Las razones sobran para amarte.

No son palabras al aire, o sencillas de decir, sobre todo cuando al pensar en ti me tiene temblando, sé que soy pésima mostrando mis sentimientos; pero no puedo fingir.

Amo estar a tu lado.

Tu sonrisa.

Tus gestos

Tus detalles

Tu voz

Tus ojos

Tu aroma

Tus abrazos

Tus ojos

Tu risa

Tus besos

Tus abrazos

Tus caricias

Y la lista seguiría sin fin, donde cada parte de ti me vuelve loca, en todo sentido. Estos días en cautiverio, extrañándote, pensándote y anhelando que esta situación termine para estar entre tus brazos, pero sé que al menos debo esperar, lo que tenga que ocurrir.

Si esta situación mundial debía ocurrir para demostrar algo, adelante, podremos con todo, yo solo sé que cualquier cosa que tengamos estaremos en camino de solucionarlo o para saber que este paso es algo que tendremos que vivir y relatar en algún futuro no muy lejano.

Si espere por ti tanto tiempo, estas semanas son poco e comparación.

Porque después de todo este tiempo, valdrá la pena.

Mientras ambos permanecemos en distintas actividades en este mismo instante, puedo sentir esa armonía que nunca pensé experimentar, de solo pensar en planes jamás considerados, sueños en común, pequeñas situaciones de la vida que únicamente llenan de plenitud...

"Dije que no amaría a nadie, nunca. Nunca me ataría, no estaría en ningún lugar, no tengo nada para mí; decidí que pretendería estar viva. Y eso es lo que he estado esperando, todo este tiempo, renunciando a todas las vidas posibles, por una sola contigo."

No, no puedo verme amando a nadie mas que no seas tu. No quiero intentar buscar algo más en alguien.

Simplemente contigo tengo todo. Y quiero ser tu beso de buenos días, aquella que endulce tus tardes y recargue tu energía en las noches. Estar contigo, en las buenas y las malas.