17.

Nicky

Doy otro puñetazo al saco de boxeo, consiguiendo esta vez que Amanda tenga que apartarse por la fuerza en la que le he dado. Doy varias patadas también, intentando que la rabia que llevo por dentro se desvanezca, cosa que no creo que suceda.

–¿No vas a contármelo, no?–duda ella, agarrando el saco de nuevo para que vuelva a pegarle.

–La confianza es una mierda.–gruño dando un paso para atrás y desabrochándome un guante.–Una gran mierda, te lo juro.

–Oye.–me da un suave golpe en el hombro.–No me digas eso.–bromea con una sonrisa burlona en la cara.

–Soy gilipollas.–le digo sentándome en el suelo.–El padre de los gemelos empezó a hablar sobre mi madre, porque se conocían.–susurro.–Dani se dio cuenta de mi reacción y se lo conté, me prometió que no diría nada pero...

–Un momento.–dice atónita.–¿Le contaste lo de el orfanato?

–No todo, fue...una verdad a medias.

–¿Se lo ha dicho a su padre?–duda y asiento.–Bueno...quizás él no diga nada.

–¿Y si lo hace?–susurro.–¿Y si vienen a por mí y me envían a saber con quién?

–Te escapas y vuelves.–sonríe de lado.–Ya lo hiciste una vez.

Me quedo callada unos minutos, debatiendo mis escasas posibilidades de no ser descubierta. No puedo dejar esto así, no puedo dejar que mi vida dependa de los Oviedo. Tengo que hacer algo.

–¿Hoy has quedado con Jesús?–dudo de repente.

–Si, en su casa, ¿por?–alza las cejas y me levanto del suelo para correr a mi habitación y cambiarme.–¿Qué pasa?

–Voy a ir a hablar con JuanCarlos, convencerle de que no diga nada.

–¿Y Dani?–susurra de repente y cierro los ojos con fuerza. Me ha llamado como cien veces y no quiero ni abrir su conversación.–Algún día tendrás que hablar con él.

–Tu lo has dicho, algún día.

********

Dani

No dejo de mirar la pantalla del móvil por si Nicky se decide a contestarme. Odio que me hagan esto, no soporto que me ignoren. Me tiro en el sofá sin dejar de mirar su foto de perfil, es tan guapa y tan misteriosa que está acabando conmigo. Me chupo los labios volviendo a su conversación y escribiéndole un simple Por favor, que como era de esperar, lee y no contesta.

Suena el timbre y frunzo el ceño mientras me levanto a abrir. Supongo que será Amanda, y necesito hablar con ella para averiguar cómo consigo que Nicky me perdone. Porque lo necesito. La necesito a ella.

Abro la puerta cogiendo aire para soltarle todo lo que quiero pero me quedo de piedra al ver a Nicky junto a ella. Me mira fijamente, esperando a que diga algo, pero lo único que hago es apartarle la mirada.

–Bueno...–comienza Amy.–¿Está Jesús?

–Si, en la cocina.–susurro dejándola pasar.

–¿Y tu padre?–me pregunta Nicky dejándome bastante sorprendido.

–No.

–¿Dónde está?–inquiere alzando una ceja.

–Trabajando.–cierro la puerta cuando la veo pasar.–No tardará en llegar.

–Genial, pues lo esperaré aquí.

La veo pasar al salón y sentarse en uno de los grandes sofás, sacar su móvil y centrarse en alguna aplicación que tendrá.

Me acerco a ella y me siento a su lado en completo silencio. Quiero hablar con ella, pero me da un miedo de cojones que me envíe a la mierda.

–Esto...

–Ni lo intentes.–me corta sin mirarme.–Tu padre podía vivir sin saberlo.

–Y tú también puedes vivir sabiendo que él lo sabe.–contraataco dándome cuanta de que así no arreglo nada.

–¿No lo entiendes, no?–apaga el móvil para mirarme.–Ahora mismo, mi maldita vida depende de tu padre.

–No es para tanto.

–¿No?–ironiza.–Imagínate que de repente, te sacan de tu familia y te llevan a un orfanato asquerosos donde las malditas monjas te tratan como si fueras un animal.–comienza a hablar.–Me pasaría allí hasta los malditos dieciocho, porque nadie quiere adoptar a una adolescente, y como a tu padre se le vaya la boca, es lo que me va a suceder. Por no hablar de que denunciarán a mi familia por tenerme allí sin permiso.

–Yo...no lo sabía.

–Claro que no, Dios, ¿cómo ibas a saberlo?–me aparta la mirada.–Eres un maldito niño de papá que ha crecido ya con la vida echa.–escupe y siento cómo sus palabras se me clavan muy adentro.–Sabía que  acabaría jodiendome, no debería haber empezado esto.

–No digas eso, por favor.

–Es lo que hay.–pronuncia dirigiendo su vista de nuevo al móvil.–Lo mejor es que te olvides de mí y vuelvas a tu vida de niño rico.

–No quiero olvidarme de ti, y no quiero volver a ser el gilipollas que era, Nicky.–le digo con demasiada suplica en la voz.

–Pues yo sí que quiero que lo hagas, joder.–gruñe y la miro verdaderamente preocupado.–No puedes ni imaginarte lo peligroso que es que seamos...eso.

–Pues explícamelo.

–No puedo.–mira hacia la puerta cuando oye unas llaves.–Enserio, Dani, por tu bien, olvídate de que existo.

Me quedo mirando como camina hacia mi padre y ambos se van a hablar a su despacho. Noto un vacío por dentro que cada vez se va haciendo más hondo y me levanto del sofá con furia. No puede dejar esto así, joder, no puede. Me encanta.
Pero una vez leí que si te importa alguien déjala ir, y por mucho que me cueste, la voy a olvidar.
Al fin y al cabo solo ha sido otra chica que ha pasado por mi vida, ¿o no?

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Bueno, se tuercen las cosas enseguida. Pronto iré descubriendo cosas de porque tanto misterio etc. Espero que os guste, y no dejéis de leer nenas😜

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