XXIII

Me mira sorprendida, supongo que no se esperaba verme así.

-Tendrías que estar comiendo.-me dice mientras bloquea el móvil.

-Y tú tendrías que estar con nosotros.-le reto, sentándome justo enfrente de ella. Me mira con desgana, sé que es una chica muy frágil y que las cosas le duelen si querer, y ya tiene que ser valiente para estar intentando algo con alguien como yo.

-Ya.-bufa segundos después, mirando la ventana intentando no mirarme.

-Oye, lo siento.-suspiro haciendo que me mire, y joder, su mirada me vuelve loco, peor odio no poder descifrarla por más que lo intente.-Mira, voy a admitir esto por primera vez en voz alta, y solo tú lo vas a escuchar.-frunce el ceño.- Si,lo admito,te quiero.-la miro y sé que le hace feliz oírlo, aunque esté haciendo todas las fuerzas por no sonreír.-Me encanta verte y sonreirte,para que me sonrías.-me aparta la mirada.-Abrazarte y no querer soltarte por nada en el mundo.-prosigo, mientras mi mano busca la suya sigilosamente por encima de la mesa.-No dejar de reirme contigo y tus tonterías.-sonríe de lado y gira un poco la cabeza.-Que Dani me pregunte eso del ''¿te gusta?'' y me sonroje como tú siempre haces.-sonríe mirándome.-Picarme contigo porque eres la única que me lo pone difícil y cagarla día tras día, pero aun así, créeme que te quiero y que estoy intentando hacerlo bien, jamás voy a poder quererte como te lo mereces, pero créeme que te voy a querer lo mejor que se.-suspiro entrelazando nuestros dedos.-Me encanta oír tu nombre y prestar toda mi atención a lo que dicen.-admito.-Que si,vale,que me encanta todo lo que tenga que ver contigo, y por eso mismo no puedo perderte por mis rabietas, que lo sé, me tengo que acostumbrar a que tú no eres igual que todas con las que he estado, si no mejor.-la miro fijamente a los ojos.-Créeme que si meto la pata no quiero hacerte daño, simplemente...-suspiro.-Créeme cuando te digo que te quiero.

Pestañea varias veces, sin apartar su increíble mirada de mis ojos.

-Vale.-susurra sonriendo de lado, levantándose de su silla y andando hacia mi.

Le estiro del brazo para poder abrazarla, y parece tan frágil que aún me entran más ganas de cuidarla. Apoyo mi cabeza en su hombro y me ruborizo al sentir su aliento en mi cuello.

-Te quiero.-le repito separándome de ella y agarrándola de la cintura suavemente.

-Y yo.-susurra sonrojada, y joder, nunca me cansare de verla colorada por mi.

-¿Nos vamos de concierto?-le propongo y acaba asintiendo.-Pues venga.

*********

-No voy a salir por ahí.-le advierto, mirando la puerta atiborrada de fans.-Jesús, me van a ver.

Se aúpa e intenta ver sobre la multitud, sonriendo al fin al ver el coche de su padre justo enfrente.

-Tu corre.-se gira para mirarme y lo miro obvia señalando mis pies.

-Si corro con estas cuñas iré al suelo y ahí entonces sí que me verán.-le advierto, maldiciéndome por ser tan tonta de vestirme tan arreglada.

Mira nervioso la puerta, sé que su padre está fuera con miedo por ser descubierto al otro lado, y eso hace que Jesús tragué saliva sin saber qué hacer.

-Súbete.-me dice poniéndose de espaldas a mi.-Agárrate fuerte y esconde la cara contra mi cuello.

-¿Quién te crees, Cristian Grey?-me río haciéndole sonreír de lado.

Me subo a su espalda con fuerza y enrollo mis brazos al rededor de su cuello, justo como él me ha indicado.

Comienza a correr y mientras pasa por el mogollón de fans noto como me estiran de la falda, me tocan el pelo y comienzan a chillar cosas sin sentido.

Dani enseguida abre la puerta desde dentro y Jesús de un ágil movimiento me hace entrar, para luego colocarse a mi lado cerrando la puerta.
Me agacho cuando baja la ventanilla y saca la cabeza para que lo vean.

-¡Nos vemos esta tarde Barcelona!-grita con su radiante sonrisa, dejando a las fans atrás gritando.

-¿Ya estas mejor, querida?-me pregunta Eva y asiento arreglándome el pelo nerviosa.

Comienzan a dar vueltas con el coche, intentando que ninguna fan nos siga hasta el restaurante donde comeremos.

Aparca delante de una puerta gigante y elegante, y tapándonos la cara salimos de uno en uno para entrar sin ser vistos.

Hay poca gente, casi todos mayores, pero aún así, le piden al camarero la mesa más alejada de la gente y de los ventanales.

Me siento al lado de Jesús, sin saber cómo actuar después de todo.
Sé perfectamente que hemos acabado picados por una tontería, pero hay veces que las tonterías hacen daño.

-¿Qué queréis de comer?-pregunta César cogiendo una carta y lo miro pensativa.-Hay de todo.

-¿De todo?-levanto las cejas haciéndolos reír.

-De todo.-me sonríe Juan Carlos, pasándome un menú.-Y vosotros, no comáis mucho que enseguida tenéis la prueba de sonido.

-Verdad.-murmura Dani.-Pídeme una hamburguesa.

-Dos.-sonríe mi hermana, mirándome de reojo.

-Tres.-suspiro mirándola mal.

Elena le prometió a mi madre que me vigilaría para que comiera bien y no pasara hambre. Es una exagerada, no entiende que tengo un estómago pequeño y todo no entra. O no quiero que entre.

-Yo una ensalada.-me mira Jesús, haciéndome reír.

No tardan mucho en traerlo todo, y comemos mientras Eva y el resto nos hacen una especie de interrogatorio a mi y a Elena. Sobre todo a ella por estar con Dani.

Volvemos a salir en dirección al coche, y una vez estamos dentro saco el móvil para hacer una foto.

-Jesús, sonríe.-le susurro enfocándonos el móvil.
Cuando veo la foto comienzo a reír haciendo que me mire extrañado, igual que todos.
Lo miro y vuelvo a reír, apoyando mi cabeza en mis manos.

-¿Qué pasa?-se decide a preguntar algo molesto.

-Llevas un poco de lechuga en...-señalo su diente haciendo que se sonroje enseguida.-Que sepas que está foto me la pienso guardar hasta que me muera, y cuando lo haga, pediré que me la pongan en la lápida grabada.

[....]

-¿Estáis seguras de que queréis salir?-nos pregunta Eva, acompañándonos hasta la puerta trasera.

-No queremos que nos vean mientras se hacen las fotos.-le dice mi hermana, abriendo la puerta sin hacer ruido.-Nos haremos pasar por fans, se nos da bien.

-En cuanto acaben os llamo.-nos dice señalando el móvil y asentimos a la vez, comenzando a andar a paso ligero para no levantar sospechas.

-¿Los habéis visto?-pregunta una morena al vernos sonrientes.

-No.-decimos las dos a la vez.-Hemos intentado entrar pero están los guardias.-miente Elena.

-Oh, pues valla.-se queja acercándose a nosotras.-Espera un momento.-me señala.-¿Tú no eres la elegida de Madrid?

-Si.-sonrío tímida.

-Ay la hostia.-susurra otra niña detrás de mí.-Tu eres la que Jesús llevaba a caballito saliendo del hotel.

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