capitulo único

Todo estaba empezando a dar forma en aquel hotel ubicado en el infierno, al parecer estaba dando frutos los esfuerzos de aquella princesa demonio que todos se burlaron, incluido él; veían como poco a poco aquella estúpida y ridícula idea estaba floreciendo, ya el hotel tenia un buen número de huéspedes, algunos pocos se les veía realmente interesados en conseguir la redención, mientras que la mayor parte de huéspedes solo estaban ahí por un techo gratis y para escapar de la matanza que sucedía diariamente allá fuera.

Aveces se preguntaba si valía la pena estar metido en ese lugar, él había ofrecido su ayuda voluntariamente, bueno, dio su ayuda por beneficio propio, ver a los demonios caer una y otra vez en el fracaso le divertía, y más, ver aquellos inquilinos que no estaban interesados desesperarse en sus clases de recuperación, hubo una ocasión donde un demonio se había lanzado de la ventada del 4to piso por la desesperación de aquella aburrida charla que en ese entonces la mismísima princesa del infierno estaba impartiendo. 

Esa vez las risas por parte de él no faltaron, esa y muchas mas ocasiones siguieron sucediendo y admitía que al principio eso le divertía demasiado, incluso en su estación de radio transmitía dichos acontecimientos junto a bromas pesadas y de mal gusto (bueno, eso no le gustaba a una persona) relacionadas con los sucesos narrados por él, estaba ganando popularidad, pero todo cambio esa vez, cuando la princesa le encaro frente a frente reprochandole que sus transmisiones de radio no le era nada simpático, todo era sumamente entretenido, cada reproche que la demonio le decía era simplemente satisfactorio, ver su enojo, su frustración de ver como realmente su idea de la redención era ridículo le era entretenido, pero todo cambió cuando las lagrimas empezaron y los sollozos aumentaron combirtiendose en gemidos de dolor. Era curioso, a él le encantaba escuchar esos "melodiosos" sonidos, pero esta vez no le causo la satisfacción que estaba buscando, ver aquella demonio sufrir por algo que precisamente él había ocasionado para su entretenimiento personal, provoco en él algo extraño, no sintió lo que buscaba, más bien sintió ¿culpa?.

— ¡hola querida!— saludó el demonio siervo a la princesa infernal, la cual se encontraba apoyada en una de las paredes del corredor perteneciente al 4to piso, donde al fondo se encontraba la habitación donde impartía sus charlas —¿Qué te tiene tan decaída darling? ¡esta vez no fui yo! ¡ha ha ha! 

Y era cierto, desde aquella vez disminuyó su entretenimiento dentro del hotel, aunque claro, fuera de el, sus matanzas por pura diversión continuaban, regresando que en su programa de radio solo transmitiera sus matanzas demostrando su poder y fuerza, obviamente había disminuido su entretenimiento porque ya se había vuelto monótomo lo que sucedía en el hotel, sí, por eso fue.

—oh, Alastor—se limpió la cara donde aún tenia esas marcas donde hace poco tiempo habían corrido lagrimas—no es nada, solo que...

Las cosas en el hotel iban mejorando, sorprendentemente para todos, pues de un día para otro las cosas cambiaron ¿acaso el mensaje de la princesa había logrado penetrar en el corazón de los demonio al fin? ¡Ja, por supuesto que no! las amenazas de muerte hechas por cierto demonio rojizo tuvieron algo que ver, bueno, tuvieron todo que ver.

—¡sonríe querida!—dijo nuevamente el demonio ciervo con su característica sonrisa— ¡no estas com...

—completamente vestido sin una sonrisa—terminó de decir la demonio de cabello dorado—me pregunto de donde sacaste esa frase—dijo con una sonrisa cansada, pero aún así trataba que su sonrisa transmitiera alegría— ¿te confieso algo?... aveces , me arrepiento de esta idea y querer terminar de seguir con este proyecto.

Wow, eso lo había impresionado ¿por qué tiraría a la basura todo su esfuerzo? ja, al final no se había equivocado con ella,  termino siendo una fracasada, pero ¿por qué no le daba gusto? otra vez ese estúpido sentimiento. Ya era suficiente, estaba decidido, se iba a ir de ahí, de todas formas no le importaba lo que le sucediera a esa... esa...

—Alastor— dijo la demonio deteniéndolo en irse— se que no sientes lo que yo siento, y que nunca seras capaz de entenderlo, pero— se dejó resbalar hasta caer en aquel al piso alfombrado del pasillo, paso sus manos por aquella alfombra, sintiendo esa suavidad que la alfombra le transmitía— ver que, sí se esta logrando avanzar con este proyecto, me da miedo, sin mencionar que veo como Angel y Vaggie se están acercando más, también he notado las miradas que se dan uno al otro, ese brillo en los ojos de ambos cada vez que se ven, no me molesta en definitivo, pues eso no me incumbe ya,  al contrario me sorprende y me alegra, pero. Ahora veo muy cerca su redención, no me refiero que solo por ser pareja se van a ir al cielo—dijo entre una leve risilla— he visto el cambio de Angel, poco a poco a dejado de consumir drogas, se le ve mas formal y con ¿ánimos? de conseguir la redención, él no lo dice, pero se nota,  o al menos ante mis ojos noto eso, lo mismo es con Vaggie.

—¿acaso has visto que un huésped se redima? ¡cariño te preocupas por algo que no sucederá!—dijo el demonio entre risas burlonas.

—sí, sí lo he visto Alastor—dijo ella viéndolo desde abajo, la sonrisa del demonio aún se mantenía, pero se notaba que se había impresionado, ella también lo hizo la primera vez— o eso casi sucede; el demonio había cambiado de apariencia, pero, no sé  porque volvió a su aspecto demoníaco, sin embargo esa fue la prueba que necesitaba para confirmar que la redención, no está tan lejos de suceder.

 ¿era real lo que estaba diciendo? no podía creerlo, esa idea era ridícula, él se lo había dicho la primera vez que se conocieron, su oportunidad había sido en vida y ahora estaban pagando por sus acciones, no había; no se podía remediar lo que ya había sucedido pero, esto lo contradecía... Y odiaba ser contradecido.

—ahora sé que, solo es cuestión de tiempo para que mis amigos se vayan y... me dejen sola—sus lagrimas volvieron a parecer, él solo la veía— quiero que sean felices y logren descansar en paz, lejos de este lugar lleno de abominaciones pero, ellos se irán y yo nunca podré salir de aquí, estoy hatada por el resto de la eternidad a este lugar, sabiendo que nunca más los volveré a ver, quiero terminar esto y ser egoísta, que se queden conmigo y que siga todo como ha estado pasando estos últimos años, pero... no puedo, no logro ser tan cruel con ellos solo por egoísmo—empezaron los hipidos, y las lagrimas no paraban, la demonio solo escondió su rostro entre sus rodillas—solo no quiero volver a estar sola.

Esto era nuevo ¿qué debía hacer? él no era bueno consolando, nunca lo fue, ni en vida mucho menos ahora muerto; verla llorar, le recordó lo que sucedió la ultima vez. esa vez, simplemente le dijo que no se preocupara y que no iba a volver a suceder, dejándola sin darle oportunidad de contestarle, pero ahora; simplemente quería dejarla ahí e irse, pero sus piernas no lo dejaban ¿qué le estaba sucediendo? optó por colocar su mano en su cabeza para, bueno, tratar de reconfortarla, como cuestión de suerte, el recuerdo de su madre llegó a su memoria, cuando era pequeño y aún en un corto tiempo de su juventud su madre tenia una forma para calmar su llanto, ya haya sido por los gritos y golpes de su padre o por frustración, era una forma rara pero siempre terminaba funcionando. Sintió su cara arder, estaba avergonzado, eso era raro, suspiro y chasqueo sus dedos.

Ella al escuchar aquel chasquido supuso que se había ido, sabia que eso sucedería, pues a él nunca le importaba lo que le sucedía a los demás, aún así ella se desahogo con él, pues necesitaba decírselo a alguien, la tristeza de ver como su ex-novia (habían terminado por decisión de la rubia)  se veía más animada y sonriente con alguien más, cosa que cuando estuvieron juntas apenas si lo demostraba,  pues se preocupaba más en velar por la seguridad de la princesa que disfrutar su noviazgo con ella, ¿le afectaba su rompimiento? algo, habían estado juntas por un largo tiempo, pero ella sabia que ya no era lo mismo, solo se engañaban ambas en pensar que sí eran felices una con la otra. Pero eso solo era algo diminuto a lo que realmente le atemorizaba; no quería que ellos se fueran dejándola atrás, había varias veces buscado alguna forma de que ella fuera libre de ese lugar, pero todas salían con la misma respuesta. Nunca se iría del infierno.

—¿por qué lloras dulzura?—dijo una voz tratando de sonar aguda, ella levanto su mirada y su campo de visión capto a cierto muñequito con una apariencia muy familiar.

—h-hola—dijo ella con voz baja y un poco contenta, ella fijó su mirada en aquel titiritero, sonrió, él se veía avergonzado, sus mejillas grisescas lo delataban con ese leve tono rojizo—¿c-como te llamas?

—jujujuu, eso no importa, lo que importa es que sonrías querida— esto era denigrante, esto no era algo que él hiciera, estaba empezando a pensar que esa mujer le había hecho algo ¿qué cosa? no tenia ni idea, pero algo le hizo—asiiiii— dijo el muñeco con sus dos manitas puestas en la cara de la chica tratando de estirar esa sonrisa.

—jiji— rió — ¡Qué lindo!— expresó la rubia con los ánimos recuperados, aunque aún con ciertas lagrimas y sus mejillas sonrojadas, ante la mirada del demonio de la radio, su aspecto a pesar de ser un "caos" permanecía aún ese encanto característico de ella .

Parecía una niña; con algo tan simple como este muñeco de trapo lograba olvidar lo que la atormentaba, pero al menos ya no chillaba. Como siempre su madre, tenia las respuestas para cada situación, el muñeco seguía moviéndose y hablando, provocando risas en la bella demonio. Alto, ¿que acaba de pensar ?¿bella? bueno, admitía que la mujer enfrente de él tenia sus encantos, ¡agh!; otra vez ese sentimiento raro, por décadas había afirmado ser arromántico, pero esa pequeña demonio (o al menos en estatura) le estaba llamando la atención, y no de la forma filial, como en el caso de su gran amigo Husk, la pequeña Niftty  y su amiga Rosie,  o algo así, ni él aclaraba la relación con sus amigos/socios. Pero con Charlie, no sentía lo mismo por los anteriores mencionados, y obviamente menos siente lo que alguna vez sintió con su madre, esto era; diferente, extraño y confuso, la demonio seguía riendo con lo que él decía a través del títere, su sonrisa realmente era bella, sus ojos que antes reflejaban dolor y preocupación, ahora emanaban alegría e inocencia, realmente se preguntaba ¿como un ser como ella podía ser originaria de en un lugar como este?

tu as un beau sourire

—¿uh? que significa

—cierra los ojos que te daré una sorpresa-dijo el títere ignorando su pregunta, la rubia se emocionó; tanta fue su emoción que el demonio ciervo juró ver estrellas en sus ojos, la demonio obedientemente cerro sus ojos ¿y ahora qué? pensó el ciervo ¿por qué había dicho eso? realmente estaba perdiendo la cordura. Pero nuevamente ahí estaba ella, con esa esencia, ingenuidad, dulzura y belleza que le llamaban la atención, sea lo que iba hacer, marcaría lo que sentía definitivamente. Nunca fue bueno con las palabras, prefería demostrarlo que decirlo, así que, esta no seria su excepción.

La demonio de tez blanca como la porcelana, estaba ansiosa ¿que iba hacer la sorpresa? sabia que únicamente era un títere y sabiendo que Alastor era su titiritero; esperaba nada mas que fuera una sorpresa desagradable, o simplemente al abrir sus ojos, él ya no estaría, aún así estaba emocionada con dicha sorpresa. Escuchó como las pisadas del demonio radio se acercaban a ella, su aroma llegó a su nariz, no era una loción como las que usaba Angel, era mas un olor natural que desprendía de él, era una combinación de pino y cedro, no era común ese olor en el infierno, podía haber algunas zonas verdes, pero nunca había olido un aroma como el de Alastor.

Eso nunca lo hubiera esperado viniendo de él, abrió rápidamente sus ojos, el muñeco estaba reposando en sus labios, simulando un beso, el muñeco se separó dejando a una Charlie con cara de color como el cielo, rojo. El demonio simplemente tenia su sonrisa de siempre, se le veía como si nada, como si lo que hizo solo fue algo sin importancia.

—veo que ya no estás llorando darling ¡eso es mejor que escucharte lloriquear! ¡ha ha ha!

—t-tú... A-Alastor.

—¿mh?— el demonio sonrió, llevo a su rostro el títere, fijo su vista en aquella bella dama, se veía sorprendida y confusa, acerco a sus labios el área donde la princesa había "plantado" el beso. Charlie no tenia palabras en la boca, básicamente ella y Alastor ¡se habían discretamente besado!— ¡bueno demon bell, hasta mañana!— dijo para seguido reincorporarse e irse.

—¡A-Alastor!— la rubia se levantó y lo detuvo colocándose adelante de él—eso... ¿p-por qué? ¿p-porque lo hi-hicis...? ¡¿e-es acaso una de tus bromas?! ¡no juegues así conmigo Alastor! ¡yo no soy...!

—Charlotte— pronunció el demonio ciervo prohibiéndole continuar a la princesa, llevó su mirada carmesí en aquellos labios tan ¿tan qué? no sabia con exactitud la palabra correcta para usar— jugar con los sentimientos de una dama, no es de caballeros, por ende, seria incapaz de jugar con los sentimientos de la dama...— no sabia que era lo que sentía y quizá jamas lo lograría comprender, pero de una cosa si sabia, y era que esa mujer que tenia enfrente, desde hoy era únicamente de él por el resto de la eternidad—que logró cautivarme.

La princesa del inframundo se había quedado sin palabras, Alastor ¡se le estaba declarando! admitía que desde hace tiempo ella empezaba a ver al demonio de la radio con otros ojos, ella sabia que Alastor tenia un encanto, no solo eran sus modales, sino también sus facciones, él era la elegancia andante, pero lo que más le llamo la atención; fue ese corazón tan sincero y noble que posee, a pesar de ser el demonio mas temido por todo el infierno y de sus matanzas innecesarias, ella vio en él ese corazón que trata de esconder, se lo demostró el día que lo encaró, se lo demostró repetidas veces, aunque solo con ella era así, pues con Niftty tenia otra clase de trato, esto era confuso para ella, Alastor no podía hablar enserio ¿verdad? el era arromántico ¿no?

—¿me permites cariño?—preguntó el demonio tomando su rostro en sus manos (aún con el títere puesto) no le gustaba ser tocado, pero en ese momento quería sentirla, solo a ella. al ver que no recibió respuesta, pero tampoco se alejaba a su tacto, se acerco a su rostro lentamente, disfrutando sus facciones finas, sin perder el tiempo la demonio se abalanzo sobre él, cosa que sorprendió al demonio de la radio, pues él había empezado, sus ojos poco a poco se fueron cerrando dejándose llevar por esa nueva e impresionantemente agradable sensación ¿quién diría que tener contacto en los labios iba ser tan gratificante? por parte de Charlie, a la mierda toda inseguridad, ella disfrutaría ese momento único.

Je serai avec toi jusqu'à l'éternité, ma Demon Bell—dijo el demonio al separarse.

— ¿qué significa?

Tomo entre las manos del títere el inicio de los dedos de Charlie , sin voz de titiritero respondió.

— estaré contigo siempre, mi demon bell.

— A-Alastor...

—podrás redimir a todos esos estúpidos demonios mi querida Charlie, pero de mí no te desharás fácilmente.— dijo para luego retirarse dejando aquel títere en manos de la rubia. Sin duda, ese mentado títere fue de mucha ayuda. 

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Gracias por leer  :3 

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