ti.
*******
Nicky
–Hola.–susurro una vez se han marchado la pareja feliz.–Estos cualquier día se casan.–intento bromear para cortar la débil tensión que hay en el ambiente. Dani simplemente sonríe, mirándome fijamente a los ojos y poniéndome demasiado nerviosa.–¿De qué...de que querías hablar?
–Yo...–mira hacia un lado.–Se que anoche pasó algo, sé que me sacaste del local y que acabemos besándonos.–dice de repente por lo que doy un suspiro de alivio.–Lo recuerdo, hay cosas que mi mente no me deja verlas pero...lo importante lo recuerdo.–asiento sonriendo de lado.–Quiero...–suspira.–Quiero que te quedes y me abraces fuerte, como si fuera la última vez, con esa magia que solo tú tienes que me hace cerrar los ojos y sentirme como en casa.
No hace falta que me lo pida dos veces, porque antes de que se lo espere, me acerco a él y lo abrazo con todas mis fuerzas, consiguiendo que él me aferre como si de verdad fuera a ser el último. Absorbo su olor quedándome completamente encantada. Es una de esas personas que aún sin llevar colonia huele bien, que su esencia se te mete en los más hondo y que jamás lograras sacar.
–Gracias.–susurra y niego con la cabeza apartándome de él, aunque no quiera hacerlo.–¿Vamos a comer?
–Claro.–sonrío agarrándole la mano tiernamente. Se queda sorprendido, pero luego sonríe con orgullo y tira de mí con una energía y un brillo en los ojos que jamás había visto.–¿Un Burger?
–¿Eso está bueno?–me pregunta inocente y después de soltar una pequeña carcajada, asiento señalando con la mano que tengo libre una calle.–Oye, una cosa...
–Dime.
–¿Tú...?–duda.–¿Cómo...?
–Suéltalo de una vez, Dani.–sonrío de lado.–Puedes preguntarme lo que quieras.
–¿Cómo le pateaste el culo a los tíos esos?–me mira atento y me encojo de hombros.
–Aún hay muchas cosas que no sabes de mi.–abro la puerta del establecimiento para pasar y caminar hacia la cola.–Como que practico defensa personal y hago packour.
–¿Que haces qué?–me mira sorprendido.–Ostia, por eso te fuiste por el tejado la primera vez que te vi.
–Si.–me río.–Estaba entrenando en ese momento, tenía que hacer un tiempo concreto porque era una especie de examen y...bueno, supongo que te encajara ahora todo ese misterio que creías que tenía.
–Ajá.–asiente pidiéndole la comida amablemente a la camarera y minutos después cogiendo la bandeja para sentarnos en una mesa.–Algún día quiero que me cuentes todo sobre ti, y yo haré lo mismo.
–Vale.–accedo sentándome y agarrando mi hamburguesa. Comemos mientras hablamos de alguna tontería, hasta que de repente me suena el teléfono y el nombre de "Mario" aparece en la pantalla.–Voy a contestar.–le digo insegura u él asiente conforme.–Dime.
–¡Tienes que venir cagando leches Nicky!–habla demasiado nervioso, ¿y ahora qué pasa?–Joder...
–Óscar, dime qué ocurre.
–Hanna...–murmura y de repente noto como algo se rompe en mi. Doy un brinco de la silla comenzando a alterarme.
–¿Qué pasa con ella, Óscar?–dudo con la voz temblorosa, consiguiendo sobresaltar a Dani.
–Esto...–susurra.–La han...joder, no me hagas decirlo, tú solo ven aquí lo más rápido que puedas.
Dejó caer el móvil a lo que van siendo todas las patatas fritas con Ketchup, pero eso ahora no me importa.
–Nicky.–noto las manos de Dani sobre las mías.–¿Qué pasa?
–Tengo que irme.–digo como puedo, intentando no explotar y empezar a llorar delante de él. Joder, ¿porque últimamente tengo tantas ganas de llorar?–Mierda, tengo que irme cagando hostias.
–Pero...¿qué pasa?–me agarra la mano para detenerme, pero sin que casi se de cuenta, me suelto y salgo corriendo dejándolo ahí tirado.
Mierda. ¿Qué le han echo a Hanna?
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top