Juego
2D se adentró tímidamente en el enorme motorhome del bajista, lucía bastante mejor de lo que recordaba.
—Wow, luce más... limpio, creo. —comentó el vocalista mirando todo a su alrededor a medida que ingresaba.
—Si.. si, mandé a lavar al nidito. —respondió el bajista. —¿Bebes algo, nena?
—Murdoc, soy hombre. —respondió molesto el contrario. —Pero... ¿Hay coca?
—Jaja, si, si... Ahí, mira. —dijo señalando un pequeño minibar a un costado.
2D se agachó para tomar una lata del pequeño refrigerador, dándole a los espectadores una linda vista de su figura.
—¿Tú qué quieres, Mudz?
—Una cerveza para comenzar —respondió con una sonrisa.
Ambos se sentaron en la cama.
—Murdoc —lo llamó el cantante al mismo tiempo que abría la lata de gaseosa en su mano.
—Dime, niño.
—Sobre aquello de la maldición mexicana, eso que decías, de los mexicanos que hacían brujerías...—comenzaba a extenderse en sus oraciones.
—Si, si. ¿Qué pasó? ¿Viste algo? ¿Alguien te habló? —se alteró Murdoc.
—No,no...—comienza a reír en voz baja.
—¿De qué te ríes, imbécil?
—Es que... te preocupas por mi. —sonreía victorioso, meciendo su cuerpo de una forma enternecedora.
—¡Si...! Pero... ¡Estaría acabado sin mi vocalista! —se excusaba nervioso mirando hacia cualquier otro lado —¡En fin! ¿Qué es lo que querías decirme entonces?
—Bueno, que creo que tenías razón, pude haber estado bajo algún hechizo o algo asi—hablaba haciendo ademanes con sus largos brazos.
—¡Ja! Ahi lo tienes 2D, ¿Alguna vez te he mentido? ¡Nunca!
—Si has mentido, Murdoc...
—No es el punto.
—No, no lo es. El punto es que... supongo que debo disculparme por no creerte cuando decías la verdad.
Murdoc lo miró sin aceptar esas disculpas, sin creerse ni siquiera digno de tanta amabilidad.
—Está bien.—contestó.— Yo te golpeé, y le dije a Ace lo que hicimos... ¿Y tú me pides disculpas? 2D, cierra la boca y enciende el estereo, ¿Quieres?
—'kay...—respondió el peliazul algo apenado.
[Suena Plastic Beach - Gorillaz]
—Pero de todas formas quiero saber— dijo antes de darle un trago a su bebida —¿Cómo...?
—No se cómo, pero El Mierda fue a visitarme a la cárcel una vez. Ese día me dijo que habían hecho un... "trabajo" en tí.
—Bueno, no estoy seguro pero, creo que un día había un señor a unas calles que ofrecía unos tés de flores, y yo quería probarlos, de hecho estaba muy contento porque no son muy comunes. Dice Noodle que en Japón hay tés de muchos tipos, y que a ella le gusta el de jazmín pero en realidad el más común es el té verde porque...—explicaba el vocalista alejándose del tema principal.
—¡2D! 2D, cielo... Hablábamos de otra cosa. —lo interrumpió Murdoc intentando mantener la calma. —Entonces esa basura se hizo pasar por un absurdo promotor de algo tan estúpido como lo que mencionas y como el retrasado que eres, ¡Caiste redondo! ¿Correcto? —concluyó cambiando el tono de un momento a otro.
—Creo que sí pero no fue mi culpa, ¡Yo no lo conocía! Y técnicamente es TÚ culpa, por iniciar todo este escándalo en primer lugar.—comenzaba a molestarse el peliazul.
—Tal vez sea mi culpa pero lo resolví. —se excusó el contrario.
—¿Tú?
—Con ayuda de mi buen amigo Ace, y sus peculiares compañeros. —aclaró de mala gana.
—Mh.
—Todo está bien con él, es mi hermano... aún no hemos hablado pero se que todo estará bien.
—Ok... —contestó 2D sin ánimos de seguir con el tema. —¡Ah! Traje algo para que juguemos. —dijo hurgando en el bolsillo de su pantalón blanco. Murdoc lo miraba intrigado, con una sonrisa expectante.
—¡Trajiste...! El Uno.—dijo Murdoc desanimado al ver la pequeña caja del juego, no era lo que esperaba.
—¡Si! A ver cuántas rondas seguidas pierdes, anciano. —desafió el más alto.
—¿Ah sí? Esa no te va a salir barata, cara de mono. ¿Sabes qué haremos? El que pierda se quitará una prenda, así sí me esforzaré en ganarte, bebé. —le lanzó un beso al aire y le guiñó un ojo divertido.
—Tsk. Viejo inmundo. —se quejó 2D.
—Silencio. Reparte. —Ordenó el verdoso.
Decidieron sentarse en el piso a jugar, 2D repartió las cartas de colores y los minutos comenzaron a pasar entre gritos, peleas, risas y varios golpes al piso metálico que resonaban en todo el vehículo y en el patio, haciendo ladrar a los perros de la zona.
Murdoc iba perdiendo y se encontraba ya sin calzado ni camiseta. 2D se había despojado de su calzado y un calcetín solo.
—...ya, ya, me queda una.—dijo el bajista apoyando su anteúltima carta sobre el montón.
—No creo...—respondió 2D en un tono juguetón revelando una carta de "+2"
—¡Oh, no! Me ganaste otra vez, ¡Qué desgracia! Espera... ¿Qué tenemos aquí? ...¡JA! ¡Toma, pequeño idiota!—festejó Murdoc tras lanzar su dichosa última carta, un "+4" que marcaba la gran derrota de su compañero en esa ronda.
—Vaya. No vi venir eso. —dijo 2D con una leve sonrisa, mirando el montón de cartas decepcionado.
—Jajaja. ¡Levántalas, levántalas! —rió Murdoc. —Ah, si pierdes con un "+4" debes quitarte dos prendas.—agregó al final.
—¿Qué? ¡Eso no estaba en las reglas, Murdoc! —se quejó divertido el más alto.
—Hubo una actualización del reglamento, justo ahora.
El peliazul lo miró con una sonrisa y expresión calma para quitarse su último calcetín y la camiseta negra que traía. Justo entonces, Murdoc decidió jugarle una broma bastante ridícula.
Cuando el vocalista tuvo su camiseta levantada sobre sus cabeza para quitársela, Murdoc corrió hacia él y amarró los lados de su camiseta de modo que la cabeza del pobre peliazul quedara atrapada dentro sin poder mover los brazos. Luego, salió corriendo de la winnebago dejándolo solo y confundido. Mientras él, cual niño pequeño, apenas contenía la risa por la travesura que se le había ocurrido.
—¡Murdoc! ¡¡Murdoc!! ¡¡Auxilio!! ¡¡Estoy ciego!! ¡Murdoooooooc! —comenzó a gritar 2D. —Ahhaah... ¿Murdoc? ¿Hola? ...¿Y si ya me morí? ...¡Abuela!
El gran tonto verde lo dejó inmovilizado en el suelo como por diez minutos. Regresó riéndose y con dos potes de pudding de chocolate que había sacado de la cocina. Al fin liberó al cantante y este sacudió su cabeza y tomó aire desesperado. Murdoc le alcanzó su refresco y él bebió todo lo que quedaba de la lata.
—¡Eres un completo imbécil! —dijo molesto 2D volviendo a colocarse la camiseta que ni había llegado a quitarse por completo.
Murdoc le dio uno de los potes de pudding, aún riendo un poco, y se sentaron en la cama a comerlo.
Charlaron un rato mientras disfrutaban sus postres, 2D se recostó a lo ancho de la cama de la Winnebago escarbando el fondo del pote con su cuchara.
[Suena To Bingue]
❤️ ← Si no quieres leer la escena XXX, baja hasta el corazón!!
—Nanana... I wish to be forgiven maybe I never wmhg... —el peliazul comenzó a cantar la segunda estrofa de la canción cuando de pronto, su compañero simplemente le plantó un beso en la boca, fundiendo sus lenguas con el sabor del chocolate.
El bajista empezó a acariciar con delicadeza los brazos del otro, bajando luego a sus piernas, y volviendo a subir con sus manos pero esta vez por dentro de la camisa de su compañero, quien comenzaba a acelerar su respiración.
2D intentó despegarse un momento y tomar conciencia de lo que estaba pasando.
—Murd...—Intentaba hablar inútilmente, pero el mayor volvía a adentrar su mounstrosa lengua en esa boca parcialmente desdentada.
—No veo que no quieras...—le susurra el verdoso sin despegarse de sus labios y tomándolo de los cabellos por la nuca.
—Pero... está mal mgmh...—seguía intentando inútilmente buscar cordura mientras los besos seguían y los mimos se tornaban más y más eróticos.
—¿Quien dice?—preguntó Murdoc desafiante desabrochando el botón del pantalón del otro.
—No... no somos pareja, no deberíamo-s... ahh—el peliazul estaba más caliente que el sol de verano. Intentaba hacer "lo correcto" pero le estaba resultando absolutamente imposible. Con sus mejillas rosadas por el calor empezó a soltar pequeños quejidos cuando el bajista se dedicó a toquetear su hombría.
—Deberíamos... hacer lo que se nos pegue la gana, 2D. Eso deberíamos.—soltó Murdoc bajando el cierre de su pantalón, haciendo saltar una desesperada erección que ya había comenzado a mojar la ropa interior de su dueño. Murdoc se paró para arrodillarse frente a la cama y admiró por unos segundos a la bestia, relamiéndose con su larga lengua. Tomó los extremos del pantalón y ropa interior del peliazul disponiéndose a bajarlos. —2D, le dices a alguien sobre esto y la próxima va con dientes, ¿Ok? —advirtió antes de proceder.
—E-entendido. —logró apenas pronunciar el vocalista que no podía más de la excitación. Le importaba un carajo lo que le acababa de decir, sólo quería atención ya.
—Murdoc bajó de un tirón la ropa de su compañero y hundió su boca en el miembro erecto de su vocalista, mirando a su rostro para apreciar cada una de sus reacciones.
2D de inmediato cubrió su boca con su brazo para tapar un poco sus gemidos. Murdoc bajaba y subía por el tronco, rodeándolo con su larga lengua de vez en cuando, ejerciendo una leve presión.
El vocalista atinó a aferrarse de la pared de la winnebago que estaba detrás de él, y empezó a mover su pelvis buscando más contacto. Ya relajado se atrevió a agarrar la cabeza de su compañero con sus manos y marcarle un poco el ritmo, lo cual Murdoc no pasó por alto.
—Mh, mgh... Ey, ¡Tranquilo, tranquilo!—se quejó Murdoc buscando incomodar al peliazul.
—P-perdón.—se disculpó el otro inocentemente, soltandolo un poco. Murdoc empezó a reírse en respuesta, sin dejar su trabajo, lo cual de hecho producía una sensación agradable.
—Te odio, imbécil.—dijo 2D en voz baja.
—Lo que sea pero te la chupo bien, ¿Cierto?
—Sí.—contestó entre jadeos el contrario.
El bajista lo jaló de las piernas para que se recostara un poco, y después de mojar dos de sus dedos con su propia lengua, empezó a introducirlos en la entrada de su vocalista mientras continuaba practicándole sexo oral.
La sensación era muy intensa, el peliazul se iba a venir en cualquier momento.
—Aagh, ah, Murd... no puedo m-más, ¡Ah! ¡¡Ahh!!
El mayor sintió una gran presión en su boca y liberó el miembro del contrario, masturbándolo un poco para ayudarlo a acabar. El peliazul se cubrió la cara con sus brazos para callar un poco sus gemidos y eyaculó sobre sí mismo. Murdoc tomó un poco de su esencia y la embarró en la boca del otro, divertido. Luego él también probó un poco con la punta de su lengua.
—No está mal.—opinó.
No tardó en levantar al contrario como si de un muñeco se tratara y ponerlo en cuatro patas. Parecía que esa noche se quería devorar al vocalista sin dejar nada por probar. Introdujo su lengua en aquel íntimo rincón, lubricando todo a su alrededor. El peliazul lo estaba disfrutando tanto que no podía evitar arquear su espalda y aferrarse a las sábanas de aquel catre.
—Aquí vamos, ¿Ok?.—advirtió el bajista. El contrario sólo asintió con su cabeza tumbada sobre el colchón.
.
—¡Ah, ah! Mudz, m-más fuerte!— pidió con algo de timidez el más joven.
Murdoc embestía con fuerza tomándolo firmemente por la cintura, jadeando y gimiendo por lo bajo. Su verdoso cuerpo cubierto en sudor iba y venía delante de los níveos muslos del menor quien se aferraba a la almohada y de vez en cuando hundía su rostro en ella para ahogar sus gritos
Con estocadas más pausadas y profundas, el mayor acabó dentro del otro, mientras que él eyaculaba sobre las sábanas, retorciéndose con satisfacción.
2D cayó rendido en la suavidad del colchón a la par que Murdoc dejaba caer su peso sobre su cuerpo, jadeando.
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Segundos después, Murdoc se acercó al pequeño refri y buscó otra lata de gaseosa, la lanzó hacia su compañero, quien la tomó de la cama y la abrió torpemente, bebiendo con ansias su contenido, volcándolo por su barbilla y ensuciando aún más las sábanas. Murdoc sonrió por un momento mientras lo observaba y bebía un trago. Seguido buscó un cigarrillo y lo encendió, y su amigo tendido en la cama extendió uno de sus brazos como pidiendo uno, pero a los pocos segundos éste se desvanece y los ojos del menos comienzan a cerrarse.
—Duerme, estás muerto.—dijó Murdoc riendo un poco. El peliazul empezó a roncar minutos despúes.
De pronto el celular del mayor comienza a vibrar sobre una pequeña mesa que había en el motorhome, haciendo mover un poco y balbucear algunas palabras al vocalista que dormía profundamente sobre la cama.
—Mierda. —pronuncia al ver el remitente. El mayor se viste de inmediato para tomar el celular y salir del vehículo.
—Si.—contesta la llamada.—Si, haremos un trato pero ahora deja de joder. No llames más o arruinarás todo. Adiós.
Murdoc colgó rápidamente la llamada y dio una última calada al cigarro que tenía en la mano antes de arrojarlo por ahí y volver adentro del winnebago.
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Pero mira quien se dignó a aparecer... XD Disculpen a los que haya infartado borrando todo, si a uds 2 gatos locos :p Bueno perdon por los cambios, espero y ruego que esté todo bien y no haya quedado ningun error. Los quiero, bai !!
-Aki
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