Kagome frunce su ceño mientras jugamos una partida de cartas, va perdiendo. Queda poco para la hora de cenar, según me ha dicho, su amiga Sango la va a venir a recoger y comerán juntas, por lo que, mientras la espera, jugamos a las cartas.

- Tengo algo que decirte...- me suelta en un tono meloso nada común en ella. 

Pero me gusta la manera en la que junta las palabras y las arrastra.

- Dime.

- Ayer quedé con Bankotsu para hablar... y... me pidió una segunda oportunidad.- dice mirándome a los ojos.

Pero no entiendo porqué se para ahí. Baraja las cartas mientras me queda con la intriga y las reparte sin decir nada.

- Le he dicho que no. - me contesta mirándome fijamente.

Entonces mi corazón se para y después comienza a palpitar a un ritmo frenético. No estoy atento a nada más que las palabras que mis oídos acaban de oír. Le ha dicho que no. Que no quiere una segunda oportunidad con él.

- ¡Gané!- chilla soltando la carta y ganando la partida- Mira, mira ¿ves? Te he ganado.

- No vale, me has desconcentrado con lo de la charla con Bankotsu.

- Si vale.

- No - le contesto al ver como se pone.

- Te he ganado Inuyasha-kun, admítelo.

Se me escaba una carcajada cuando me apunta con el dedo y me haca un puchero.

- Está bien, has ganado.

Se aplaude a sí misma y después me sonríe, pero ahora soy yo el que usa una voz melosa mientras me acerco a ella.

- Y ahora que por fin has cortado para siempre con Bankotsu...- le digo mirándola fijamente- ¿no te apetecería tener una cita conmigo?

Ella se queda callada por un segundo, parece muy sorprendida y yo me siento intranquilo cuando empieza a sonrojarse y se tapa la boca con la mano mientras desvía la mirada. Kagome nunca se ha puesto nerviosa a mi lado.

- Entonces, ¿vas enserio? Cuando me besaste y me dijiste que me querías...- su voz sale algo aguda pero me sorprendo por lo que dice.

- ¡Claro que iba enserio cuando te besé! - y entonces me sonrojo- ¿Te dije que te quería? - ella asiente y mis mejillas se calientan.

- Lo hiciste antes de besarme, cuando te pregunté porque te preocupabas tanto por mí...

- No me acordaba de habértelo dicho - le confieso cerrando los ojos.- Me acuerdo del beso, pero no de eso...

- Pues yo me acuerdo de todo - me dice mientras noto como se acerca.- Al principio me sorprendí, no pensaba que me querías de esa manera... pero luego lo pensé y, era bastante obvio.- soltó una risita- No te tapes la cara.

- ¿Y qué quieres que haga cuando me acabo de enterar por la chica que me gusta que le he dicho que me gusta? Joder, estoy avergonzado.

Sus manos agarran mis mangas y tiran de mis brazos para alejarlos de mi cara cuando se acerca peligrosamente a mí.

- La verdad es que sí que me gustaría ir a una cita contigo, Inuyasha, podríamos ir a ese restaurante tan bueno de la plaza.

- ¿Al de el letrero con bombillas pequeñas?

- Sí, podríamos ir a cenar... si tu quieres...

Estamos cerca, muy cerca, al final Kagome ha acabado entre mis piernas, agarrando mis manos y con su cara muy cerca de la mía. Y quiero que esté aún más cerca. Sus manos suben a mi cara y se amoldan a mis mejillas mientras subo mis manos, dejando una en su cintura y subiendo la otra hasta su pelo. Estamos cada vez más cerca, cuando estoy a punto de cerrar los ojos y besarla una musiquita nos interrumpe y nos sorprende a la vez.

Kagome se aleja para agarrar su móvil y contestar, es Sango, ya está en la acerca de la fraternidad. Así que agarra su mochila mientras se acerca a la puerta conmigo. Ella sonríe y se despide, pero yo la acerco y dejo un pequeño beso en su mejilla, para después verla bajar las escaleras con una mano sobre la mejilla que he besado.

Me apoyo contra la puerta al cerrarla y, poco a poco, resbalo contra ella hasta sentarme en el suelo con una sonrisa. 

De repente tres o cuatro manos aporrean mi puerta.

- ¡Queremos detalles!- escucho al otro lado de la puerta a tres voces a coro.

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