VI
Cuelgo en el corcho de mi habitación todas las fotos que Álvaro me sacó ayer en el concierto y sonrío sin poder evitarlo.
Sin duda ha sido el mejor día de mi vida.
Oigo la puerta abrirse y una Elena adormilada aparece con cara de pocos amigos.
-¿Porque madrugas tanto, tía?-se queja tirándose en mi cama.
-¿Te he despertado?-la miro de reojo y me mira obvia.-Lo siento.
-Da igual.-sonríe y me mira unos segundos.-No estés nerviosa, durante esta semana no van a aparecer por aquí, tienen conciertos.
-No estoy nerviosa.-miento sentándome a su lado.-Bueno, no mucho.
Me sonríe mientras se echa caer para atrás lentamente y mira al techo fijamente.
-La verdad es que necesitaba esto.-susurra.
-¿El qué?-frunzo el ceño.-¿Que te despertara?
-No, idiota.-sonríe.-Te necesitaba a ti.
La miro incrédula y doy una pequeña carcajada, cosa que hace que me mire levantando una ceja.
-¿De qué te ríes?-pregunta mordiéndose el labio y me pongo sería.-Lo decía enserio.
-No suelen necesitarme.-susurro mirando hacia otro lado.-Creía que lo decías de broma.
-Si que te necesitan.-refunfuña.-Y si, has sido como un soplo de aire fresco en mi vida, hermanita.
-¿Siempre estás tan cursi por las mañanas?-bromeo pasando mi brazo por sus hombros para abrazarla tiernamente.
-No.-se ríe.-Así que eres una privilegiada.
Le sonrío y me levanto bajo su atenta mirada para abrir los cajones y buscar algo que ponerme.
-¿Dónde vas?-se interesa mientras me cambio de ropa.
-Con Álvaro a la playa.-le informó calzándome las chanclas.-¿No quieres venir?
-Cariño, te recuerdo que estamos en Madrid.-se burla sacando un pie de la cama.
-Amor, y yo que hay una playa artificial.-me río mientras me hago un moño despeinado.-¿Te vienes o no?
-Bueno, vale.-se levanta al fin.-En dos minutos estoy abajo.
Salgo de mi habitación y bajo rápidamente las escaleras. Mi madre se encuentra en la cocina desayunando y le saludo sonriente.
-Veo que ya no estás enfadada conmigo.-comenta haciéndome fruncir el ceño.-Sabia que te gustaría.
-No estaba enfadada.-abro la nevera y agarro el zumo.-Solo me molestó que no me comentaras nada.-hago una mueca.-Pero ya da igual.
-Me alegro entonces.-sonríe y observa como me echó el zumo en un vaso.-¿Dónde vas?
-A la playa.-le informo y me giro meneando el vaso.-Con Elena y Álvaro.
-¿Y Miriam no va?-se sorprende recogiendo lo que ha ensuciado y poniéndolo en la pila.
-No.-contesto decidida dándole un trago al zumo.-No la aguanto.
-¡Kaila!-me regaña cansada y ruedo los ojos.-Os tenéis que llevar bien.
-Yo no puedo llevarme bien con una persona que está todo el día pendiente de si lleva bien el pelo o...-digo y doy un suspiro al verla aparecer por la puerta.-Buenos días Miriam.-sonrío falsamente.
-Hola.-contesta seca, haciéndose una coleta y sentándose en la mesa.-Buenos días Ana.-saluda a mi madre.-¿Papá ya se ha ido?
Mi madre asiente y le deja un Nescafé delante, como si fuese su sirvienta.
-Oh gracias.-le agradece con una sonrisa y yo hago una mueca que mi madre me ve.
-Oye Miriam.-comienza.-¿No te gustaría irte a la playa con Kaila?
Miro a mi madre con cara de pocos amigos y Miriam me mira levantando una sola ceja.
-¿Alvaro va?-suspira y niego con la cabeza.
-Sí.-contesta mi madre con una sonrisa y ruedo los ojos suspirando.
-Entonces me apunto.-se levanta y va hasta la puerta.-Enseguida bajo.
-Mamá.-la miro mal.-¿Tanto me odias?
-¿Tanto nos odias?-aparece Elena por la puerta y le sonríe a mi madre.-Ana, quiero a mi hermana pero...
-Es...-continuo bajo el ceño fruncido de mi madre.-Es repelente para nuestra especie.
-¡Chicas!-rueda los ojos y justo el timbre suena, cosa que hace que ambas salgamos disparadas hasta la puerta.-¡Esperar a Miriam!
[...]
Me esparzo un poco de crema por mi pálida piel y miro de reojo como Miriam intenta coquetear con mi amigo.
Álvaro rueda los ojos por quinta vez y se levanta para andar hacia mi.
-Voy a por refrescos.-informa.-¿Quieres?
-No.-le sonrío y me levanto para ir al agua junto Elena y todos sus amigos.
Si, al final hemos acabado todos juntos porque nos negábamos a aguantar a Miriam los tres solos.
Las chicas me han caído todas genial, con excepción de Ainhoa, el perrito faldero de mi querida hermanastra.
Los chicos, bueno, también, pero estoy segura que ninguno de ellos sería capaz de reemplazar a Alvaro. Digamos que son caras totalmente diferentes.
Me meto poco a poco ya que el agua está bastante fría y llego con una tímida sonrisa hacia ellos, que juegan a pasarse una pelota.
-Kaila,¿juegas?-se interesa Carlos pasándome la pelota y le doy en el vuelo, haciendo que Alfonso la coja sonriente.-Veo que si.
Me uno al juego y estamos así varios minutos, hasta que oigo un grito procedente de una de mis hermanastras, por el tono irritante que tiene, sé que es Miriam.
Nos acercamos todos a ella para ver de qué tontería tiene miedo y me río cuando señala una pequeña alga que sobresale de la arena.
-¡Es una serpiente!-se abalanza sobre Alvaro, el que intenta aguantar la Coca-cola que se ha comprado para que no se caiga.
-Tu sí que eres una serpiente.-le digo divertida mientras me agacho para coger el alga.-Solo es una planta.
La mira con repugnancia y luego esa misma mirada me la dirige a mi, para luego soltar a mi amigo y volverse a sentar.
-Me estás tapando el sol.-le dice irritante a David y este la mira con asco y se aparta para volver al agua con los demás.-¿Y tú qué miras?-me señala.-Anda, corre a quitarme también a mis amigos.
Frunzo el ceño y miro a Elena y a las chicas, que la miran sorprendidas a ella.
-Yo no te he quitado nada.-aclaro mirándola fijamente.-¿Porque piensas eso?
-Primero a papá, luego a mi hermana, y ahora ellos.-se pone las gafas de sol y se tumba.-Me lo estás quitando todo poco a poco.
-Nadie quita a nadie.-dice Álvaro dispuesto a cerrarle la boca.-Las personas eligen con quien estar.
-Tiene razón.-le digo no muy convencida.-No te he quitado a nadie, porque que yo sepa, Juan aún es tu padre, Elena tu hermana y ellos tus amigos.-miro a las chicas que sonríen.-Y si no quieres verlo por ti misma aya tu, pero luego no me eches las culpas a mí si te quedas sola.-se quita las gafas sorprendida.-Sí, me has oído bien.-aclaro.-Porque te vas a quedar sola si sigues comportándote así con todo el mundo.
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