Oigo el motor de un coche aparcar bajo mi ventana y me faltan segundos para dar un salto de la cama y bajar a toda pastilla las escaleras.

-¡Matty!-grito abriendo la puerta y lanzándome sobre los brazos de mi hermano mayor, que ha venido para la boda.
Intento contener las lágrimas pero cuando se trata de él soy una puta sensible y joder, lo quiero tantísimo.

-Llorona.-bromea abrazándome muy fuerte.-¿Cono está mi niña?

Trago saliva muy nerviosa, siempre le he contado todo, absolutamente todo, y tengo la necesidad de contarle esto también.

-No te imaginas lo mucho que ha cambiado todo desde que te has ido.-me quito las lágrimas bajando de sus brazos.-Venga, mamá estará deseando verte, y tienes que conocer a nuestra nueva familia.

Me frena antes de entrar y me giro frunciendo el ceño hacia él.

-¿Estás bien conforme a esto?-me pregunta preocupado.

-Puedo asegurarte que es lo mejor que me podría haber pasado.-le sonrío, volviendo a tirar de él hasta el interior.

Elena está en la entrada, muy sorprendida, mirando a mi hermano como si fuera un fantasma.

-Matt, esta es Elena, nuestra hermanastra, la mejor.-aclaro, presentándolos a ambos.

-¡Matt!-grita mi madre desde la cocina, llamando la atención de mi hermano y haciendo que este valla a saludarla.

-La hostia.-susurra Elena.-Menuda follada tiene.

-¡Tía!-me río.-Pobre Dani.

Me mira mal y luego sonríe. Hacen tan buena pareja que se que pueden durar para toda la vida si se lo proponen.

-A mi Dani no lo cambio por nada.-me aclara y la miro sonriente.-Además, la que va a ser preocupante va a ser Miriam, en cuanto lo vea se le van a caer las bragas.

Doy una suave risilla mientras ando hacia Matt, que me sonríe tiernamente y pasa su brazo por mis hombros.

-¿Qué tal te va la universidad?-se interesa mi madre y él deja a la luz la increíble sonrisa que tiene.

-Genial.-apunta.-Me va muy bien.

-Ay la hostia.-oigo la irritante voz de Miriam.-¿Hola?

Matt se gira hacia ella y le sonríe, haciendo que mi, algo guarra, hermanastra le sonría y se acerque a él nerviosa.

-Oh, sí, esta es Miriam, la gemela de Elena.-aclaro sin entusiasmo.-Miriam, él es mi hermano Matt.

La chica se le acerca y le da dos besos, manchándole las mejillas de pinta labios rojo pasión.

-Uy, lo siento.-se disculpa limpiándole.-Te he manchado.

Pongo mi mejor cara de asco al ver lo irritante que esta siento en estos momentos y hago que mi hermano me mire.

-¿Te ayudo a instalarte?-le sonrío haciendo que vuelva a abrazarme cariñosamente. Creo que él también ha echado de menos a su hermana pequeña.

[...]

-Y bueno,¿a cuántas te has follado ya?-le pregunto con naturalidad, pillándolo por sorpresa.-Venga Matt, te conozco.

-¿Desde cuándo eres tan natural al hablar?-se sorprende y sonrío sentándome en su cama.

-Te dije que esto es lo mejor que me podía haber pasado.-le recuerdo y se sienta a mi lado.-Y no me cambies de tema.

-Bueno, digamos que hay solo una chica.-sonríe.-Pero aún no hemos echo nada, es demasiado perfecta para que se enamore de un capullo como yo.

-Eres más que un capullo.-le recuerdo, dándole la mano.

-Y ahora cuéntame tu.-sonríe pillo.-¿Qué es eso que tan feliz te hace?

-No te lo vas a creer.-me muerdo el labio.-Elena y Miriam son muy amigas de los gemelos, y bueno, los he conocido y ahora también somos amigos.

-¿Los gemelos, tus gemelos?-se sorprende y asiento haciéndole reír.-Madre mía, qué suerte has tenido.

-Lo sé.-me tumbo en la cama haciendo que me mire desde arriba con una sonrisa divertida.

-¿Seguro que no me tienes que contar nada más?-enarca las cejas y sonrío como una tonta.

-Soy gilipollas.-le soy sincera.-Ayer comí con Jesús, ya que Elena y Dani se fueron dejándonos solos, y...-me vuelvo a incorporar para mirarlo.-Me encanta.-me muerdo el labio.-Es incluso más genial de lo que imaginaba y...-suspiro.-Al volver me dijo que yo le gustaba.

-¿Y qué hiciste?-me mira fijamente, intimidándome un poco.

-Ser idiota.-me echo las manos a la cara.-Le hubiera dicho que él a mí también pero...-me rasco la nuca.-Tengo muchísimo miedo, Matt.-asiente.-Él tiene a millones de chicas detrás, y muchísimo más guapas que yo.-bufo.-Se ha liado con un puñado y no quiero ser otra más.

-No has sido tonta, Kaila.-suspira y me agarra la mano.-Eres la más lista que conozco.

-Lo único que hice fue tragar saliva y entrar corriendo en casa sin decirle nada, huyendo de la realidad.-me doy  una torta en la frente.-Soy una cobarde.

-Mira.-sonríe.-Supongo que voy a conocerlo.-abro los ojos como platos.-Yo te diré si te quiere de verdad, pero lo has echo bien, créeme, los chicos suelen ir a por las que se lo ponen difícil.

*******

Miro fijamente por la ventana, sin hacer absolutamente nada. Creo que esto es rayarse la cabeza de verdad pero no puedo dejar de hacerlo. Esta chica me tiene loco.

-¿Me vas a decir de una vez lo que te pasa?-murmura Dani, apoyando su mano en mi hombro.-Odio verte así.

-Es demasiado humillante para un chico tan orgulloso como yo.-le susurro sin moverme.

-¿Kaila?-adivina como si me leyera los pensamientos  y suspiro ruidosamente.-Tio, ¿qué has echo?

-Le dije que me gustaba.-me giro para mirarle de una vez.-Y lo único que hizo es salir corriendo.

Dani sonríe y niega con la cabeza débilmente.

-La entiendo perfectamente.-me dice y lo miro mal.-Tio, piénsalo,si Selena Gómez te dijera que le gustas, ¿qué harías?

-Liarme con ella.-digo obvio y me mira mal.-Vale, vale.-suspiro.-No me lo creería.

-Pues ya está.-lo miro.-No se lo cree, con todas las chicas que tienes detrás...

-Pero no hay ninguna como ella.-le soy sincero.-Desde que soy famoso no me ha gustado de verdad ninguna chica, y sin embargo, ella lo hizo desde la primera vez que la vi.

-Pues habla con ella.-propone, sentándose en su cama.-Mañana en la boda, por ejemplo.

Asiento no muy convencido, joder, desde hace tiempo he vivido con la esperanza de que apareciera alguien que tuviera el valor a quedarse conmigo con todas las consecuencias que conlleva, y creo, bueno, sé, que Kaila es esa persona. Solo hace falta ver la forma en que me mira para darme cuenta de que esta chica está echa para mí. Para ser mi pequeño punto débil, ese que dicen que te hace fuerte.