¿Qué puedes ver en el cielo?...

¿Estrellas? ¿Cúmulos de gas muertos? ¿Puntos blancos manchando el cielo?

Los ojos nos darán siempre la respuesta que nuestro corazón está lleno...

Para muchos la primera impresión es la única que cuenta para poder mirar, apreciar o incluso encontrar lo que no sabias que necesitabas. Somos individuos que dan por sentado las cosas... hasta que el corazón te recuerda la razón por la cual no podías dejar de admirar algo. Pasa con todas las cosas.

Nuestro corazón y los ojos siempre estarán conectados. Por desgracia, cuando das las cosas por seguras pierdes el brillo, lo que te hacia mirar sin parpadear.

Damos más oportunidades de las que deberíamos. Justificamos las migajas y los tratos de los demás, incluso nuestros errores se vuelven gigantescos ante los ojos incorrectos, somos un trato injusto. Donde las acciones de uno son permitidas, pero son injustificables si de casualidad coincides en realizarla.

Sientes las piezas de tu ser dejar de parpadear con la luz de tu propio corazón.

Donde aquellos ojos que te miraron... a los que tu confiaste.

Sigues aceptando las noches envela de un corazón helado, en busca de el calor del tuyo pueda enternecer las palabras, las acciones a costa de tus propias decisiones. Por que crees que es lo correcto, que en algún momento te mirara y te afirmara "Yo haría lo mismo por ti"

Aun cuando en el pecho te llene de ideas erróneas, crearas en cada una de ellas, aceptando todo sin rechistar, como si solo existiera esa posibilidad, aquella donde quieres permanecer aun cuando las situaciones, las personas, el mundo y el universo te llamen a gritos, decidirás perder todas las cosas que puedes controlar, para mantener el control del mundo que has inventado para ambos.