3. La oscuridad de este mundo
[6-julio-2022]
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"No importan los obstáculos, la distancia o el camino que hayamos decidido tomar; ya que, sin importar qué, la vida por ti daré.... Así que por favor, déjame protegerte tan solo, una vez más."
— ⟨Loto Carmesí⟩
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Música recomendada:
~ Atlantis - Seafret
~ Yi Nan Ping - Yin Lin (The Untamed)
~ Brother - Kodaline
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— ¡Lan Zhan! ¡Jiang Cheng!
Todo pensamiento ensombrecido por la energía resentida fue sustituido por la conmoción tras escuchar un gritó desesperado llamar su nombre.
Lan Zhan volteó con brusquedad en dirección a donde escuchó la voz del joven, olvidando por completo donde estaba parado y lo que estaba haciendo.
‹No... ¿Qué?› pensó con total horror el nigromante.
En la lejanía, Wei Ying se encontraba de pie entre la tempestad, como una luz destellante en el mar de sangre.
Sus pulcras túnicas blancas de luto se movían sin gracia alguna con los movimientos toscos por evitar cualquier obstáculo que estuviese enfrente de él. Absorto del peligro a su alrededor.
Lan Wangji por un momento dejó de respirar al ver cómo el joven se adentraba un poco más a la masacre en Ciudad Sin Noche, totalmente desprotegido y desarmado, esquivando a los Feroces y las espadas que yacian bajo el control de algún Cultivador corrompido por la energía resentida.
Lan Zhan sintió como el tiempo a su alrededor se detuvo en un segundo, dónde los movimientos de absolutamente todo se alentó. Solo tenía ojos para Wei Ying, quien con gritos desolados lo buscaba entre la multidud, yendo en la dirección contraria donde se encontraba su persona.
El miedo estaba a flor de piel al ver cómo el menor daba un paso más a la encrucijada entre el "bien" y el "mal".
— Wei Ying....
Fue lo que logró pronunciar en su conmoción.
Wei Ying no debía estar aquí, no debía estar en Ciudad Sin Noche, no debía estar entre el torbellino de muerte, no debía presenciar esta masacre, simplemente no debía estar aquí.
Esto era arriesgado, sumamente arriesgado, especialmente para Wei Ying.
La sensación de pánico se enroscó en su corazón y sin pensarlo por más tiempo gritó su nombre.
— ¡Wei Ying!
Y con ello, sin esperar un segundo más, sostuvo con firmeza su cítara y con manos temblorosas pero con pasos firmes avanzó entre el campo, moviéndo con frenesis sus dedos entre las cuerdas de su instrumento, llevando la energía resentida a su alrededor con tal de avanzar sin obstáculo de por medio y poder llegar lo más rápido posible al lado del menor.
Todo con un pensamiento que tomó fuerza en todo su ser: "sacarlo de ahí"
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— ¡Lan Zhan! / ¡Jiang Cheng!
Jiang Wanyin alzó con conmoción la mirada en dirección a donde escuchó una voz familiar en la lejanía y en cuanto su mirada interceptó con las pulcras túnicas de luto, meciéndose entre el vaivén de las espadas, dejó de respirar.
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¿Por qué?
¿Por qué Wei Wuxian estaba aquí?
¿Qué hacía aquí?
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Se supone que las cosas no debían ser así, se supone que no debía estar aquí, Wei Wuxian no debía estar aquí, en el campo de batalla, en medio de la masacre, en un lugar sumamente peligroso para él.
Se supone que Wei Ying estaría en Laling Jin, que estaría orando, despidiéndose de su hermana y enfrentando la dolorosa perdida de un ser tan querido como Jiang Yanli; se supone que estaría con Jin Ling, con su sobrino, haciéndole compiñia, velando por sus sueños y arrullandolo en caso de alguna pesadilla, tomándose un breve descanso de todos los acontecimientos recientes, idealizando un nuevo futuro para los tres donde saldrían adelante y dejarían que el dolor pasara y que el camino difícil tan solo sea pasajero.
Se supone que estaría lejos de aquí, muy lejos de aquí, lejos de este mar de sangre, lejos de este infierno, de esta interminable y peligrosa batalla, se supone que no vendría, que estaría fuera del alcance de lo que sea que pudiera lastimarlo o herirlo, que estaría protegido al no venir aquí, pero sobretodo, que estaría a salvo.
Las cosas no debían ser así, él debía estar en un lugar seguro hasta su regreso, él debía permanecer en la Torre Koi hasta que llegara, él debía estar en el hogar de su sobrino esperando por su presencia, él debía estar allá, tan lejos como se pudiera de Quishan.
Jiang Cheng sintió como sus entrañas eran estrujadas, como si alguien las hubiese tomado entre sus manos y hubiera decidido apretarlas sin compasión alguna.
— ¡Wei Wuxian!
Gritó con total desesperación en un intento por llamar la atención del mayor y hacer que el contrario corriera en su dirección, pero esto no pareció resultar, los gritos de los Cultivadores, los Aullidos de los Feroces, el choque de las espadas y el sonido vibrante de la energía impedían que Wei Ying lo escuchara, amortiguando por completo su grito y permitiendo que el chico de túnicas blancas se adentrara más en el campo de batalla, alejándose un poco más de él.
Su cuerpo tembló como si tuviese frío, así como todos sus sentidos hubiesen caído bajo los efectos de algún analgésico.
Sintió como todo a su alrededor se alentaba, todo pasando en cámara lenta. Sintió como todo a su alrededor de repente fuera tan solo una ilusión, un sueño pasajero a través de sus ojos.
La sensación del pavor apoderándose de su cuerpo, de su alma y de su mente era tan horribles como la vez que vio caer el Muelle de Loto, consumido por las llamas, perdiendo la esencia de su hogar, así como la gente que fue parte de sus más preciados recuerdos, entre ellos sus padres.
Tan intenso como cuando escuchó la trágica noticia de los acontecimientos que le arrebataron la vida a su hermana, sabiendo que nunca más la volvería a ver.
Tan intensos como aquella inseguridad que nació en el momento que se planteó que ahora solo eran Wei Wuxian y él, y que si no era precavido y cuidadoso, cualquier incidente podría arrebatarle a su hermano en tan solo un abrir y cerrar de ojos.
La sensación era abrumadora y el hecho de tan solo pensar que podría pasar lo peor lo hacían tomar una decisión.
Sin esperar un segundo más, la noción de lo que pasaba a su alrededor regresó en un instante, permitiendo que Jiang Wanyin se moviera de su lugar y con pasos acelerados abandonara la formación que había idealizado con sus discípulos.
Cada movimiento se volvía más frenético, esquivando a sus oponentes con agilidad y atacando y derribando con Sandu y Zidian en sincronía. Adentranadose un poco más en la batalla.
Agradecía que en el poco tiempo que perdió el control de sus sentidos, no haya recibido herida mortal tras perder el dominio de sus movimientos y que con la formación haya habido oportunidad de protegerse uno al otro.
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Ahora, debía apresurarse, debía correr y llegar al lado de su hermano, no importaba el obstáculo, él debía llegar a su lado.
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Lamentaba tener que dejar atrás a sus discípulos, pero no podía perder el tiempo, no podía quedarse parado y no hacer nada; en parte, sabía que sus pupilos estarían bien, les había inculcado el trabajo en equipo, el cuidar la espalda de su aliado, ser precavido y atacar con precisión.
Confiaba en ellos y ahora no le quedaba de otra que dejar su seguridad en sus manos.
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Ahora, su prioridad más importante era llegar hasta su hermano, protegerlo a toda costa y alejarlo de Ciudad de Noche
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¿Wei Wuxian?, Wei Wuxian era un torbellino de emociones, emociones que lo habían impulsado a adentrarse a la masacre en Ciudad Sin Noche y con desesperación, correr y llamar por su nombre a Lan Zhan y Jiang Cheng, todo con la intención de buscarlos dentro de la tempestad.
Realmente no había pensado las cosas con detenimiento, tan solo su cuerpo reaccionó por si solo tras conocer la verdad detrás de la muerte de su Shijie y su cuñado, obligándolo a emprender camino hacia el palacio de Quishan con el fin de detener el verdadero propósito de esta reunión, sin embargo, había llegado justo cuando la situación estaba en la cúspide del problema, donde la energía resentida arrasaba con todo a su paso, los Cultivadores exclamaban la muerte del Patriarca Yiling y los Cadáveres se alzaban tras el llamado frenético del Guqin.
En serio no había pensado bien las cosas, ocasionando que se adentrara al caos y con pasos inseguros caminara entre las personas y los Cadáveres, esquivando las espadas, los Feroces y la energía resentida tangible que viaja con la intensión de arrasar con todo lo que se atraviese en su camino.
Sus movimientos eran enajenados y a la vez un tanto titubiantes, esquivando y avanzando mientras su mirada viajaba con rapidez a cualquier parte del lugar con la finalidad de encontrar las características túnicas moradas de su hermano o las túnicas negras con destellos en azul de Lan Wangji.
Lamentablemente, la situación no era favorable y el propósito de buscar a sus dos personas especiales fue ostaculizado por el desodorden del lugar.
Wei Ying al verse entre la espada y la pared, no le quedó de otra que gritar, gritar el nombre de aquellos dos chicos con la esperanza de que su voz sea escuchada por encima del revuelo y pueda encontrarse a tiempo con ellos.
—¡Lan Zhan! ¡Jiang Cheng!
Gritó con fuerza, poniendo sus manos alrededor de su boca con la función de que estas sirvan como un apoyo y permita que suene un poco más fuerte su voz.
Al no haber respuesta, una vez más volvió a caminar, esta vez un poco más rápido, dirigiéndose en alguna dirección aleatoria, con la esperanza de ir por el camino correcto.
— ¡Lan Zhan! ¡Jiang Cheng!
Volvió a gritar mientras giraba en su mismo lugar, intentando ver el panorama completo y encontrar a alguno de los dos, pero una vez más sus intentos fallaron.
Justo cuando estaba por correr hacia su izquierda, pudo ver como una nube de energía resentida se dirigía en su dirección, así que en un rápido movimiento se agachó, esquivando sin problemas la energía Yin, ocasionando que esta pasara de largo y atravesara el cuerpo de un Cultivador cercano.
Jadeó con horror al ver cómo el joven perdía la vida tras el ataque, cayendo como costal de papas con los ojos inyectado en sangre.
Wei Wuxian se levantó con torpeza y retrocedió un par de pasos temeroso.
Incluso si fue participe en la Campaña Sun Shot, jamás llegó a acostumbrarse a ver la muerte tan de cerca.
Sacudió la cabeza y despejando su mente decidió seguir adelante.
No fue que unos pasos más adelante logró escuchar un grito en la lejanía.
— ¡Wei Ying!
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Lan Zhan hacia lo posible por atravesar entre la gente, intentando acercarse al lugar donde había escuchado a Wei Ying llamarlo, pero conforme se adentraba más al campo, el esquivar y evadir a sus contrincantes se volvía más complicado.
Incluso con la magia enroscandose a su alrededor, era difícil salir del camino de algún atacante quién blandia su espada con instinto asesino.
Lan Wangji hacia lo que podía, moviéndose con agilidad, patiando a quien estuviese lo suficientemente cerca de su persona, así como mandando a volar a varios individuos tras tocar algún acorde con el Guiqn.
— ¡Es Lan Wangji! ¡Lan Wangji se a adentrado en el campo! ¡Es nuestra oportunidad! ¡Mantenlo!
Hizo de oídios sordos al escuchar las palabras del líder de Secta Yao y tan solo se concentro en su tarea principal.
— ¡Wei Ying! ¡Wei Ying!
Exclamó con fuerza, buscando entre la gente al chico sin tener éxito.
Maldijo en sus adentros y sin otra opción siguió caminando, sumergiendose un poco más a la penumbra de aquella noche.
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Jiang Cheng corría entre las personas y los muertos, buscando algún indicio que lo guiaran a su Shixiong, desgraciadamente, el agetreo del lugar impedían que pudiese encontrarlo, ocasionando que la desesperación eferveciera de su interior.
En un rápido movimiento esquivo el ataque del feroz, para posteriormente golpearlo con Zidian, mandándolo lejos y así seguir avanzando.
— ¡Wei Wuxian! ¡Wei Wuxian!
Voceó con la esperanza de que el contrario le contestara, pero fue inútil, Wei Ying no escuchó su llamado.
Maldiciendo por todo lo que estaba pasando, decidió emprender una vez más camino, buscando con la mirada las túnicas características de luto.
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En algún punto del castillo, oculto en la penumbra de la noche, una persona salió de entre las sombras, tan solo siendo iluminada su silueta con la tenue luz de la luna.
En cuanto estuvo en posición, una sonrisa se plasmó en la comisura de sus labios, posteriormente, alzó sus brazos, dejando ver la silueta de un Guqin.
A los pocos segundos, el rasgueo de las cuerdas se escuchó, haciendo eco por todo el lugar.
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Una catástrofe estaba por iniciar.
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Lan Zhan se detuvo en seco cuando escuchó la inconfundible melodía de un Guqin.
La conmoción lo golpeó por completo al escuchar las mismas composiciones que él solía tocar cuando levantaba a los muertos, ocasionando que sus dedos se detuvieran y el control que tenía sobre la magia resentida se esfumara.
No fue que la conmoción se convirtió en pavor cuando vio la energía oscura volverse más agresiva de lo que él había dictado, esta vez, arremetiendo mordazmente y en pocos segundos tomar por completo el control de algún cuerpo, destrozando el alma y usando el recipiente vacío.
Lo que sea que estaba sucediendo, ya no era obra suya y quién estuviera detrás de todo esto, tenía sed de sangre y estaba dispuesto a poner todo en su contra.
El miedo ferviente lo dio darse cuenta que esto estaba fuera de su alcance.
— ¡Wei Ying! —. Gritó con frénesis, olvidando por completo su propia seguridad y disponiéndose en reforzar sus esfuerzos.
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Los líderes de secta vieron con incredulidad la escena frente a ellos.
Todos y cada uno de sus discípulos eran asesinados brutalmente por las nubulosas de energía que viajaban con velocidad y destrozaban todo lo que había a su paso.
Todos y cada uno de los jóvenes sin excepción alguna eran masacrados por la magia Yin, perdiendo la vida en el instante y alzándose como Cadáveres. Olvidando cualquier lazo de hermandad y atacando con una fuerza a temer.
Sin más opción, quienes aún seguían en pie tuvieron que dejar de lado los sentimientos que en algún momento de sus vidas los unieron con alguna persona y blandir sus espadas contra aquellos quienes fueron sus hermanos y hermanas marciales para poder sobrevivir.
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Nie MingJue atacaba a diestra y siniestra con la fuerza de un Nie, arremetiendo con Baxia a todo feroz que intentara tentar contra su vida y esquivando o ahuyentando con su sable la magia Yin que se acercaba amenazadoramente.
Lan Qiren peleaba con la elegancia inconfundible de un Lan, moviéndose con agilidad, esquivando y dando estocadas con la espada.
Era un poco difícil llevar el ritmo debido al número de incremento de las marionetas, pero no sé daría por vencido, así que con ayuda de su espada y la funda de esta, golpeaba a todo aquel que estuviese bajo el control de la energía, mandandolo a volar para concentrarse en sus nuevos oponentes.
Las personas aún en pie, no estaban tan lejos de las mismas acciones, peleando e intentando mantenerse en pie.
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Jiang Cheng retrocedío mientras negaba con la cabeza al ver un par de metros cerca de él cómo los cuerpos de los Cultivadores fallecidos se alzaban tras el llamado de la melodía frenética que se escuchaba en todo el palacio, atacando sin noción alguna a aquellos quienes fueron sus hermanos y hermanas marciales en vida.
La sensación de vacío en su estómago burbujeó, acompañado por la preocupación de lo que estaba pasando al ver que incluso para los más experimentados, la situación se había vuelto difícil de manejar.
— No no no — negó al ver cómo otro joven perdía la vida frente a él.
Esto se estaba saliendo de control, esto ya no era una batalla donde se peleaba por el bien y el mal, esto se había vuelto en un genocidio, una masacre donde las probabilidades de salir vivo eran casi nulas.
Jiang Cheng al ver el panorama completo y darse cuenta de la gravedad del asunto, tan solo activaron las alarmas del joven líder, ocasionando que todos sus sentidos se agudizaran y el terror absoluto lo hinundara.
— Wei Wuxian... — susurró para si mismo.
Su hermano, su hermano aún seguía aquí, aún estaba en el ojo del huracán, aún había posibilidades de que saliera herido, de que le pasara algo, de que... ¡De que!
Esquivo la espada que venía hacia el para posteriormente utilizar a Sandu y deshacerse de su atacante.
— ¡Wei Wuxian! — gritó frenéticamente mientras empezaba a correr en la dirección que lo había escuchado la última vez.
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El panorama era difícil de describir: el hedor de la sangre, el choque del metal, los aullidos de los Feroces, los gritos de las personas, la energía vibrante y la sed de sangre reinaba con tanto poder como lo fue en la Campaña Sun Shot.
Tan imponente como la misma muerte.
— ¡Wei Wuxian! ¡Wei Wuxian! — gritó para posteriormente arremeter contra un muerto andante.
— ¡Lan Zhan! ¡¿Dónde estás?! — exclamó mientras su mirada viajaba una vez más por el lugar.
— ¡Wei Ying! ¡Wei Ying! — vociferó, avanzando entre la multidud.
— ¡Lan Wangji! ¡Detén todo esto! — gritó el líder Ouyang con cólera.
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La marcha de un plan.
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— ¡Lan Zhan! ¡¿Dónde estás?! ¡Lan Zhan! — gritó una vez más, esquivando la espada de un feroz.
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El comienzo de una tormenta.
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— ¡Lan Wangji detén esto! ¡Deténlo!
— exigió Jiang Wanyin, temeroso por la vida de su hermano.
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La ruptura de un vínculo.
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— ¡Wangji!
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El miedo en quién confiar.
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— ¡Jiang Cheng! ¡Jiang Cheng! ¡¿Dónde estás?!
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El miedo por perder a un ser amado.
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— ¡Lan Wangji! — vociferó Nie MingJue.
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Recuerdos muy lejanos.
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— ¡Lan Zhan!
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Un alma pidiendo auxilio.
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— ¡Wei Ying! — giró con rapidez, esquivando y avanzando una vez más.
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Un destino incierto.
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— ¡Wei Wuxian! ¡¿Dónde estás?! ¡Wei Wuxian!
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Y una elección de la cual, no habrá vuelta atrás.
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— ¡Lan Zhan!
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— ¡Lan Zhan!
Wei Ying sentía una horrible presión con cada minuto que pasaba sin resultado en su búsqueda, sintiéndose cada vez más frustrado por no esforzarse un poco más.
Se recargó en un pilar de piedra cercano y con una respiración entrecortada observó su alrededor.
Devastación es lo único que encontró. Vidas perdidas, gente resentida y miedo brotando era lo que halló.
Wei Wuxian cerró los ojos tan solo un segundo, respirando hondo e intentando tranquilizar los acelerados latidos de su corazón.
En ningún momento las alarmas en su cabeza se detuvieron y las emociones negativas tan solo efervecian con cada paso que daba.
Sin poder soportarlo ni un segundo más, se puso en marcha y otra vez gritó a todo pulmón el nombre de Lan Zhan y Jiang Cheng.
No fue después de su quinto intentó que lo escuchó.
— ¡Wei Ying!
El mencionado se paró en seco tras escuchar su nombre por encima de los sonidos de guerra.
— Lan... Lan Zhan — Susurró para si mismo, analizando con detenimiento que no fuera imaginación suya.
— Lan Zhan — volvió a repetir, convenciendose a si mismo de que no estaba equivocado.
— ¡Wei Ying!
Volvió a escuchar.
— ¡Lan Zhan! -
— contestó rápidamente, mirando a su alrededor en busca del chico de ojos ambarinos.
No fue hasta que volteo a su izquierda cuando lo vio.
Ahí, en la lejanía, parado entre el caos se encontraba Lan Zhan, con sus largas túnicas negras balanceándose, su Guqin en mano y una mirada complicada de describir.
Wei Ying sintió alivio cuando lo vio, olvidando por completo en donde se encontraba. En esos precisos momentos, tan solo tenía su atención en el chico de orbes doradas.
Lamentablemente, el contacto visual no duró mucho.
Wei Ying no supo en qué momento, pero en un abrir y cerrar de ojos la mirada de Lan Zhan había cambiado drásticamente, ensombrecido por la conmoción.
— ¡Aléjate de él! ¡No lo toques! — gritó desde la lejanía — ¡Wei Ying cuidado!
Eso fue lo último que logró escuchar por parte de Lan Zhan antes de sentir un punzante dolor en su espalda.
Wei Wuxian gimió de dolor tras recibir un corte horizontal a lo largo de su espalda por la espada de un cadáver feroz, impulsandolo con fuerza hacia el suelo y apenas logrando detener su caída con las palmas de sus manos.
El sabor del hierro hinundó por completo sus papilas gustativas.
— ¡Xian-Ge!
Wei Ying escuchó gritar con horror desde la lejanía a su hermano, haciéndolo sentir culpable por no haber prestado atención a todo lo que lo rodeaba.
Wei Ying con un poco de dificultad elevó ligeramente la parte superior de su torso y con cuidado volteó hacia atrás para observar como el cuerpo tambaleante del feroz se acercaba una vez más para arremeter nuevamente contra él.
Frunció el ceño y cerró sus manos en puños, preparándose para esquivar el siguiente ataque.
Como se arrepentía en esos precisos momentos de no haber llevado a Suibian consigo o por lo menos asegurarse de llevar un par de talismanes vacíos, pero claro, la adrenalina del momento no lo hizo pensar con detenimiento las consecuencias de adentrarse en las redes de la muerte sin protección.
El cadáver alzó la espada y con un aullido arremetió contra el cuerpo tendido en el suelo de Wei Ying, dispuesto a acabar con la vida del joven, sin embargo, justo cuando el chico de túnicas blancas estaba por evadir el ataque, un destello de color morado impacto contra su atacante, mandando lejos de su persona el cuerpo resentido.
El mayor no pudo evitar suspirar de alivio y liberar un poco de tensión de su cuerpo.
— ¡Wei Wuxian! ¡Xian-Ge! — Jiang Cheng llegó corriendo a su lado y sin esperar un segundo más, se hincó para después tomarlo en brazos y acomodarlo para que el mayor pudiera recargar su cabeza en el pecho del menor. — Wei Wuxian, Wei Wuxian.
Llamó el menor temeroso.
— J-Jiang Cheng — tartamudeó suavemente, incrédulo de por fin poder ver a su Shidi.
El menor le dedicó una mirada teñida en preocupación mientras con sus manos temblorosas lo envolvía y lo apega más a su pecho.
Wei Ying se sintió sumamente culpable por preocupar a su pequeño Shidi.
— Wei Ying
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La conmoción ensombreció la mirada de Lan Wangji cuando vio al chico de túnicas de luto inconsciente del peligro que se avecinaba a sus espaldas.
— Aléjate — susurró en una orden titubiantes.
Paso tras paso, el espacio entre ambos se acortaba, volviendo la distancia la oportunidad perfecta para atacar.
El miedo recorrió el cuerpo de Lan Zhan y sin medir el volumen de su voz gritó.
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— ¡Aléjate! — ordenó, siendo ignorado por la energía resentida.
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No tenía el control, ¡No tenía el control!
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— ¡Aléjate de él! ¡No lo toques! -
— ordenó casi en una súplica, la cual, jamás fue escuchada. — ¡Wei Ying cuidado!
El pánico abordó todo su ser cuando la espada embistió contra la espalda del menor, hiriendolo y haciéndolo perder el equilibrio, mandándolo al suelo con una mueca de dolor.
La culpa invadió los sentidos de Lan Zhan tras ver cómo Jiang Wanyin llegaba al lado de su hermano mayor y con manos temblorosas lo acomodaba entre sus brazos y lo apegaba a su pecho.
Con un nudo en la garganta, Lan Wangji camino con pasos tambaleante hacia ambos hermanos.
— Wei Ying — susurró con voz temblorosa y sin soportarlo más, cayó de rodillas.
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Esto era su culpa, todo esto, absolutamente todo.
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Inseguro de sus movimientos, alargó una de sus manos con la intención de tocar la del menor, pero antes de que pudiese hacer contacto con el chico, Jiang Cheng golpeó su mano con fuerza, alejándolo con desprecio.
— ¡No lo toques! — exclamó con cólera. — ¡Dijiste que estaba bajo control! ¡Dijiste que no había problemas Lan Wangji!
Los ojos de Lan Zhan demostraron una profunda tristeza.
— Y-yo
No sabía que decir, se supone que el lo tenía bajo control, se supone que no habría problemas, se supone, se supone...
—Yo no quería — habló en voz baja, negando con la cabeza. — ¡Yo no lo hice!..... No sé........ Yo....... yo..... yo.......... ¿Por qué?..... ¡¿Por qué no puedo controlarlo?!
— Lan Z-Zhan — habló con suavidad, pronunciando el nombre del chico frente a él.
Lan Zhan y Jiang Cheng dirigieron toda su atención hacia el joven de túnicas blancas.
El dorado de Lan Wangji interceptó el plateado de Wei Wuxian.
Wei Ying le dedicó una sonrisa débil, pero llena de cariño, aún si sus ojos se encontraban cristalinos y su piel pálida, su esencia cálida se encontraba ahí. — S-se supone que no debes, no debes estár aquí. . .
— Wei Wuxian ya no hables, te llevaré a un lugar seguro, ¿Si? — habló con cierta desesperación Jiang cheng mientras sostenía en brazos a Wei Wuxian. — No es muy grave la herida, yo... Yo... yo te sacaré de aquí.
— Jiang Cheng. . . Estoy bien. — contestó con suavidad Wei Wuxian.
Y era verdad, la herida que había recibido no era muy grave, después de todo, él también era un cultivador, por lo cual, gracias a su núcleo, esta herida no era nada para él, sin embargo, tardaría en sanar más de lo usual debido a que había descuidado a su persona con la falta de alimento y sueño, aparte de que su núcleo estaba fragmentado y con una espada envuelta en energía resentida, eso había perturbado el flujo de la energía del Jidian, pero no sería problema.
Al final decidió no decir nada, tanto él como su hermano estaban de luto tras la muerte de su hermana, por lo cual, entendía el miedo latente de Jiang Wanyin al ver que había venido sin espada en mano y ahora se encontraba en sus brazos herido tras haber sido atacado por un cultivador bajo el control de la energía resentida.
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Él lo entiende, después de todo, ahora solo eran ellos dos.
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— Wei Ying — volvió a llamar Lan Zhan.
Su mirada viajó una vez al nigromante.
— Lan Zhan — volvió a llamarlo, viendo la culpa florecer en los ojos ambarino. No le gustaba verlo triste, así que con algo de dificultad alzó su brazo y puso una mano en la mejilla del mayor. — Lan Zhan
Lan Wangji cerró los ojos, dejando que el calor que emanaba la palma del menor lo embriagara.
Dos lágrimas silenciosas descendieron por sus pálidas mejillas.
— Lan Zhan, escúchame — pidió el menor, pareciendo desesperado por revelar algo sumamente profundo.
Lan Zhan abosorto del timbre de voz, puso atención al menor.
— Lan Zhan, lo que pasó....
Pero antes de que pudiese terminar la frase que estaba por dedicarle al nigromante, sus ojos se abrieron con horror y sin pensarlo dos veces actuó.
— ¡Lan Wangji! ¡Esto es por mi hermano! — gritó un joven con espada en mano.
— ¡Lan Zhan cuidado!
Gritó su nombre, separándose del cuerpo de su hermano y con la poca fuerza que tenía, empujar al chico de ojos dorados a un costado.
La espada del cultivdador que estaba dispuesta a poner fin a la vida del Segundo Jade atravesó el pecho de Wei Ying, justo en el corazón, tiñiendo las túnicas blancas de luto con el color de la sangre.
El hombre que había decido atacar por la espalda a Lan Wangji, al ver a quien había herido, rápidamente atrajo la espada hacia si mismo, ocasionando que el contrario escupiera una bucanada de sangre y con una última mirada a Lan Wangji, sus ojos se cerraron y su cuerpo perdió la fuerza, cayendo contra el pecho de Jiang Wanyin.
Los ojos de Lan Zhan veían en shock la escena.
El joven con las manos temblorosas soltó su arma, dejando que sonara el metal contra el suelo.
— ¡Y-yo quería matar a Lan Wangji! Él... ¡Él se lanzó contra la espada! — contestó con total desesperación.
Los ojos de Jiang Cheng se abrieron con total horror al ver cómo el filo del metal de aquel cultivador atravesó el pecho de Wei Wuxian y después de haber sido retirada, la comisura de sus labios se vieran teñidos del carmesí de la sangre para posteriormente cerrar sus ojos y dejar caer el peso de su cuerpo sin vida en sus brazos.
Jiang cheng tardó en procesarlo unos segundos y en cuanto se dio cuenta de la cruel realidad, sus ojos se cristalizaron, vio el cuerpo inerte entre sus brazos y con un profundo dolor apretó el agarre en el cuerpo de su hermano mientras lo movía con exasperación en un intento de despertarlo, sabiando que sus súplicas no serían escuchadas.
— ¡N-No! ¡No! ¡Wei Wuxian, Wei Ying! — Soltó entre sollozos Jiang Cheng, mientras sus lágrimas descendían de sus mejillas y apegaba el cuerpo inánime del contrario a su pecho. — ¡Wei Ying!
Lan Wangji se quedó pasamado, sintiendo como el tiempo se detenía a su alrededor, así como su corazón se hundía y revolcaba en su interior de forma dolorosa. Las lágrimas saladas no tardaron en nublar su vista, para luego descender por sus pálidas mejillas, mientras un temblor incontrolable se apoderaba de él.
Frente a él, yacia el cuerpo sin vida del chico de hermosa sonrisa, siendo sostenido y llamado entre súplicas desesperadas por el líder Jiang, mientras la cabeza del mayor descansaba en su pecho y él de túnicas moradas recargaba la suya pegado al rostro del contrario, dejando leves caricias en el hombro donde había cruzado sus brazos en un abrazo improvizado.
— Wei Ying... Xian-Ge —susurró entre lamentos Jiang Wanyin.
Un nudo se creo en su garganta.
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Wei Ying ya no estaba
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Se había ido
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Estaba sin vida
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Sin vida...
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Estaba muerto
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Muerto...
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¡MUERTO!
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Esas palabras fueron como un golpe en sus entrañas, dejándolo sin aire y sin poder evitarlo soltó un grito desgarrador al cielo, para después en un ágil movimiento levantarse y asesinar al hombre que le había arrebatado la vida al chico de listón rojo.
Lan Wangji se sentía destrozado, dolido arrepentido y sobretodo culpable; todos esos sentimientos empezaron a arremolinarse en su interior, dispuestos a causar estragos en el alma, corazón y mente del joven jade.
Wei Ying había muerto, Wei Ying ya no estaba en este mundo, ya no estaba, se había ido, se había ido para jamás volver. La persona que siempre confío, lo apreció y tuvo esperanzas en él ya no estaba, se había ido, se lo habían arrebatado.
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¿Qué caso tenía seguir? ¿Qué caso tenía pelear?¿Qué caso tenía vivir? ¿Por qué? ¿Por qué? ¡¿Por qué?!
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Wei Ying era su todo, Wei Ying era quien lo mantenía cuerdo, consciente y a raya, pero ya no estaba, ya no estaba, ya no estaba, ya no estaba. . .
«Fue tú culpa, tú lo mataste»
Las voces se hicieron presentes.
«Lo condenaste»
Lo culpaban, le gritaban, se reían.
«Lo hiciste sufrir»
Mordió fuertemente su labio inferior.
«Es tú culpa, tú culpa, ¡Tú culpa!»
El sabor del metal se hizo presente en su boca.
«Estás maldito Lan Wangji»
Se tapó los oídos en un intento de acallar las voces.
Cerró los ojos con fuerza.
«Tú lo mataste, tú lo mataste, ¡Tú lo mataste!»
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Lan Wangji perdió el control.
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La energía resentida explotó alrededor de Lan Zhan, envolviendolo en un torbellino tan agresivo que sacó volando a varios cultivadores y ocasionó que los cadáveres feroces, así como quienes habían caído bajo el control del resentimiento fueran consumidos ante la gran cantidad de energía. Los cultivadores aún en pie quedaron horrorizados ante la escena grotesca frente a sus ojos.
— ¡Detengalo!, ¡Hay que detenerlo! — gritó un cultivador de ropas Nie.
— ¡Asesinenlo!
— ¡El Sello del Tigre Estigio! ¡Quitenselo!
Lan Wangji soltó una carcajada irónica y llena de dolor.
La gente era hipócrita, tan solo unas desgraciadas almas sedientas de poder y gloria enfermiza sobre el bienestar de los inocentes.
Le dan risa, asco, repugnancia. Este mundo estaba podrido.
Tal vez la idea de purgar este mundo, no suena del todo mal.
¿Ellos querían el poder del Sello del Tigre Estigio? Pues se los daría.
Se elevó con la energía resentida, enroscandose en sus pies hasta las rodillas como si se tratasen de serpientes.
Lan Wangji los vio con una mirada llena de locura y dolor.
Estaba destrozado, cansado, resentido con el mundo. Le habían enseñado lo más podrido de las personas.
Estaba decepcionado.
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Odiaba la vida.
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Odiaba a la gente.
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Odiaba el mundo.
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Se odiaba a si mismo.
°
Los cultivadores una vez más se abalanzaron contra el cultivador demoniaco, dispuestos a poner fin a su reinado de terror (ocultando la verdadera intención de obtener aquel artefacto tan poderoso). Alzaron sus espadas, gritaron en su contra y sin pudor alguno le hechaban en cara todas las malas acciones que "hizo".
Cada palabra se convertía en una aguja que se clavaba en su corazón, cada palabra tenía un significado tan profundo y doloroso, cada palabra golpeaba un poco más la poca cordura que poseía y cada acción tan solo lo hacían reír con una expresión rota y llena de impotencia.
La energía demoníaca arrazaba con todo aquel que intentara acercarse, así como también hacia de las suyas y atacaba a los discípulos que estaban en contra de Lan Wangji, para que después los cuerpos se alzaran y pelearan contra quienes fueron en un principio sus aliados.
— ¡Se está saliendo de control, hay que detenerlo! — gritó Nie Mingjue al ver que si no lo detenían, ya nada más podría detenerlo.
— ¡Alguien detengalo, ataquemos todos juntos! — esta vez prosiguió el líder de secta Yao.
— ¡Lan Wangji! — gritó un discípulo de la secta Jin.
En ningún momento Lan Wangji volteo a verlos, tan solo mantuvo la vista perdida, ensombrecido ante los recuerdos desgarradores que intentaban consumirlo y atraerlo a la oscuridad.
«Danos el control»
«Vamos, vamos, nosotros nos vengaremos por ti»
Aquellas palabras sonaba bien, tan dulces como la venganza.
«Hazlo, Hazlo»
Él. . . ¿Debería?
«Si, así podrás descansar, nos lo agradecerás»
Él. . .
°
‹—¡Lan Zhan! — le dedicó una sonrisa tan brillante como el sol›
°
— ¡Wangji! — escuchó el grito de alguien cercano, caminando entre la energía resentida y antes de que pudiese actuar o decir algo, lo tomó de la muñeca. — ¡Wangji!
Los ojos de Lan Zhan se abrieron con sorpresa, para que después la tristeza nuevamente nublara sus ojos.
— XiongZhang¹ — pronunció en un suave susurro.
— Wangji. . . — contestó con el pánico en sus ojos.
Ambos se dedicaron una mirada llena de tantos sentimientos, hace tiempo que no se veían y ahora que estaban uno en frente del otro, no eran las mejores circunstancias.
— XiongZhang. . . — Volvió a repetir, sin saber realmente que decir.
El semblante de Xichen se volvió serio y determinado. Con un apretón más a la muñeca del contrario habló. — Wangji, no permitas que dispersen la energía, no permitas que nadie se acerque aquí, que no se muevan de sus lugares.
— ¿Qué? . . . — preguntó sin entender.
— Confía en mi por favor — contestó esta vez con una suave sonrisa.
°
Confía en mí.
....
Se impulso en confiar una vez más
°
Lan Zhan obedeció. Tomó su Guqin entre sus brazos y con un resgueo a las cuerdas, la energía obedeció sus órdenes.
Se escuchó el grito de los cultivadores, asustados de lo que sea que la energía Yin estaba dispuesta a hacer.
Y con esa señal Xichen no esperó un segundo más y jaló a su hermano hacia él, para luego ayudarlo a subir en Shuouye y despegar lejos de Ciudad Sin Noche, más exactamente hacia Yiling.
— ¡Lan Wangji se ha llevado al Líder Lan! — gritó un Jin.
— ¡Xichen! — gritó Nie Mingjue por su hermano jurado, pero al intentar dar un paso hacia delante, la energía demoníaca no se lo permitió. — ¡Maldita sea!
Lan Qiren al saber realmente lo que estaba sucediendo decidió actuar, así que comandó a un grupo de discípulos Lan que también se dedicaban al cultivo musical para abrirse paso entre la energía, sabía que no podría liberar a todos, después de todo, el cultivo de estos jóvenes no era muy poderoso para combatir magia oscura (muy en el fondo estaba agradecido por tener una escusa de dejarlos congelados).
— ¡El primer grupo vaya a Gusu, traigan a más persona del cultivo musical que pueda eliminar la energía maligna! ¡los demás avancen en direccion a dónde se fueron Lan Wangji y Lan Xichen, el Líder Lan es su prioridad! — Ordenó con una voz autoritaria, para después emprender vuelo en dirección a Yiling con un grupo.
Jin Guanshang tan solo pudo rechinar los dientes, las cosas no estaban saliendo como el quería, se supone que debían ir todos a los Túmulos, no solo los Lan. Sin embargo, si tenían suerte, tal vez podrían usar la muerte de Wei Wuxian como excusa para asender los Túmulos.
Solo debía unir los cabos y penetrar un poco más en la desdicha del Jiang.
Con esa idea en mente sonrió complacido y decidió en seguir con su papel de "buen líder".
.
.
.
.
Lan Xichen aterrizó justo enfrente de la entrada a los Túmulos Funerarios y en cuanto tocaron suelo volvió a enfundar a Shouye.
Antes de que pudiese decir o hacer algo más, Lan Zhan fue quien tomó la iniciativa y jaló a su hermano mayor en dirección a Burial Mound, no fue que a mitad del camino para llegar a las pequeñas viviendas, Xichen puso resistencia.
Lan Wangji lo volteó a ver.
— Wangji — nombró a su hermano menor, esta vez desviando la mirada con una expresión triste.
— ¿Por qué? — preguntó sin entender realmente las acciones de su hermano. - ¿Por qué lo hiciste....?
— Wangji.... — intentó hablar el mayor.
— ¿Sabes lo qué has hecho? — susurró el menor sin dejarlo hablar.
Xichen no pudo evitar morderse el labio inferior, no pudo mirar a su hermano menor a los ojos.
— ¡Lan Xichen ¿Por qué lo hiciste?! — gritó esta vez con desperación. — ¡¿Sabes lo que has hecho?!
La impotencia fue reflejada en los ojos dorados de Lan Wangji.
— ¡Te has Condenado! — volvió a gritar demostrando esta vez una expresión llena de horror en su rostro. Ya no existía aquel hermoso dorado en sus ojos, sino un profundo azul eléctrico.
Y antes de volver a reprender al mayor, este se abalanzó a él y lo abrazó con fuerza.
Los ojos de Lan Wangji se abrieron con sorpresa una vez más y el dorado regresó.
Ninguno de los dos dijo nada, tan solo se mantuvieron callados, sintiendo la sensación cálida del contrario. Hace mucho que no se veían y se trataban el uno al otro, pero ahora eso era diferente, era distinto; los dos estaban juntos, como lo estuvieron cuando fueron niños, cuando no había restricción de dedicarse una caricia de consuelo, orgullo o cariño y abrazarse para dedicarse el cariño de hermandad que uno sentía por el otro.
°
Fue un consuelo por toda las veces en que no pudieron curzar palabras o volver a verse.
°
— Lo siento — se disculpó el mayor sin deshacer el abrazo, acariciando con una de sus manos la cabeza del menor. — Lamente tanto no haber estado a tú lado antes.
Lan Wangji se mantuvo callado, con una mirada entre el llanto y la incredulidad, escuchando todo lo que Xichen tenía que decir.
— Fui un idiota, un cobarde por no apoyarte, por no haber estado ahí cuando más me necesitaste. Me quedé callado, confíe en las palabras de terceros, ignore los problemas y mantuve una sonrisa, haciéndome creer que todo estaba bien, que todo estaba bajo control cuando tan solo me limité ante esas estúpidas reglas y permití que esto nos separara — la voz de Xichen se empezó a quebrar, así como su cuerpo empezó a temblar. — Si tan solo hubiera sido más valiente, si tan solo hubiera ignorado lo que los demás decían, si tan solo hubiera tenido la valentía de enfrentar a nuestro tío y a las reglas, si tan solo te hubiera escuchado, si tan solo te hubiera creído, si tan solo.... Si tan solo hubiera escuchado a mi corazón, las cosas no tendrían que haber sido así, pude protegerte, pude ayudarte, pero no lo hice.
Lan Zhan escuchó cada palabra, sintiendo como su vista se nublaba.
— ¿Qué clase de hermano mayor abandona a su hermano menor?, Soy un asco jajaja — su risa sonó vacía y dolida. Las lágrimas decendieron por sus pálidas mejillas. — Maldición, reaccione tan tarde. No tengo perdón.
La rota expresión de Lan Huan destrozó a Lan Wangji, la última vez que lo había visto tan vulnerable, tan quebrado, fue cuando su madre había muerto, poco meses después de su partida, Lan Xichen sin soportarlo más, destrozó su habitación, gritando que estaba cansado de todo. Ese día, Lan Zhan con sus cortos 6 años se había asustado por la repentina agresividad del mayor y sin poder evitarlo soltó en llanto, asustado ante el cambio de semblante de su hermano.
Xichen se había arrepentido de sus acciones y con culpa total se acercó a él, lo abrazó y con palabras que goteaban tanto cariño se disculpó, para después acunarlo entre sus brazos y cantarle una canción de cuna, para así, al final los dos quedar dormidos.
Lan Zhan dejó de lado su máscara y por segunda vez en el día mostró cómo realmente se sentía; devolvió el abrazo, esta vez con un fuerte agarre, para posteriormente ocultar su rostro en el hombro del mayor y soltar en llanto.
Xichen lloró con él, soltando todo el dolor que yacía en su corazón, cada uno resguardado en sus respectivas formas de enfrentar el mundo.
Ambos estaban destrozados, sabían que no podrían estar juntos, ya que las injusticias como la maldad de este mundo los había alejado uno del otro, impidiendo volver a ser los hermanos que en algún momento se apoyaron y ayudaron. Ahora solo quedaba disfrutar los momentos efímeros que tenían antes de que la verdadera lucha llegara.
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Ninguno de los dos tendría escapatoria y muy en el fondo lo sabían, aún cuando deseaban que no fuese verdad.
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Xichen se separó levemente de su hermano, para luego con cuidado depositar un suave beso en la cabeza del menor, simbolizando que estaba dispuesto a protegerlo. No pudo evitar reír suavemente, nostálgico tras ver que ambos eran de la misma estatura.
Su pequeño hermano menor había crecido y ya no era ese pequeño niño del cual siempre tenía que porteger, ahora, él ya era un adulto, pero tenía el anhelo de poder protegerlo una vez más.
— Huan-Ge — pronunció suavemente Lan Zhan.
— ¿Si? — le dedicó una sonrisa suave y se separó de él.
— Gracias — agradeció, por este momento, por haber cuidado de él, por haberlo educado, por haber estado a su lado, aún si la injusticia y la oscuridad de este mundo los separó.
Lan Huan entendió la profundidad de sus palabras y tan solo le dedicó una sonrisa — No agradezcas, estoy feliz de tener un hermano como tú.
Ambos se quedaron callados una vez más y antes de poder hablar, Lan Zhan frunció el ceño y el mayor entendió.
— Ya vienen — afirmó lo que Lan Wangji quería dar a entender y con desición en su voz habló. — Sigue adelante.
— ¿Eh?
El menor lo vio sin entender.
— Sigue adelante Wangji, te daré un poco más de tiempo para que resguardes a los remanentes Wen. — habló con seriedad y rápidamente desenvaino a Shuoyue.
— Pero. . .
— No te preocupes por mí — esta vez le dedicó una sonrisa confiada. — No pueden asesinarme.
— Huan-Ge. . . — antes de que pudiese decir algo más, el otro lo cortó.
— Confía en mi A-Zhan — contestó esta vez con suavidad. — Déjame cuidar de ti una vez más.
Y con esas últimas palabras, Lan Wangji lo entendió, Lan Xichen no quería cometer el mismo error y estaba más que dispuesto a pelear por él, esta vez no se escondería detrás de las reglas de su hogar, está vez no haría de oídos sordos, no se dejaría manipular, esta vez pelearía por lo que el consideraba correcto y eso era proteger a su hermano.
Ambos se dedicaron una última mirada, cada un trasmitiendo sus preocupaciones, así como palabras silenciosas de gratitud, disculpa y deseos de que el contrario tenga cuidado.
Sin esperar un segundo más, Lan Wangji corrió en dirección a donde se encontraban los remanentes Wen, soltando las últimas lágrimas y emprendiendo camino a su propio destino.
Lan Xichen vio a su hermano alejarse.
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En el fondo, ellos sabían que este sería su último adiós y que el destino ya los había condenado, ahora, solo quedaba enfrentarlo.
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En otra vida, tal vez todo sea distinto, donde las penas del ahora, tan solo sean el mal recuerdo de una próxima y aquellas almas inocentes puedan llegar a tener.... Un final feliz.
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[Diccionario]
XiongZhang¹: es una forma de decir hermano mayor con más formalidad.
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¡Lamento la tardanza!
Una disculpa para a todos aquellos lectores que han estado esperando este capítulo desde hace tiempo, realmente no me quería demorar, pero pues tengo justificación.
Literalmente en la semanas que debía escribir este capítulo no pude, ya que algunos trámites que debía hacer se me juntaron y era hacer uno tras otro, y debido a eso me estresé y enfermé. Fue así que realmente no tenía ganas de hacer nada con el dolor de garganta que tenía, aparte de que también debía preparar las clases de japo que tenía que impartir.
Luego, cuando se supone que debía publicar esto hace dos días por el comunicado, no pude, ya que tuve problemas a la hora de guardar las modificaciones del capítulo. Simplemente Wattpad no me lo respetaba, no me carga las imágenes, no respetaba el guión largo o no permitía que acomodara con el formato que deseaba. ¡Una pesadilla!
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Pero bueno, al final las cosas resultaron bien y traje este deprimente capítulo ಥ‿ಥ
¡¿Qué les pareció?!
¡Por fin mi sueño de matar a Wei Ying al estilo Jiang Yanli se logró!
Pero ¡¿A qué precio?!(ノ`Д')ノ彡┻━┻
La verdad hay muchas cosas que quiero decir de este capítulo, pero luego la gente no lo lee por flojera o porque no le interesa o no sé (me incluyo).
Así que lo diré rápido:
1. La relación entre Wangji y Xichen es como verán, cercana, sumamente cercana hasta el punto de que se puede confundir. Esto lo hice así porque quería reflejar el cariño que tiene un hermano mayor por su hermano menor. Yo soy hermana mayor y créanme, daría la vida por mi hermano. ¡Así que, nada homo!
2. Odio al líder Yao, en serio me molesta cuando acrecienta el problema tan solo por seguir la corriente a una multitud.
3. Este capítulo había sido escrito de mitad para final y pues si, el inicio me costó porque no sabía que hacer. Soy mala para las escenas de batalla. ¡Sorry!
4. Debido a mi ausencia y todo esto. Para aquellos quienes quieran ver dibujos o edits de esta historia, visiten mi Tik Tok: yinxue_alex08. En un ratito más subire un video basado en este capítulo.
5. ¿Les gustaría algunas curiosidades de este Alternative Universe? O ¿Una lista de música que represente esta bella historia? Si es así, ¡dejenmelo saber!
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Bueno, ya para no hacerlo más largo.
Espero que les haya gustado y les haya transmitido todas esas emociones.
Ya estamos a nada de terminar, un par de capítulos más y finalizamos.
El siguiente puede que sea un poco corto, pero tiene mucho que decir.
Y la siguiente historia que tengo prevista, es una donde Jiang Cheng sea nuestro protagonista y tenga que lidiar con sus errores del pasado. Hasta segunda temporada ya me imaginé jajaja.
Aunque conociéndome, puede que termine subiendo otra cosa antes de lo que tenía planeado.
Si. Más que decir, les deseo un lindo día, cuídense y un saludo.
¡Bye bye!
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Favor de avisar cualquier falta de ortografía o definición errónea y ¡Una disculpa!. Se tomará en cuenta cualquier sugerencia.
Agradecería mucho que me ofrezcan un voto, ya que esta es una forma de apoyarla para que se vaya conociendo y más personas pueden disfrutar de estas rarezas.
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