Cada día es un reto nuevo de enseñanzas, no estoy acostumbrada a escribir de amor a excepción de un amor que es invento y puedes manejar cada situación, pero no hay cosa más intrigante el saber que será de la otra persona. Donde cada día es un ambiente distinto, un nuevo escrito y un nuevo sentir.

No estoy habituada a sentirme plena, a ser feliz en su totalidad.

A dejar de tener ese hueco en el pecho.

Sentirme viva no era el plan inicial de mi vida, solo respiraba y actuaba por inercia a la vida cotidiana de la vida. Dejando de lado el placer más codiciado de la humanidad.

El amor.

Con un poco de recelo lo miraba en el ambiente, con algo de melancolía lo pensaba. ¿será que es parte de la vida pensar en el amor?

Son cosas que uno llega a cuestionarse cuando se acostumbra a la monotonía de la vida amorosa, saber que te engañas a ti misma al no sentir lo que todo el mundo afirma como amor; porque a pesar de cada experiencia, se le puede llamar que la conexión es de cariño... pero nunca llega a más que eso. ¿Qué es peor? ¿No saber de qué es ese sentimiento o fingir que en algún momento lo has tenido?

Ambas opciones caen en herir a la otra persona. Pero no es algo que se vuelva una acción hecha con ese propósito, en la búsqueda de ese amor, llegas a ser cuchillo y herida. Una analogía burda y quizás extremista, aunque es cierto. Cometes los errores que sean necesarios, hasta aprender de ellos. Donde poco a poco te das cuenta que lo que en verdad importa son las cosas mundanas.

Reír tanto que duele tu abdomen.

Llorar de felicidad ante el sentimiento compartido.

Resolver problemas juntos, saber enfrentar a la vida.

El mundo real es frio, es terrorífico y es tenebroso descubrir que clase de personas te puedes encontrar.

Pero el que no arriesga no gana.

Aposté todo lo que tenía; la única excepción.

Un corazón que daba el primer y el último suspiro de esperanza. ¿Qué había en ti que me hizo arriesgarme?

Mas de un millón de sentimientos nuevos, donde una corazonada me hizo darlo todo.

Donde al día de hoy no me arrepiento, sé que las cosas no siempre serán las mejores, tendremos problemas, altas y bajas. Pero sabremos resolverlas, he pensado demasiado en los capítulos que puede dar la vida, este es el que mas me ha sorprendido. La vida me dio la oportunidad de conocer a la persona mas maravillosa, inteligente, guapo y adorable.

Creo que muchas veces eso es cuestión de tiempo; donde te das cuenta que siempre estuvo cerca, pero te dejo esa sensación de cosquillas e intriga, para irse dejándote dudas inmensas. ¿Por qué? Las personas pueden llegar a confundir las señales, donde esas mariposas revolotean dentro de tu ser.

La vida se encarga de hacernos saber que esas mariposas deberían estar vivas en todo momento, de disfrutar con todo tu ser cada sensación nueva. Pero primero te moldea para hacerte ver la cantidad de sufrimiento que puedes encontrar en la persona equivocada. También te enseña a cometer los peores errores que puedes llegar a tener si no andas con cuidado, te enseña las cosas que jamás debes de hacer por salud propia y de otra persona y justo cuando estas preparada para todo, te envía esa señal que no esperas.

Te entrega pequeñas coincidencias, tan diminutas que jamás pensarás encontrar. Pero, sobre todo, te dará exactamente lo que tu corazón y tu mente daban por perdido.

El regalo que me dio la vida me lo entrego un martes veintiocho de enero.

Día en el que empezaría a entender muchas cuestiones, donde tendría que ser solo yo, donde tendría que arriesgar todo, hablar de mis emociones, darme cuenta que significa saber el poder y la intensidad del amor, para saber que amar es darle el poder a alguien de hacerte la persona mas feliz del mundo o destruirte en segundos.

Desearía que todo esto fuese eterno, pero no puedo ver el futuro. Solo sé que soy un humano enamorado. Capaz de crear y construir lo que sea con tal de verlo sonreír.