Recuerdos del pasado
Sentía que mi poder volvía a mi. Justo lo que necesitaba. Mire mi mano y un sonido se empezó hacer presente. Cuando quise voltear una flecha pasó frente a mis ojos y posteriormente estaba atravesando el hombro de Madara, quien al sufrir el impacto falló al suelo con una mancha en roja.
—¡Madara!—. Grité acercándome más a él.
—¡Sakura, aléjate de él!—. Guardias se aproximaron para poder acercarse a él y llevárselo.
—¡Pero que hacen!—. Grite aferrándome a él. Estaba perdiendo mucha sangre, tenía que ayudarlo, pero si lo hacía... sería porque al final, estaría actuando igual que Sasuke con Hinata.
—Desobedecer, es acto de deslealtad, por lo que tú condena es la muerte—. Expresó Sasuke con enojo. Lágrimas salieron de él.
Si lo ayudo ahora el estaría en deuda conmigo y Sasuke...perdería todo por lo que el a construido, no solo él sus padres y su hermano.
Flashback
Ese día habíamos viajado de muy lejos para poder conocer a la persona con la que mis padres querían que contrajera matrimonio. El viaje duro 7 días y 6 noches.
Mientras íbamos en camino miraba por la ventana de aquel carruaje que nos llevaba a mi y a mi familia. En el camino mis padres hablaban de varios temas en particular. Supongo que eres para despejar los nervios que ambos sentían por el encuentro.
Yo ya sabía que iba a ocurrir o bueno más o menos. La definición de mi poder aún no era demasiada clara, solo sabía que al lugar donde íbamos iba estar el hombre al que amaría para siempre.
De solo pensarlo, me ponía roja de mi rostro. Aquel gran rey, en mis visiones es demasiado guapo. Sus ojos negros son los que más me cautivan.
—Hermana ¿estas bien?—. Volteo a verlo, sus ojos azules siempre han reflejado mucha nobleza y bondad, aunque eran un tono distinto al de nuestro padre.
—Cariño, todo estará bien—. Expresó nuestra madre. Abrazándome y regalándome una hermosa sonrisa, su cabello largo y rojo era demasiado hermoso para mi, Anhelaba tenerlo como ella.
En nuestro reino, la mayoría de las mujeres tenían aquel rojo habanero, además eran de carácter fuerte.
—Tú hermano y tú madre tienen razón, no hay motivos para estar nerviosa Sakura—. Yo sabía que no eran mis padres, pues gracias a mi magia podía saber mi pasado y mi futuro. Se que ellos jamás me hubieran dicho la verdad y jamás lo hicieron, siempre actuaron como si yo hubiera sido formada del vientre de mi madre, Kushina.
—Además si se atreven hacerte daño los pondré en su lugar ¡de veras!—. Mi madre le da un pequeño golpe a mi hermano. Haciendo que me riera un poco.
A pesar de que mi hermano era muy parecido a mi padre, su carácter valiente y sus palabras raras eran de mi madre. Mi hermano tenía un futuro brillante, a lado de una de las mujeres más hermosas del mundo y si yo podía cuidar ese futuro, lo haría sin pensarlo.
Por eso fue que les dije a mis padres lo de la profecía. Les mencione que si yo me casaba con el gran hijo del rey, evitaría una guerra.
Mi padre fue el que se negaba hacerlo, pero al hablarlo con el gran consejo lo pudieron persuadir.
El gran consejo siempre me vio como una molestia, porque ellos sabían la verdad de mi nacimiento, pero al ver que podía ser de utilidad, su actitud conmigo o mejor dicho, su forma de pensar, cambio.
—Creo que llegamos hijos míos, miren por la ventana—. Al asomarme vi aquel camino de árboles de cerezo, eran grandes y hermosos. Eran el mejor adorno que tenía la ciudad.
—¡Hermana, tienen el color de tu cabello!—. Expresó mi hermano con alegría.
Por alguna extraña razón me sentía como en casa. Una ligera brisa entro al carruaje envolviéndome en pétalos de la flor de aquellos árboles. Mis padres lo vieron como un buen presagio. Era la forma de decir del pueblo, que habíamos llegado al fin. Que había llegado su futura reyna.
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