Capítulo quince

TaeHyung agitaba el lápiz en su mano derecha mientras pensaba la solución al problema que se plasmaba en su libro de matemáticas. Números, letras y símbolos mezclados era un gran reto, y aunque ahora lo manejaba mucho mejor que antes, como había mencionado el día anterior a su amiga, aún necesitaba reforzar.

Además, tal vez si lograba adelantar solo, sus tutorías con JungKook terminarían antes de lo esperado.

Por eso se encontraba en su habitación estudiando, ya llevaba tal vez unas dos horas así en las que había logrado uno que otro avance, pero mentiría si dijera que no era mucho más sencillo con la explicación de JungKook que con la vaga y técnica que se encontraba en sus apuntes.

Suspiró cuando el ringtone de su teléfono interrumpió sus cálculos mentales. Dirigió su mirada hacia el aparato y esperó un rato antes de decidirse por tomarlo para atender la llamada.

Casi que no contestas. —reprochó la femenina voz al otro lado de la línea.

—Lo siento, es que mi ringtone es tan bueno que espero lo más posible para poder escucharlo.

Si quieres escuchar una canción de Harry sólo debes ponerla en Spotify.

Ahí no está el marimba remix. —argumentó y aunque no pudo verlo, estaba seguro de que su amiga había rodado los ojos.

Como sea, te llamaba para hacerte una propuesta.

¿Una indecente?

Pues no te voy a seducir en mi coche, pero sí te invito a una fiesta.

Primera vez que TaeHyung tomaba iniciativa para estudiar matemáticas por sí mismo y le salían con eso. Ya estaba más que confirmado que al destino le encantaba burlarse de él.

—No lo sé, estoy estudiando.

Si no quieres ir conmigo sólo debes decirlo, no inventes excusas raras.

Con eso, un silencio se instauró en la línea y la pelinegra pareció comprender—Oh, hablabas enserio...

—¿Me lo juras?

Ay, por favor, Tae, ven conmigo —pidió ella—. Le había dicho a JiMin pero se negó porque va a pasar la noche en casa de NamJoon.

¿Y ahora me confiesas que soy tu segunda opción?

TaeHyung se encontraba oficialmente indignado y JiSoo se mordió la lengua, su negociación no parecía ir muy bien.

—¡No! Es decir, sí lo llamé primero a él, ¡pero pensaba invitarlos a ambos!

Lo que tú digas —el castaño terminó por ceder al notar la pequeña angustia en la voz de la chica, teniendo que contenerse un poco para evitar soltar una risilla—. Aún así, eso no cambia el hecho de que estoy ocupado.

Vamos, será divertido. Además, has estado estudiando un buen rato, mereces tomarte un descanso y qué mejor para eso que una fiesta.

¿Cuál era la necesidad de poner a prueba su fuerza de voluntad?

Incluso, si lo piensas, es una buena manera para olvidarte del tema de JungKook. —continuó JiSoo sacando a la luz su último recurso en un intento de convencer a su amigo, y este no podía negar que viéndolo desde ese punto, no era tan mala idea.

—No lo sé...

Sí lo sabes —replicó ella al instante—. Mejor arréglate y pasaré por ti en una hora, ¿sí?

La carne era débil y lo había comprobado en el momento en que cedió. Tal vez no sería tan malo intentar salir y divertirse un rato, de igual manera ya hacía un tiempo desde la última fiesta a la que había ido.

—Está bien. —TaeHyung aceptó y sus labios se curvaron mientras que rodaba sus ojos al escuchar el chillido feliz al otro lado de la línea.

Eres el mejor. Nos vemos en un rato.

Y la llamada se cortó.

Una hora no era mucho tiempo si tenía en cuenta que todo el día se la había pasado en pijama, sin siquiera haberse pasado por el baño con la idea de entrar a la ducha, así que cerró su libro y se levantó del pequeño escritorio para poner manos a la obra.

Al final, se había tomado exactamente los sesenta minutos para estar listo. Ahora vestía unos pantalones negros medianamente ajustados y una camisa de mangas largas blanca y un poco delgada, pero no lo suficiente como para transparentarse. También se puso unos botines negros, junto con un cinturón del mismo color en el que metió un lado de su camisa para darle algo de estilo.

Un outfit algo básico, pero lo que importa es la actitud.

Cabía aclarar que también había arreglado un poco su rubia cabellera y dado unos pequeños retoques a sus ojos con maquillaje, haciéndolos lucir algo más grandes y profundos.

El timbre de su casa sonó haciéndolo bajar para abrir, no sin antes tomar su chaqueta negra. En el transcurso a abajo se había topado con su madre que estaba en la sala, y agradeció que esta pareciera estar de tan buen humor que no tuvo mucho problema para dejarlo salir.

Eso, o el hecho de que por alguna razón siempre que decía que iría con JiSoo sus padres parecían acceder sin problema. Si tan solo ellos supieran que ella era la verdadera mala influencia... Pero bueno, no se iba a quejar.

Al cerrar la puerta de su casa tras de sí, saludó a su amiga, antes de que ambos subieran al auto que los esperaba en frente. El recorrido no fue muy largo, o al menos no lo sintió así, y después de que JiSoo sacara algo de dinero de su bolso para pagar, ambos bajaron del vehículo.

—Ahora que lo pienso, ni me has dicho de quien es la fiesta. —TaeHyung mencionó cuando comenzaron a caminar hacia la casa. El lugar era algo grande, y se podían escuchar los residuos de música que alcanzaban a traspasar esas blancas paredes.

—Es de alguien de la escuela, creo que se llama Jackson.

—¿Crees? —cuestionó con una ceja arqueada.

—Perdón, soy mala con los nombres. Pero ya verás que no es un lugar clandestino como seguro estás empezando a pensar —la chica lo conocía bien—. Te garantizo te vas a topar con varias caras conocidas allá dentro.

Y estando ya en frente del lugar, no tenía más que hacer que confiar. De igual forma, por más alocada que podía llegar a ser su amiga, tampoco lo llevaría a un lugar dudoso.

Avanzaron el pequeño tramo que quedaba hasta la casa y llamaron a la puerta donde no tuvieron que esperar mucho antes de que un lindo castaño les abriera con una sonrisa.

—¡JiSoo, TaeHyung, vinieron! —bramó con entusiasmo el chico.

—¡Jackson! —JiSoo exclamó de vuelta—. ¡Claro que vinimos! No podíamos faltar, siempre das las mejores fiestas.

—Me siento halagado —admitió él antes de hacerse a un lado, dejando espacio en la puerta—. ¡Pasen, pasen! Esto cada vez se pone mejor.

La pelinegra le sonrió como si se conocieran de siempre, y TaeHyung no supo qué mas hacer además de pintar una sonrisa en sus labios también y seguirla.

Jackson pareció cerrar la puerta y sonreírles una última vez antes de volverse a incorporar en la fiesta, haciendo que lo perdieran de vista rápidamente.

—Creí que ni siquiera estabas segura de su nombre. —TaeHyung le dijo a JiSoo, acercándose a su oído para que la fuerte música no impidiera que lo escuchase.

—No lo estaba, pero me arriesgué y salió bien —respondió ella encogiéndose los hombros, y el rubio se maravilló por su capacidad de actuación, realmente había parecido como si fuera su amigo de toda la vida—. Ahora ven, vamos por algo de tomar.

Sintió como la más baja lo tomó de la muñeca, jalándolo un poco hasta que parecieron dar con la cocina, donde había una isla algo grande y lo que creía era una bartender detrás de ella.

Vaya, una casa grande, una linda cocina, y un bartender para su fiesta. El tal Jackson debía tener dinero.

—¿Qué quieres beber? —cuestionó su amiga cuando pudieron tomar lugar en aquella isla que simulaba una barra de tragos.

—Una soda.

Ella asintió antes de acercarse al bartender y decirle algo que TaeHyung supuso eran las bebidas, el alto volumen de la canción que sonaba no le permitía escuchar.

Ya después de un rato cada uno tuvo su vaso en mano y se alejaron de allí, caminando hasta la sala donde parecían tener la pista de baile.

TaeHyung debía admitir que la fiesta no estaba nada mal, la casa era linda y la música era de su agrado. Además el aura del lugar estaba bastante encendido, haciendo que esa energía también recorriera su cuerpo.

Antes de que se diera cuenta, su amiga ya lo había jalado al centro de la diversión. Se encontraban ambos en medio de toda esa gente, saltando y bailando un poco. La música era bastante movida, y el alcohol ya había hecho efecto en los presentes, así que todos parecían estar muy sueltos.

Así estuvieron un rato, hasta que un chico de cabellos color menta se acercó a JiSoo. Ella le había regalado una mirada a TaeHyung como diciéndole si podía bailar con él, y claramente el chico le respondió asintiendo levemente con la cabeza. De todas formas estaba algo cansado, su tiempo sin ir a fiestas parecía cobrarle reduciendo su resistencia en la pista de baile.

Decidió ir a sentarse un rato, por lo que chocando con algunas personas, logró salir del pequeño tumulto que había allí, dirigiéndose hacia uno de los sofás. Respiró sintiendo que el aire era más fresco al estar en una zona más vacía y sonrió al ver que había hecho bien, pues entre la gente dos caras conocidas parecían estarse divirtiendo mucho.

Sí, se refería a JiSoo y el chico que le había pedido bailar.

Llevó el vaso que sorprendentemente aún tenía en su mano derecha con algo de la soda que había pedido, y se terminó el líquido, antes de girarse un poco para dejar el recipiente ahora vacío encima de la mesa que había allí. En ese pequeño instante percibió como el mueble parecía hundirse al lado suyo.

—¿Qué haces aquí sentado? La diversión está por allá. —una cálida voz cuestionó, siendo amortiguada un poco por el volumen de la música.

TaeHyung no reconoció aquella voz, y al mirar al dueño de esta, entendió que era porque no se trataba de alguien que conociera.

—Me estoy tomando un pequeño descanso. —respondió. Tal vez esta era su oportunidad de socializar un poco—. ¿Tú qué me dices?

—Digamos que vi un lindo chico sentado solo, así que pensé podría ser buena idea hacerle algo de compañía.

Bueno, la palabra socializar se quedaba un poco corta, ese chico estaba coqueteando con él.

—¿Y cómo vas con eso? —replicó con algo de diversión.

—Creo que bien, luce ser agradable —el chico le siguió el juego—. ¿Debería invitarlo a bailar?

—¿Eres buen bailarín?

—Estoy dispuesto a mostrar mis habilidades.

—Entonces no sé qué estás esperando.

TaeHyung rio y el chico se levantó de su lugar, posicionándose en frente suyo mientras le extendía su mano.

—¿Me concederías esta pieza? —cuestionó, bromeando con su tono formal.

—Sería un placer.

Soltando esas palabras, tomó la mano ofrecida y se incorporó, ambos comenzando a dirigirse de nuevo al tumulto de gente en medio de la sala.

No estaba muy seguro de si el chico iba a su misma escuela, ya que su rostro no le sonaba ni en lo más mínimo, no obstante, él era un distraído así que no se sorprendería si simplemente no lo hubiera notado antes. Aunque no podía negar que él tenía lo suyo, era alto, tonificado y con bonita sonrisa.

Llegaron a la supuesta pista de baile, y no se dieron a esperar antes de comenzar a bailar. Las parejas parecían muy juntas, algunas incluso dejándose llevar por el ambiente y pareciendo devorarse las bocas como si no hubiera un mañana. TaeHyung sintió aquellas manos traviesas agarrando su cintura, pero no fue nada más allá, por lo que no se incomodó.

Por el contrario, decidió pasar sus brazos al rededor del cuello del chico, dejando que el pequeño espacio entre sus cuerpos desaparecieran.

—¿Puedo saber tu nombre? —la voz del chico llegó directamente a sus oídos, al igual que el pequeño olor a alcohol que su boca desprendía, todo gracias a la cercanía entre sus rostros.

—Soy TaeHyung —respondió sencillo el rubio—. ¿Tú eres?

—JaeHyun, pero tú puedes llamarme esta noche.

El rubio rio rodando los ojos—En definitiva eres mejor bailando que coqueteando.

—Dicen que el baile es el lenguaje del amor.

Ambos terminaron soltando unas risillas ante el comentario y continuaron bailando un rato, hasta que decidieron cambiar de posición, esta vez TaeHyung con su espalda pegada al pecho de JaeHyun. El agarre en su cintura se afianzó un poco más, al igual que las sensaciones comenzaron a ir en aumento. El baile se tornaba más atrevido y notó que no era el único con la respiración acelerada, pues la del otro chico golpeaba contra su cuello gracias a la cercanía.

Sus ojos estaban cerrados mientras mecía sus caderas al ritmo de la música, y sus pensamientos se elevaron, tomando un rumbo que no buscaba cuando JungKook apareció entre ellos.

¿Por qué hasta sin estar presente tenía que molestarlo? Sacudió un poco la cabeza intentando alejarlo, y abrió los ojos. Lo que no se esperaba era toparse con ese pelinegro justo frente a él.

JungKook estaba algo más lejos, sentado en un sofá mientras miraba hacia la pista de baile, específicamente hacia TaeHyung. Entre el ambiente y las luces de colores, no pudo apreciar con exactitud la apacible expresión de JungKook, pero pudo notar como este llevaba el vaso que tenía en su mano derecha hacia sus labios, bebiendo del líquido allí sin quitarle la vista de encima.

Los orbes de ambos chocaban, y parecía que una pequeña llama brillaba dentro de ellos. Por alguna razón los movimientos del cuerpo de TaeHyung contra el del chico atrás suyo no se detuvieron en ningún momento, dando lugar a un peligroso juego.

Una pequeña corriente eléctrica recorrió el cuerpo del rubio al ver que a pesar de que los segundos pasaran, esa penetrante mirada parecía analizarlo sin piedad alguna. Le fue difícil evitar pensar en que las manos que apresaban su cintura eran las de JungKook. Y su imaginación comenzó a volar, creyendo que aquel pecho pegado a su espalda era el del azabache, que esa pesada respiración en su cuello era la de ese chico que solía jalarle los nervios.

Cerró sus ojos, cortando la tensión que ese contacto visual había causado entre ambos, y sin pensar mucho, tomó las manos en su cintura. Se giró y miró al chico, volviendo a centrarse en JaeHyun, antes de jalarlo fuera del tumulto de gente.

Él pareció comprender la situación cuando llegaron a una pared, donde TaeHyung apoyó su espalda, quedando acorralado.

Sus respiraciones estaban agitadas y la música vibraba en sus oídos, JaeHyun se atrevió a acercarse un poco más hasta que las puntas de sus narices se rozaban. TaeHyung posó sus manos en el pecho ajeno, y por un pequeño impulso que picó en su interior, jaló de su camisa, haciendo sus labios chocar.

El beso no tardó en subir de tono, siendo algo torpe pero agresivo, sus lenguas participando hasta que la falta de aire los hizo separarse.

Se observaron por un instante, una sonrisa lasciva pintada en el rostro de JaeHyun, el cual parecía tener intenciones de hablar cuando una conocida voz lo interrumpió.

—Vete de aquí, JaeHyun.

capítulo largo, yei. ¡muchas gracias por leer! ♡

©gguktaebae

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top